En apoyo a la huelga del comercio minorista en Asturias
Los trabajadores del comercio minorista de alimentación en Asturias son conscientes de que su precaria situación es insostenible. Es por ello que, como de costumbre, los sindicatos de la patronal se hacen con la desorganizada indignación del conjunto de los trabajadores para tomar las riendas, y así llevarla por donde conviene a los empresarios. Toda lucha de los trabajadores por mejorar su situación es justa y legítima; no cuestionamos la lucha, sino las intenciones de aquellos que dicen ser “representantes de los trabajadores” cuando realmente son lo contrario.
El llamamiento a la huelga, que tendrá lugar los días 23, 24, 30 y 31 de diciembre, se debe, principalmente, al bloqueo en la negociación de un convenio colectivo por parte de la patronal. Las retribuciones en las categorías, en general, orbitan alrededor del salario mínimo, aunque se tengan mayores niveles de responsabilidad, habiendo muy pocas diferencias salariales entre dichas categorías, declara UGT Asturias.
En este caso, los sindicatos hablan de “posturas muy alejadas” entre sus propuestas y la del burgués, pero los primeros hablan de una subida sobre el SMI del 4% para 2024 y 2025, y los segundos del 2,8% para 2024 y del 2,5% para 2025. Como vemos, la diferencia es insignificante, así como el mínimo impacto que tendría dicha subida salarial sobre el nivel de vida de los trabajadores con la carestía actual de las necesidades básicas. ¿Acaso están alejados en sus posiciones?
Los sindicatos también declaran que la retribución es la misma para trabajadores nuevos que para veteranos, y que con el paso de los años debería ir “subiendo de nivel” para los segundos. Teniendo en cuenta el porcentaje que reivindican, ese “nivel” hará que los ingresos siempre sean inferiores a los gastos. Se están limitando a la comparación entre unos trabajadores y otros, pero no a la situación que vive la clase obrera y su constante pauperización en un contexto donde la especulación y la explotación imperan, y cada vez es más difícil cubrir las necesidades a pesar de generar toda la riqueza.
También declara USO-Asturias que los empresarios “no apuestan por la profesionalidad, lo que quieren son despachadores”, de manera que un mismo trabajador tiene que realizar funciones distintas por el mismo salario. ¿Están quejándose o aconsejando al patrón? “Apostar” por la profesionalidad quiere decir que el burgués sería más inteligente “cuidando” el trabajo ajeno que le genera beneficios. Es decir, ponen el foco en el parásito y en la falsa idea de que es la fuente que permite tener trabajo, solo que debe gestionarse mejor, y no en que el trabajador es quien produce la riqueza que el burgués le quita de las manos, siendo este último su enemigo de clase.
Otro punto del que habla CCOO de Asturias, es la reducción de la jornada laboral a 38,5 horas, que en el caso de conseguirse no impedirá las horas extra que tan frecuentemente se realizan en el sector, y que con la situación de precariedad en la que igualmente quedarán los trabajadores, se sentirán entre la espada y la pared cuando el patrón las exija. Por otro lado, se rechaza la propuesta de los empresarios de dejar de abonar el complemento de incapacidad temporal durante los tres primeros días de una baja, según señala la secretaria general de Fetico Asturias, que declara que los empresarios deben “ser conscientes de que es un convenio precario y a hacer un esfuerzo por mejorar las condiciones de las plantillas”.
Nuevamente observamos que su discurso se enfoca en los empresarios, los cuales, a su parecer, deben ser quienes tomen conciencia de la difícil situación y hacer “un esfuerzo” por mejorar las condiciones de los trabajadores. Es la clase obrera la que debe tomar conciencia de que está explotada por el patrón, y que éste se apropia de su esfuerzo para obtener ganancias. Es la clase obrera la que debe organizarse y luchar por mejorar sus condiciones, no solo en los centros de trabajo, sino en todos los aspectos de la vida en sociedad. El patrón no es quien se esfuerza ni quien hace posible que existan empresas y todo lo que hay en ellas, sino los trabajadores.
Ya son bien conocidas las infamias de CCOO y UGT, y la alianza de Fetico y USO con éstas ya nos dice claramente qué intereses defienden, así como sus declaraciones en relación a la huelga y sus vacías, falaces e interclasistas autodefiniciones en sus respectivas páginas web. Claramente abogan por “acuerdos” entre el burgués y el obrero, siendo falsa su supuesta posición “apolítica”, ya que al legitimar la propiedad privada de los medios de producción se están acomodando en la trinchera del capitalismo y defendiendo la economía de mercado.
Recientemente, UGT ha dejado clara su deleznable postura, por enésima vez. Pepe Álvarez, el desvergonzado vendeobreros que, a sus 68 años, no quiere dejar el cargo de secretario general, dice en una reciente entrevista que quieren acuerdos con la CEOE, es decir, con la patronal, poniendo como siempre el foco en los parásitos. No cuestiona la falacia del absentismo de la que se quejan quienes solo dedican su existencia a chupar la sangre a los obreros, llevando a estos a todo tipo de dolencias por las precarias condiciones en los centros de trabajo y crecientes obstáculos para una vida mínimamente digna. De hecho, la realidad es que la mayoría teme faltar al trabajo aun estando enfermo, por la posible pérdida de ingresos o de su sustento mismo. Además, echa la culpa de ese “preocupante absentismo” para las ganancias del patrón a la sanidad pública, sin mencionar que, precisamente, es la burguesía y su control del Estado la que va desmantelando cada vez más los servicios públicos y transfiere recursos de éstos a la sanidad privada. Le preocupa el absentismo y el efecto en la productividad de las empresas, no las causas del creciente malestar ni que vivamos en una sociedad de una minoría de explotadores dominando a una mayoría explotada.
Por si fuera poco, alaba abiertamente el trabajo de las mutuas, diciendo que son más rápidas para atender y hay que mejorarlas; es decir, transferirles aún más recursos públicos a los empresarios que se benefician del negocio con la salud. En cuanto a la negociación del SMI, declara que si no se acepta una ridícula subida del 5%, le da igual un 4,5%, y dice “nosotros lo que queremos es rascar todo lo que se pueda. Vamos a sentarnos sin líneas rojas.”. Es decir, abiertamente habla de su indiferencia ante la diminuta subida salarial y que no tiene límites para negociar con nuestros opresores, pues claramente él forma parte del engranaje por el cual dichos opresores nos dominan. Cuando le preguntan cómo le gustaría cerrar su tercer mandato y qué medidas plantea, responde que quiere fortalecer el sindicato y que reciba mayor cantidad de dinero público. He ahí las aspiraciones de este abominable personaje: poder engañar a más obreros y obtener mayores recursos del Estado burgués para servir a la clase social que roba el fruto de nuestro trabajo.
Éstos son quienes se hacen llamar “representantes de los trabajadores”. Solo hace falta leer o escuchar sus discursos para darse cuenta de que todo va encaminado a proteger los intereses de los empresarios, dirigiendo la indignación de los trabajadores hacia el marco legal que pueda ser tolerado y evadido por los propietarios de los medios de producción.
El Partido Comunista Obrero Español apoya la lucha de todos los trabajadores y hace un llamamiento a convertir la huelga en un paso hacia la auténtica lucha por los intereses de nuestra clase, y ello solo se consigue fortaleciendo el sindicalismo de clase. Las batallas que debe presentar la clase obrera han de pasar primero por concienciar desde lo concreto a lo general, y de comenzar con unos mínimos para ir consiguiendo cada vez mayores fuerzas entre los trabajadores, al comprobarse en la experiencia práctica que, conociendo el funcionamiento del sistema capitalista, de cómo el patrón se apropia de la riqueza que nosotros producimos, podemos oponernos realmente al capital. La lucha debe ser progresiva y fructífera, por caminos en los que enfrentemos los intereses del burgués, cuyo objetivo y único rol es adueñarse de los frutos del trabajo. En cambio, los sindicatos de la patronal ofrecen mínimos engañosos que apenas pueden significar alguna mejora, y siempre a la zaga de los acontecimientos sin ir más allá de lo que permite la burguesía, recibiendo subvenciones y haciéndose eco en la prensa burguesa para dar aspecto de grandeza a su falsa lucha, que en realidad es protección hacia el patrón y frenar la indignación de los trabajadores. Su única preocupación ante nuestras dolencias es que no somos productivos para los empresarios si estamos enfermos o de baja médica.
Debemos librarnos del oportunismo y de los sindicatos vendeobreros, poner el foco en nuestras fuerzas y en el hecho de que nada en la sociedad se produce sin nosotros. Solo uniéndonos con conciencia de clase y organizando nuestras luchas podremos alcanzar nuestras aspiraciones: obtener lo que nos corresponde, y nos corresponde lo que creamos, que es toda la riqueza. Debemos construir un Frente Único del Pueblo para poner fin a este sistema de miseria y barbarie, que sirva para unir todas las luchas de los diferentes sectores que componen el proletariado en una única lucha de clases contra el capitalismo y su Estado. Debemos luchar como clase por la toma del poder político y acabar con dicho sistema criminal.
Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE