23-J. Ganan los monopolios, gana el fascismo

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En los días que corren, contemplamos la agitación de las diferentes marionetas de los monopolios en lo que ha sido la precampaña electoral y el inicio de la campaña electoral. En los medios de manipulación de masas, donde predomina la reacción y fenece la verdad y el derecho a que el pueblo acceda a la información, las diferentes organizaciones del capital tratan de agitar al máximo a la clase obrera para que ésta elija una u otra opción del Capital. 

Por más que quieran mostrar que lo que hay en juego el próximo día 23-J es una lucha entre “demócratas burgueses” que dicen querer frenar el paso a la extrema derecha, al fascismo, y los fascistas que dicen salvar a España de la ruina al que le manda la “izquierda”, la realidad es que tanto unos como otros defienden exactamente lo mismo: los intereses de los monopolios y el imperialismo norteamericano, todo ello trufado con grandes dosis de nacionalismo y de chovinismo, bajo consignas como la defensa de la Unidad de España, el patriotismo, la lucha contra el islamismo, el inmigrante, el catalán o el vasco, en definitiva, dividiendo y enfrentando a los parias, a los explotados, a los obreros. Estas elecciones generales son las elecciones del fascismo. El tablero político en el capitalismo monopolista de Estado está totalmente escorado en la extrema derecha y es en esos parámetros ideológicos donde están todos, en los parámetros del fascismo como son la defensa a ultranza del Estado fascista, el racismo y el chovinismo señalando a la clase obrera inmigrante como responsable de los males de los trabajadores y del genocidio social que el Capital está realizando contra la clase obrera, exacerbando el nacionalismo y el chovinismo, y cómo no, proponiendo medidas que conduzcan a depauperar todavía más las condiciones de vida de la clase obrera y anunciar medidas sociales y económicas conducentes en enriquecer cada vez más a la minoría burguesa a costa de empobrecer y condenar a la miseria a cada vez más masas proletarias y, también, no proletarias que, en parte, son reaccionarias impregnando a la clase obrera de su veneno ideológico, el veneno de la reacción, del fascismo. 

Ninguno de ellos cuestiona la OTAN. Tampoco el apoyo a la guerra y al Estado fascista ucraniano. Ninguno cuestiona a la Unión Europea y a la intervención de los monopolios europeos que han liquidado completamente la soberanía nacional. De hecho, el Estado español no tiene ni tan siquiera capacidad para aprobar unos presupuestos generales del Estado pues necesita la autorización de los hombres de negro bruselenses. El imperialismo, la defensa a ultranza del Estado fascista y su Constitución franquista, esenciales para la implementación de la dictadura de la burguesía no están en cuestión. Todos están en los parámetros políticos e ideológicos del Régimen y, consecuentemente, todos están en la orilla del fascismo. 

Por tanto, salga el peón de los monopolios que salga, gobierne la fracción de la burguesía que gobierne, quien realmente va a seguir mandando e imponiendo sus políticas son los monopolios, los que no se presentan a las elecciones que gobernarán a través de sus marionetas reaccionarias que integren el Parlamento.

La realidad es que el pasado mes de junio, Úrsula Von der Leyen, Presidenta de la Comisión Europea, señaló que el coste sanitario español es insostenible y pidió recortes en sanidad al Gobierno. En mayo de 2023, Von der Leyen expresó su disconformidad con que a los pensionistas se le subieran las pensiones el IPC, “recomendando” a España realizar un ajuste de 9.000 millones de euros, limitando al 2,6% el gasto público en 2024 y retirar las medidas de apoyo energético. El pasado 20 de junio, Von der Leyen señaló que los estados de la UE tienen que ajustar su gasto público porque tienen que aportar 66.000 millones de euros para enviárselos al fascista Estado ucraniano en apoyo a éste en la guerra contra Rusia. 

Por tanto, sea el resultado que sea el que hagan público los que cuenten los votos, que no necesariamente tiene que ser el que realmente emane de las urnas, el próximo día 23 de julio, las políticas que se van a aplicar en la próxima legislatura no es más que la política económica y militar dictada por los monopolios europeos y verbalizada por Von der Leyen, es decir, robar dinero a los obreros para entregárselo a los monopolios y hacer la guerra, y sobre todo más fascismo, más reacción.      

El imperialismo se halla en bancarrota, en descomposición absoluta, y el desarrollo de la robotización agudiza mucho más su crisis económica que, en su fase actual, no solo genera una crisis de superproducción por la liquidación de la demanda y la condena de cada vez más masa proletaria y no proletaria a la miseria, sino que de hecho niega el propio capitalismo al desequilibrarse totalmente la composición orgánica del Capital en favor del capital constante, llevando a la mínima expresión al capital variable, es decir, a  la parte del capital que genera la plusvalía que se apropia el burgués. 

En esta coyuntura de la base económica, en esta inviabilidad y descomposición del imperialismo, los monopolios que cada vez acumulan y concentran más capital, únicamente tienen la salida del fascismo. Es por ello que, en un momento en el que la Revolución ya está lanzada por los cambios operados en la estructura económica, en un momento de descomposición y de inviabilidad del sistema económico imperialista, los monopolios deben apostarlo todo al fascismo. Por eso este prolifera por los diferentes Estados imperialistas – Polonia, Italia, Hungría, Francia, Ucrania, Finlandia, etcétera – por no hablar del Estado español donde el fascismo se impuso en 1939 y su podrido Estado sigue en pie al igual que sus principios y su ideología. 

El 23-J la reacción y los monopolios tienen garantizada la victoria. Este proceso electoral deja bien clara una realidad: el fascismo es transversal a la inmensa mayoría de las fuerzas políticas que concurren a las elecciones y todas las expresiones fascistas tienen papeleta – desde la ultraconservadora hasta la falsamente obrerista – todas ellas iguales de racistas, chovinistas y españolistas.

Tras el 23-J, salga quien salga, la clase obrera va a retroceder todavía más en condiciones de vida incrementándose las filas del ejército de reserva, del paro forzoso. 

La clase obrera únicamente tiene una salida: romper con el capitalismo. Y para ello es esencial que las organizaciones del socialismo, del comunismo, de la Revolución adquieran fuerza. Y esta fuerza jamás vendrá de la urna ni de la papeleta sino de la clase obrera en lucha, en movimiento contra el capitalismo y su Estado. Un Partido comunista que abrace el internacionalismo proletario y que combata el enfrentamiento y la división del proletariado creada por la burguesía a través del nacionalismo y del chovinismo, un partido que organice a la clase obrera en la dirección de romper con todo tipo de nacionalismo, con el Estado burgués, con la constitución que es un cáncer, y que alce la dictadura del proletariado para destruir completamente el Estado y la superestructura burguesa. 

Nuestro Partido tiene como meta la construcción del socialismo y del comunismo y para ello hace un llamamiento a todos los obreros conscientes a fortalecer nuestro Partido, instrumento esencial para que los obreros podamos emanciparnos socialmente, sin menoscabo que nuestro Partido está, como no puede ser de otro modo, por la construcción de la unidad de los comunistas siempre y cuando ésta vaya por una dirección revolucionaria de ruptura con el Estado, de su Constitución fascista, y por la construcción del socialismo donde la igualdad y la justicia social sean ley, o lo que es lo mismo, la burguesía no tenga ningún derecho político ni posea ni un medio de producción. 

¡EL FASCISMO NO PASARÁ!

¡POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA!

¡PROLETARIOS DE TODOS LOS PAÍSES, UNÍOS!

Madrid, 8 de julio de 2023

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

Comment ( 1 )

  1. La reflexión expuesta en el artículo se centra en la precampaña y campaña electoral en un contexto de cambio climático y las implicaciones que esto tiene para la política y la sociedad en general. Aquí están las principales conclusiones de esta reflexión:

    Manipulación en la Política: El autor critica la manipulación de la política por parte de lo que denomina “monopolios” y cómo los medios de comunicación están enfocados en la reacción en lugar de la verdad y el acceso a la información veraz por parte del pueblo.

    Elecciones y Fascismo: El autor argumenta que, a pesar de que se presente la elección como una lucha entre “demócratas burgueses” y “fascistas”, en realidad, ambas opciones defienden los intereses de los monopolios y el imperialismo norteamericano. Señala que los partidos políticos están en los parámetros del fascismo, promoviendo nacionalismo y chovinismo.

    Temas No Abordados: El autor sostiene que en las elecciones no se discuten cuestiones fundamentales como la pertenencia a la OTAN, el apoyo a la guerra y al Estado ucraniano, o la crítica a la Unión Europea y la pérdida de soberanía nacional.

    Dictadura de los Monopolios: El artículo argumenta que, independientemente del resultado electoral, los monopolios seguirán dictando las políticas económicas y militares, incluyendo recortes y apoyo a la guerra.

    Descomposición del Imperialismo: Se destaca la descomposición del imperialismo y la búsqueda de los monopolios por el camino del fascismo como respuesta a la crisis económica y la robotización.

    Necesidad de la Lucha Proletaria: Se enfatiza que la única salida para la clase obrera es romper con el capitalismo y que la fuerza de los movimientos socialistas y comunistas debe provenir de la lucha de la clase obrera en lugar de las urnas.

    Llamado a la Construcción del Socialismo: El autor hace un llamado a fortalecer el Partido Comunista y aboga por la construcción del socialismo y el comunismo como la única vía para la emancipación de la clase obrera.

    En resumen, la reflexión presenta una visión crítica de las elecciones y la política actual, argumentando que las opciones políticas disponibles no representan una verdadera alternativa al sistema imperante y que la lucha de la clase obrera es esencial para cambiar el status quo y avanzar hacia un sistema socialista.

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