Adelante Andalucía: dime quién te halaga y te diré quién eres
Si vendeobreros y traidores como dirigentes de UGT te halagan, ¿qué intereses representarás? Los candidatos por Adelante Andalucía a la presidencia de la Junta de Andalucía, Teresa Rodríguez y Antonio Maíllo, fueron presentados, en un lugar tan alejado de la clase obrera como el Hotel Alfonso XIII, por la dirigente de UGT en Andalucía, Carmen Castilla, que se deshizo en halagos por ambos candidatos.
Que la representante de un sindicato cómplice de la situación de represión y abandono que sufre la clase obrera a través de sus acuerdos y pactos con la patronal, que es una pata más del Estado fascista español, piropee a estos candidatos nos puede dar una idea de a quién representa ese nuevo remix de organizaciones oportunistas como es Adelante Andalucía.
Carmen Castilla se reconoce en Teresa Rodríguez por su “profunda vocación voluntarista en cambiar las cosas”, y le gustaría tenerla en la UGT como delegada sindical.
Hace piña con ella en el feminismo, esforzándose mucho en distinguir entre “compañeros y compañeras”, “trabajadores y trabajadoras”, pero es cómplice de la represión de las trabajadoras en los centros de trabajo despedidas por quedarse embarazadas, como en el caso de Ayesa, donde la candidatura de UGT fue confeccionada por la dirección de Recursos Humanos.
También muestra su simpatía por Antonio Maíllo, amigo suyo, como coordinador de IU, partido con el que “la UGT ha trabajado en pro de las políticas de izquierda. Hoy estamos aquí tres zurdos”.
No hace falta ser un erudito para concluir por tanto que la ‘izquierda’ a la que representan IU-Podemos-Adelante Andalucía, si es la misma que reivindica UGT (pues ninguno se pronunció en sentido contrario), es la pata izquierda del régimen capitalista que necesita para poder sostenerse. La izquierda que ha pactado todas las reformas laborales, todos los pensionazos, todos recortes que han ido imponiendo los gobiernos estatales y autonómicos en contra de la clase obrera. Esa pata izquierda del sistema que es la socialdemocracia, formando un bloque con el PSOE al que sirve de salvavidas.
Así engaña Adelanta Andalucía cuando Maíllo dice por un lado que “el Partido Socialista puede estar legitimado para todo, menos para políticas de cambio” y por otro que “Andalucía necesita un cambio que tiene que venir desde una amplia alianza de sectores progresistas y de izquierda”.
Maíllo llama de nuevo a la “rebelión”, como ya lo hicieran antes de gobernar en coalición con el PSOE en 2012. Lejos de la “rebelión” y mucho menos de la revolución está su propuesta económica que se esfuerza en beneficiar por igual a empresarios y trabajadores.
Maíllo promete el “condicionamiento de las ayudas públicas a las relaciones laborales de empresa”. Lo cual nos dice dos cosas: que lejos de instaurar la propiedad colectiva de las empresas, les concederán ayudas a sus dueños. Y, por tanto, también nos dice que aceptan las relaciones de producción capitalistas.
De la misma manera, pondrá más inspectores de trabajo, que según reconoce el propio Maíllo son buenos también para las empresas, (ya sabemos de qué lado están los inspectores de trabajo) y que servirán para acabar con la “ley de la selva en el mercado laboral”. ¿Qué mercado es bueno para los trabajadores en el delirio socialdemócrata de Maíllo? La mera existencia de la economía de mercado convierte a los trabajadores en mercancías para usar y tirar.
No se queda corta Teresa Rodríguez a pesar de su verborrea sobre ricos y pobres, cuando dice que hemos de ser “competitivos en base a la productividad, a la innovación y en base a la apuesta por la economía social”, mantra repetido hasta la saciedad por los empresarios. Precisamente la competitividad, que conlleva la automatización de la producción, son las causas del paro y la precariedad laboral bajo el capitalismo. Obviamente, la automatización bajo el Socialismo libraría a la sociedad del trabajo rutinario y físicamente duro y la sociedad entera se beneficiaría de sus frutos. Pero Teresa Rodríguez no apuesta por el Socialismo, sino por un nuevo engendro abstracto que es la “economía social” que bajo el régimen de propiedad privada acaba en manos del capital, especialmente financiero por la etapa actual del capitalismo. Ahí están las ‘plataformas colaborativas’ en los sectores de la vivienda, el transporte o la mensajería que acaban en manos de fondos de inversión multinacionales.
La solución a los problemas materiales que acucian al pueblo trabajador andaluz, como al resto de regiones y países del mundo, sólo puede pasar por la construcción de un poder obrero y popular, por la construcción de un Frente Único del Pueblo, que ponga en manos de toda la sociedad las riquezas naturales y que esta produce con su trabajo y sudor.
Andalucía necesita urgentemente una Reforma Agraria moderna que expropie los latifundios y socialice los monopolios industriales, comerciales y banqueros que parasitan al campo. La revolución –ni la transformación profunda de la sociedad– no será jamás invitada a un hotel de lujo, ni buscará nunca la bendición de un “público muy selecto” como al que pretende seducir este nuevo experimento de la socialdemocracia andaluza.
¡ABAJO LA SOCIALDEMOCRACIA Y LOS ENGAÑA-OBREROS!
¡POR LA REFORMA AGRARIA QUE EXPROPIE A TERRATENIENTES Y BANQUEROS!
¡POR EL SOCIALISMO!
Comité Regional del PCOE en Andalucía