El marxismo-leninismo y el feminismo

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A partir de la década de los 70 del siglo pasado, el llamado feminismo “marxista” busca un lugar en las luchas sociales separado del feminismo pequeño burgués. Sin embargo, los partidos marxistas-leninistas son contrarios a su inclusión en sus filas como grupo organizado, o como corriente de opinión, porque colige que escinde las fuerzas revolucionarias en la lucha por el socialismo; aunque, el feminismo, “marxista o proletario”, como también se denomina, objeta razones para lo opuesto. Como antecedente clave tenemos que Clara Zetkin, comunista alemana, en cierta ocasión se entrevistó con Lenin y éste rechazó sin paliativos su feminismo. Desde entonces, se viene argumentando que los partidos marxistas leninistas se han transformado en organizaciones “machistas” porque rechazan el feminismo en general, incluso el “feminismo marxista-leninista” o el “feminismo proletario”, de moda entre la juventud actual.

Pero ¿Qué es el feminismo? “El feminismo es una “Ideología” que defiende que las mujeres deben tener los mismos derechos que los hombres”. Si aceptamos esta definición, no queda otro remedio que declarar con toda rotundidad que el feminismo nada tiene que ver con el marxismo-leninismo. Si un partido comunista aceptara el feminismo cualquiera que sea la forma que éste adopte, se desnaturalizaría, porque el marxismo es la ideología de la clase obrera, no solo de un país, sino de todo el mundo, sin distinción de raza, sexo etc. El marxismo pues, se sostiene en la lucha de clases y no de personas y menos aún entre personas de distintos sexos.

En modo alguno un Partido Comunista puede admitir ningún elemento de división o de fraccionamiento en sus filas. Precisamente esta es la esencia del Partido leninista, la cohesión ideológica, la unidad férrea, que conlleva la disciplina también férrea, armas imprescindibles para luchar contra los capitalistas y vencerlos. El Partido Comunista tiene que ser diametralmente opuesto a la discriminación de sexo, de raza… Por ello es incongruente la admisión del feminismo que supone la división sexual entre la misma clase, pero no la de la mujer, por el contrario, ésta tiene los mismos derechos y deberes que el hombre.

El feminismo cualquiera que sea, plantea sus luchas sobre bases falsas y antimarxistas. El pensamiento machista, el diccionario machista, las leyes machistas, la discriminación espiritual de la mujer trabajadora, así como la cultura en general orientada al desprecio de la mujer, forman parte de las superestructuras que emanan del tipo de estructuras económicas que identifica a la sociedad capitalista. Son las estructuras económicas clasistas, por tanto, discriminatorias, las que engendran dicho pensamiento, al mismo tiempo que el comportamiento machista y hasta que dichas estructuras no sean remplazadas por otras nuevas, en este caso, por las estructuras económicas socialistas, no se comenzará a solucionar el problema en toda su dimensión y profundidad. Por esta razón, es imposible que en el capitalismo desaparezca ni el machismo ni la explotación de la mujer en sus dos vertientes, la laboral y la doméstica. En la sociedad capitalista hay mujeres multimillonarias pertenecientes a la gran burguesía, que son culpables de que la mujer trabajadora gane menos que su sexo opuesto en un mismo centro de trabajo. Hay mujeres burguesas que explotan y esclavizan a los trabajadores. La igualdad de salarios durante el capitalismo, es la igualdad entre esclavos, El salario es la esencia de la explotación del trabajador. Por este motivo, aunque la mujer trabajadora y el hombre “trabajador”, -aquí se pierde el término “feminismo” y surge el de clase forzosamente- ganasen lo mismo, todavía hay hombres (burgueses) que continúan esclavizando a la mujer, pero a la mujer “trabajadora”, al igual que al hombre trabajador. Por supuesto, que el Partido Comunista luchará en el capitalismo por la igualdad entre el hombre trabajador  y la mujer trabajadora, como también lucha por la subida de los salarios y por mejores condiciones de vida para el pueblo trabajador, aun sabiendo, que el capitalismo tiene los resortes suficientes para mitigar nuestros éxitos y para hacer retornar nuestras conquistas de mil formas distintas.

Por otro lado, la situación de la ama de casa no variará jamás en el capitalismo porque ¿cómo se supera este tipo de explotación? ¿Con leyes represivas? ¿Dándole un salario a la “ama de casa”? En el capitalismo, las leyes represivas pueden castigar al trabajador machista, no lo hará nunca al burgués que es el que las dictará, pero en modo alguno  eliminará la explotación de la ama de casa, porque la causa que lo genera, el capitalismo, continúa existiendo, de igual forma que un salario por muy grande, tampoco la hará desaparecer, por el contrario, legalizaría el estatus de las amas de casa provocando la desidia en muchas mujeres a la hora de buscar un trabajo.

Sin la mujer trabajadora militante no habrá revolución anticapitalista posible y sin revolución no habrá emancipación de la clase obrera, que es la llamada para liberar a todas las clases explotadas por el capitalismo. El PCOE tiene abierta sus puertas a todas las mujeres que quieran luchar contra todas las maneras de explotación. 

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