El colapso sanitario en Andalucía antes del coronavirus
Todos los partidos parlamentarios en Andalucía son cómplices de la desastrosa situación del sistema sanitario andaluz, arrebatándonos desde hace años el personal y los recursos necesarios para atender adecuadamente cualquier tipo de enfermedad y por supuesto, cualquier pandemia.
PP y PSOE destacan como principales responsables, pero sin olvidar que ambos han co-gobernado y co-gobiernan con el resto de fuerzas políticas parlamentarias: IU-PCE, Podemos, Ciudadanos y Vox.
Aunque la crítica situación ya venía de la gestión socialista, la cual provocó masivas manifestaciones en todas las provincias andaluzas, con PP-Cs-Vox al frente de la Junta de Andalucía lo que se ha hecho es dar otra vuelta de tuerca y destrozar aún más el sistema andaluz de salud para favorecer la contratación masiva de seguros privados de salud, alcanzando ya el 25% de los hogares andaluces. Tal situación ya la denunciamos desde el PCOE en Andalucía en septiembre de 2019:
Llevamos años viendo imágenes de camillas en los pasillos de hospitales, de personal sanitario desbordado y agotado En los últimos años las agresiones al personal sanitario han aumentado vertiginosamente conforme han disminuido sus efectivos y la atención sanitaria se ha venido degradando. La siguiente noticia es de julio de 2019:
Ejemplos de la vuelta de tuerca del gobierno fascista andaluz actual han sido:
– Pueblos sin ambulancias. Es tan escasa la flota de ambulancias en los hospitales regionales que hay listas de espera de para pacientes que necesitan trasladarse a un centro donde recibir algún tratamiento. Noticia de junio de 2019:
– Se suprimen oncólogos, como denunciaba en noviembre de 2019 la Asociación de Padres de Niños Oncológicos de Málaga en el Hospital Materno Infantil.
– En noviembre de 2019, el sindicato de enfermería Satse denunció un “caos absoluto” en el área de Observación del Hospital Regional de Málaga, por la falta de camas y espacio “sin acceso alguno a elementos tan vitales como un monitor o una toma de oxígeno”. Los pacientes han de esperar varios días en Urgencias antes de que le ingresen.
– Enero de 2020. El sindicato de enfermería SATSE denuncia «saturación, desbordamiento y colapso« por la «falta de recursos humanos» y de previsión ante la epidemia de gripe, lo cual se repite cada año. El sindicato denuncia «pacientes por los pasillos, esperas superiores a las 48 horas y profesionales desbordados». Ya se preveía que el pico vendría en enero y febrero.
Esta situación previa muestra que el coronavirus, que nos presentan como el origen de un apocalipsis que justificará medidas fascistas como Estados de Excepción y un antes y un después en el control de movimientos del pueblo trabajador, no es más que la excusa que el sistema necesitaba. Todo esto acontece cuando ya se estaban produciendo movilizaciones en todos los sectores populares y rincones del mundo y que anticipaban un espectacular estallido social a la medida del estallido de las burbujas de deuda, financiera e inmobiliaria que había sido pronosticado para 2020. Hoy, ejércitos como los de Chile, Colombia o Bolivia que hasta ayer estaban matando a quemarropa a manifestantes, hoy se presentan como garantes de la salud pública.
Nos insisten que estamos ante un enemigo “invisible”, al que tenemos que combatir unidos. Pero no, no somos uno, los responsables de las muertes evitables de ayer y hoy son nuestros enemigos: la oligarquía financiera, los capitalistas que dictan a sus gobiernos títeres el robo de recursos públicos de sanidad y otros ámbitos para acumular una riqueza abismal, cueste lo que cueste, llevándose por delante nuestras vidas.
Quien ha de unirse frente a ese enemigo común son las clases populares, principales víctimas de la fase final de decadencia del capitalismo. Unidos sí, pero para tomar el control de la producción, de las 120 empresas que fueron privatizadas, para intervenir las empresas que anuncian despidos, para intervenir la banca que ha sido rescatada con nuestro dinero y así poder planificar la sociedad y la economía en beneficio de toda la comunidad. En pos del bien común.