Cáritas y su protección del capital

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El pasado mes de febrero, la secretaria general de Cáritas en Canarias, Caya Suárez, habló en una entrevista sobre la pobreza en dicha comunidad, que si bien se ha reducido en datos publicados en el INE, sigue siendo alta y la situación ha mejorado solo para una minoría. Se mencionan en dicha entrevista los problemas que tiene casi la mitad de la población de Canarias para afrontar gastos imprevistos, así como los problemas de vivienda y la ridícula subida del salario mínimo interprofesional (SMI), la cual esta representante de Cáritas define como “absurda”. En su opinión, lo que necesitan las familias en España es “mejorar el trabajo precario, tomar medidas para que los ingresos que recibe la población sean acordes al coste de la vida”.

 

Puede escucharse en la entrevista que Caya Suárez habla de que es necesario señalar las causas de la pauperización de la población, y sin embargo su solución es hacer más llevaderas las consecuencias, como mejorar el trabajo precario y poner los ingresos a la altura del coste de la vida. ¿Es que la precariedad del trabajo y la inflación se deben a leyes naturales, o hay un límite a la hora de tirar del hilo?

En 2021, en otra entrevista, la secretaria general de Cáritas en Canarias decía: “(…) los milagros somos cada uno de nosotros que hacemos posible que la realidad cambie. Dios nos acompaña, nos da esperanza y empuje, pero las manos las tenemos que poner nosotros”. Sin embargo, no trabaja para transformar nada, ya que se enfoca solamente en consecuencias; habla de realidades particulares de individuos, de instituciones y políticos que “plantan semillitas” y que “la crisis del covid, el aumento de la pobreza, la crisis migratoria y dificultades asociadas” son “las causas”. ¿Cómo puede llamar a eso “causas”? ¿antes del covid todo estaba bien? ¿a qué se debe la mal llamada “crisis migratoria”? ¿hay pobreza por azar? ¿hay inflación sin motivo? Existen dos posibilidades; o Caya Suárez no sabe diferenciar entre causas y consecuencias, o prefiere no hacerlo por los intereses de su organización. Lo que sí podemos afirmar es que en 2025 no ha cambiado, y sigue hablando de los problemas de manera superficial y proponiendo vagos paliativos, a pesar de su discurso.

También en febrero del presente año se anunció que Cáritas Ontinyent logró recaudar 18.255 euros antes de navidad, para ayudar en la reconstrucción de las zonas afectadas por la DANA. Cáritas decidió enfocar sus esfuerzos en atender la emergencia e instalar “huchas solidarias” para la recaudación. Se han enfocado en ello como si el problema fuese un fenómeno meteorológico, sin más, y no hubiese que señalar a responsables sino solo a víctimas a las que asistir. No hay declaraciones de Cáritas en lo que se refiere al grave peligro que corrieron miles de trabajadores que fueron enviados a generar ganancias un día más para unos parásitos, incluso conociéndose la situación de alerta. Entre las empresas que enviaron al peligro a los obreros se encuentran Mercadona e Inditex, y Cáritas aceptó donativos para el blanqueo de imagen y los beneficios fiscales de Amancio Ortega, por un lado, y de Juan Roig por otro. Tampoco señala esta organización “sin ánimo de lucro” que estos dos grandes parásitos, por mencionar solo a dos, tienen intereses e inversiones en Valencia, ni que el desastre se debe, entre otras cosas, a la especulación inmobiliaria que llevó durante años a construir en terrenos inundables. ¿No se supone que había que señalar las causas?

Por otro lado, Cáritas recibe donaciones del Grupo Santander, que destina fondos para un proyecto de “emancipación” para jóvenes extutelados, llamado “Corazón de Casa”, en el cual también se enfocan en casos de jóvenes migrantes sin recursos. No solo se trata de convertir en mano de obra funcional a jóvenes de la clase obrera y pagar alquileres a rentistas, sino que se blanquea a un banco que se dedica, entre otras cosas, al más que infame negocio de las armas y a la extracción de materias primas en países del sur global a los que pertenecen muchos de éstos jóvenes, donde los obreros están en situación de esclavitud y se usa incluso trabajo infantil, pues el Grupo Santander posee acciones en Apple y Microsoft, entre otros. ¿No son ese tipo de causas a las que Cáritas considera necesario señalar? Hablan de personas migrantes que quieren un “futuro mejor”, pero no dicen qué es lo que les trae hasta el país en que vivimos. Tampoco señalarán qué causa los males que llevan a los jóvenes nacidos en España a la situación de desamparo y/o miseria que es estructural, y que no se debe a “casos individuales”.

Cáritas también tiene un convenio con Microbank, que es una entidad financiera del Grupo Caixabank, donde se conceden microcréditos para que aquellos que estén en situación de vulnerabilidad puedan “emprender”, presentando un plan de empresa y un informe favorable de viabilidad. Vemos aquí que ya no solo se dedica a ignorar al capitalismo como causa, sino que reproduce las relaciones de producción capitalistas. Sus usuarios pueden ser aspirantes a explotadores, teniendo acceso a capital para intentar arañar cuanto se pueda de la conversión del trabajo asalariado en lucro para una minoría. No solo se fomenta la visión de que ese interés es legítimo, sino que, en caso de alcanzar cierta estabilidad, servirá como empresa cliente para los grandes parásitos, e inevitablemente se devolverá el préstamo a la entidad financiera, pase lo que pase. Y ante una situación, cada vez mayor, en la que se nos niega el trabajo, la idea no es luchar contra la minoría criminal que lo convierte todo en mercancías, sino la de participar en la dinámica destructiva del mercado.

Al parecer esta organización saca pecho por haber sido, junto a otras ONG, “facilitadora” de 200.000 empleos en 8 años, cifras más que insuficientes entre los que abunda el trabajo precario usando el Fondo Social Europeo para engrasar la maquinaria burguesa y la “paz social”. Como era de esperar, Yolanda Díaz, lacaya de los monopolios, celebra estos actos de caridad. Sin embargo, solo el año pasado, Cáritas despidió a 8 trabajadores en Cantabria que atendían a más de 200 usuarios, alegando motivos económicos, al igual que los 11 trabajadores despedidos en Gran Canaria, tras el cierre repentino de una comunidad terapéutica. Varios trabajadores llevaban más de una década con la entidad. ¿Es esta su defensa del trabajo y de “las personas”?

Cabe destacar la batería de propuestas que presentó esta ONG en las últimas elecciones generales, ya que dan forma al único propósito de este tipo de organizaciones. En dicho texto, puede leerse que Cáritas se reivindica como agente activo de transformación de la sociedad, pero en el primer punto sugiere (ni siquiera fingirá exigir) modificar una ley para que “las personas” tengan el mínimo necesario para vivir. La esclavitud asalariada ya tiene ese propósito: lo mínimo necesario para vivir y poder realizar el trabajo que da ganancia al burgués.

El segundo punto habla de no desahuciar a personas vulnerables que no tienen ayuda económica o alojamiento alternativo: lo mismo que dice el Estado burgués y que incumple una y otra vez, por no hablar de que Cáritas, al pedir no desalojar en ciertas condiciones y mencionar ayuda para el pago, está legitimando el lucro con la vivienda y los desahucios.

Tras un tercer punto abstracto y un cuarto que solo habla de facilitar los trámites burocráticos, encontramos un quinto punto sobre facilitar el acceso de las “personas vulnerables” al empleo y a la formación, y de regular la situación laboral de las cuidadoras del hogar. Es decir, que los burgueses, los cuales tienen como único propósito la ganancia con la explotación humana y priorizan ante todo la viabilidad de su negocio, “empaticen”, usen a los más desfavorecidos y se dignen a poner en regla la situación de las cuidadoras del hogar. Los empresarios ya reciben subvenciones por contratar a personas etiquetadas como “vulnerables”, y la precariedad de las trabajadoras del hogar seguirá siendo ley, aunque sus contratos estén en regla.

El sexto punto habla de facilitar la regulación de “personas extranjeras”, mencionando vagamente las dificultades para llegar desde su país de origen y las que se encuentran al llegar. No menciona en ningún momento a la burguesía de las principales potencias imperialistas que generan las terribles causas que les traen hasta aquí, ni que se convierten en mano de obra barata, así como números para que las ONG reciban subvenciones, obviamente. El séptimo punto solo habla de unificar criterios y hacer efectivos los derechos de mujeres que sufren violencia machista. Por lo visto el machismo y toda la opresión asociada son inevitables y sólo cabe clarificar las leyes que se aplican cuando ya hay víctimas.

El último punto habla de “fortalecer la sociedad civil” en terceros países, como si el Estado español no tuviese nada que ver con la opresión en ellos, y termina diciendo: “Queremos que las políticas de cooperación de España apoyen a la sociedad civil y protejan a los defensores de Derechos Humanos en aquellos países donde hay una enorme represión”. Al parecer, la imperante propiedad privada de los medios de producción en España y todo lo que es inherente a ello, como negar el trabajo, precarizar éste, generar pobreza, manipular, usar la violencia contra manifestantes y trabajadores en huelga, permitir el fascismo, desahuciar, privatizar la sanidad, la educación, hacer negocio con las armas, pertenecer a la OTAN, etc., para Cáritas no es “una enorme represión”.

Éste es el papel de organizaciones “sin ánimo de lucro” como ésta: servir de parachoques contra las continuas crisis del capitalismo y ser una vía más, junto a los partidos oportunistas y sindicatos de la patronal, para dirigir a los obreros a la legalidad e instituciones burguesas. Son otras de las armas de la burguesía para que la clase obrera crea que no hay razón ni camino para luchar; que todas las dolencias de la sociedad se deben a algo inevitable; que los obreros deben pedir migajas a entidades caritativas, inscribirse en una lista para pedir ayuda y esperar que los representantes de la burguesía, es decir, los políticos de los parlamentos, se dignen a aplicar algún paliativo, pues ellos tienen las competencias y los proletarios no deben inmiscuirse en asuntos políticos, según el razonamiento de los buitres de la sociedad que son las ONG. Se oponen a la discordia entre explotadores y explotados, siendo una barrera defensiva para la economía de mercado a la que no cuestionarán jamás.

Estas organizaciones son otro elemento que impide que la clase obrera vea en sus hermanos de clase la alternativa solidaria y combativa que puede servir como germen para tomar conciencia de clase. Quienes dirigen las ONG, a través de palabrería, fingen preocuparse y señalar las causas de los problemas de la sociedad, pero en realidad solo los tapan y ponen el foco en las consecuencias. Mientras los asalariados que están en primera línea de estas organizaciones se afanan por atender a los usuarios en lamentables condiciones, quienes las dirigen se afanan por mantener su rol de defensores del capital y el negocio de la miseria. La clase obrera es el sujeto revolucionario, ya que crea todo lo existente en la sociedad; toda la riqueza, y ante la ausencia de una organización proletaria contra el capital es fácil que la inercia de la ideología burguesa arrastre a los trabajadores a la derrota en la batalla ideológica.

No podemos permitir que sigan dividiéndonos, desarmándonos y reduciéndonos a la absoluta impotencia. La solución no está en pedir al enemigo que deje de oprimirnos; la solución está en derrocar a nuestros enemigos de clase, que son la burguesía y todo lo que orbita a su alrededor. Las ONG se meten en cada dolencia del proletariado para ofrecer limosnas y paños calientes individualmente; conocen nuestra debilidad. Por eso debemos organizarnos y unir todas las luchas en un Frente Único del Pueblo con el que tejer un poder real para nuestra clase. Solo organizándonos y elevando la conciencia actuaremos colectivamente como sujeto revolucionario para librarnos de los explotadores que hoy se hacen con los frutos de nuestro trabajo, nos reprimen y crean la beneficencia para limpiar su imagen y que no nos alcemos. Es vital comenzar a librarnos de buitres y oportunistas, ya que son el principal obstáculo que encontramos al dirigirnos hacia la meta que garantiza la defensa de nuestros intereses y pone la vida humana en el centro: el socialismo.

 

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español

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