¡MANOS FUERA DE CUBA!
Cuba tiene el honor de haber llevado a cabo una revolución socialista en las puertas del mayor bastión del capitalismo. Estados Unidos, el país más criminal de la historia de la humanidad, nunca podrá perdonar aquel 1 de enero de 1959 en el que el Ejército Revolucionario derrotó al régimen dictatorial de Fulgencio Batista, como tampoco podrá olvidar el fracaso militar y político de John F. Kennedy en su intento de invadir sin éxito Bahía de Cochinos en abril de 1961.
Desde entonces, el pueblo de Cuba es soberano, digno y libre, lo que ha provocado que la reacción a nivel mundial se haya conjugado para orquestar una nueva contrarrevolución que tiene como único fin deponer al gobierno de Miguel Díaz-Canel y recuperar el control del país a través de una nueva burocracia que sea un títere, una extensión del Estado norteamericano y del imperialismo occidental. Nos encontramos ante un nuevo episodio en la larga lista de agresiones y sabotajes que EEUU ha llevado a cabo contra la isla al objeto de sabotear su economía – impidiéndole el vínculo comercial no sólo con EEUU sino con el resto de los mercados internacionales –, asfixiarla internacionalmente – presionando a otros estados y organismos internacionales para que no entablen relaciones ni le brinden asistencia – y boicoteando las votaciones de la ONU sobre el bloqueo de Cuba, al ser EEUU uno de los cinco miembros que conforman el Consejo de Seguridad de la ONU.
La hipocresía del imperialismo se observa de manera transparente al aludir ahora a la ayuda humanitaria cuando el pasado 28 de junio, en la Resolución de la Asamblea General de la ONU, los EEUU – apoyados por los regímenes criminales de Israel, Brasil, Colombia y Ucrania – votaron en contra de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero que tienen impuesto contra Cuba.
Pese a la cruenta situación de pandemia que vive el mundo entero, lo que sería para cualquiera que se considere no ya comunista sino un mero demócrata un contexto más que necesario para justificar medidas concretas para el levantamiento definitivo del bloqueo estadounidense, observamos justamente lo contrario, que el cerco se estrecha y se endurece.
Joe Biden se pronunció ayer en favor de la contrarrevolución de esta manera: «Apoyamos al pueblo cubano y su clamor por la libertad y el alivio del trágico control de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba. El pueblo cubano está haciendo valer derechos fundamentales y universales. Esos derechos, incluido el derecho a la protesta pacífica y el derecho a determinar libremente su futuro, deben respetarse. Estados Unidos hace un llamado al régimen cubano para que escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse».
En primer lugar, cabe preguntarse si estos son «los vientos de cambio que llegan desde Estados Unidos» a los que se refería el PCE por medio de su ministra Yolanda Díaz.
Por otro lado, y ya atendiendo al comunicado, cabe decir que casi roza lo paródico que el presidente estadounidense hable de «trágico control de la pandemia» cuando en EEUU han muerto a causa de la COVID-19 más de 600.000 personas – lo que supone 1845 muertos por millón – mientras que en Cuba murieron por la misma causa 1431 personas – es decir, 124 muertos por millón –. Además, Cuba ha logrado por sí sola y pese al bloqueo crear vacunas con unos niveles de efectividad que alcanzan a los de Pfizer y Moderna; tres vacunas cubanas se posicionan entre las diez mejores del mundo contra la COVID-19 y dos de ellas entre las cinco primeras, Abdala con un 92’28% de efectividad y Soberana 02+Soberana Plus con un 91’2%.
Durante la pandemia, Cuba ha proporcionado asistencia médica a más de 40 países, distribuyendo 45 brigadas médicas en África, Asia, América Latina y Europa a solicitud de los propios gobiernos de esas naciones, siendo los médicos cubanos un ejemplo de internacionalismo proletario. Sin embargo, EEUU no dudó ni por un instante en destapar una campaña deshonesta para tratar de desacreditar a las brigadas médicas internacionalistas a través de su delegado Garret Grigsby, el cual pidió dar seguimiento a los médicos cubanos aludiendo a un supuesto tráfico de personas.
Además del argumento de la pandemia, el cual cae por su propio peso, la administración Biden también habla en su comunicado de represión, sufrimiento y lucha por los derechos fundamentales y universales. Curioso, ya que en octubre de 2017 los archivos desclasificados de la CIA describen toda una serie de complots terroristas tramados por el gobierno estadounidense contra la Revolución Cubana. Esto incluía potenciales ataques contra la isla, ciudadanos cubanos e incluso contra ciudades de EEUU que serían atribuidos a Fidel Castro y al Partido Comunista de Cuba para acabar con el gobierno del país. En los documentos incluso se barajó la idea de emplear armas biológicas que estarían destinadas a matar de hambre a los cubanos, ¿y estos mismos asesinos y terroristas son los que hablan de apoyar a las masas contra la gestión de la pandemia del PCC?
Los complots fallidos de la CIA para asesinar a Fidel Castro son ya bien conocidos, pero lo que destaparon estos archivos desclasificados fue más allá: Un programa conocido como Operación Bounty, el cual tenía como objetivo incentivar el asesinato de comunistas cubanos por medio de un sistema de recompensas. Estos mismos sinvergüenzas son los que moverán todos los hilos a su alcance para que los manifestantes contrarrevolucionarios cubanos sean noticia día y noche en sus medios de manipulación. Que a nadie le sorprenda si escuchamos la cantinela de que sólo buscan celebrar en el país elecciones libres y que se retirarán de Cuba tan pronto el nuevo gobierno sea “democrático”.
Conocido es por todos los comunistas del mundo que el imperialismo siempre ha considerado a Cuba y su Revolución como algo que debía ser borrado del mapa, persiguiendo sin descanso que sus políticas criminales conduzcan al fracaso del país. Sin embargo, el imperialismo se ha topado con todo lo contrario, con la heroicidad de un pueblo que, pese a encontrarse frente a un gigante, no está dispuesto a rendirse, que no está dispuesto a perder su soberanía.
Cualquier penuria y escasez a la que aluden los lacayos del imperialismo no son más que el resultado directo del criminal bloqueo que EEUU ha impuesto por más de sesenta años. Por supuesto, los medios de manipulación centrarán totalmente su atención en la minoría que se manifiesta contra el gobierno cubano y distorsionan completamente la realidad al ignorar las masivas movilizaciones realizadas por los cubanos que siguen fieles a los principios revolucionarios.
Los comunistas no olvidamos Irán, Chile, Nicaragua, Yugoslavia, Libia, Venezuela, Ucrania o Bielorrusia, entre muchísimos ejemplos que engrosan la sangrienta lista de golpes de Estado orquestadas desde Estados Unidos y que, en muchas ocasiones, son presentadas bajo la forma de revoluciones de colores, protestas aparentemente populares y espontáneas que sirven para dar una publicidad enorme al líder opositor de turno. Tampoco olvidaremos a quienes, desde el falso antirrevisionismo, aprovechan estos momentos para emplear todas sus energías en realizar ataques contra Cuba en un momento en el que peligra su soberanía, siendo los tontos útiles del imperialismo yanqui y de la gusanera.
Desde el Partido Comunista Obrero Español nos solidarizamos con el valiente pueblo de Cuba, la Revolución Cubana y el Partido Comunista de Cuba, al tiempo que nos posicionamos frontalmente en contra de esta nueva provocación contrarrevolucionaria que el imperialismo ha orquestado contra Cuba. Ahora, más que nunca, el Movimiento Comunista Internacional debe luchar contra la injerencia estadounidense y contra el bloqueo económico de la isla.
¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!
¡LA CALLE ES DE LOS REVOLUCIONARIOS!
Madrid, 13 de julio de 2021
Secretaría de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)