Comunicado del Comité Central del PCOE del 3 de julio sobre la situación del Movimiento Obrero y Popular
La profundidad de la presente crisis y, en su consecuencia, las medidas para superarla en el marco del sistema capitalista por parte del gobierno y del Parlamento español, han arrasado con las condiciones en las que se sustentaba el movimiento obrero actual, que se manifiestan en una gran división, contándose por más de 6 mil las “alternativas” sindicales creadas por los empresarios y otras tantas que surgieron de partidos y sindicalistas “revolucionarios” con la excusa de crear una gran central de clase en respuesta al reformismo de las centrales mayoritarias, lo cual ha producido efectos nocivos que han sumido a las clases trabajadoras, durante cerca de cuatro décadas, en el reformismo social y en el apoliticismo.
Durante este tiempo, el sistema social imperante ha podido mediante subterfugios y a través de préstamos hipotecarios cuya duración se ha acercado a la vida del trabajador como ser humano, malformar su conciencia creando en su mente un mundo de fantasías, ofreciéndoles la oportunidad de adquirir cosas que no correspondían al nivel de sus salarios, constituyendo dichas circunstancias el leitmotiv de la influencia de la patronal y de los sindicatos sobre las masas laboriosas.
La Reforma Laboral, la minoración de los salarios y los futuros recortes a las pensiones, supone retrotraer al movimiento obrero a situaciones propias de la dictadura franquista y corta de raíz todas las premisas en las que se basaba la propaganda acerca del Estado del “bienestar social”.
Pese a tantas adversidades, durante estos tres últimos años, miles de huelguistas se han opuesto como han podido a los embates de la burguesía y, aunque las protestas se han dado desunidas y a tiempo vencido debido a la táctica sindical vigente, el movimiento obrero ha dado señales inequívocas de por dónde debe caminarse a partir de ahora. En multitud de lugares se ha buscado la unidad de las empresas en crisis para dar respuestas conjuntas, aunque éstas se redujeran en sus actividades a la celebración de manifestaciones. Además, se ha constatado que los comités de empresas, superando las divisiones internas, se han convertido en los auténticos dirigentes de las luchas y han sido capaces de movilizar en torno a ellos a barrios de grandes ciudades y pueblos enteros, formando un frente único popular.
Todo esto, junto a la obligación en la que se ve envuelta la clase obrera de tener que reivindicar la abolición de leyes políticas, si a partir de ahora quiere garantizarse el mínimo vital en los convenios colectivos pasando por encima de las facultades que les confiere al burgués las medidas que contemplan la nueva reforma de impugnar el cumplimiento de los convenios con sólo prever pérdidas, nos obliga a todos los partidos revolucionarios y de izquierda a recapacitar sobre el momento actual.
Hoy, ni siquiera los convenios colectivos toman sentido si se aborda empresa por empresa; hay que romper leyes. Un objetivo de tal calibre sólo se puede alcanzar con el concurso del total de los trabajadores, partiendo de la homogeneización de las plataformas de reivindicaciones para los convenios.
El PCOE, tras las experiencias propias de sus militantes activistas y de acuerdo con las enseñanzas de la crisis, está convencido de que es el momento adecuado para crear las bases con las que elevar a la clase obrera al sujeto de los cambios sociales que forzosamente han de darse y en torno a dicho sujeto aglutinar a las fuerzas populares de barrios y pueblos, ciudades y campos.
En este sentido, hacemos un llamamiento a la reflexión a todas las organizaciones anticapitalistas, autónomos, campesinos pobres, estudiantes, amas de casa, inmigrantes, etc. para trabajar juntos por el camino que el propio movimiento obrero nos ha trazado, construyendo ASAMBLEAS DE COMITÉS, DELEGADOS DE EMPRESA Y TRABAJADORES y simultáneamente construir asambleas en barrios y ciudades y todos unidos configurar un sólo FRENTE UNICO DEL PUEBLO, como alternativa a las instituciones actuales al servicio de la gran burguesía.