Libertad, ¿para qué clase?
Tras su reciente victoria electoral, y a partir del próximo 10 de diciembre, Javier Milei iniciará su mandato como presidente de Argentina. Libertario, anarcocapitalista, extremista o antisistema han sido algunas de las etiquetas que desde los medios de comunicación y la academia burguesa se han empleado para tratar de describir a este personaje tan excéntrico, pero la realidad es que Milei no es más que un fascista que representa la cara más salvaje y despiadada del sistema capitalista, y cuyo gobierno hará realidad todos y cada uno de los anhelos del capital financiero con el objetivo de machacar a la clase trabajadora.
Como ya vimos en EEUU con Donald Trump y en Brasil con Jair Bolsonaro, el fascismo trata de alienar a las amplias masas proletarias con un pretendido mensaje anti-establishment que señala a una supuesta clase política como la culpable de todos los males de la nación, bajo la influencia, por supuesto, del fantasma del comunismo. Un mensaje que sirve también a su contraparte en el parlamentarismo burgués, a la socialdemocracia, que en Estados Unidos, Brasil, Argentina o España aprovecha las excentricidades de los candidatos fascistas para blanquear la democracia burguesa; una oportunidad de oro para hacer ver a la dictadura de clase que ejerce la burguesía contra el proletariado como la forma de gobierno que mejor protege a sus ciudadanos de los radicalismos al tratar de buscar la racionalidad en un inexistente centro político.
La bandera que defiende Milei es la bandera del capital financiero, la del neoliberalismo más salvaje y asesino, la del furibundo anticomunismo y la de la subyugación de la economía a los designios del criminal imperialismo estadounidense. No tardaremos en ver como la sanidad y la educación públicas – históricas conquistas del movimiento obrero – serán completamente desmanteladas. Asimismo, se llevará a cabo un enorme retroceso en las políticas contra el medio ambiente – destruido por la anarquía de la producción capitalista – y en los derechos de las mujeres, tratando de revertir las leyes que regulan el acceso a la interrupción voluntaria y legal del embarazo. Además de fomentar al extremo la privatización de todos los aspectos de la vida humana en detrimento de lo público, el gobierno de Milei trabajará sin descanso para armar hasta los dientes a sus fuerzas de seguridad y destinando el erario público a la militarización desenfrenada y las ansias de sangre del imperialismo, bien en Ucrania, en Palestina o donde le indiquen la OTAN y los monopolios.
Si algo está claro es que el fascismo tiene vía libre para imponerse pacífica y electoralmente allá donde los monopolios lo necesiten, pues a la vista está que con la publicidad necesaria en los medios de comunicación burgueses cualquier personaje puede alcanzar la mayoría parlamentaria. Incluso uno que se mostró a favor de la venta de órganos bajo la sacrosanta protección del mercado capitalista. Y esto ocurre, en parte, porque la socialdemocracia, fruto de la bancarrota económica del modo de producción capitalista, está más derechizada que nunca, con un programa político que es poco más que papel mojado, pues conlleva igualmente la miseria al proletariado y la pauperización constante de sus condiciones vitales, pues el sistema necesita exprimirnos lo máximo posible para paliar la tendencia decreciente de la tasa de ganancia. Sin embargo, por otra parte, es también necesario señalar la inexistencia de un Partido Comunista y de una Internacional Comunista que combata al fascismo a todos los niveles y que planteé la más que necesaria batalla ideológica. Ya sea en el Estado español, en Argentina o donde se piense, sin el Partido Comunista, que es la herramienta más sublime de lucha proletaria, los trabajadores solo podremos encontrarnos desarmados, atomizados y divididos frente a nuestro enemigo de clase, el cual, en estos momentos históricos de extrema bancarrota política, social y económica, se abalanza contra nosotros con más fuerza y fiereza que nunca. Nos lo están arrebatando todo, hasta la vida misma, con tal de que un puñado de capitalistas sigan con sus fortunas y privilegios completamente intactos.
Milei habla mucho de la libertad. La coalición que dirige se llama La Libertad Avanza y su patético grito de guerra siempre fue ¡Viva la libertad, carajo! Sin embargo, mientras siga existiendo el Estado capitalista – ya sea dirigido por oportunistas o reaccionarios – la libertad no será más que una farsa, pues este solo existe para someter a sus enemigos de clase. La única libertad que aquí se observa es la que poseen los monopolios y los imperialistas para subyugar a los trabajadores y pueblos del mundo.
La auténtica libertad, genuina y verdadera para todos los explotados y oprimidos del mundo, solo podrá alcanzarse con la destrucción del modo de producción capitalista y su sustitución por la dictadura del proletariado, pues esta es la única alternativa posible a la dictadura de la burguesía. No obstante, esa tarea no podrá realizarse hasta que los comunistas no conquistemos la unidad, mientras no derrotemos y exiliemos al oportunismo del movimiento obrero y, consecuentemente, la clase obrera comience a dar auténticos pasos hacia su emancipación completa, hacia la toma revolucionaria del poder por medio de la revolución socialista.
«La libertad es una gran palabra; pero bajo la bandera de la libertad de industria se han hecho las guerras más rapaces, y bajo la bandera de la libertad de trabajo se han expoliado a los trabajadores» – Lenin
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
Madrid, 21 de noviembre de 2023
SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)