Peajes: otro robo a la clase trabajadora

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Últimamente no hay día que no aparezca una noticia de cómo el capitalismo machaca a los trabajadores de una u otra forma, si no es un nuevo récord en el precio de la electricidad, es un nuevo plan de privatización de las pensiones, el desmantelamiento de servicios públicos de sanidad o, ahora, los peajes en la red de carreteras públicas.

Por supuesto, estos ataques vienen avalados por el Gobierno “progresista” cuando no directamente de su propia mano, como es el caso de los peajes, una palabra que desde el ejecutivo prefieren evitar usando términos como “sistema de tarificación”. Pero lo llamen como lo llamen, ¿qué sentido tiene este nuevo atraco?

Según la web de la administración electrónica del gobierno, el impuesto sobre vehículos de tracción mecánica “grava la titularidad de los vehículos de esta naturaleza, aptos para circular por las vías públicas, cualesquiera que sea su clase y categoría”. Cuando compramos un coche pagamos también el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA). El mismo que pagamos al echar gasolina. A los trabajadores se nos descuenta cada mes un porcentaje de nuestro salario en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Todos estos impuestos (y muchos otros) son el medio de recaudación del Estado para, supuestamente, financiar la construcción y el mantenimiento de hospitales, colegios, carreteras, etc.

¿Por qué no se plantea un impuesto específico para pagar los costes de mantenimiento del heredero de Franco en el exilio? ¿O uno para financiar la fabricación de armas para venderlas a Arabia Saudí? El gobierno defiende que es “imperativo” poner en marcha este sistema y que es un tema que no se puede aplazar más, dado el “creciente déficit”. Sin embargo no ha tenido ningún problema en reducir el presupuesto de Universidades un 6,9% y aumentar el de Defensa un 7,8%. Ni en reducir el presupuesto para desempleo en un 10,2%. Ni en reducir el presupuesto de Sanidad en un 10%. Ni en mantener intacto el presupuesto de la Casa Real, que ya fue incrementado por este mismo gobierno en un 6,9% para 2021.

La necesidad de exprimirnos cada día más muestra una gran contradicción del capitalismo en estos momentos, y es que por un lado el Estado no para de transferir dinero público a manos privadas, lo cual lo debilita. Pero el Estado es la herramienta mediante la cual la burguesía, los monopolios, mantienen este sistema de explotación, y necesita seguir manteniendo unas estructuras que permitan sostener la opresión contra la clase trabajadora.

Esta contradicción, junto con el resto de contradicciones esenciales del capitalismo, son totalmente irresolubles en los márgenes del sistema. Tan sólo sobrepasando esos márgenes, derrumbando el sistema y construyendo uno nuevo donde toda la producción de bienes esté al servicio de la mayoría trabajadora, construyendo el Socialismo, el pueblo trabajador pondrá el punto final a esta criminal época de la historia, iniciando la construcción del Comunismo y dando por finalizada la prehistoria de la sociedad humana.

 

Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)

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