El COVID-19 une en la provincia de Cádiz a los políticos del régimen
“1. ¿Cuáles son a su juicio las recetas políticas, económicas y/o sociales en la provincia de Cádiz para el día después a que superemos la actual crisis sanitaria?”
“2. ¿Qué lecciones ha aprendido desde el punto de vista personal durante esta crisis de cara al futuro?”
Si analizamos detenidamente las respuestas nos damos cuenta de que todos ellos tienen un mismo discurso, discurso dirigido a justificar las medidas antiobreras decretadas por el gobierno y a pedir que se amplíen aún más.
Pongamos algunos ejemplos de lo dicho por estos representantes de los intereses capitalistas:
José Ignacio Landaluce (PP): “… hará falta diversificación económica …”
Sergio Romero (Ciudadanos): “Cádiz tiene potencial para ver cómo se diversifica su economía».
Ángela Mulas (Vox): “… Debería establecerse un Plan Estratégico que contenga importantes rebajas fiscales, así como ayudas económicas a fondo perdido …”
Manuel Jiménez Barrios (PSOE): “… hay que reactivar la inversión pública como motor para tirar del carro de la iniciativa privada.”
Hugo Palomares (IU): “… Por ello, es necesario invertir en la creación de industrias que se afiancen en el territorio …”
José Ignacio García (Podemos): “… Hay que replantear el modelo productivo de nuestra provincia para huir del monocultivo del turismo hacia más diversificación y desarrollo …”
Como podemos ver todos tienen la misma receta que no es otra que seguir manteniendo a este Estado opresor, todos ellos como fieles lacayos del sistema capitalista criminal se desviven en proporcionar capital a los empresarios justificándose además en que esto generaría mano de obra. Pero todas las fábricas que se implantaran, produjeran lo que produjeran, sería bajo el yugo de los capitalistas, concentrando éstos aún más empresas en sus manos y por tanto más poder tras la criba de quiebras y ruinas que se produce en cada estallido de crisis, lo cual les permite comprar empresas a precio de saldo. Y esto con la ayuda de la “inversión pública”, que es el dinero que sale del bolsillo principalmente de las familias trabajadoras, que están sobreviviendo como pueden. Inversión pública que ha servido y sirve desde que el capitalismo existe para subvencionar despidos masivos también de multinacionales norteamericanas como General Motors en la bahía de Cádiz.
Decía Antonio González Sangil, ex-ingeniero jefe de Delphi, en 2010, acerca del cierre de la fábrica: «había interés de la propia General Motors en cerrarla, no porque no fuera rentable, sino porque la trasladaban a otro sitio en donde iban a obtener de nuevo la concesión y los beneficios que tuvieron aquí, es decir, las subvenciones«.
Por tanto, resulta que ante la dramática situación que ha generado esta pandemia que ha mandado a millones de trabajadores más a la más absoluta miseria, las recetas que desde la derecha más reaccionaria a la izquierda traidora nos dan es facilitar al capitalista montar aquí sus empresas una vez que les han garantizado que podrán obtener subvenciones y la mano de obra por debajo del precio de saldo.
Más vergüenza si cabe aún dan las palabras de los que se dicen llamar de izquierdas, en cuyas declaraciones no los vemos ni tan siquiera una vez referirse a la clase obrera.
Pero si analizamos más profundamente observamos su falsedad para con el pueblo, pues nos hablan de promover la diversificación del tejido productivo en nuestra provincia como si alguno de ellos tuviese potestad para hacerlo, cuando saben, y más teniendo la experiencia como cargos políticos que tienen, que desde ningún estamento que pertenezca a este régimen pueden hacerlo, ni un ayuntamiento, ni un gobierno autonómico, ni el gobierno central, ni tan siquiera la Unión Europea, porque la economía mundial está en manos de los monopolios empresariales que están en manos de la oligarquía financiera, que son los que imponen su voluntad acorde a las máximas ganancias que puedan obtener, para muestra el chantaje de la multinacional norteamericana Willis a Aena:
Desde el PCOE contestamos a estas dos preguntas.
Para el día después a esta pandemia, de la que se han servido para encubrir la enorme crisis del sistema, inyectando billones de euros a los monopolios y la banca, que vamos a pagar la clase obrera, y abonándoles el terreno además con flexibilizaciones y medidas para que los millones de parados que generan en cada crisis puedan serles más rentables a través de una mayor explotación, nuestra respuesta es la siguiente.
Puesto que como hemos visto desde los estamentos burgueses no es sólo que no se pretenda, sino que es imposible cambiar este sistema, la única receta posible es la reorganización de la clase trabajadora para la toma de los medios de producción que serían socializados, estableciendo una economía planificada dirigida a satisfacer al pueblo en todas sus necesidades y cuya producción revertirá en el pueblo. ¿Cómo puede ser que después de 40 años de democracia, con varias generaciones de trabajadores produciendo para este país, el Estado español no tenga medios para mantenerse ni tan siquiera un mes sin entrar en bancarrota? Pues precisamente porque las riquezas que nos matamos en producir durante generaciones están en manos de unos pocos mientras hoy nosotros no tenemos ni mascarillas.
A la segunda pregunta hecha a los políticos que representan al sistema sobre qué es lo que han aprendido durante esta crisis, todos contestan, a parte de la consabida demagogia, que todos han aprendido a valorar más si cabe a sus familias.
Nuestra respuesta a esta segunda pregunta es que desde las clases trabajadoras les tenemos que decir que nosotros ya valorábamos mucho las nuestras, por ellas hemos dejado que nos exploten, nos humillen y nos vejen durante todo estos años de esta democracia de los empresarios y que lo que hemos aprendido es que solo arrebatándoles los medios de producción a los opresores a los que nuestras familias les importa un bledo y a las que solo ven como mercancía para que les generen más enriquecimiento podremos protegerlas.
Por tanto, se hace patente más que nunca que solo mediante la organización y la unión de las clases populares en el Frente Único del Pueblo, será posible conseguir la receta necesaria para poder vencer al verdadero virus que nos amenaza tras esta pandemia que no es otro que un sistema criminal que lleva a sus espaldas muchas más muertes de trabajadores que cualquier otro virus que haya aparecido en el planeta.
SOCIALISMO O BARBARIE