El imperialismo fomenta el terrorismo para reprimir a los pueblos

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La masacre perpetrada en París en la redacción del semanario satírico Charlie Hebdo pone de manifiesto el uso que hacen los países imperialistas, entre ellos la Unión Europea, Israel, EE UU y otros, del terrorismo dentro de sus planteamientos tácticos y estratégicos para dominar el mundo y para someter a los habitantes de sus propios países. Estos gobiernos han lanzado una fabulosa campaña a través de sus medios masivosNO A LA GUERRA IMPERIALISTA de comunicación para sembrar el miedo y facilitar la aplicación de leyes represivas que desde hace años tenían previsto aplicar. 

Tras las acciones perpetradas en Francia, cuyos autores dijeron pertenecer a Al Qaeda y el DAES (dos organizaciones enfrentadas entre sí en las zonas de guerra), París congregó a centenares de miles de ciudadanos en una manifestación encabezada por presidentes de gobiernos que destacaron por participar en vandálicas acciones de guerra en el mundo en los últimos años. Entre ellos cabrían destacar al presidente francés Hollande y al expresidente Sarkozy, instigadores y participantes directos en los bombardeos de Irak, Libia o Mali; Ángela Merkel cuyo gobierno ha suministrado armas y equipos a los grupos armados mercenarios que actúan en Siria; David Cameron, cuyo país ha sido, y es, uno de los primeros aliados en bombardear a los países que pretenden mantener su independencia; Benyamin Netanyahu, responsable del genocidio de Gaza donde fueron asesinados 4.500 palestinos de los cuales 400 eran niños, y actualmente utiliza los hospitales israelíes para cuidar a los terroristas del Estado Islámico que actúan en Siria; el secretario de Justicia estadounidense Eric Holder, en representación de un gobierno que financió Al Qaeda y tuvo en las filas de la CIA al mismo Bin Laden, un país que reorganizó el Estado Islámico, junto con Israel, en enero de 2014, un país que es tan amante de la libertad de prensa que destruyó las televisiones de Belgrado o de Libia; al primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, cuyo país tiene abierta sedes de reclutamiento de los grupos yihaidistas para enviar a otros países; Poroshenko, golpista ucraniano cuyo gobierno bombardea con el apoyo de la OTAN a la población civil del este ucraniano; y muchos otros presidentes y políticos, como el presidente español Rajoy, pelele del imperialismo cuyo gobierno participa en cuantas acciones bélicas sean enconmendadas por sus amos imperiales.

Una vez finalizada la puesta en escena de los diplomáticos “defensores” de la libertad de expresión, los gobiernos imperialistas se apresuraron a aplicar medidas represivas en sus respectivos países para asegurar la perpetuación del capitalismo y el sometimiento de sus respectivos pueblos. 

El Gobierno Español aprovechó la oportunidad para llevar a cabo dos acciones concretas: por una parte, aprobó con urgencia el anteproyecto de la polémica ley de Seguridad Nacional, junto con el partido del GAL y del terrorismo de estado, que había sido aparcado anteriormente en el Parlamento al no disponer el ejecutivo de la justificación necesaria; y por otra, acciones represivas en el País Vasco contra organizaciones de familiares de presos independentistas y el sindicato LAB.

La ley de Seguridad Nacional otorga autoridad al presidente del Gobierno para decretar estado de crisis nacional, también llamado “Situación de Interés para la Seguridad Nacional”, sin el apoyo ni el consentimiento del Congreso español. Esta ley, al igual que la ley de Alarma, podría ser utilizada por el gobierno para reprimir a los trabajadores en un conflicto laboral, tal como se utilizó la primera en la huelga de los controladores aéreos de AENA para acabar con la reivindicación de los operarios.

En las operaciones policiales contra las organizaciones de familiares de presos y el sindicato LAB, detuvieron a un total de 16 personas.

El sistema capitalista está en su fase final, en su fase de mayor decadencia y agresividad. Está en la fase en la cual no puede resolver sus propias contradicciones internas y afloran sus mayores miserias, su corrupción, su agresividad, su carencia absoluta de moral y ética.

El capitalismo es incapaz de satisfacer las necesidades de sus pueblos y opta por la represión y la violencia. Los trabajadores, estudiantes, jornaleros y todos los sectores lesionados por este sistema bárbaro de explotación, estamos obligados a organizarnos para abrir las puertas del socialismo, único sistema capaz de garantizar el futuro y la dignidad de los pueblos.

POR LA ORGANIZACIÓN DE LOS TRABAJADORES Y DE TODO EL PUEBLO, POR EL FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO 

ABAJO EL CAPITALISMO TERRORISTA

POR LA REVOLUCIÓN SOCIALISTA

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)

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