Sólo el Socialismo puede acabar con las guerras de rapiña ¡No a la guerra imperialista!
La existencia de la Unión Soviética no sólo frenó múltiples agresiones imperialistas sino que proporcionó ingente ayuda a los pueblos del mundo para que combatiesen al imperialismo.
Tras el derrumbe de la URSS se ha podido comprobar, todavía de manera más descarnada, más criminal, la esencia del imperialismo y de sus bandidos dirigentes políticos, que no es otra que la vista en los últimos 22 años con las dos guerras de Iraq y Afganistán, Yugoslavia, Sudán, Somalia, Mali o en estos momentos Siria, por no hablar de los apoyos para desestabilizar naciones, imponer gobiernos títeres de canallas que favorecen los intereses de los monopolios y el expolio imperialista, o de violentar todo tipo de derecho humano cometiendo toda clase de tortura con la aquiescencia de estados como el español, creando campos de concentración o haciendo terrorismo de estado, asesinando a millones de mujeres, ancianos y niños.
Hoy la potencia más asesina de la Historia, los EEUU, y sus sanguinarios aliados europeos, así como sus medios de comunicación de masas, están en plena campaña de justificación para intervenir directamente y masacrar, todavía más, al pueblo sirio ante el fracaso de las acciones militares perpetradas por los mal llamados ‘rebeldes’, pues no son más que mercenarios a sueldo de los imperialistas que persiguen derrocar al gobierno de Al-Assad.
Con todo el cinismo del mundo, los títeres políticos de los estados capitalistas, sicarios de los monopolios, justifican la necesidad de la guerra para ‘que penetre la democracia’ en dichas naciones, que según ellos están dominadas por ‘ogros autoritarios’, con objeto de acabar con dichos ‘regímenes terroristas y totalitarios’, cuando en realidad los únicos terroristas y asesinos son las potencias imperialistas, encabezadas por los EEUU. En el caso de Siria la justificación de EEUU y sus aliados es, ahora, el empleo de armas biológicas por parte del Estado sirio. Hecho éste cuanto menos controvertido, y dudoso, pues son cada vez más las voces que señalan que el ataque biológico ha sido realizado por los mercenarios que tienen los EEUU y la Unión Europea en Siria, máxime cuando estos mercenarios han sido adiestrados en el manejo de las armas químicas por los EEUU, al igual que han sido armados por éstos con este tipo de armamento. De hecho, tanto la Dirección General de Seguridad de Turquía como una Comisión Independiente de la ONU aseguraron en mayo de este mismo año que los ‘rebeldes’ poseían armas químicas, en concreto gas sarín.
Pero para comprender lo que está aconteciendo en el mundo debemos analizar la situación acudiendo a los fenómenos económicos, primero, y políticos después que llevan a esta situación. Es un error mayúsculo fijarse en Siria y no comprobar que lo que acaece en dicho país está intrínsecamente relacionado y enlazado con lo que viene pasando en dicha zona en las últimas décadas, siendo consecuencia de la pugna imperialista por el control del petróleo, el gas y demás recursos naturales de esa parte del planeta, así como por su control geopolítico para distribuir dichos recursos.
Oriente Medio concentra prácticamente la mitad de las reservas de petróleo del mundo, concretamente el 48,1%, y el 38,1% de las reservas de gas natural. Entre Oriente Medio y la antigua URSS se reparten el 74% de las reservas de gas natural y entre América Latina y Oriente Medio se reparten el 68% de las reservas de petróleo. Así mismo, según el Servicio Geológico de los EEUU (USGS) el petróleo “no descubierto” – el que todavía no ha sido demostrado por las barrenas pero del que presume su existencia gracias a varios marcadores geológicos – asciende a unos 900.000 millones de barriles estando sus yacimientos dispersos en las regiones de Siberia, Oeste de África, este de Sudamérica y el Mar Caspio.
Por el contrario, tanto Europa como EEUU consumen el 44% del gas producido y el 43% del petróleo; a pesar que poseen el 14% de las reservas mundiales de petróleo y el 4% de las de gas.
A todo esto hay que añadir que el desarrollo económico de las potencias imperialistas emergentes, fundamentalmente de la zona asiática, de hecho China, ya es el mayor consumidor de energía, y según cálculos de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), considera que en 2035 empleará un 70% más de energía que los EEUU. A lo que hay que unir que, la misma AIE estima que el crecimiento en el consumo de energía para Brasil, Oriente Medio, India e Indonesia será mucho más rápido que para China.
Un informe del Ministerio de Defensa del estado español, de junio de 2008, titulado “La crisis energética y su repercusión en la economía. Seguridad y Defensa Nacional” señalaba que “las energías fósiles representaban el 82% del consumo mundial de energía primaria, el 77% en los países de la Unión Europea y el 85% en España. Por otro lado, las energías fósiles son, en su mayor parte, importadas, tanto en la Unión Europea como en España, y la dependencia española del petróleo es mucho más elevada que el promedio mundial o de la Unión Europea. Esta dependencia de las energías fósiles no varía sustancialmente en el escenario previsto para el año 2030: entre el 76% y el 81% en el mundo, y entre el 69% y el 77% en la Unión Europea”. Señalando respecto al petróleo lo siguiente: “el petróleo es insustituible en gran parte de sus aplicaciones, lo que hace especialmente grave una interrupción de su suministro. El petróleo es insustituible en el transporte, al que aporta el 94% del consumo energético y el 99% en el transporte por carretera. (…) La estructura del consumo mundial de energía primaria en el transporte es la siguiente: petróleo 94,2%; gas 3,2%; y biocarburantes, carbón y electricidad el 2,6% restante. En el transporte por carretera el petróleo aporta el 99% y los biocarburantes el 1%. También en la petroquímica, el petróleo es insustituible.”
Con todo ello, se comprueba la existencia de una pugna entre potencias imperialistas – EEUU y la UE (claramente dependientes energéticamente) por un lado, y los ‘países emergentes’ por el otro – por el acceso a las fuentes de energía, fundamentalmente a las reservas de petróleo y gas mundiales que son esenciales para los monopolios y que, como hemos comprobado, se hallan en Oriente Medio.
Por todo ello, era natural que en 2005 el esbirro del imperialismo norteamericano, José María Aznar utilizado como vocero por Bush, presentase un informe realizado por el GEES (Grupo de Estudios Estratégicos) – una organización privada compuesta por políticos del PP, empresarios y militares – titulado “La OTAN: Una alianza por la libertad” en el que señalase el rol que debía adoptar la OTAN tras la cumbre de Riga, de tal modo que debía convertirse en instrumento para combatir el terrorismo islamista y salvaguardar la democracia burguesa, o lo que es lo mismo, trazaba ya la táctica para justificar todo tipo de agresión a los países que a los imperialistas les vengan en gana bajo las banderas de la ‘democracia’ y la ‘libertad’ impuestas a sangre y fuego. Dicho documento señala “La Alianza salió victoriosa de la Guerra Fría con la implosión de la URSS; la OTAN debe luchar y derrotar a quienes no ocultan que su objetivo es la destrucción de nuestras sociedades libres y abiertas (…)El presidente norteamericano George W. Bush tiene razón cuando dice que “the survival of liberty in our land increasingly depends on the success of liberty in other lands. The best hope for peace in our world is the expansion of freedom in all the world”. (“La supervivencia de la libertad en nuestra patria cada vez depende más del avance de las libertades en otros países. La mejor esperanza para la paz en nuestro mundo es la expansión de la libertad en todo el mundo.”) Coincidimos con él porque pensamos que para vencer al terrorismo no basta con perseguir y acabar con los terroristas, sino que también hay que poner fin a los ambientes que sirven para que los grupos terroristas se nutran de nuevos adeptos. Y esos entornos no son otros que la opresión política, la intolerancia religiosa, la asfixia económica, la enseñanza sistemática del odio hacia lo occidental y moderno, la corrupción administrativa y, en general, la sensación de que en el futuro no aguarda nada bueno (…)Para poder enarbolar de manera efectiva la bandera de la libertad ya hemos dicho más arriba lo que debería hacer la OTAN. Todas propuestas factibles. Por un lado, defender la libertad empezando por nuestro propio territorio. La OTAN debe pasar a convertirse en el mejor vigilante de nuestra homeland security. En segundo lugar, la OTAN debe actuar para eliminar las amenazas allí donde se generen y con la anticipación que sea necesaria. No actuar o actuar tarde en la era del terrorismo de masas equivale a condenar a muerte a muchos compatriotas. Y por último, pero no menos importante, la OTAN debe expresar claramente su naturaleza liberal y democrática. De dos maneras: por un lado, abriendo sus puertas a aquellos países que comparten nuestros valores esenciales y que están activamente comprometidos con la defensa de los mismos. Hemos defendido la necesidad de que se invite a Israel, Japón y Australia a formar parte de la OTAN, pero también podría hacerse extensiva la invitación a naciones como Colombia, al menos como miembro de la Alianza por la Libertad. La OTAN es, a pesar de quien persigue ocultarlo, una fuerza moral de alcance universal. (…) Y precisamente por su fuerza moral, que excede con mucho la militar, la Alianza también debe impulsar la apertura política en el mundo árabe y musulmán, modificando sustancialmente su Diálogo Mediterráneo, tanto en sus formas como en sus objetivos”.
Así mismo, Aznar como boca de los EEUU y el gobierno de Bush, introduce el objetivo denominado Democracy Building que lo expresa de la siguiente manera “Nosotros estamos convencidos de que estas misiones sólo pueden triunfar políticamente si, en lugar de tener como objetivo la reconstrucción del estado en entredicho, la OTAN se pone como meta no sólo dicha reconstrucción, el nation building, sino la democracy building. Esto es, se cualifica el tipo y la naturaleza del régimen político que se aspira a instaurar. (…)La expansión de la democracia es la vía política, complementaria a la militar, para luchar contra el extremismo. Mientras que el recuso a la fuerza debe ir destinado a perseguir a los terroristas y desbaratar sus planes, es imprescindible un esfuerzo político para transformar los regímenes dictatoriales en sistemas en libertad (…)Nosotros creemos que la Alianza debería crear, siguiendo en cierta medida el ejemplo de la Asociación para la Paz (PfP), una Asociación para la Libertad, esencialmente orientada a atraer a los países del Norte de África y del Oriente Medio e impulsar colectivamente las medidas adecuadas para su liberalización económica, el respeto a la libertad de culto, y la apertura y democratización de su sistema político. ”. Evidentemente cuando estos imperialistas se refieren a democracia y a libertad se están refiriendo a impunidad y seguridad para que los monopolios expolien los recursos naturales y exploten a los trabajadores de dichas zonas.
Como se puede comprobar, ya en 2005 Bush, Aznar y demás esbirros del imperialismo norteamericano y europeo estaban pergeñando la táctica – lo que posteriormente ha venido a llamarse primaveras árabes – para desestabilizar el norte de África y Oriente Medio de tal modo que puedan poner gobiernos ‘títeres’ con los que las multinacionales europeas y norteamericanas se puedan apropiar de las fuentes de energía – yacimientos de Petróleo y Gas, así como uranio, plutonio, diamantes, etcétera.
En consecuencia, el derramamiento de sangre que se está produciendo desde 2011 en Túnez, Siria, Egipto, Libia o Mali, por no hablar de toda la sangre derramada en Iraq, Afganistán, Líbano o Palestina; no es algo casual sino plenamente preparado y planificado por los imperialistas europeos y norteamericanos en su necesidad de apropiarse de los recursos del Magreb, el Sahel y Oriente Medio.
En este sentido Egipto y Siria son esenciales en la fase actual. Egipto para controlar África, el canal de Suez y el agua del Nilo, así como su riqueza natural, principalmente petróleo y gas. Egipto es ahora mismo una parte del tablero donde se libra una lucha entre el imperialismo norteamericano –que pretendía remozar su dominio liquidando al gobierno de Mubarak, títere a su servicio durante décadas, y colocar un gobierno afín de los Hermanos Musulmanes, financiados por EEUU – y el ruso, que se esfuerza por ganar influencia dentro del ejército egipcio así como del gobierno emanado tras el golpe de estado.
En Siria, el imperialismo norteamericano y europeo – así como sus satélites Arabia Saudita, Turquía, Israel y Jordania – no han dudado en formar a mercenarios para ocupar militarmente a Siria y derrocar al gobierno de Al-Assad, gobierno contrario a los intereses de EEUU y la UE. El gobierno de Siria tiene estrechos lazos políticos y económicos con China, Irán y Rusia. Así mismo Siria es enemiga histórica del estado de Israel y un apoyo esencial para la resistencia árabe que combate el sionismo, fundamentalmente Hezbola. Pero sobretodo, para los EEUU y la UE es esencial poner un gobierno títere en Siria para asfixiar y culminar los preparativos bélicos para arremeter contra Irán. Irán no sólo es el país que más reservas de gas natural tiene, sino el cuarto con más reservas de petróleo. Pero además, controla el estrecho de Ormuz, por donde transita la mayor parte de las exportaciones de Oriente Medio.
Los imperialistas modelan la base y la superestructura con objeto de hacer perdurar en el tiempo el dominio de los monopolios y, con ellos el proceso de concentración; esa modelación se desarrolla vía crisis y vía guerras donde sojuzgan a los Pueblos del Mundo. A nivel interno de los países, lo podemos observar en la ofensiva desatada por la burguesía contra los trabajadores, estableciendo marcos sociales y laborales que liquidan todo tipo de derecho de estos, les bajan los salarios, llevando al proletariado al paro forzoso y a la indigencia. A nivel mundial, exportan capitales para parasitar y explotar a lo largo y ancho del planeta conquistando los mercados y robando los recursos naturales a sangre y fuego, mediante el asesinato y la guerra. Eso es lo que están haciendo los gobiernos de los EEUU y de la UE, hacer la guerra imperialista para robar el petróleo y el gas de Oriente Medio como fórmula para acentuar su dictadura y para superar la enorme crisis en el que se hallan dichos bloques imperialistas. Este sistema está quebrado, y llevan en su tuétano la crisis y la guerra y, como señala nuestro Programa “Las soluciones que se aplicaren a cualquiera de las crisis modernas del capitalismo se convertirán en la causa de la siguiente. En realidad, hace tiempo que el capitalismo entró en quiebra general de las que las crisis económicas contemporáneas son manifestaciones en picos de una gran cresta.”. Los imperialistas norteamericanos y europeos no sólo van a continuar asesinando a millones de seres humanos inocentes sino que van a acrecentar la crisis todavía más, llevando al mundo al borde de una nueva Guerra Mundial.
Y ante este escenario, los enemigos del proletariado cierran filas ante los intereses de los monopolios. Así Izquierda Unida, a través de Willy Meyer, manifiesta sobre la guerra imperialista en Siria que “esta posible intervención sin autorización del Consejo de Seguridad volvería a crear a nivel internacional una situación de emergencia como la que produjeron la guerra de Yugoslavia, Iraq o Afganistán. El uso de la fuerza al margen de la Carta de la ONU sólo conlleva más violencia e inestabilidad”, o lo que es lo mismo, que ven bien la guerra imperialista en Siria si el grupo de potencias imperialistas que se sientan en el Consejo de Seguridad de la ONU así lo aprueba, posicionándose al favor del imperialismo, del derramamiento de sangre trabajadora y de la guerra imperialista y en contra de la paz y del proletariado. Los socios de Izquierda Unida, el PSOE, va a más y se manifiesta abiertamente favorable a una intervención militar en Siria, algo por otro lado natural teniendo en cuenta que tanto el PSOE, como el PP, defienden abiertamente el imperialismo y son títeres de los monopolios, al igual que Izquierda Unida. Por otro lado, la internacional sindical del imperialismo – CSI – donde están incardinadas las centrales sindicales CCOO, UGT, USO o ELA, en lugar de rechazar abiertamente la guerra imperialista y de rechazar la injerencia imperialista y la negación de la soberanía de Siria, pasan de costado y no se posicionan en contra de la guerra imperialista, apelando a la ONU para buscar una solución al conflicto arremetiendo contra Al-Assad y su gobierno.
El Comité Ejecutivo del Partido Comunista Obrero Español rechaza de plano la guerra imperialista en Siria. Los trabajadores del mundo, los que ponemos el trabajo y los muertos en las guerras que hacen los burgueses para enriquecerse, no tenemos otra salida que avanzar firme y decididamente hacia el socialismo. La única salida que tenemos la mayoría trabajadora del mundo, los parias y los pobres de la tierra, ya seamos egipcios, sirios, libios o españoles, es tomar conciencia de que el imperialismo sólo nos conduce a la miseria, a la guerra y a la muerte, pues la crisis y la guerra son inherentes al capitalismo en la fase actual de putrefacción en la que se halla. Por todo ello, hacemos un llamamiento al proletariado del estado español a oponerse a la guerra imperialista, movilizándose contra élla y, fundamentalmente, a organizarse como clase para acabar con el actual sistema que nos conduce al abismo y a organizarse para acabar con el capitalismo y construir el socialismo. Y ello sólo es posible organizándose la clase trabajadora, desarrollando en los barrios y en los pueblos el Frente Único del Pueblo como instrumento de lucha política que una a todos los sectores del proletariado contra las leyes que nos oprimen, que dote a la clase trabajadora de la capacidad política para dirigir sus designios y para ser dueña de la producción y como se distribuye ésta y, también, para oponerse a la guerra imperialista y cumplir con el sagrado principio del internacionalismo proletario, oponiéndonos al derramamiento de sangre de nuestros hermanos de clase sirios y de otros puntos del planeta, organizándonos y dando pasos consecuentes por el socialismo.
¡NO A LA GUERRA IMPERIALISTA!
¡POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO!
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E)
{module [201|rounded]}