El Estado español ante el espejo; CDC era de los nuestros
En los últimos años, una oleada de procesos judiciales se cierne sobre la formación burguesa CDC, pilar maestro de la burguesía monopolista en Catalunya durante las últimas cuatro décadas. Justamente cuando esta formación ha decidido desligarse de lo que siempre había sido, los escándalos de corrupción salen a la luz uno detrás de otro, de los que no por casualidad sale indemne su histórico socio de coalición y Gobierno; UDC. No en vano, los democristianos –ya desde el 27S sin representación parlamentaria en Catalunya- han decidido seguir jugando a lo mismo, sin desviarse lo más mínimo de su papel histórico como correa de transmisión de la burguesía monopolista en tierras catalanas.
Es bien conocido que CiU ha sido el punto de anclaje político del gran capital en Catalunya, y que tras los clanes de los Pujol o Roca se emboscaban las grandes familias burguesas de este país, esa gran burguesía apátrida que ayer era franquista, antes de ayer europea y española, pero siempre autoproclamada catalana de socarrel. CiU, lleva más de 30 años al mando de la Generalitat, sirviendo con fidelidad inquebrantable a los grandes monopolios industriales y financieros del Estado. Y cuando eso sucede, en el contexto de un régimen capitalista putrefacto como el que sufrimos millones de trabajadores, que fluya la corrupción a raudales no debería sorprender a nadie, pues es algo consustancial a las relaciones de producción existentes. Lo relevante, es conocer en que contextos salen a la luz las corruptelas estructurales.
Por ello resulta de un cinismo aberrante que los mismos corruptos políticos a sueldo de la burguesía, los mismos que gobiernan a golpe de pito del IBEX-35, los mismos que regalan obra pública a los FCC y OHL a cambio de grandes sumas de euros para sus capitostes y partidos, hoy -¡precisamente hoy!- acusen a sus antiguos y fiables socios catalanes de regalar obra pública y recibir grandes sumas de dinero de Ferrovial o Teyco. El pueblo trabajador catalán, como el español, sabe bien quién tapó el caso Banca Catalana, Eurobank, Adigsa, Pallerols y tantos otros. Fue, ni más ni menos, que el propio Estado español. Porqué los pactos de CiU con el PSOE o con el PP daban “estabilidad” al país, esto es, a los intereses económicos de la burguesía monopolista. Y a esta clase dominante parasitaria, verdadera maestra de la explotación, la evasión fiscal, el blanqueo de capitales y demás lindezas, dueña y señora del Estado como arma de dominación clasista, fomenta constantemente las corruptelas de sus lacayos políticos.
Esa es otra forma de mantener a sus formaciones de Gobierno ciertamente controladas, además de la forma natural de funcionamiento de un régimen sustentado sobre la propiedad privada de los medios de producción y el trabajo asalariado; es decir, de un régimen capitalista pivotado sobre el robo continuado al pueblo trabajador. Por ello no debe extrañar que ante épocas de crisis, ésta burguesía monopolista inmole de forma controlada a algunos de sus lacayos, todo en aras de mantener la “estabilidad” del país. Cabe recordar los repetidos casos de corrupción que contribuyeron a desalojar al PSOE del Gobierno, o los que probablemente desgastaran al propio PP. Los casos salpican, se tapan o se publicitan, porqué saben bien los grandes corruptores –la burguesía monopolista y su Estado-, que ellos nunca serán “noticia” y que a lo sumo serán sacrificados unos cuantos corruptos ya amortizados.
El caso de Catalunya y CDC, en este sentido, queda meridianamente claro. Ante una formación que en los últimos años y de la mano del clan Mas ha dejado de ser fiable, que lejos de ofrecer “estabilidad” en plena crisis económica, extiende esta crisis a la superestructura política de la mano de la nunca resuelta cuestión nacional, resulta sencillo poner en la diana a esta formación. Y lo es por qué CDC, desde finales de los 70, ha sido tan burguesa y por tanto corrupta como el PSOE o el PP, tan española como la propia monarquía, y más europea que la CECA. CDC ha sido pieza clave de la dictadura de clase española, parte integrante del Estado reaccionario español y pieza clave de los intereses imperialistas de la UE en Catalunya. Por ello, cuando los Pujol evaden capitales, cuando los 3% impregnan a CDC, cuando oímos hablar de Pretoria, Palau, Mercurio, ITV, etc., lo único que vemos es el reflejo más nítido del propio Estado español.
Es evidente que CDC no es más que uno de los hijos predilectos del régimen capitalista español. Si después de 30 años, hoy está en la picota, no cabe duda que ello responde al giro soberanista en esa formación, fruto de las contradicciones interburguesas existentes.
El PCOC hace un llamamiento al conjunto del proletariado y clases popular a organizar el poder popular desde nuestros barrios y centros de trabajo, a levantar las estructuras del Frente único del Pueblo. Solo un movimiento nacional dirigido por la clase trabajadora podrá asegurar el inalienable derecho a la autodeterminación de Catalunya, sólo organizando la revolución socialista pondremos las bases indispensables para acabar con los corruptores, sus corruptos y su putrefacto Estado burgués. Lo utópico no es luchar contra este régimen capitalista caduco, lo utópico es seguir manteniéndonos sometidos a él.
COMITÉ NACIONAL PARTIT COMUNISTA OBRER DE CATALUNYA (PCOC)