El imperialismo es el mayor enemigo de la humanidad

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El pasado 29 de octubre, por trigésimo tercera vez, la Asamblea General de la ONU votó en contra del bloqueo norteamericano contra Cuba. La votación fue clara, como viene siendo habitual, 165 votos a favor del fin del bloqueo, 12 abstenciones y 7 votos en contra.

En el año 2024, la misma votación obtuvo 187 votos a favor del fin del bloqueo, 2 votos en contra y una única abstención.

El bloqueo a Cuba es un acto de genocidio contra el pueblo cubano perpetrado por el estado fascista de los EEUU, dejando bien patente que la ONU ha fenecido completamente, al igual que el derecho internacional emanado del mundo tras la Segunda Guerra Mundial. Un derecho internacional que no está muriendo ahora, sino que murió en el mismo momento que se desintegró la URSS y el campo del socialismo al nacer la década de los 90s del siglo pasado.

La ONU, en la década de los 90s del siglo pasado, sirvió para dar barniz de legalidad internacional a las guerras imperialistas de EEUU y su alianza OTANISTA, momento en el que esa potencia asesina actuaba sin obstáculo alguno a la hora de robar y delimitar el mapa político del mundo en virtud de sus intereses crematísticos en su papel de caudillo fascista del mundo. Una ONU que, tras la guerra en Iraq, en 2003, no le servía al imperialismo norteamericano ni tan siquiera para legalizarle las guerras de carroña, en tanto que Francia, Alemania, Rusia o China se opusieron a ella. Desde esa fecha, a EEUU y sus esbirros les ha importado bien poco lo que diga, o deje de decir, la ONU, estando ellos, y los intereses económicos de sus monopolios, por encima de todos y de todo.

Por más que la Asamblea General de la ONU exija el fin del bloqueo genocida contra Cuba, EEUU omite e incumple por sistema lo que la mayoría de los estados que conforman dicha Asamblea General votan, demostrándose la naturaleza reaccionaria de aquellos que dicen ser los adalides de la “democracia” y de la “libertad”, así como la inutilidad – salvo en lo simbólico – de la ONU. Estos reaccionarios que son los que exigen los estándares democráticos a los pueblos del mundo, justificando sus guerras de rapiña en la supuesta democracia y la libertad, son los primeros que la desprecian y siempre las han despreciado pues han atesorado la riqueza a costa de sojuzgar al proletariado, a los pueblos del mundo.

Sin embargo, hay que reseñar que en la votación de 2025, si la comparamos con la de 2024 – a pesar del abrumador rechazo de la mayoría del mundo al infame bloqueo norteamericano contra Cuba -, se han incrementado los estados que se han abstenido y que han votado a favor del bloqueo norteamericano contra Cuba, mostrando un bloque de gobiernos fascistas alineados firmemente junto con el fascista Trump, junto con la potencia norteamericana heredera del III Reich hitleriano.

Los estados que han votado a favor del bloqueo contra Cuba han sido EEUU, Israel, los dos estados que clásicamente han votado en contra de Cuba y en favor del bloqueo en tanto son dos estados fascistas y genocidas. A ellos, se han unido los estados donde gobiernan fascistas como acontece con Argentina, Paraguay, en América Latina y Macedonia del Norte, Hungría y Ucrania en Europa, constituyendo el eje fascista mundial hoy.

Asimismo, se han abstenido los siguientes países: Albania, Bosnia Herzegovina, Estonia, Letonia, Lituania, Moldavia, Rumanía, Polonia, Chequia, Costa Rica, Ecuador y Marruecos. En este bloque de estados los hay con gobiernos abiertamente fascistas como, por ejemplo, los países bálticos, Polonia, Rumanía, Ecuador o Chequia donde de manera abierta se persiguen e ilegalizan a los comunistas. También los hay con gobiernos socialdemócratas, lacayos de Israel que apoyan el genocidio contra el pueblo palestino y de EEUU, como por ejemplo Costa Rica o Albania, o con gobiernos donde participan en alianza con reaccionarios, como por ejemplo Bosnia Herzegovina, demostrando que la socialdemocracia es el ala “moderada” del fascismo.

Mención especial merece la satrapía marroquí y su corrupto monarca, esbirro de los EEUU y socio sionista, Acuerdos de Abraham, donde miran hacia otro lado ante el genocidio contra el pueblo palestino a la par que colaboran para reprimir al pueblo saharaui. Marruecos es la marioneta del norte de África de Trump y de Israel a cambio del reconocimiento de éstos de la soberanía marroquí sobre territorio saharaui.

Esta votación en la ONU evidencia cómo las fuerzas reaccionarias están desarrollando un bloque político bajo el mandato de los EEUU, un bloque que retrata el declive del imperialismo norteamericano que recibe el apoyo diplomático explícito de los estados gobernados por fuerzas abiertamente fascistas y un apoyo por la vía de la abstención de estados altamente corruptos.

Y mientras el imperialismo norteamericano sale derrotado, nuevamente, de la Asamblea General de la ONU, EEUU prosigue en su deterioro económico, con un dólar que pierde influencia a nivel mundial, de tal modo que cada día más países establecen intercambios comerciales al margen del dólar, comprobando cómo avanza el sistema internacional de pagos lanzado por China, al margen de los EEUU, socavando su poder de coacción económica; por otro lado la acentuación de la guerra comercial y arancelaria de Trump tiene efectos como la fuga de capitales y empresas de los EEUU, como los despidos masivos, en total 1,1 millones de despidos en los 10 primeros meses de 2025, también estimulados por el desarrollo de la IA.

EEUU pretende impedir su declive con bloqueos, genocidios, desestabilizando gobiernos e imponiendo títeres reaccionarios y corruptos al servicio de sus monopolios, arremetiendo contra los pueblos y provocando y amenazando con guerras de carroña como está haciendo contra Venezuela o contra Nigeria, ambos países ricos en petróleo y gas, haciendo lo que siempre hizo, robarle la riqueza a los pueblos y sojuzgarlos inmisericordemente.

El imperialismo es la fase del capitalismo de mayor putrefacción, de agonía, de mayor socialización del trabajo y mayor privatización de la riqueza en unas pocas manos. Es la fase de tránsito hacia una formación socioeconómica superior, la fase de tránsito hacia el socialismo.

Cuanto mayor es el declive del imperialismo norteamericano, que se muestra tanto a nivel mundial como en las contradicciones de clase cada vez mayores en el seno de la sociedad norteamericana, tanto más reaccionario, tanto más abraza el estado gringo al fascismo, que es un poder precario que refleja su proceso de agonía.

Hoy hay una pugna por la hegemonía dentro de la formación socioeconómica imperialista, una pugna que cada día aproxima más al mundo hacia el abismo de la guerra mundial. Un imperialismo que en esta pugna se va fragmentando en dos bloques, y que el desarrollo de la inteligencia artificial, de la robotización, va negando la base económica del imperialismo constatando la inviabilidad de dicha formación socioeconómica, que vive ya en días que no le corresponden.

La base del imperialismo es la putrefacción, es la prevalencia del capitalismo financiero, es el saqueo de los pueblos y la explotación inmisericorde de todo el mundo, es la desigualdad superlativa suponiendo la mayor amenaza tanto para el planeta como para la supervivencia de la humanidad.

La revolución socialista ya está lanzada pues en la formación socioeconómica actual ya se han desarrollado todas las fuerzas productivas que caben en ella, y porque las condiciones materiales para la aparición de nuevas y más elevadas relaciones de producción ya han madurado dentro de la formación socioeconómica que está feneciendo, el imperialismo, donde de facto compiten el imperialismo y el socialismo, que avanza a la par que se desarrolla la automatización de la producción que niega el imperialismo de facto.

Los imperialistas tienen claro que su sistema, su formación socioeconómica, está caduca y sólo pueden resolver su inviabilidad destruyendo fuerza productiva, asesinando a millones de seres humanos que les sobran, desarrollando la guerra imperialista y sojuzgando al proletariado. Los proletarios no tenemos otra salida que cumplir nuestra misión histórica, derrocar revolucionariamente el imperialismo y socializar la enorme riqueza que el desarrollo tecnológico genera, o lo que es lo mismo, armonizar el desarrollo de las fuerzas productivas con unas relaciones de producción acordes, esto es, socializar los medios de producción, socializar el desarrollo tecnológico convirtiéndolo en progreso social e histórico. Sin duda, para el proletariado la desaparición del imperialismo norteamericano es muy importante, en tanto éste expresa la manifestación más inhumana y salvaje de los imperialistas, pero no hay imperialismo bueno, pues en esencia es la concentración de la riqueza en un puñado de criminales y la socialización de la explotación y de la pobreza para la humanidad, que es el proletariado.

Los imperialistas saben que se están jugando el todo por el todo, su supervivencia, y saben que la humanidad jamás se podrá emancipar sin la guía emancipadora del proletariado, el marxismo-leninismo, y sin el instrumento que fusiona esa guía con el sujeto revolucionario, el proletariado, que es el Partido Leninista, el movimiento comunista internacional. Por ello, los imperialistas lo apuestan todo al fascismo, al anticomunismo, a la represión brutal del proletariado, de los pueblos del mundo.

 

¡ABAJO EL FASCISMO, MUERTE AL IMPERIALISMO!

¡POR LA CONSTRUCCIÓN DE UN MOVIMIENTO COMUNISTA INTERNACIONAL REVOLUCIONARIO, POR EL DESARROLLO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

Madrid, 11 de noviembre de 2025

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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