Los servicios secretos de los Estados al servicio de las empresas

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Según reconoce el propio diario burgués francés “Le Monde” el pasado 4 de julio en varios artículos dedicados al espionaje entre distintos países imperialistas (EEUU, Gran Bretaña, Francia, Alemania…), la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE) de Francia «pone a disposición de los grandes empresarios franceses en una sala de su sede en París documentos comerciales confidenciales robados gracias a potentes medios de intercepción de los que dispone la agencia francesa. Esas salas están pensadas para ayudar a los empresarios a ganar mercados desvelando los secretos de los adversarios»1

Ejemplos concretos que presenta el diario son:

    • Noviembre de 2011: el presidente de la empresa aérea China Eastern pilla in fraganti a tres tipos registrando sus maletas en su habitación del hotel Crown Plaza de Toulouse. Los agentes de la Dirección Central de Información Interior (DCRI) son defendidos por el ministerio de Interior apelando a «intereses superiores de Estado».

    • En 1989 el FBI desmantela una red de agentes de la DGSE infiltrados en compañías americanas, entre ellas IBM, Texas Instrumens y Corning Glass.

    • En 1995 el jefe de la CIA en París y otros colegas diplomáticos son expulsados por Francia después del descubrimiento de una trama de espionaje económico.2

ArnaudDanjean
Arnaud Danjean ex-miembro de la DGSE preside la subcomisión de seguridad y defensa del Parlamento Europeo

Según el propio presidente de la subcomisión de seguridad y defensa del Parlamento Europeo, Arnaud Danjean, «este espionaje existe desde siempre. Todos los servicios de información occidentales se espían. No hay amigos, sólo aliados […] Poner todo en cuestión es un sin sentido.»

«El día que se ponga todo en su sitio se corre el riesgo de ver que Francia o Alemania disponen de medios técnicos para interceptar las comunicaciones de embajadas o de empresas extranjeras en su suelo.»3

Con tan pasmosa tranquilidad reconocen los servidores políticos de los capitalistas que el Estado está al servicio de sus amos. Para ellos, que el pueblo sepa la verdad, es un «sin sentido» y un «riesgo».

Mientras tanto, los ilusionistas de izquierda que pretenden trasvestir la dictadura capitalista de «estado de bienestar » siguen hipnotizando al pueblo con cantos de sirena haciéndole creer que podemos reformar el Estado capitalista para ponerlo a nuestro servicio.

Bajo el capitalismo monopolista de estado, el pueblo trabajador está despojado de todo tipo de derecho y condenado a la miseria y la muerte. Únicamente acabando con el imperialismo y alzando el socialismo la mayoría proletaria podrá tener una vida digna.

Para ello, el Proletariado debe imponer su dictadura debiendo construir su estado, un Estado Socialista que debe ser conformado por la unión de todos los sectores sociales que componen el Proletariado organizados en la dirección de la construcción del Socialismo, o lo que es lo mismo, la conformación de un Frente Único del Pueblo. Es de esta manera concreta que el pueblo trabajador puede tomar el poder para acabar con la miseria que nos asfixia.

 

Comisión de Relaciones Internacionales del PCOE

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