La nueva embestida del imperialismo contra los refugiados kurdos
Uno de los temas que se han tratado en la Cumbre de la OTAN celebrada en estos días en Madrid es la inclusión de Suecia y Finlandia en esta organización terrorista, abandonando dichos Estados su postura de neutralidad mantenida desde la fundación de esta en 1949.
Uno de los Estados miembros que hasta ahora se ha opuesto a la inclusión de las mismas en la OTAN es Turquía, alegando el auxilio que ambas naciones han otorgado a refugiados kurdos. Ante esta oposición del Estado turco, Finlandia ha recordado en la cumbre que han realizado enmiendas en su código penal que amplían los supuestos en los que una actividad es considerada como colaboración con el terrorismo, ya que la UE considera al Partido de los Trabajadores Kurdos (PKK) como una organización terrorista, aunque no así al Partido de la Unión Democrática (PYD) de Siria y a sus milicias conocidas como Unidades de Protección Popular (YPG).
Asimismo, el gobierno sueco habló de una nueva ley antiterrorista mucho más severa que entraría en vigor el 1 de julio. Se abandonarían de este modo las posturas neutrales iniciadas bajo el gobierno del Primer Ministro progresista Olof Palme que, entre otras cuestiones, se opuso a la inclusión de Suecia en la OTAN (de ahí que se sospeche que la Operación Gladio estuvo detrás de su asesinato en 1986) y defendió el derecho de autodeterminación de los kurdos, así como de los palestinos y de los saharauis. Respecto a estos últimos, ya en 2016 se anunció que Suecia retiraría su apoyo a la causa saharaui para que la multinacional IKEA pudiera abrir tiendas en Marruecos.
Pero esta persecución defendida ahora por Suecia y Finlandia va más allá de los refugiados kurdos que militen en las ya citadas organizaciones, ya que como nos informa el diario Público: «la condena es tan genérica que podría servir de base para la persecución de todo el movimiento kurdo en su conjunto, incluso si eso contraviene las propias constituciones de los países europeos firmantes». Es decir, estos Estados ni siquiera se preocupan de cumplir con lo plasmado en sus propias constituciones, plegándose por completo a los intereses imperialistas de la OTAN y de Turquía, un Estado que a día de hoy no ha reconocido el genocidio que se cometió contra el pueblo armenio y otros pueblos no-turcos entre 1915 y 1926.
El presidente turco Erdoğan, además, no deja de ser un fascista que ha llevado a prisión a miles de activistas y periodistas que han denunciado sus crímenes (sean de etnia turca o kurda) y que mantiene su hostigamiento militar contra Siria. Tampoco podemos olvidar lo sucedido con dos miembros de la banda musical Grup Yorum (compuesta por turcos y kurdos), Helin Bolek (cantante) e Ibrahim Gökçek (bajista) que fueron exterminados en prisión durante una huelga de hambre, reprimiendo, además, a los que se solidarizaron con ellos, situación muy parecida a la del Estado español en la actualidad con el caso del rapero Pablo Hasel.
Todo ello mientras se sigue manteniendo que la OTAN busca “la defensa de la paz y la democracia”. Pero como dijera Lenin, “¿democracia, para qué clase?”, ya que desde sus orígenes tuvo como miembro y fundador a Portugal, entonces bajo la dictadura salazarista, y que nunca tuvo problemas con la Dictadura de los coroneles en Grecia (1967-1974) ni con Turquía pese al régimen militar producto del golpe de 1980. Comprobamos de este modo la falacia que a día de hoy esgrimen los defensores de esta organización criminal, envuelta hoy en un conflicto interimperialista con Rusia por Ucrania.
De igual modo, podemos ver cómo la socialdemocracia (tanto en España como en Suecia y Finlandia, donde sus partidos gobiernan) es la pata izquierda del fascismo, con la cual engañan a los trabajadores para imponer su orden reaccionario e impedir nuestro avance como clase. No hay más solución ante estas problemáticas que el socialismo, ya que la naturaleza depredadora del capitalismo jamás hará posible la paz entre los pueblos.
¡NO A LA OTAN! ¡NO AL IMPERIALISMO!
¡SOCIALISMO O BARBARIE!
Madrid, 9 de julio de 2022
SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)