Zohran Mamdani: la nueva esperanza de la “izquierda” del capital
Tras las elecciones estatales y locales en los EEUU, dos conclusiones son evidentes: que Donald Trump y, por consiguiente, el Partido Republicano, no cuenta con el apoyo de las amplias masas proletarias (recordemos que en las pasadas elecciones solo obtuvo el 34% del voto, mientras que la abstención fue del 36%); y que el Partido Demócrata busca renacer ideológicamente bajo la máscara del denominado “socialismo democrático”, el cual ha sido encabezado por el alcalde de Nueva York Zohran Mamdani en contraposición a las políticas abiertamente socialfascistas de Joe Biden y Kamala Harris.
En los EEUU, azotados durante los últimos meses por las manifestaciones que acusan al gobierno de autoritarismo y fascismo, las victorias demócratas en lugares clave como Virginia, New Jersey y Nueva York evidencian la funcionalidad que tiene el ala “izquierda” del Partido Demócrata para blanquear un sistema capitalista absolutamente decadente y en profunda bancarrota económica.
Mientras que los republicanos lo acusan de “comunista” y “yihadista”, de la misma forma que Vox llama “socialcomunista” a Pedro Sánchez, Mamdani representa el enésimo engaño de la izquierda del capital hacia las amplias masas proletarias, con un programa orientado hacia las fracasadas políticas reformistas, que se han demostrado de sobra ineficaces para paliar la miseria diaria que tiene que enfrentar la clase trabajadora.
La realidad detrás de la alegría de la victoria de Mamdani radica en una incomprensión profunda del sistema capitalista en su fase imperialista, pues el problema de fondo es la ausencia total de democracia bajo el yugo de la dictadura de la burguesía y la anarquía reinante de la producción, en un contexto mundial donde el imperialismo decadente de la OTAN está siendo sustituido por el imperialismo emergente de los BRICS+. La manipulación está a la orden del día y las elecciones no dejan de ser un reality show más para dividir deliberadamente al pueblo trabajador y que este dedique sus esfuerzos y su lucha política a decidir si será la izquierda o la derecha del capital quien lo explote durante los próximos cuatro años. Elección tras elección, decepción tras decepción, y reforma tras reforma, mientras el imperio se desmorona y EEUU despliega el terror a lo largo y ancho del mundo.
Por su parte, la socialdemocracia del Estado español buscará en los próximos comicios burgueses imitar la fórmula empleada por Mamdani, demostrando su imposibilidad de establecer un programa propio que supere ideológica y organizativamente los estrechos márgenes dictados desde las entrañas mismas de la bestia imperialista. Organizaciones como Podemos o Sumar que no comprenden que su momento histórico ya ha pasado y que no parecen querer aceptar su papel de ser meras muletas de un hipotético gobierno socialfascista con el PSOE a la cabeza.
Ya sea en Nueva York o en Madrid, el oportunismo sigue la misma hoja de ruta electoralista y antirrevolucionaria. Como advirtió el camarada Lenin: “En ningún país capitalista civilizado existe la «democracia en general», pues lo que existe en ellos es únicamente la democracia burguesa, y de lo que se trata no es de la «democracia en general», sino de la dictadura de la clase, es decir, del proletariado, sobre los opresores y explotadores”.
Frente al parlamentarismo corrupto, la charlatanería burguesa y las políticas imperialistas de la socialdemocracia, los comunistas sabemos que las elecciones no representan ni de forma remota la manera en la que la clase obrera accederá al poder. Ninguna clase oprimida podrá llegar a dominar sin un periodo de dictadura, de conquista revolucionaria del poder político en la que se aplaste la resistencia de los explotadores capitalistas.
La socialdemocracia evidencia la más profunda bancarrota ideológica del movimiento obrero y se demuestra en cada ciclo político como el lacayo de los monopolios al emplear las elecciones como una válvula de escape al sentir revolucionario de los trabajadores, con el único objetivo de amortiguar los enfrentamientos entre la minoría explotadora y la mayoría explotada, al tiempo que van escalando en la jerarquía política. Pero la verdad es siempre revolucionaria y sabemos bien que la democracia obrera es infinitamente superior a cualquier estado burgués.
La clase trabajadora es el sujeto revolucionario y debe dejar de depositar sus anhelos y esperanzas en políticos de la burguesía reformista. Entendamos que es completamente legítimo acabar con quienes nos condenan al hambre, la represión, la miseria, la explotación, el fascismo y la muerte. Y ya sea en Nueva York, Madrid o cualquier lugar del mundo, el proletariado debe prepararse para destruir por completo el poder del capital, a la burguesía, sus estados y los monopolios que los dominan, alcanzando el pleno desarrollo de la humanidad a través del socialismo como etapa temprana de la sociedad comunista.
Madrid, 15 de noviembre de 2025
SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

