Las consecuencias salariales y políticas del sindicalismo amarillo

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El término sindicalismo amarillo se refiere a una práctica en la que los líderes sindicales, en lugar de defender los derechos e intereses de los trabajadores, actúan en connivencia con la patronal, el gobierno u otros intereses externos, usualmente a cambio de beneficios personales o privilegios. Este tipo de sindicalismo tiene consecuencias graves para los trabajadores, especialmente en lo que respecta a los sueldos. En esta tesitura, los líderes sindicales no presionan adecuadamente por aumentos salariales y se aceptan condiciones impuestas por la empresa, incluso si son injustas o están por debajo del nivel de inflación. Al no haber aumentos salariales reales, los sueldos quedan rezagados frente a la inflación. El sindicalismo amarillo puede aceptar condiciones de trabajo más flexibles, contratos temporales o subcontratas, afectando los ingresos y la estabilidad de los trabajadores. Esto se traduce en una reducción del poder de compra de la clase trabajadora. En este contexto se crea la aristocracia obrera fruto del favoritismo hacia ciertos grupos o trabajadores cercanos al sindicato, generando diferencias salariales injustificadas.

Frente a todas estas evidencias se cae el relato de que los sueldos no aumentan debido a la baja productividad que esgrimen los capitalistas para no aumentar los salarios y queda claro que el problema radica en la nula actividad sindical de los sindicatos amarillos. Llegados a este punto podemos afirmar que la falta de una verdadera organización sindical tiene un impacto directo y negativo sobre los salarios de los trabajadores, especialmente en contextos donde la negociación colectiva es clave para proteger y mejorar las condiciones laborales. La falta de representación real lleva a la apatía entre los trabajadores, quienes ya no confían en sus dirigentes ni luchan por mejoras salariales. Al ver que los sindicatos no cumplen su función, muchos trabajadores optan por no afiliarse, lo cual debilita el movimiento sindical en general y reduce su capacidad de negociación salarial. Esto debilita aún más el poder colectivo para exigir mejores condiciones y la conciencia de clase de amplios sectores de la clase obrera.

Desde el PCOE trabajamos para recuperar la acción sindical de clase, que es una forma de actividad sindical que se basa en la defensa de los intereses colectivos e históricos de la clase trabajadora, más allá de las reivindicaciones laborales inmediatas. Esta perspectiva se opone a un sindicalismo meramente reformista o corporativista, esto es amarillo, que se centra sólo en mejoras puntuales dentro del sistema capitalista. El PCOE trabaja para fortalecer la FSM (Federación Sindical Mundial) y crear estructuras de poder obrero ante la avaricia de los capitalistas y del Caballo de Troya que representan los sindicatos que ellos subvencionan. También el PCOE atrae a los elementos más avanzados del proletariado consciente hacia el Partido, para pasar de una mera reivindicación económica, que pertenece al sindicato, a una reivindicación política, que pertenece al Partido, y que pone en juego, más allá del mero reformismo, la superación del sistema capitalista y estimula la conciencia de clase de amplias capas de la clase obrera. Este nuevo sistema social, político y económico, que se llama socialismo, pondrá los medios de producción al servicio de la inmensa mayoría productora, destruirá la apropiación privada del trabajo social y superará a un modelo productivo que se ha convertido en una verdadera traba para el desarrollo de las relaciones de producción.

 

¡ABAJO EL SINDICALISMO AMARILLO!

¡HACIA UN SINDICALISMO DE CLASE!

¡CONSTRUYE PODER OBRERO!

 

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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