“La vía eslovena”. El imperialismo es el reparto del mundo por la fuerza
Hace unos días el President de la Generalitat, Quim Torra, visitó Eslovenia y, posteriormente, en la presentación del Consell per la República celebrada en Bruselas, manifestó que “Los catalanes hemos perdido el miedo. No nos dan miedo. No hay marcha atrás en el camino a la libertad. Los eslovenos decidieron seguir adelante con todas las consecuencias. Hagamos como ellos y estemos dispuestos a todo para vivir libres”.
Por este comentario los fascistas españoles como Rivera o Casado exigen la aplicación del artículo 155, destituyendo a Torra y suspendiendo la autonomía catalana, así como algunos dirigentes del PSOE, como los reaccionarios Lambán y García-Page, ambos ‘socios’ de PODEMOS, hablan de ilegalizar a los partidos independentistas.
Lo más clarificador ha sido la querella del partido fascista VOX contra Torra por delitos de provocación, conspiración y proposición para la rebelión, demandando como medida cautelar la prisión preventiva para el President de la Generalitat. El fascismo, con solvencia financiera, no duda en meterse en procesos judiciales que requieren altos desembolsos, acudiendo a la Judicatura en un hecho por el que ellos mismos reconocen la naturaleza fascista de las leyes, de la propia Judicatura y del Estado para reprimir al disidente. Estado burgués defendido y reivindicado por los oportunistas de Unidos Podemos.
Pablo Casado señalaba que “Las declaraciones belicistas de Torra apostando por la violenta ‘vía eslovena’ justifican la aplicación inmediata del artículo 155 que llevamos reclamando meses al gobierno”. Si llevan meses reclamando el 155, ¿qué tienen que ver las declaraciones de Torra hace unos días sobre seguir el modelo esloveno? Es curioso, cuando no obsceno, ver a los fascistas del PP expresarse en términos denigrantes sobre “la violenta ‘vía eslovena’” mostrándola como algo abominable, cuando fue obra del imperialismo y cuando la propia derecha alemana, y con ella el resto de adláteres europeos entre los que se encontraba ese partido heredero de Franco en el que milita Casado, los primeros en reconocer a Eslovenia y Croacia. Pero no sólo fueron los primeros en aprobar a esos dos estados, en posicionarse a favor de dicha “violenta vía eslovena”, sino que ésta fue la consecuencia de la acción del imperialismo apoyando a fascistas, como por ejemplo al croata Franjo Tudjman y tantos otros reaccionarios durante décadas, al objeto de liquidar el campo del socialismo real; objetivo que consiguieron los imperialistas fruto de su acción pero, fundamentalmente, como consecuencia del entronamiento del oportunismo en la dirección del PCUS tras la muerte de Stalin, que hizo que el imperialismo progresivamente fuera copando la dirección del Partido y destrozando desde dentro el propio campo socialista. Y es que Gorbachov –que es sinónimo de restitución del capitalismo, de la mafia imperialista, y de la consumación del mayor crimen que la clase obrera ha sufrido, la destrucción de la URSS- es la consecuencia de la acción del oportunismo durante décadas.
En este plano, resulta interesante leer a los capitalistas, por ejemplo en el diario EL MUNDO, con referencia al 25 aniversario del estallido de la Guerra Balcánica, en artículo publicado el pasado 31 de marzo de 2016 titulado “Sangría en los Balcanes: 25 años del inicio de las guerras yugoslavas”, en el que afirmaban “A finales de los años ochenta, las oleadas de liberalización aportadas a la Europa del Este por la perestroika soviética alcanzaron Yugoslavia, y los partidos comunistas de las distintas repúblicas asumieron la convocatoria de elecciones pluripartidistas. Celebradas en la primavera de 1990, sirvieron para comprobar el peso que habían alcanzado los nacionalismos particularistas, incluso en el seno de las organizaciones comunistas, ya que los sectores yugoslavitas quedaron en minoría en todas partes. (…) Los nuevos gobernantes de Eslovenia y Croacia se aplicaron a reclamar el derecho de autodeterminación, una vez que las autoridades de Belgrado rechazaron transformar Yugoslavia en una confederación de estados soberanos. El 8 de mayo de 1991, la Asamblea eslovena anunció que abandonaría en breve la Federación, lo que hizo el 25 de junio. Y el 30 de mayo, el Gobierno de Zagreb, en manos de la nacionalista Unión Democrática Croata de Franjo Tudjman, celebró un referéndum que ganaron por abrumadora mayoría los independentistas.”. Como se puede apreciar, Eslovenia y Croacia, según EL MUNDO, tenían derecho a reclamar el derecho de autodeterminación y da legitimidad democrática a los referéndums celebrados en Eslovenia y Croacia. ¡Curiosa burguesía la española que reconoce el derecho a unos y a otros, como por ejemplo Cataluña, los vilipendian y tratan de golpistas!
Señalaba el reaccionario diario ABC el pasado 16 de enero de 1992, en un artículo firmado por José María Moreiro titulado “La CE entierra a Yugoslavia al reconocer la independencia de Croacia y Eslovenia”, lo siguiente: “Pese a las numerosas divergencias mantenidas en el seno de la Comunidad durante la crisis yugoslava, finalmente los países de la CE lograron la cohesión al reconocer conjuntamente a Croacia y Eslovenia tras considerar que cumplen los requisitos previamente establecidos”. ¿Cuáles eran esos “requisitos previamente establecidos” que se cumplían? La Agencia Reuter-EFE, el 24 de diciembre de 1991, en un artículo titulado “Bonn reconoce a Croacia y Eslovenia” las enumeraba de la siguiente manera: “A criterio del gobierno germano, las repúblicas de Eslovenia y Croacia satisfacen plenamente las condiciones definidas por la Comunidad Europea, señaló el ministerio de Relaciones Exteriores, Hans-Dietrich Genscher, en una declaración con la que anunció la decisión (…) Bajo las condiciones de la CE, las repúblicas deben comprometerse a respetar la democracia, los derechos humanos y de las minorías y a renunciar al uso de la fuerza para modificar las fronteras”. A tenor de todo ello, ¿Acaso Cataluña no cumple hoy esos requerimientos?
Ni que decir tiene que el Gobierno de Felipe González actuó de manera lacayuna al servicio de Alemania y de sus monopolios. El diario “gubernamental” en aquel momento, EL PAÍS, en un artículo titulado “España estuvo al frente de la prudencia”, decía que “España estuvo en el seno de los Doce dentro del frente de la prudencia, aseguró ayer el ministro español de Asuntos Exteriores, Francisco Fernández Ordóñez, al comentar a EL PAÍS el reconocimiento por la CE de Croacia y Eslovenia. ‘Esta posición fue la de la gran mayoría: evitar la precipitación en un tema tan delicado que crease más problemas de los que pretendía resolver’, añadió. España se sumó ayer a la decisión comunitaria con una nota de la Oficina de Información Diplomática que afirmaba que ‘el ministro de Asuntos Exteriores solicitará al Consejo de Ministros su autorización para establecer relaciones diplomáticas’ con las dos repúblicas”.
El periodista y escritor belga Michel Collon, dos días después de la muerte del que fue presidente yugoslavo Slobodan Milosevic, en marzo de 2006, escribió un artículo titulado “TEST – MEDIOS: ¿Cuánto valía nuestra información sobre la fragmentación de Yugoslavia?” que en los días corrientes es digno de desempolvar y recordar para comprobar quién desencadena el conflicto, los imperialistas:
“2 ¿VOLUNTAD ALEMANA? ¿Provocó Alemania deliberadamente la guerra civil?
SÍ. Al inicio de la cumbre de Maastricht, en 1991, el canciller alemán Kohl es el único que quiere fragmentar Yugoslavia y reconocer precipitadamente las “independencias” de Eslovenia y Croacia, despreciando el derecho internacional y la Constitución yugoslava, pero el ascenso de la potencia alemana impondrá a todos sus socios esta locura. París y Londres se alinean [con esta postura.]
Según el londinense The Observer: “El primer ministro [británico] Major pagó un precio muy alto apoyando la política yugoslava de Alemania que, según todos los observadores, precipitó la guerra.” En efecto, todos los expertos habían advertido que semejante “reconocimiento” provocaría una guerra civil. ¿Por qué? 1. En casi todas las repúblicas de Yugoslavia se mezclaban diversas nacionalidades. Dividir los territorios era tan absurdo como dividir París o Londres en barrios étnicamente puros. 2. Favoreciendo al neofascista croata Tudjman y al nacionalista musulmán Izetbegovic (colaborador de Hitler en su juventud), era evidente que se provocaría el pánico entre la importante minoría serbia que desde hace siglos vivía en Croacia y en Bosnia. Cada familia serbia había perdido al menos a un miembro en el terrible genocidio cometido por los fascistas croatas y musulmanes, agentes de Alemania, entre 1941 y 1945.
Únicamente la Yugoslavia de Tito había podido devolver la paz, la igualdad, la coexistencia. Pero Berlín, y después Washington, querían quebrar a toda costa a este país “demasiado a la izquierda” (véase pregunta 4).
3 ¿EEUU PASIVO? ¿Permaneció Estados Unidos “pasivo y desinteresado” en esta guerra?
No. Lord Owen, enviado especial de la Unión Europea en Bosnia, por tanto, observador privilegiado, escribió en sus Memorias: «Respeto mucho a Estados Unidos. Pero, durante estos últimos años (92-95), la diplomacia de este país es culpable de haber prolongado inútilmente la guerra en Bosnia.»
¿Cuál es su objetivo? Como los alemanes estaban ocupados en tomar el control de Eslovenia, de Croacia y pronto de Bosnia, entonces Washington presionó a Izetbegovic, el dirigente nacionalista musulmán de Sarajevo: “No firméis ningún acuerdo de paz propuesto por los europeos. Haremos que ganéis la guerra sobre el terreno”. De esta manera, Washington prolongó durante dos años los terribles sufrimientos infligidos a toda la población de Bosnia.
¿Cuáles eran los motivos? 1. Despojar a Berlín de sus posiciones adquiridas en la región estratégica de los Balcanes. 2. Dividir y debilitar a la Unión Europea. 3. Instaurar a la OTAN como gendarme del continente europeo. 4. Quitar a Rusia cualquier acceso al Mediterráneo. 5. Imponer su liderazgo político y militar para las demás guerras en preparación. Porque al mismo tiempo, la guerra contra Yugoslavia también era una guerra larvada contra Europa. Tras la caída del Muro, los estrategas de Estados Unidos querían impedir a cualquier precio que emergiera una superpotencia europea. Por eso se ha hecho lo imposible para debilitarla política y militarmente.
4 BANCO MUNDIAL & FMI ¿Participaron el Banco Mundial y el FMI en la fragmentación del país?
SÍ. En diciembre de 1989, el FMI impone unas condiciones draconianas a Yugoslavia, cuyo primer ministro liberal, Markovic, mendigó la ayuda George Bush padre. El objetivo de “la ayuda” será en realidad desestabilizar y hacer quebrar a las grandes empresas estatales. El Banco Mundial desmantela el sistema bancario, despide a 525.000 trabajadores en un año y, después, reclama la supresión de dos de cada tres empleos. El nivel de vida desciende dramáticamente.
Estos diktats y el aumento de huelgas solidarias en todas las repúblicas exacerban las contradicciones entre los dirigentes de las distintas repúblicas a las que Belgrado ya no puede enviar fondos. Para salir de esta situación, estos dirigentes recurrieron a la táctica de la división y de alentar el odio nacionalista. Esta guerra se alentó desde exterior. Como muchas otras.
La guerra contra Yugoslavia fue una guerra de globalización. Todas las grandes potencias occidentales trataban de liquidar el sistema económico demasiado de izquierda de Yugoslavia: un sector público fuerte, importantes derechos sociales, relativa resistencia a las multinacionales… El 4 de agosto de 1996, el Washington Post exponía la verdadera razón de las distintas guerras contra Yugoslavia en este reproche (¿esta amenaza?): «Milosevic no ha logrado comprender el mensaje político de la caída del Muro de Berlín. Otros políticos comunistas han aceptado el modelo occidental, pero Milosevic ha ido en la otra dirección.»”
Collon terminaba dicho artículo con un llamamiento o denuncia: “No les vamos a dar una “nota” para evaluar el grado de manipulación mediática que han sufrido. Sería indecente. Durante este decenio, demasiados inocentes han sufrido y aún sufren a causa de la desinformación orquestada por las grandes potencias con fines de dominación imperialista”. Los imperialistas hoy mienten un millón de veces más que en la última década del siglo XX y la primera del XXI y ello lo podemos constatar hoy escuchando a los seguidores de Franco en el Parlamento español, así como a sus medios de manipulación de masas. Pero ya se sabe, bajo el capitalismo, la libertad de prensa es la libertad del dueño del medio de comunicación, la libertad de los explotadores para engañar vilmente al pueblo.
Toda la exposición hecha hasta el momento nos deja claro que la independencia de Eslovenia, de Croacia, de Bosnia-Herzegovina, etcétera y la actualización del mapa de Europa en lo que concierne a lo que fue territorio yugoslavo no fue más que la consecuencia de una guerra interimperialista, del sometimiento de dicho territorio a los intereses del imperialismo norteamericano y europeo con las manos libres tras la hecatombe soviética, bloques imperialistas a los que están alineados tanto la burguesía nacionalista catalana como los fascistas españoles que tantos golpes en el pecho se dan en la defensa de la bandera y de la integridad del Estado franquista cuyo “remozamiento” ha envejecido enormemente, habiendo emergido a la superficie todas las contradicciones cerradas en falso.
Por un lado, es bochornoso comprobar cómo se echan las manos a la cabeza los herederos de Franco y los oportunistas “alarmados” porque Torra apela a la vía eslovena. Ellos que fueron corresponsables y promotores de dichas guerras balcánicas y de dicha división territorial, apelan alarmados, como el fascista Abascal que justifica la querella de su partido a Torra en que éste anuncia “un nuevo desafío, una nueva vuelta de tuerca en el golpe de estado y proponiendo literalmente la vía eslovena, que provocó 62 muertos y llevó a una guerra de 10 días”; y esto lo dice quien reivindica la obra de un golpista criminal como fue Franco, que viene a sostener al capitalismo monopolista importándole bien poco que en el estado español cada día se suiciden 10 trabajadores como consecuencia de las políticas capitalistas, que vilipendia a la memoria de centenares de miles de antifascistas enterrados en las cunetas y que tiene un programa político tan racista y xenófobo como los de Tudjman o Izetbegovic. Por su parte, Borrell, ministro del gobierno español en la época del reconocimiento de Eslovenia y Croacia, compañero de partido y de gobierno de Javier Solana, el que fue Secretario General de la organización terrorista OTAN y que estuvo al mando de la guerra imperialista contra Yugoslavia, reacciona ahora a las palabras de Torra diciendo que “es un lenguaje que parece que esté llamando a una insurrección”, abonando el terreno para agredir nuevamente al pueblo catalán, que es la conclusión que ha sacado el PSOE de las elecciones andaluzas. Borrell no tiene moral ni autoridad para criticar a Torra por dirigirse a una obra criminal en la que su gobierno y su partido, el PSOE, fue participe, apoyando a los fascistas y reaccionarios de todos los colores no sólo en Yugoslavia sino en todos los países del Este.
Como se evidencia, a los defensores del capitalismo monopolista español únicamente les queda la mentira, la violencia, el chovinismo, en definitiva, el fascismo para sostener un sistema económico agotado y caduco, corrompido hasta el tuétano. Es lo único que pueden ya ofertar al pueblo.
Por otro lado, no es menor la desfachatez de la burguesía catalana, evidenciando que es tan corrupta y tan enemiga del pueblo como la españolista. No hemos de olvidar que ambas burguesías son aliadas en su odio hacia la clase obrera y han saqueado tanto al pueblo español como al catalán de manera inmisericorde. La crisis económica y política, unidas a la corrupción insostenible y a las guerras intestinas por la hegemonía, han hecho que el PDeCAT haya tenido que transitar del nacionalismo a un falso independentismo. Artur Mas en 2002, cuando su partido CiU y su clase social tenían una situación preferencial dentro del Estado, señalaba que “el concepto de independencia lo veo anticuado y un poco oxidado”; hoy sus ‘herederos’, entre los que está Torra, apuestan por la vía eslovena. Por otro lado, ERC que siempre ha defendido la unilateralidad bajo el titular de Declaració Unilateral de Independència (DUI) como, por ejemplo, señalaba el Programa Político de ERC en su página 9 en el año 2012, “esta situación de tensión política, legitima una salida democrática unilateral por parte del pueblo de Cataluña mediante el derecho de decidir; es decir, con una convocatoria de un referéndum – o de declaración unilateral por parte del Parlament de Catalunya, en última instancia – de acuerdo con el principio democrático universal (el derecho a la autodeterminación actualizado en el contexto social y económico del siglo XXI que cuenta con precedentes en el marco jurisprudencial internacional)” han virado en su planteamiento como lo reflejan las palabras del actual President del Parlament, Roger Torrent, que señalaba el pasado 10 de diciembre que en ERC “hemos defendido siempre y seguiremos defendiendo la vía escocesa, que es la correcta y la que nos parece nos hará ganar, porque conecta con el 80% de la población de este país y aporta una solución democrática al conflicto”. Esto es, ERC ha pasado de la unilateralidad a admitir la tutela del Estado español en el ejercicio de un derecho democrático que le corresponde a la nación catalana sin tutela alguna. Como se aprecia, la caducidad del capitalismo monopolista de estado impone el fascismo y hace que las fracciones de la burguesía catalana enloquezcan anteponiendo la pelea por su hegemonía sobre los intereses de la nación catalana y su pueblo a los que subordinan. ERC y PdeCAT viven del pueblo catalán, llevan la independencia de Cataluña para vivir de ella, como se puede constatar cada vez que se escuchan las declaraciones de algunos de sus dirigentes como Tardà. Eso sí, ambas fracciones temen enormemente que la dirección real del movimiento independentista caiga en manos del Pueblo, que no sea controlado por ellos, no dudando en señalar y criminalizar la lucha popular, como se demuestra en las declaraciones de Roger Torrent el pasado lunes cuando decía que “La república no se construye con capuchas y con la cara tapada”, Tardà el pasado miércoles con “la República no se construye con pasamontañas” o el propio Torra señalando a los CDR diciéndoles que “no se puede atacar los cordones policiales”.
Torra y el PDeCAT mienten al pueblo de Cataluña cuando hablan de la vía eslovena. Llevan todo este tiempo mintiendo al pueblo y no cumpliendo el mandato del 1 de octubre. En Eslovenia había unos intereses económicos del imperialismo europeo y concretamente de Alemania. El imperialismo europeo y norteamericano estaban interesados en liquidar por completo el campo del socialismo real y engullirlo de la manera que más les interesara a sus monopolios. A tenor de todo lo que hemos visto, se puede comprobar que el estado español no es Yugoslavia, sino que es un estado imperialista integrado en el bloque imperialista europeo y en la OTAN; que el momento histórico tampoco es el mismo, pues en aquellas fechas dichas repúblicas que conformaban el bloque socialista debían ser engullidas por las potencias imperialistas; y por consiguiente, que Cataluña tampoco es Eslovenia. En definitiva, lo que valía para la segunda no vale para la primera.
La burguesía como clase es nacionalista, pues no puede estructurar sus relaciones en pie de igualdad y colaboración con otros grupos nacionales. Por ello, los ideólogos del imperialismo inoculan, alientan y financian el nacionalismo, para dividir al proletariado cuya naturaleza es antinacionalista e internacionalista. Ello lo hicieron en las Repúblicas que componían la República Federativa Socialista de Yugoslavia, en las Repúblicas Soviéticas y así lo siguen haciendo en los estados capitalistas para dividir a la clase obrera de las distintas naciones.
Lenin define el imperialismo con cinco rasgos fundamentales que son la concentración de la producción y del capital llegada hasta un grado tan elevado de desarrollo que ha creado los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica; la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este “capital financiero”, de la oligarquía financiera; la exportación de capitales, que a diferencia de la exportación de mercancías adquiere una importancia particularmente grande; la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo; y la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes. Ello implica que en el imperialismo las potencias se reparten el mundo y lo modelan a imagen y semejanza de sus intereses, mediante la fuerza bruta de la guerra económica y la guerra militar. Luego los imperialistas pasan por encima de los derechos de las naciones y de la clase obrera y demás clases populares.
Cataluña tiene el derecho democrático a la autodeterminación, tiene derecho a su emancipación nacional si sus ciudadanos así lo consideran; sin embargo, mientras exista el capitalismo monopolista de Estado, mientras rija el imperialismo, los derechos nacionales están subordinados a los intereses de los monopolios y, por tanto, les son negados a las naciones.
En el mundo actual, la contradicción fundamental que impera es la lucha entre el imperialismo y el socialismo. Por ello Cataluña únicamente se podrá emancipar nacionalmente cuando la clase obrera se emancipe socialmente, esto es, Cataluña no podrá ejercer plenamente sus derechos nacionales mientras la clase obrera no derribe el capitalismo monopolista de Estado e imponga el socialismo. Tanto nacionalistas catalanes como nacionalistas españoles coinciden en la defensa del imperialismo, en la defensa de la UE y en la defensa del capitalismo monopolista de estado pues, aunque la burguesía catalana reivindique un derecho democrático como es la autodeterminación del pueblo catalán, a lo que aspira es a construir una República burguesa donde oprimir a los trabajadores catalanes e integrarse en las agrupaciones imperialistas en condiciones análogas a sus homólogos españoles.
El PCOE apoya plenamente el derecho a la autodeterminación de Cataluña y de las demás naciones oprimidas y hacemos un llamamiento a los trabajadores del estado español a salir en defensa de la autodeterminación de Cataluña, de Euskadi y de Galicia. A la par, hacemos un llamamiento a los obreros de dichas naciones a unirse a los trabajadores del estado español para juntos, unidos en base al principio del internacionalismo proletario, que no es la mera unión de la clase obrera sino que es la interacción de las tres fuerzas revolucionarias fundamentales de la época actual como son el socialismo, el movimiento obrero y la liberación nacional que arman al proletariado de la consciencia y la fuerza necesaria para cumplir su misión histórica: enterrar al imperialismo y alzar el socialismo.
¡POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA CATALANA, POR LA REPÚBLICA SOCIALISTA ESPAÑOLA!
¡VIVA EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!
¡FORTALECE AL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL!
Madrid, 15 de diciembre de 2018.
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)