Los nuevos cambios económicos nos obligan a estar alertas
Han pasado varios meses y todo lo más que escuchamos en relación con la crisis es que no acabará hasta finales del año 2011.
Un partido revolucionario está obligado a seguir muy de cerca continuamente los cambios que se operan en la sociedad capitalista, con el fin de evitar el anquilosamiento.
Sin el conocimiento exacto de la composición de las fuerzas productivas de nuestro país, sin estar al día de las fluctuaciones que se operan en el interior de la clase obrera, estamos condenados al fracaso, a usar viejos análisis superados ya y no menos envejecidas tácticas, una vez que la presente crisis haya tocado a su fin y ante nosotros se yerga una nueva fisonomía de las actuales estructuras económicas, inevitablemente enlazada a la economía mundial contemporánea.
La nueva semblanza de la economía productiva incide en el movimiento obrero en sus correlaciones de fuerza en el ámbito sindical, por la pérdida de comités de una u otra tendencia; también, ofrecerá incidencias ideológicas porque surgirán nuevas tendencias revisionistas al calor del trasvase de individuos pertenecientes a la pequeña burguesía arruinada a las filas del proletariado, dependiendo del sector económico de donde proceda las nuevas inclusiones, etc. etc.
Nuestro país se caracteriza por la presencia en la economía de una flota muy importante de pequeñas empresas y aunque el sistema reproduzca constantemente a las pequeñas burguesías, hasta ahora un volumen considerable de ellas brinda la particularidad de estar adosadas directa o indirectamente a las multinacionales, monopolios y a las grandes empresas nacionales. Al entrar en crisis determinados sectores industriales, cantidades ingentes de pequeñas empresas desaparecerán sin posibilidad alguna de reconstruirse.
Aún es pronto para vaticinar los cambios que desde que comenzó la crisis están generándose desde las entrañas del sistema, solo tenemos indicios de movimientos susceptibles de variar y muy profundamente. Algunas ramas de producción se debilitarán de manera notable y otras tocarán techo, no ascenderán más, aunque se mantendrán en un buen nivel, mientras que la propia crisis alumbrará otras empresas de los ramos más vigorosos y menos implicados en la depresión que se desarrollarán más rápidamente.
Aprovechando que la crisis afecta financieramente en mayor medida a los países desarrollados se observan movimientos de naciones hasta ahora menos incisivas hacia lugares que se van a ver desguarnecidos por sus antiguos “colonizadores”. America Latina tendrá gravísimos problemas para exportar sus productos ante la bajada espectacular del consumo en estos países y también encontrará trabas en la importación hasta que los efectos de la crisis no hayan desaparecidos del todo en los países vendedores.
En este sentido Rusia, China e Irán comienzan, recomienzan e intensifican sus relaciones con América Latina, con miras a responder no solo a sus necesidades económicas, también a posicionamientos políticos.
Las relaciones entre Rusia y los países caribeños avaladas por el comercio energético entre otros, le permite obtener permiso para que su armada realice ejercicios militares cerca del corazón imperialista en respuesta a la instalación por parte de EE.UU. de un escudo antimisiles en Polonia y la República Checa.
Por su parte Irán ha iniciado su penetración, aún en proporciones modestas (Venezuela, Cuba, Bolivia, Nicaragua) con lo que también tiene la intención de “captar” aliados diplomáticos que les reconozcan su “potencial” regional, a la vez que por esta vía pretende romper el aislamiento internacional, producto de la agresiva política yanqui contra su programa nuclear
China que contaba con una presencia económica importante ha multiplicado sus relaciones comerciales hasta alcanzar los 150.000 millones de dólares en 2008 cuando en el año 2000 apenas alcanzaba los 12.000 millones de dólares. Lo importante para China es que junto a África, América Latina le satisface su insaciable apetito de materias primas (petróleo, cobre, hierro, soja…) a la vez que encuentra un mercado a propósito a sus mercancías baratas. Políticamente China pretende adquirir apoyos diplomáticos para el aislamiento internacional de Taiwán, lo que constituye su principal objetivo.
También podemos notar que algunos sectores son especialmente afectados por la crisis, como el inmobiliario, hipotecario, construcción, tecnología de la información y turismo, mientras que los sectores sanitarios, energéticos, la agricultura, el comercio y algunos servicios, son los que sufren menor incidencia o ninguna.
Como corolario de las previsiones sobre su duración nadie se atreve a pronosticar cuales son realmente los sectores económicos que permanecerán incólumes y con fuerzas de impulsos y qué otros nuevos pueden aparecer con suficiente ímpetu y confianza. De ahí que la banca retraiga sus inversiones hasta no estar segura de adónde debe hacerlo y a partir de ahí planificar la sociedad postcrisis.
La Banca siendo como es la principal causante y asimismo la más afectada por la crisis, se está fortaleciendo con las subvenciones estatales y con fusiones que le posiciona de nuevo en el eje de la economía mundial.
En estos momentos de transición tímidamente iniciada la posición del Partido es estar a la expectativa, seguir de cerca los acontecimientos e investigar sobre las mutaciones que se vayan operando que tendrán su reflejo político e ideológico. Nuevas tendencias apologéticas del capitalismo sobre su pretendida capacidad para renovarse ante la ausencia de la lucha de clases (incidirán mas todavía en que ya no existen clases sociales) vendrán a substituir las antiguas, enterradas por la crisis.
Y tenemos que estar muy atentos a todo lo que suceda, porque tendrán también una enorme repercusión en el movimiento obrero, en el comportamiento de la patronal y de los gobiernos capitalistas. Muchos de los fenómenos sociales arraigados en el pasado quedarán obsoletos.
Comisión Ideológica del Partido Comunista Obrero Español