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La bancarrota del imperialismo norteamericano y la guerra

Pasados unos días de la “huelga general” contra el genocidio palestino, el estado fascista de Israel sigue asesinando a palestinos en Gaza y en Cisjordania. El “Plan de Paz” para Gaza de Trump, aplaudido por los medios de manipulación de masas y sus sicarios opinadores – llamados tertulianos – para engañar al proletariado, no es más que el certificado de exterminio del pueblo palestino emitido por EEUU, con el aplauso de sus esbirros, para saquear Gaza – sus yacimientos petrolíferos – y hacer que el yerno de Trump, la familia Blair y una pléyade de capitalistas se hagan de oro gracias a megacontratos urbanísticos que harán de Gaza un títere de EEUU y para otorgar impunidad a los responsables del genocidio. Coparticipes de dicho crimen fueron los gobiernos como el de Egipto, Qatar, Turquía, Arabia Saudí, EAU, Pakistán, Jordania o Indonesia, y testigos del mismo los lacayos norteamericanos, y cómplices del genocidio sionista contra el pueblo palestino, entre los que se encuentra el Estado español y el resto de estados de la UE y, también, Gran Bretaña.

En la misma semana, Trump cerraba un próximo encuentro con Putin en Budapest para explorar la posibilidad de tratar de cerrar la guerra entre Rusia y Ucrania, a la par que se reunía con la marioneta fascista de Zelenski para aleccionar a este sobre la posición norteamericana para tratar de que se cierre la guerra.

Unos EEUU que, a pesar del negocio redondo que le está proporcionando la guerra ruso-ucraniana – puesto que no solo se está lucrando con la venta del GNL a un precio muy superior al que proveía Rusia, convirtiéndose en el principal proveedor de la UE, sino también con las armas que está colocando a Ucrania pagadas por los contribuyentes de los estados miembros de la UE – tiene necesidad de cerrar frentes para abrir guerras en otros puntos del mundo – tanto en América Latina como contra China fortaleciendo posiciones, y armando, tanto a Taiwán como Japón – para tratar de menguar la bancarrota económica y social que le asola.

EEUU tiene una deuda externa, con entidades financieras y estados que no son los EEUU, de 37 billones de dólares, de los que 9,2 billones vencen antes del 31 de diciembre de 2025, unido a la deuda “no financiada”, o lo que es lo mismo, cuyos acreedores son ciudadanos o entidades estadounidenses, que asciende a 104,6 billones de dólares. A ello hay que unirle los 18,39 billones de dólares de deuda de las familias. Una deuda no solo impagable, sino que acredita que EEUU es un estado económicamente en situación de quiebra, de default económico, al igual que su sociedad.

El estado federal norteamericano está cerrado ya que el Congreso no ha aprobado los presupuestos a Trump, por el momento. Por otro lado, los bancos regionales Bancorp y Western Alliance anunciaban el impago de dos préstamos vinculados a hipotecas basura, que recrudece la crisis financiera norteamericana desencadenada en 2023 con la quiebra de Silvergate Bank, Signature Bank y el Silicon Valley Bank, que va flechada hacia un crac financiero. El déficit comercial de EEUU, en julio de este año, ascendió a los 78.300 millones de dólares, hecho que implica que siga creciendo la deuda externa, insostenible, que el dólar como moneda global siga retrocediendo. La reindustrialización sin mano de obra – robotización – en EEUU prometida por Trump incrementaría los costes multiplicándose los índices de la deuda externa norteamericana.

Ante la situación terminal de la economía norteamericana, Trump está optando por depreciar el dólar para abaratar la deuda y para tratar de reducir el déficit comercial por la vía de incrementar las exportaciones, hacer que los tipos de intereses bajen para rebajar los intereses de la deuda, y proceder al rescate de empresas con dinero público a la par que se reducen los programas sociales. Estas medidas tienen sus efectos perniciosos ya que incrementarán la inflación, azuzarán mucho más la crisis política de la sociedad norteamericana, fortalecerán las monedas que compiten con el dólar a nivel mundial y exacerbarán, todavía más, la guerra comercial de EEUU con el resto de las potencias imperialistas. Por tanto, EEUU se encuentra en una situación económica que exhibe un estado de declive absoluto y, por cada medida que se ve obligado a adoptar para tratar de disminuir sus problemas económicos, lo que hace es acrecentarlos.

Esta situación de crisis terminal de la economía de EEUU también conlleva una crisis social y política. En EEUU se están confrontando aparatos estatales contra el estado federal, se están produciendo bloqueos institucionales y, como acontece en el imperialismo en que el estado tiende hacia la reacción, se judicializa la política teniendo un reflejo directo en el desprestigio de las instituciones burguesas y de desconfianza en el pueblo norteamericano que va en aumento. Ello se multiplica con la desigualdad social existente en EEUU, donde el 10% más rico concentra más del 70% de la riqueza del país, en la confrontación entre las ciudades y las zonas rurales, así como la cuestión de discriminación por cuestión de raza. Un caldo de cultivo que aboca a EEUU a la confrontación civil ya que el pueblo ya se ve obligado a confrontar de una manera más abierta al fascismo instalado en el estado.

Esta situación empuja a EEUU a la guerra imperialista, a la guerra para saquear y someter a los pueblos. Ya Trump, cuando accedió al gobierno, planteó que el continente americano – desde Canadá (a quien planteó que se anexionara a EEUU) al Polo Sur – debía estar bajo el dominio norteamericano y ser saqueado por dicha potencia, también mostrando sus apetencias sobre Groenlandia.

Trump, abrazando la Doctrina Monroe, considera que el continente americano es propiedad de los imperialistas norteamericanos y necesita disponer de todos los recursos y riquezas de las diferentes naciones de dicho continente. Un continente americano donde la presencia de China hace que EEUU retroceda. China es el primer socio comercial de las economías más potentes de América Latina como Brasil, Argentina, Venezuela, Ecuador, Bolivia, Colombia, Chile o Perú, ascendiendo la cifra de negocio con dicho continente en 2024 a 518.470 millones de dólares.

El continente americano es la constatación del declive imperialista norteamericano, donde China, y BRICS, ganan peso en detrimento de EEUU. El triángulo del litio – Chile, Bolivia y Argentina – concentra el 70% de las reservas de litio del mundo, metal esencial para la construcción de baterías. Por otro lado, Venezuela tiene las mayores reservas de petróleo del mundo y la octava mayor reserva de gas, así como importantes yacimientos de oro.

Esta es la verdadera razón, la bancarrota económica del imperialismo gringo y la necesidad de robar por la fuerza la riqueza de otros pueblos, por la que el genocida estado norteamericano ha enviado barcos de guerra contra Venezuela, estando decidido a iniciar una guerra contra Venezuela, como lo acredita la autorización del asesino de Trump para que la CIA realice operaciones agresivas en el país de Chávez  y, también, contra Colombia y, sin lugar a dudas, posteriormente, no dudarán en arremeter contra Cuba, algo que ya están haciendo recrudeciendo el bloqueo, que es un acto de genocidio que el estado norteamericano perpetra desde hace más de 60 años y que le ha costado a Cuba más de 1,5 billones de dólares.

Por otro lado, EEUU hará lo indecible porque la extrema derecha alcance el poder en Brasil el próximo mes de octubre de 2026, como está haciendo todo para sostener al gobierno fascista de Milei en Argentina, al objeto de desbancar a China como máximo socio comercial, así como socavar la influencia financiera de China en Argentina. Un Milei que ha demostrado lo que se esperaba de él, un vulgar ladrón fascista que ha enriquecido al capital financiero y que ha masacrado al pueblo argentino, pretendiendo entregar la riqueza argentina a EEUU. Sin embargo Argentina, a pesar del dinero que EEUU ha inyectado en el país para salvaguardar los intereses de los monopolios norteamericanos a través del préstamo del FMI de 20.000 millones de dólares en abril, de un préstamo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) de 500 millones de dólares, y de la injerencia en los comicios de octubre mediante la suscripción de un acuerdo de estabilización cambiaria de 20.000 millones de dólares y del compromiso de Bessent y Trump de hacerse cargo de todo lo que sea necesario para sostener al estado, comprueba que los efectos de todas esas acciones no sirven para sostener el cambio entre el peso y el dólar, de tal modo que toda la propaganda y dinero norteamericano no están sirviendo para evitar la bancarrota de la economía de Argentina demostrándose la debilidad, tanto del dólar, como del gobierno norteamericano para sostener económicamente a Argentina y, consecuentemente, retratándose, nuevamente, el declive económico norteamericano.

EEUU, y sus socios imperialistas, han apostado todo al fascismo como único salvavidas, y morirán matando. Todo lo que brota de “occidente” está putrefacto y está preñado de fascismo. Pero, por más guerras que hagan, el sistema económico imperialista no podrá sostenerse pues es inviable, vive en días que ya no le corresponden. La única salida del imperialismo es asesinar y robar sin piedad, es masacrar al proletariado, sojuzgar a los pueblos del mundo y, aún y así, a cada paso que da la robotización niega más el capitalismo y sienta las bases materiales para que el mundo entierre la formación socioeconómica capitalista y alumbre la socialista.

La revolución socialista, objetivamente, ya está lanzada, sin embargo, es necesario que la clase obrera tome conciencia de ello para hacer lo que le corresponde, apuntillar al capitalismo, mandarlo al estercolero de la historia y construir el nuevo mundo, el socialismo.

El imperialismo hoy es el mayor peligro que tiene la humanidad para su supervivencia, y EEUU que lleva más de medio siglo siendo el mayor enemigo de ésta, en su declive imperial no tiene más salida que sojuzgar a los pueblos y arremeter sin piedad contra el proletariado, como está haciendo con los trabajadores inmigrantes.

Únicamente el proletariado organizado y dirigido por el movimiento comunista, armado con el marxismo-leninismo, puede acabar con esta barbarie acabando con el imperialismo que lo genera. Cuanto más tardemos los comunistas en articular una salida organizativa y política revolucionaria al proletariado, más sangre inocente se derramará. ¡Para que el género humano pueda vivir el imperialismo debe morir!

El Partido Comunista Obrero Español hace un llamamiento al pueblo a la organización revolucionaria contra el capitalismo y su Estado, hacemos un llamamiento a engrosar las filas del Partido. Asimismo, nuestro Partido envía todo nuestro internacionalismo proletario con el pueblo venezolano y todos aquellos pueblos que están siendo agredidos por el imperialismo, apelamos a su organización y unidad para repeler la agresión norteamericana, agresión que repudiamos y rechazamos. EEUU y los imperialistas son enemigos jurados de la humanidad y, consecuentemente, luchar contra el imperialismo sin cuartel, en todos los terrenos, construyendo la revolución socialista, es la mayor acción de humanismo que el proletariado puede realizar.

 

 ¡MUERTE AL IMPERIALISMO!

¡CONSTRUYAMOS LA REVOLUCIÓN PROLETARIA, CONQUISTEMOS EL SOCIALISMO!

¡PROLETARIOS DEL MUNDO, UNÍOS!

 

Madrid, 25 de octubre de 2025

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)