La unidad del sindicalismo de clase se forja luchando contra el oportunismo

La clase obrera enfrenta hoy uno de los momentos más decisivos de su historia, jugándose su existencia en un contexto de agudización de la explotación, de incremento de la precariedad y destrucción de fuerzas productivas, tanto por la vía del empobrecimiento como de las guerras imperialistas. Una economía cada día más putrefacta que pivota sobre la timba del capital financiero y la militarización de la economía, con la consecuente depauperación de las condiciones de vida del proletariado, así como la pérdida de la vida de centenares de miles de proletarios que son los que perecen en las contiendas interimperialistas.
La clase obrera es la única clase revolucionaria, el sujeto revolucionario, puesto que es la clase que tiene la potencia -en tanto es la más numerosa y es la que genera la riqueza- y la necesidad objetiva de emanciparse de este régimen de explotación imperialista que nos condena a los proletarios a vivir en oprobio, a la miseria material y espiritual y la muerte.
Sin embargo, hoy la clase obrera, como consecuencia de la debilidad del movimiento comunista, que es el alma, el pensamiento racional y consciente del proletariado, se halla bajo la influencia ideológica que el capital financiero le inocula a través de sus instrumentos propagandísticos y políticos.
Sin el movimiento comunista, sin un partido marxista-leninista que gane influencia en la parte más consciente del proletariado, la clase obrera no toma conciencia de sí y para sí, no toma conciencia de que es el sujeto revolucionario y que es el motor de la construcción de un nuevo proyecto histórico: el Socialismo.
Es por esta situación por lo único que los capitalistas mantienen el poder, puesto que su sistema se halla en absoluta bancarrota, demuestra cada día su agotamiento y su inviabilidad, tanto en el terreno económico como en el político. El instrumento político más acabado que tiene la burguesía, la patronal, contra la clase obrera es el oportunismo en tanto que la pervierte ideológicamente, la desorganiza y la atomiza suponiendo un freno para el desarrollo de la ideología y la organización revolucionaria de nuestra clase social, el proletariado.
El motor de la historia y el principio rector de la sociedad dividida en clases sociales antagónicas, como la capitalista, es la lucha de clases que en la época del imperialismo se muestra como la contradicción fundamental entre éste y el socialismo. La lucha de clases transita por tres vías o cauces: la lucha ideológica, la lucha política y la lucha económica.
En consecuencia, en todos los campos, en todos los planos de la sociedad capitalista, o se está con el proletariado, asumiendo la lucha de clases como motor de la historia, o se está con la burguesía, abrazando el interclasismo que es abrazar el sometimiento del proletariado a la burguesía.
Por tanto, en el campo del sindicalismo, como en todos los órdenes de la sociedad capitalista, la lucha de clases rige no solo en la lucha contra los empresarios sino, también, en la lucha contra el oportunismo en el seno de los sindicatos.
En el Estado español hoy hay un número importante de organizaciones sindicales que abrazan la conciliación de clases, la subordinación del trabajo al capital, que están alimentadas por la Patronal directamente, como por ejemplo, en empresas del sector de los grandes almacenes, o por el estado de los empresarios, del Capital, como son CCOO y UGT, bien regadas con dinero público por parte del Estado burgués: Estas dos organizaciones, directamente compradas por el Estado, recibieron 88,9 millones de euros de subvenciones públicas en 2024.
Por otro lado, en el Estado español hay sindicatos que se reclaman del sindicalismo de clase, en tanto dicen abrazar el principio de la lucha de clases y, consecuentemente, que la organización y la acción sindical del proletariado deben desarrollarse asumiendo desde una perspectiva clasista, asumiendo la lucha de clases como el alfa y el omega del pensamiento y la acción del proletariado organizado en la defensa de sus intereses económicos y políticos, de la aspiración del proletariado de superar el sistema capitalista de producción, considerando, pues, que la lucha de clase entre patronos y obreros discurre por los tres cauces por el que circula: el ideológico, político y económico.
El mayor enemigo que tiene el proletariado es, sin duda, el oportunismo que lo malea y corrompe ideológicamente y lo divide y debilita organizativamente. En el Estado español, sin duda, la versión más putrefacta y abyecta del oportunismo la encarna, sin lugar a dudas, el Partido Comunista de los Pueblos de España (PCPE). Dicho partido, en la conmemoración del 80 aniversario de la Federación Sindical Mundial (FSM) señalaba lo siguiente en su artículo “La FSM, fundada en 1945, encarna principios alineados con el pensamiento de Lenin: la denuncia del sindicalismo de pacto social, el antiimperialismo y solidaridad de clase transnacional (…) Rechazo al reformismo oportunista: Mientras los sindicatos de pacto social colaboran con la burguesía, la FSM denuncia la explotación como inherente al capitalismo y aboga por su abolición.”. Y mientras el PCPE dice de boquilla eso en la conmemoración del 80 aniversario de la FSM, mientras señala al “sindicalismo de pacto social”, que en el Estado español sus máximos estandartes son CCOO y UGT, ese partido y sus militantes siguen engrosando las filas de ese “sindicalismo de pacto social”, véase en la fotografía, sin ir más lejos, un dirigente murciano del Comité Central del PCPE con la credencial de CCOO al cuello:
O, por poner otro ejemplo, dirigentes del PCPE-PCPA malagueño, como Juan Antonio Perles miembro de la Ejecutiva de FSC-CCOO en Málaga:
O Gloria Fernández, dirigente histórica del PCPE en Málaga y Andalucía.
¡Ese es el oportunismo! Se critica de boquilla mientras se forma parte de lo que se critica, mientras se forma parte “del sindicalismo de pacto social” que dicen criticar.
Recientemente, dicho partido publicaba en sus redes sociales el panfleto oportunista “La Socialdemocracia Sindical. Descaradamente Belicistas” en el que critica a UGT por estar a favor del belicismo burgués y no representar a la clase trabajadora. Pero, realmente, ¿qué se esconde tras esta crítica a UGT sino un blanqueo a CCOO, donde una parte de su militancia trabaja? Tanto CCOO como UGT son apéndices del Estado fascista español y están alineados en los mismos planteamientos de conciliación de clases, de subordinación del proletariado a los intereses del capital y de defensa del imperialismo.
Ese es el oportunismo, por un lado adulan y celebran el 80 aniversario de la FSM y por otro militan en su antagónico sindical a nivel mundial, en los sindicatos de la CSI como CCOO.
Una de las cosas que el PCPE aplaude en su comunicado de conmemoración del 80 aniversario de la Federación Sindical Mundial (FSM) es lo siguiente: “Internacionalismo proletario: La FSM practica este principio desde el apoyo de las luchas contra el imperialismo en Palestina, Cuba y Venezuela hasta su presencia en infinidad de rincones del planeta en defensa de las masas trabajadoras.”.
El internacionalismo proletario nace de la consigna emitida por Marx y Engels en el Manifiesto del Partido Comunista que decía “¡Proletarios de todos los países, uníos!”. Dicha consigna muestra, sin lugar a dudas, que el proletariado es una única clase universal, internacionalista.
En el Estado español hay más de 500 sindicatos registrados, donde los trabajadores estamos divididos. De estos sindicatos una pequeña parte se denominan sindicatos de clase, y se reivindican como tal, y un gran número de ellos se adhieren a la Federación Sindical Mundial. Unos sindicatos en el Estado español cuyas centrales sindicales que la componen están divididas en dos grupos: el primer grupo liderado por LAB de naciones sin Estado, y un segundo grupo aglutinados en torno al Comité Estatal de la FSM compuesto por cuatro o cinco sindicatos pequeños. Todos ellos dicen ser sindicatos de clase pero, si todos son sindicatos de clase, si todos ellos son sindicatos que conciben como principio rector de la sociedad la lucha de clases y, por tanto, de las relaciones entre obreros y patronos, ¿cómo es posible que estén divididos? ¿por qué no se unen y toman nota de experiencias como la que se ha sucedido en Italia con Unione Sindacale di Base (USB) que ha sido capaz de unificar al sindicalismo de clase transalpino creando una auténtica sección de la FSM en el estado italiano? Una parte de culpa de que este proceso de unificación del sindicalismo de clase no cuaje estriba en la acción fraccionalista, trotskista, del PCPE que no vacila en crear chiringuitos para tratar de controlar el comité estatal de la FSM por la vía de la división, al objeto de tratar de controlar la interlocución con la FSM, a pesar que los cuadros de ese partido dentro de los sindicatos de clase no tienen raigambre alguna con los centros de trabajo ni con las secciones sindicales pues son incapaces de construir absolutamente nada en sus centros de trabajo, aquella minoría que está en edad de trabajar. Un comportamiento impropio e indigno de alguien que se denomina comunista y que, sin duda, ensucia a los auténticos comunistas y perjudica sobremanera a la clase obrera.
Si todos los sindicatos que son de la FSM en el estado español, tanto los sindicatos de la nación española como los sindicatos de las naciones postergadas – Cataluña, Euskadi y Galicia – que la existencia previa del Estado español les ha negado conformarse en estado, lucharan por la unidad sindical de clase, no debería haber ninguna razón, en términos ideológicos, para darse dicha unidad si hubiera honestidad proletaria, si se pusieran los intereses y la unidad de la clase obrera que va indisolublemente unida a la emancipación de los pueblos oprimidos en el primer lugar de todos.
La FSM a lo largo de su historia se ha caracterizado por buscar la unidad de la clase obrera, luchar contra el colonialismo y la opresión de los pueblos, por la dignidad y la vida de la clase obrera, por la paz. Si realmente todos fueran fieles discípulos del pensamiento y la praxis de la Federación Sindical Mundial en el Estado español ya hubiera sido posible la irrupción de una central sindical única de clase que acrecentaría la fuerza y la organización del proletariado en los centros de trabajo y, consecuentemente, multiplicaría las fuerzas del progreso social, mejorando la situación económica y política del proletariado y haciéndolo más rico en términos ideológicos.
El desarrollo del movimiento sindical clasista es fundamental para acelerar el proceso para que la clase obrera pueda vivir dignamente, para que pueda conquistar no solo mejoras económicas y políticas sino hábito organizativo, para que el proletariado como sujeto transformador de la sociedad disponga de músculo y luche por controlar y domeñar la producción a los intereses de la mayoría obrera. Esta obra es factible si las bases de los sindicatos dan un paso hacia adelante, si anteponen la unidad del proletariado a otros intereses particulares y los auténticos comunistas, no los fantasmas oportunistas criados y nacidos de la putrefacción del movimiento comunista de la década de los 80s, debemos empujar por desarrollar organización sindical de clase en los centros de trabajo y que, desde los centros de trabajo, desde abajo, se conquiste esa central sindical única de clase que necesitamos los proletarios en el Estado español, y esa obra únicamente puede ser construida por los obreros desde las fábricas, desde los centros de trabajo, de manera democrática, verdaderamente asamblearia.
Nuestro Partido está comprometido en la construcción de una central sindical única, de clase, en el desarrollo y el fortalecimiento de la Federación Sindical Mundial y, para ello, hacemos un llamamiento a las bases de los sindicatos de clase a dar pasos en la construcción de dicha fuerza unitaria acabando con chiringuitos y reinos de taifas que son ajenos a los intereses generales del proletariado y que solo atienden a intereses particulares de aquellos que, de facto, están en la misma orilla de la burguesía.
¡Desarrollar la lucha de clase es luchar a muerte contra el oportunismo en el seno del movimiento obrero!
¡Por la unidad del sindicalismo de clase, por una central sindical única del proletariado!
¡Por el desarrollo de la Federación Sindical Mundial!
Madrid, 21 de octubre de 2025
COMISIÓN DE MOVIMIENTO OBRERO Y DE MASAS DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL