Sobre la situación de Cataluña tras el referéndum del 1-O

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El pasado día 10 de octubre el President de la Generalitat comparecía ante el Parlament de Catalunya para llevarle los resultados del Referéndum del 1 de octubre y asumirlos, debiendo declarar la independencia y proclamar la República Catalana. Sin embargo, Puigdemont hizo una ambigua declaración política por la que Cataluña se convierte en un estado independiente en forma de República para, a renglón seguido, declarar una suspensión de la declaración anterior y dar paso a un proceso de diálogo con el que tratar de alcanzar una salida a la situación.

Al día siguiente,  la respuesta dada por el Gobierno de Rajoy fue nítida: Represión y burla.  Y decimos represión porque activó, formalmente, el artículo 155, y señalamos formalmente porque, en la práctica, la intervención y la represión contra la autonomía catalana ya eran efectivas desde antes del 1 de Octubre. Y decimos burla porque anunció que dentro de 6 meses tratarán de iniciar una comisión parlamentaria de estudio para la Reforma constitucional, que en realidad significa hacer lo que a los reaccionarios servidores de los monopolios les dé la gana con tal de engañar al pueblo.

Esta fórmula ha servido para que el bloque fascista que defiende abiertamente las posiciones del Estado  reaccionario se cohesione, de tal modo que el PP, el partido de la corrupción y de la represión máxima contra el proletariado, se quiera mostrar como la fuerza central en la defensa del Estado y el PSOE patrimonialice el engaño de la Comisión parlamentaria de la Reforma Constitucional. Pedro Sánchez, que llamó indecente a Rajoy, no tiene problema alguno no sólo en apoyarlo sin fisuras sino en ser el principal sostén de este gobierno corrupto que está arremetiendo contra Cataluña y que no dispone, tan siquiera, del apoyo de la inmensa mayoría del electorado, no hemos de olvidar que el 77% del electorado no votó al PP.

El posicionamiento de Puigdemont en el Parlament el pasado martes, y consecuentemente del Govern de la Generalitat, atiende fundamentalmente a una cuestión de clase. Si el referéndum del 1 de octubre ha sido un éxito, y ha servido para deteriorar al Estado, ha sido porque el conflicto dejó los despachos donde la burguesía chalanea y juega con el pueblo, y discurrió por los campos de batalla de la calle, donde el proletariado asumió, ante la represión del Estado,  la realización del referéndum, así como el protagonismo de una lucha que superó los términos de la cuestión nacional y ha empezado a impregnarse, cada vez más,  de lucha de clases. Como se decía en las calles de Cataluña, no era ya una cuestión en términos nacionales sino en términos democráticos y ello significa luchar contra el Estado, teniendo dichas masas en su cabeza la independencia como mayor arma para vencer al Estado. Hemos comprobado que Puigdemont, como voz del Govern de Junts Pel Sí (ERC y CDC/PDCAT), verbalizó un discurso por el que, mediante la ambigüedad y la suspensión de la declaración de independencia, introduce incertidumbre al objeto de devolver el conflicto a un escenario, a un cauce burgués, conocedor de que el conflicto ha rebasado el marco establecido por su clase.

Por ello, la lógica de la táctica del Govern de ERC y CDC/PDCAT, a partir del pleno del Parlament del día 10 de octubre, es la de tratar de buscar una salida al conflicto mediante la intervención internacional, una mediación, entre los representantes de los monopolios (Gobierno español) y los representantes de la burguesía catalana (Govern de la Generalitat), es a esto a lo que denominan “diálogo”, término eufemístico que significa ganar tiempo para tratar de encontrar una componenda que satisfaga a la burguesía catalana, que aspira a ser socia en el bloque imperialista europeo de la reaccionaria burguesía monopolista española, con ésta última.

La postura de Puigdemont asumida el pasado 10 de octubre es, en nuestra opinión, totalmente errónea, como los hechos han demostrado. Si pretendían poner la pelota en el tejado de Rajoy, éste en menos de 24 horas se la ha retornado, demandándole que responda si ha hecho una declaración de independencia. Sin lugar a dudas, lo que busca Rajoy es erosionar y confrontar al bloque independentista.

La respuesta dada por el Estado a Puigdemont, como no podía ser de otra manera, es de rechazar cualquier tipo de mediación y de exigir el establecimiento de lo que ellos llaman orden constitucional, no vacilando para ello en la aplicación efectiva de toda la represión necesaria y sacando a pasear a toda la escoria fascista que se manifiesta a lo largo y ancho de la península actuando con absoluta impunidad.  Esta respuesta del Gobierno, apoyada por el PSOE y C’s, ha dejado con las patas colgando a los oportunistas de PODEMOS, IU/PCE, ICV y Els Comuns que siempre han negado el derecho a la autodeterminación de la nación catalana, subordinándolo a la voluntad del Estado con el que debe negociarlo. Los oportunistas obvian que los derechos se ejercen y no se negocian. Ahora que Rajoy, y aquéllos con los que quieren pactar los oportunistas, el PSOE, han dejado claro la negativa del Estado y la vía de la reacción, no dudando en desfilar en las manifestaciones con el fascismo, están obligados a dejar de estar de perfil, o se posicionan con el Estado reaccionario, o se posicionan con la voluntad expresada por el pueblo catalán el pasado 1 de octubre. Los hechos sucedidos tanto el día 10 en el Parlament, como la respuesta dada por el Estado, puede suponer que en Cataluña, si bien el bloque independentista está fraccionado, puede aumentar sus filas dependiendo de la reacción de Podem y de Els Comuns; así como el PSC va a fragmentarse, todavía más, el día que el Estado arrecie con la represión y vaya vaciando las competencias de la Generalitat.

Los anhelos de que la Unión Europea, u otras potencias imperialistas, intervengan en una mediación del conflicto es otra percepción errónea de la burguesía catalana, pues los imperialistas no tienen el menor interés en debilitar, aún más, uno de los eslabones más débiles de la cadena imperialista: el estado español, máxime cuando nos encontramos ante un imperialismo absolutamente podrido.

La autodeterminación, y la independencia, únicamente es posible con la clase obrera movilizada, y la realización del Referéndum del 1 de octubre, el rechazo de la represión del Estado las últimas semanas de septiembre, la huelga nacional política del 3 de octubre, atestiguan que  la emancipación nacional de Cataluña únicamente es posible desde la movilización, y es aquí donde la lucha en términos nacionales empiezan a transitar, también, hacia la lucha de clases; terreno que no quieren ni la burguesía catalana ni la burguesía monopolista. El Presidente de la Patronal catalana Empresaris de Catalunya, Josep Bou i Vila, señaló la semana pasada que pedía a Carles Puigdemont que no declarase la independencia, disolviera el Parlament y convocase elecciones catalanas para “quitarse de en medio a la CUP, de quién es rehén”; prueba evidente de que los empresarios ya están percibiendo que el choque ya está empezando a desarrollarse en términos de clase, expresándolo la Patronal de esa forma. En Cataluña hoy se está desarrollando una lucha de clases entre la burguesía monopolista, la pequeña y mediana burguesía catalana y la clase obrera catalana. Las dos primeras son enemigas juradas de  la tercera, y es ahí la razón por la que Puigdemont saca el ‘diálogo’,  que pretende ser la desactivación de la calle, de la clase obrera, para circunscribir el proceso por los cauces de la burguesía pues sabe, que si va hasta el final, hasta la independencia, más temprano que tarde la burguesía catalana será desarbolada por el proletariado y, sin duda, la burguesía monopolista será también azotada en el resto del Estado saliendo a flote todas las contradicciones falsamente cerradas en los criminales acuerdos de la Transición, exacerbándose también la lucha de clases en el resto del estado español. Los trabajadores catalanes únicamente tienen como aliados firmes al proletariado y, fundamentalmente, al proletariado del estado español  que ya han manifestado su apoyo a los derechos del pueblo catalán y se han manifestado contra el Estado en las ciudades más importantes del estado español.

Exigimos al Govern de la Generalitat que cumpla con lo expresado por el pueblo catalán el pasado 1 de Octubre en un Referéndum que defendió en la calle pasando por encima de la criminal represión del Estado, y aplique las leyes de transitoriedad  y, en consecuencia, se declare a todos los efectos políticos y jurídicos la independencia y se proclame la República Catalana.

¡ABAJO EL ESTADO IMPERIALISTA ESPAÑOL!

¡POR EL SOCIALISMO!

Barcelona, 13 de octubre de 2017.

 

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

COMITÈ NACIONAL DEL PARTIT COMUNISTA OBRER DE CATALUNYA (PCOC)

 

About the situation of Catalonia after 1-O referendum

Last 10 October the President of the Generalitat appeared before the Parliament of Catalonia to bring the results of the referendum of 1 October and to assume them, and should declare the independence and proclaim the Catalan Republic. However, Puigdemont made an ambiguous political declaration by which Catalonia becomes an independent state in the form of a Republic and then, in the same breath, declared a suspension of the previous declaration and usher in a dialogue process with which to try to  reach a way out to the situation.

The day after, the answer given by the government of Rajoy was clear: repression and mockery. And we say “repression” because it activated, formally, the Article 155, and we note “formally” because, in practice, the intervention and repression against the Catalan autonomy were already effective since before 1 October. And we say “mockery” since it announced that within 6 months they we’ll try to initiate a parliamentary study committee for the constitutional reform, which really means to do what monopoly reactionary servants wish in order to deceive the people.

This formulation has helped the fascist block that openly defends the positions of the reactionary State to unite, in such a way that the PP, the party of corruption and maximum repression against proletariat, wants to show itself as the central force in the defence of the State and the PSOE appropriates the deception of the Constitutional Reform Parliamentary Committee. Pedro Sánchez, who called Rajoy indecent, has no issues in not only encouraging him but being the main support of this corrupt government that is raging against Catalonia and that has not the support of a large majority of the electorate. We must not forget that 77% of the electorate didn’t vote for the PP.

The stance of Puigdemont last Tuesday in the Parliament, and therefore of the Government of the Generalitat, is fundamentally based on a question of class. If the referendum of 1 October has been a success, and has served to damage the State, has been because the conflict left the offices where the bourgeoisie haggle and play with the people, and run through the street battlefields, where proletariat took on, before the repression of the State, the holding of the referendum, as well as the prominent role in a struggle that exceeded the terms of the national question and has begun to submerge itself, more and more, into a class struggle. As they said on the streets of Catalonia, it was not a question on national terms but on democratic terms and that means fighting against the State, these masses having in mind the independence as the biggest weapon to overcome the State.

We have seen that Puigdemont, as the voice of the Catalan Government of Junts Pel Sí (“Together for Yes”) – ERC and CDP-PdCat – verbalised a speech by which, through the ambiguity and the suspension of the declaration of independence, introduces uncertainty with the aim of bringing the conflict to a scenario, to a bourgeois channel, aware that the conflict has gone beyond the framework established by his class.

Thus, the logic of the tactic of the ERC and CDC-PdCat’s Government, from the plenary of the Catalan Parliament of 10 October, is to try to find a way out to the conflict with the international intervention, a mediation, between the monopoly representatives (Spanish Government) and the Catalan bourgeoisie representatives (Generalitat Government). Is this what they call “dialogue”, euphemistic term that means “saving time” to try to find a shady deal that satisfies the Catalan bourgeoisie, which seeks to be a partner of the reactionary Spanish monopoly bourgeoisie in the European imperialist block.

The position assumed by Puigdemont on last 10 October is, in our opinion, completely wrong, as the facts have demonstrated. If they pretended to put the ball on Rajoy’s court, this one has returned it to him in less than 24 hours, asking him to answer if he has made a declaration of independence. Without doubt, what Rajoy seeks is to erode and confront the pro-independence block.

The answer given by the State to Puigdement, as could not be otherwise, is to refuse any kind of mediation and to require the restoration of what they call constitutional order, not hesitating for it in the effective application of all the necessary repression and walking all the fascist scum which demonstrates far and wide the Peninsula acting with absolute impunity.

This answer of the Government, supported by the PSOE and C’s (Citizens), has left wide-open the opportunists of Podemos, IU-PCE, ICV and Els Comuns, that has always denied the right to self-determination of the Catalan nation, subordinating it to the will of the State with which it must negotiate it. The opportunists ignore that rights are exercised and are non-negotiable. Now that Rajoy and, those who the opportunists want to agree with, the PSOE, have made clear the refusal from the State and the means of the reaction, not hesitating to parade in the demonstrations with fascism, they are obliged to stop staying sideways; or they align with the reactionary State, or they align with the will expressed by the Catalan people on 1 October. The events occurring such on 10 October in the Catalan Parliament as the answer given to the State, can may represent that in Catalonia, even though the pro-independence block is fractionated, it can strengthen its ranks depending on the reaction of Podem and Els Comuns; just as the PSC is going to fragment, even more, the day the State steps the repression up and takes gradually away the competences from the Generalitat.

The desires that the European Union and other imperialist powers step in a mediation of the conflict is another wrong insight of the Catalan bourgeoisie, cause imperialists have no the slightest interest in weakening further one of the weakest links of the imperialist chain: the Spanish state, specially when we find ourselves before an absolutely rotten imperialism.

Self-determination and independence are only possible with the working class mobilised. The holding of the referendum on 1 October, the rejection of the repression of the State in late September and the national political strike of 3 October testifies that the national emancipation of Catalonia is only possible though mobilisation. And it´s here where the struggle in national terms begins to move, also, towards the class struggle; field which neither the Catalan bourgeoisie or the monopoly bourgeoisie don´t want.

The President of the Catalan Employers “Empresaris de Catalunya”, Josep Bou I Vila, pointed last week that he asked Carles Puigdemont not to declare the independence, to dissolve the Catalan Parliament and to hold Catalan elections, to “get rid of the CUP, for whom he is a hostage”; clear proof that the employers are perceiving that the clash is already starting to develop in class terms, expressing it the employers in that way.

In Catalonia today a class struggle is developing between the monopoly bourgeoisie, the petite and middle Catalan bourgeoisie and the Catalan working class. The first two are sworn enemies of the third one, and that’s the reason why Puigdemont take the “dialogue”, which is intended to be the deactivation of the street, of the working class, to confine the process to the channels of the bourgeoisie since he knows that if he goes to the end, to the independence, sooner rather than later, the Catalan bourgeoisie will be disarmed by the proletariat and, certainly, the monopoly bourgeoisie will be hit too in the rest of the State coming to surface all the contradictions falsely closed by the criminal agreements of the Transition, exacerbating as well the class struggle in the rest of the Spanish state.

Catalan workers only have as secure ally the proletariat and, fundamentally, the proletariat of the Spanish state that has already demonstrated its support to the rights of the Catalan people and it has demonstrated against the State in the major cities of the Spanish state.

We demand to the Generalitat Government to meet the will expressed by the Catalan people last 1 October in a referendum defended in the streets passing over the criminal repression of the State and to apply the laws of transience to, as result, declare the independence for all political and juridical purposes and proclaim the Catalan Republic.

DOWN WITH THE IMPERIALIST SPANISH STATE!

FOR THE SOCIALISM!

Barcelona, 13 October 2017.

EXECUTIVE COMMITTEE OF THE SPANISH COMMUNIST WORKERS PARTY (PCOE)

NATIONAL COMMITTEE OF THE CATALAN COMMUNIST WORKERS PARTY (PCOC)

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