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Transporte

Los trabajadores sufrimos a diario, además de la explotación del patrón en nuestros centros de trabajo, un brutal desprecio en el resto de ámbitos.

La empresa municipal de Sevilla de autobuses TUSSAM (de la misma manera que el metro de Sevilla, o Renfe con sus cercanías) trata a los pasajeros como si fueran sacos de patatas. En las horas punta vamos apiñados, agolpados los unos contra otros, sin importar si las personas mayores se pueden caer y romper la cadera como consecuencia de los tirones y frenazos fruto de las prisas de los conductores, obligados a cumplir horarios que no dan margen al más mínimo trato humano.

Esto provoca protestas airadas de algunos pasajeros que han de sufrir los conductores, que no son responsables de este indigno trato a los trabajadores que necesitan un autobús para desplazarse. De hecho, son abundantes y van en aumento las enfermedades psicológicas de los conductores que, en muchos casos, se plantean el suicidio porque no aguantan más tanta tensión, y también faltas de respeto por unos pasajeros que a su vez no soportan más un servicio tan deplorable.

Es por tanto el Ayuntamiento de Sevilla, gobernado hoy por viejos y nuevos socialdemócratas (PSOE y Participa Sevilla), responsable de que los trabajadores de Tussam y los pasajeros suframos situaciones de agresividad y tensiones entre nosotros, porque esos responsables no tienen que usar esos autobuses en tan lamentable estado.

Eso sí, para ir a centros comerciales como Torre Sevilla, para ir a comprar al Primark, como así piden sus dueños, se ponen lanzaderas y servicios especiales si hace falta.

En el metro, con vagones de juguete comparados con los de Madrid, tres cuartos de lo mismo. Bicicletas, carros de bebé o sillas de ruedas, han de compartir un espacio insignificante con cientos de miles de trabajadores que transitan entre la capital y zonas tan pobladas como Montequinto o el Aljarafe. Tiene que haber pan y circo, es decir, fútbol, feria o semana santa, para que se pongan dobles vagones. Eso por no hablar de la frecuencia de paso, en torno a los 7 minutos incluso en horas punta.

Lo mismo podríamos decir de los trenes de cercanías, donde han suprimido casi todos los revisores que había a cambio de tornos, muchas estaciones sin personal ni taquillas, precios abusivos (4 euros por ejemplo para un sólo viaje de Utrera a Sevilla), retrasos y nula información cuando, por ejemplo, el tren se detiene sin explicación aparente.

La ecuación es muy sencilla. De todo lo que producimos los trabajadores en las fábricas, empresas, tierras, minas, y mar, que es una riqueza inmensa, los capitalistas (banqueros, empresarios, oligarquía financiera) se apropian como parásitos. Los servicios ‘públicos’ los pagamos además con nuestros impuestos (los capitalistas son los que más defraudan) y, por si fuera poco, nos hacen pagar tarifas abusivas.

Ya está bien de soportar semejante robo y maltrato. Tomemos el control y dirección de la sociedad y disfrutemos de la abundancia que producimos.

Es una necesidad para ello unirnos los trabajadores de los transportes públicos, como del resto de sectores productivos y capas populares (estudiantes, pensionistas…) a través de un Frente Único del Pueblo, para quitar de en medio a aquellos parásitos que nos hacen la vida imposible y tomar nosotros el control de todo, para disfrute de todo el pueblo.

O se cambia todo o no se cambia nada. Porque si no, vienen los fascistas, financiados por los mismos parásitos que se enriquecen a nuestra costa, captando a los trabajadores que no soportan más esta situación de miseria, explotación y maltrato a todos los niveles.

 

O se cambia todo o no se cambia nada

Por la construcción del Frente Único del Pueblo

Por la construcción del Socialismo

 

Secretaría de Agitación y Propaganda del Comité Provincial de Sevilla del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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