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Huelga general en Grecia: el capitalismo no puede ocultar su descomposición

El 28 de febrero las calles de Grecia se llenarán de protestas, en una huelga general en la que participarán varios sectores y se volverá a poner sobre la mesa el grave accidente que tuvo lugar dos años atrás, provocado por la corrupción y las graves negligencias por parte del Estado burgués. El choque de trenes que costó la vida a 57 personas fue el resultado del abandono del transporte público, el incumplimiento de toda medida de seguridad, la falta de mantenimiento de las líneas y la falta de trabajadores, principalmente; todo ello fue denunciado en numerosas ocasiones, pues los trabajadores alertaban del peligro exigiendo una actuación. Sin embargo, seguía desmantelándose lo público para fortalecer lo privado, siendo la receta habitual en la fase putrefacta del capitalismo.

En los últimos dos años, demasiados trabajadores han perdido la vida por las precarias condiciones, pues la prioridad del burgués son las ganancias y no las necesidades. Al igual que ocurre en el país en que vivimos, en Grecia sufren inestabilidad y precariedad laboral, así como recortes en todos los servicios públicos para enviar los recursos de éstos a manos privadas. Todo el descontento popular pondrá de relieve numerosas y progresivas carencias que allí se sufren, y es la oportunidad para avivar las ascuas de la lucha de clases, por débiles que puedan parecer actualmente. La huelga general dará forma a una gran indignación que sirve como termómetro para la burguesía. Aun con la ausencia de un sólido movimiento obrero y la falta de una lucha consciente contra el capital, el Estado burgués no puede evitar que salgan a flote todas las pruebas de su podredumbre, y los proletarios sufren en sus carnes toda la opresión en múltiples formas. Es por ello que a los capitalistas solo les queda apostarlo todo al fascismo, para destruir todo atisbo de organización proletaria, deformar la realidad para ocultar las causas de su ruina y presentar las guerras como necesarias e inevitables.

Aumenta en el mundo la inversión militar, preparándose para las inevitables guerras de rapiña entre dos bloques imperialistas, y podemos ver en Grecia también la causa de esto último, que es la misma que obliga a la burguesía a despreciar cada vez más explícitamente la vida humana, desplazándola sin miramientos para poner en el centro la concentración de capital y protegerse con las arcas públicas: la bancarrota del imperialismo. Aunque los medios de manipulación de masas procuren no hablar de ello y quieran omitir la huelga general de Grecia para no visibilizar las convulsiones que sufre el criminal capitalismo, la clase obrera demuestra continuamente su fuerza, su solidaridad con hermanos de clase de otros países y su indignación ante la barbarie imperialista.

Es indiscutible que la unión de los proletarios no solo es posible, sino la clave para frenar toda tropelía del Estado burgués y comenzar la lucha por derribarlo. La experiencia nos ha demostrado que individualmente no se solucionarán los problemas inherentes a la economía de mercado; las contradicciones del capitalismo sólo pueden ser superadas de manera colectiva, con conciencia de clase y partiendo del hecho innegable de que todo el trabajo es social; está interrelacionado. La clase obrera produce toda la riqueza, pero el freno para su avance es el patrón que se la apropia indebidamente. La minoría parásita que tiene en sus manos el Estado tiene claro que su ventaja reside en la batalla ideológica; las condiciones para el socialismo están dadas, y solo debemos tomar conciencia de clase y organizarnos en una lucha contra el capital para tomar el poder político. El Partido Comunista Obrero Español apoya la huelga general en Grecia, y hace un llamamiento para fortalecer las filas del sindicalismo de clase de la FSM, como única forma de combatir realmente por nuestros intereses en el seno de la propiedad privada: los centros de trabajo donde sufrimos la explotación. El sindicalismo de clase y combativo es un vector necesario para poner fin a este sistema criminal y caduco, que mientras agoniza no tendrá reparos en deshumanizarnos y reprimirnos con todas sus armas. El camino para acabar con la minoría explotadora que domina nuestras vidas es crear nuestros propios órganos de poder y pelear por construir una auténtica democracia obrera. ¡Socialismo o barbarie!

 

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español