Carlos, hermano, ¡nosotros no olvidamos!

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En la estación de Legazpi de la línea 3 de metro, a través de las cámaras de videovigilancia del tren, se observa cómo acceden al vagón varias decenas de jóvenes antifascistas. En ese vagón se encontraba Josué Estébanez, el cual al percatarse de la presencia de los jóvenes saca una navaja de 15 centímetros de su bolsillo y la oculta abierta, tras su espalda. Josué Estébanez portaba una sudadera de marca “Three Stroke”, identificada como simbología nazi. El resto de jóvenes se suben al vagón. Uno de ellos se percata de que Josué Estébanez porta una navaja, pero Carlos Palomino, al acceder al vagón, no se percata de ello y le recrimina sobre la sudadera. En ese momento Josué Estébanez propina una puñalada a Carlos Palomino en el lado izquierdo del tórax, que afecta al corazón y que posteriormente provocaría su muerte.

Estos fueron los hechos que ocurrían el 11 de noviembre de 2007, hace hoy diez años. Carlos Palomino, un joven antifascista de 16 años, era asesinado mientras se dirigía a manifestarse en contra de una manifestación fascista convocada por Democracia Nacional. Carlos fue asesinado por un militar fascista del Ejército Español, Josué Estébanez, el cual se dirigía a apoyar la manifestación fascista.

A diez años de su asesinato debemos hacer balance y remarcar la necesidad de combatir el fascismo con todas nuestras fuerzas. A diferencia del movimiento pacifista socialdemócrata, los comunistas debemos ser inexorables con el fascismo, no darle aire para respirar. La socialdemocracia, con esta predica abstracta de paz, lo único que hace es reafirmar más al movimiento fascista: se convierte en su pata izquierda. No debemos olvidar que el fascismo es la organización de combate de la burguesía que se apoya en el respaldo activo de la socialdemocracia. 

La actual creciente ola de crecimiento del fascismo, debe ser considerada como un síntoma de debilidad de la clase obrera y como una consecuencia de traiciones cometidas contra la clase obrera por la socialdemocracia y su “pacifismo”, que ha desbrozado el camino al fascismo. Debe ser considerada también como un indicio de la debilidad de la burguesía, como un síntoma de que la burguesía ya no está en condiciones de dominar el orden burgués vigente, por lo cual, se ve obligada a recurrir a los métodos terroristas de gobierno. La única forma de extirpar el fascismo del seno de la clase obrera, es acabar con la burguesía que lo nutre.

Por último, enviar un abrazo y nuestras más sinceras condolencias a los familiares y amigos de Carlos. Lucharemos por él y por todos los antifascistas caídos.

 

CARLOS, HERMANO, ¡NOSOTROS NO OLVIDAMOS!

 

Comité Local del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) de Madrid

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