Cumbre Social: ¡esbirros del capital!

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Nos llega la noticia de la convocatoria por parte de la autodenominada “Cumbre Social” de una jornada de movilización proyectada para el próximo 10 de Marzo con el lema “Contra el paro y por la regeneración de la democracia”, recogiendo así el llamado de la Confederación Europea de Sindicatos (CES) que convoca a nivel europeo esta jornada de movilización. El PCOE rechaza esta convocatoria, a sus convocantes y los objetivos que los mueven, que son reaccionarios y no persiguen nada  más que desviar y engañar a los trabajadores del único camino para su emancipación –la revolución socialista- para propiciar la llegada de la organización capitalista PSOE al “gobierno” del estado español o, al menos, paliar en cierto modo la debacle de esta sigla pro-capitalista como garantía de continuidad del actual sistema explotador.

 Primeramente, hemos de hablar de la Confederación Europea de Sindicatos, organización que aglutina a los sindicatos amarillos y traidores de toda Europa, que forma parte de los estados capitalistas mismos y de sus organismos imperialistas como la Unión Europea, y que es financiada y promocionada por la burguesía para dar legitimidad “sindical” al sistema capitalista. El PCOE, en su política sindical, considera como la única organización sindical internacional a la Federación Sindical Mundial (FSM) que es la organización internacional de los sindicatos de clase y que aglutina a decenas y decenas de millones de obreros de todo el mundo. Por tanto, apoyar a los sindicatos luchadores (FSM) y marchar luego junto a los traidores (CES) sería una contradicción muy grave. Un Partido Comunista jamás debe caer en este tipo de actitudes oportunistas. Por eso rechazamos esta movilización ya desde el mismo momento en que la convoca dicha CES.

 

 

Por otra parte, las organizaciones que conforman la “Cumbre Social” no tienen en ningún momento el objetivo del socialismo ni la creación del poder popular, sino que su objetivo es darle al capitalismo “un rostro humano”, sin cuestionarse nunca la propiedad privada de los medios de producción ni la conquista del poder por parte de la clase obrera. Esto queda patente al escuchar las declaraciones de los “líderes” de la denominada Cumbre Social, que textualmente nos dicen: “se destruye cada vez más empleo sin que el emprendimiento lo compense”. Es decir, para estos señores la sociedad no se divide en clases sociales, sino que es un simple problema de que existen empresarios/emprendedores que no cumplen con su cometido de “crear empleo”. Los comunistas sabemos que esto no es así. En el capitalismo esos empresarios/emprendedores tienen una función muy concreta que no es crear empleo sino extraer de la mano de obra que emplean la plusvalía necesaria para aumentar sus ganancias y continuar con el ciclo de reproducción ampliada del capital, es decir, emplean esta mano de obra como la fuente que les proporciona sus riquezas. No sólo eso; en la lucha de clases toman partido por la burguesía y se posicionan en contra del proletariado, o lo que es lo mismo, se posicionan con la clase dominante, cuya función en el capitalismo es enriquecerse a costa de la fuerza de trabajo de los obreros, de los trabajadores.

 

 

Junto con lo anterior, observamos que los principales convocantes son los sindicatos teóricamente mayoritarios, pero que apenas agrupan al 9% de los trabajadores y que ven continuamente reducida su afiliación. Hablamos de UGT y CCOO. Estas organizaciones sindicales se han dedicado durante décadas a traicionar y dinamitar cualquier lucha, aunque fuese solamente económica, que traspasase la línea que la burguesía delimitó y ellas aceptaron bajo el manto del dialógo social. Estas organizaciones sindicales forman parte del Estado, reciben de él jugosas subvenciones, son reconocidas como sus interlocutores y en base a esto se otorgan el derecho a representar y hablar por todos esos trabajadores del Estado que, mayoritariamente, no están afiliados ni representados por sus siglas. Su actitud en la lucha económica se basa en los pactos y la negociación lo cual, en esta etapa de desarrollo del capitalismo en el que necesitan extraer cada vez más plusvalía a los obreros y pisarlos cada vez más, es un auténtico crimen. Esta estrategia de conciliación, de la mal llamada paz social que no es más que la imposición brutal del burgués y el sometimiento y el sacrificio de los trabajadores llevada a cabo durante décadas, nos ha llevado a la situación de miseria actual para la clase obrera; a lo que debemos de unir que la única lucha que se ha producido ha sido económica, dejando de lado la lucha ideológica contra la burguesía y la lucha por el poder político para instaurar el socialismo.

 

 

Todo esto ha llevado a una psicología de derrota y miedo dentro de los centros de trabajo. Los obreros, ante la nula alternativa que les ofrecen estos defensores del capitalismo, se encuentran cada vez más desesperados y la figura del empresario, ante sus ojos, se hace omnipotente. Ese miedo al despido, el miedo a perder un trabajo basura para no engrosar el ejército de seis millones de parados, hace que los obreros traguen con cualquier cosa. Las enfermedades derivadas de este estrés se hacen crónicas así como los suicidios derivados de la impotencia de no conocer alternativa al modo de producción capitalista.

 

 

Y ante esta aterradora situación toda esta pléyade de traidores y reformadores del capitalismo insisten en “lavarle la cara” al capitalismo, insisten en las viejas recetas de la conciliación, insisten en “referéndums contra los recortes”: ¡como si un obrero estuviera de acuerdo en que le destrocen la vida! Es decir, estos individuos contribuyen al mantenimiento del capitalismo y ante él un Partido Comunista no debe sumarse a semejante convocatoria sino denunciar ante la clase obrera estas actitudes que sólo contribuyen a mantener la situación de explotación de los trabajadores.

 

 

El PCOE tiene una alternativa muy clara, válida e históricamente demostrada: la lucha por la destrucción del capitalismo y la construcción del socialismo. Eso sólo se producirá mediante la unión y simbiosis del Partido Comunista con la clase obrera desde los centros de trabajo, desde las fábricas, desde los barrios obreros, desde los centros de estudio, mediante un Frente Único del Pueblo que se convierta en el embrión del Estado obrero y que mediante una dualidad de poderes luche en todos los ámbitos contra el poder burgués y lo destruya. Este Frente Único del Pueblo, como unión de la clase obrera, contando con la alianza de las demás clases explotadas por el capitalismo, que no es una unión de organizaciones sino un frente de clase.

 

 

Además el PCOE lucha por crear células en las fábricas y centros de trabajo, como el instrumento válido para combatir y vencer a la psicología del miedo actual, llevando a los obreros y dándoles a conocer el arma que les permitirá vencer al capitalismo: la ciencia del socialismo y la organización leninista. Si seguimos dejando huérfanos de Partido a los obreros este clima de miedo irá a peor y el capitalismo impondrá su dominación por los siglos de los siglos.

 

 

Por ello rechazamos la estrategia de estos renovadores del capitalismo que siguen engañando a la clase obrera con promesas que ellos mismos saben imposibles de cumplir dentro del capitalismo. Por eso denunciados la renuncia de estos individuos a la lucha de clases, si es que alguna vez estuvieron implicados en esta lucha, y los denunciamos como colaboradores necesarios de la burguesía dentro del movimiento obrero. Llamamos a los obreros a no secundar estas movilizaciones, a mostrar todo el desprecio a estas organizaciones cuya parte de culpa en la situación actual de nuestra clase es evidente, y denunciamos la maniobra con fines electorales de mantenimiento del orden de cosas burgués que intentan estos desclasados.

 

 

Llamamos, asimismo, al conjunto de la clase obrera a organizarse en las filas de su partido, el Partido Comunista Obrero Español (PCOE) como organización que, armada de la ciencia socialista, les permitirá conocer el camino para derrotar a esos empresarios, que a día de hoy parecen intocables, y que les permitirá vencer el miedo instalado en los centros de trabajo. Sólo mediante la comprensión del socialismo y de la lucha de clases entenderemos cómo es posible vencer al capitalismo, que no es eterno ni inmutable, pues precisamente este capitalismo nace de las entrañas de otros modos de producción anteriores. Por tanto, el capitalismo mismo puede desaparecer, la historia nos lo enseña, pero sólo el proletariado organizado – y bajo la dirección de nuestro estado mayor, el Partido Comunista – podrá mandar al capitalismo al basurero de la historia.

 

 

Como quiera que la derrota del capitalismo no es el objetivo de los convocantes de estas movilizaciones de este 10 de Marzo sino el engaño y la traición de las clases populares, así como desviarles del camino del socialismo –única vía posible de resolución de los problemas de los trabajadores y demás clases populares- las rechazamos, y asimismo señalamos y condenamos como cómplices del capitalismo a dichos convocantes y a las organizaciones oportunistas que suelen marchar a rebufo de estos regeneradores del capitalismo.

 

 

 

 

 

 

 

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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