Por la Revolución en Esuatini, ¡Abajo la monarquía absoluta!

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Desde el pasado mes de junio se está viviendo una situación de protesta en Esuatini (nombre con el que desde el 2018 se conoce a Suazilandia) por parte del pueblo suazi contra el régimen corrupto del rey Mswati III, el último monarca absoluto del continente africano. No sorprende el silencio cómplice de los medios de comunicación burgueses ante esta situación, los mismos que no dudan en dar una gran cobertura a unas protestas minúsculas en Cuba, Venezuela o Nicaragua, países que desafían el status quo del imperialismo estadounidense en América Latina, al mismo tiempo que callan ante los crímenes de monarquías sátrapas como Arabia Saudí o Qatar.

¿Qué es lo que ocurre en Esuatini? Esuatini es un país del África Austral situado en la zona oriental de los montes Drakensberg, entre Sudáfrica y Mozambique. Alcanzó su independencia el 6 de septiembre de 1968 por el rey Sobhuza II tras haber sido un protectorado de Gran Bretaña. Después de un breve período democrático-burgués que apenas duró un año, el rey Sobhuza II abolió la constitución y prohibió los diferentes partidos políticos. Esto convertirá a Suazilandia en una monarquía absoluta, donde sus instituciones y medios de producción estarán bajo el control del rey y su corte. En 1982 morirá el rey Sobhuza II, quedando al mando del país el príncipe como regente hasta que alcanza el trono en 1986. Este príncipe es el actual rey Mswati III.

En una población con 1’2 millones de habitantes hay un 60% que vive en la pobreza (según datos del Banco Mundial), por lo que muchos acaban emigrando a la vecina Sudáfrica donde malviven en barriadas pobres de las grandes ciudades. El crecimiento de su PIB es de -3’3%. La esperanza de vida es de 57 años (la cuarta más baja del mundo) y un 26% de su población es VIH positivo, dejando a 150 mil niños y niñas huérfanos (según The Guardian). Según la Organización Internacional del Trabajo, el 23,7% de las mujeres del país están desempleadas, por lo que acaban practicando actividades ilegales como la prostitución, el contrabando o el cultivo de cannabis. Todo ello mientras los sectores de la población cercanos al rey hacen ostentación del lujo.

La situación catastrófica del país, agudizada por la crisis energética y alimenticia, ha levantado al pueblo suazi, siendo la gota que colma el vaso el asesinato de un activista estudiantil, Tabaná Nkomonye, por parte de la policía el pasado mes de junio, así como la decisión del régimen de expropiar tierras agrícolas para su uso por la monarquía. En las protestas y disturbios se calcula el asesinato de 70 ciudadanos suazis, además de centenares de heridos y desaparecidos tanto por parte de la policía como del Ejército. Estas protestas exigen reformas políticas democráticas y exigen el fin de la monarquía en el país.

Aparte de haber enviado al Ejército con plenos poderes para acabar con las protestas, el régimen ha suspendido el acceso a las redes sociales y plataformas de internet para evitar movilizaciones, lo que no ha impedido la organización del pueblo. También se ha reprimido a los periodistas que cubren las protestas, como es el caso de Magnificent Mndebele, que declaró a la BBC News que «me estrangularon, me agarraron la garganta y después me tiraron… otros me dieron puñetazos en las costillas».

Sólo contamos con videos que filtra la oposición y que son reproducidos en el extranjero, en especial por el Partido Comunista de Suazilandia (Communist Party of Swaziland), ilegalizado por el régimen y cuyo Comité Central reside en el exilio en Sudáfrica.

En algunos videos vemos cómo el ejército detiene a supuestos manifestantes en sus domicilios, empleando la violencia para ello. También vemos disparos y cargas policiales en Manzini, la ciudad más grande del país.

Y es que este anacrónico régimen no duda en desplegar a su ejército por las principales ciudades para acabar con las protestas, que entre otras cosas han logrado quemar en Mbabane (capital del país) negocios vinculados a la monarquía.

Como ya dijera el camarada Fidel Castro, «el revolucionario no elige la violencia, sino que es la violencia la que se le impone al revolucionario», y en este contexto debemos situar estas protestas y sabotajes de la población civil contra el régimen absolutista. Lejos de escuchar las demandas de su pueblo, el régimen de Esuatini no ha dudado en criminalizarlo a través de las palabras de su Primer Ministro Themba Masuku, que afirmó que estas protestas estaban «secuestradas por criminales».

No se ha dudado en detener a miembros del partido de inspiración marxista Economic Freedom Fighters (EFF), fundado en Sudáfrica y que cuenta con una rama local en Esuatini, habiendo denunciado este partido la detención de su presidenta Nombulelo Motsa, así como a buena parte de sus militantes, cuyas casas fueron asaltadas por la policía.

Sin embargo, quienes más están alentando a las protestas son los dirigentes del Partido Comunista de Suazilandia, que está llamando a la unificación de la lucha por parte de todas las clases populares:

«Llamamos a todos los trabajadores, a las organizaciones religiosas y movimientos progresistas para que intensifiquen la lucha por la democracia ahora».

Esta misma organización ha denunciado que el rey Mswati III está refugiado en Sudáfrica (aunque el gobierno de Esuatini lo niega) y ha animado a crear “consejos comunitarios” de los cuales se formarán “unidades de autodefensa comunitarias” para combatir al régimen despótico de Esuatini.

A pesar de que el gobierno sudafricano (gobernado por el Congreso Nacional Africano) está intentando servir de mediador en el conflicto, sus juventudes se han unido a la causa de los comunistas suazis, recordando que ese mismo monarca en los años 80’ fue un firme aliado del Apartheid sudafricano y llegó a detener a miembros de su organización (la más combativa contra este régimen junto con los comunistas sudafricanos) que se habían refugiado en la entonces Suazilandia.

Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE) denunciamos el silencio cómplice de los medios de comunicación y gobiernos burgueses frente a la represión de una monarquía absoluta contra las clases populares suazis. Del mismo modo, nos solidarizamos con toda víctima de esta represión y exigimos la libertad de sus presos políticos. Como no puede ser de otro modo, apoyamos la lucha del Partido Comunista de Suazilandia contra un régimen reaccionario y anacrónico, deseándoles la victoria y la pronta consecución de la etapa socialista en Esuatini.

 

POR EL FIN DEL CAPITALISMO Y LA MONARQUÍA ABSOLUTA

POR LA SOLIDARIDAD ENTRE LOS PUEBLOS

Madrid, 23 de septiembre de 2021

SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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