El ABC de la manipulación. Mentiras contra el camarada Stalin
No habrá día en el que la burguesía hable de forma objetiva sobre la figura de Stalin, una figura despreciada tanto por el revisionismo como por el sector más reaccionario de la burguesía. Esta vez las mentiras vienen de mano del ABC, conocido medio de comunicación reaccionario que no duda en blanquear y posicionarse del lado de la burguesía y el fascismo cuando la situación lo requiere, el mismo que recientemente negaba la esclavitud de la América española, ha vuelto a hacer alusión a las mentiras contra Stalin:
1.https://www.abc.es/historia/abci–stalin–padre–gran–terror–comunista201807270217_noticia.html
2.https://www.abc.es/historia/abci–colectivizacion–tierra–stalin–ojos–kruschev–solo–trajomiseria–y–brutalidad–201807270217_noticia.html
Las mentiras contra Stalin no son nada nuevo, es algo que el revisionismo y la burguesía ya han ido cimentado desde los años 30, algo que ya mucha gente ha interiorizado, inclusive llegando al extremo de compararlo con el nazismo, a quien Stalin y el ejército rojo vencieron.
El primer artículo comienza así:
“Amigo del terror como arma para la extorsión política y para el control social, ambicioso y picado por el rencor, la curiosidad por su figura se tradujo, tras su muerte, en un reguero de biografías. Algunas, según el historiador Robert Service, insistieron en su desequilibrio mental, expresado a través de la paranoia, del impulso vengativo y del sadismo.”
Siempre asocian a la figura de Stalin el terror, la represión política y todo tipo de atrocidades. Para la burguesía y el revisionismo decir que era un asesino, torturador y dictador es quedarse corto. Pero todas estas mentiras tienen un sentido de ser; Stalin fue un arduo militante comunista que hizo que el socialismo brillará en la URSS pese a todas las dificultades que se interpusieron en su camino, consiguiendo tasas de progreso asombrosas. Y para afirmar esto no hace falta ser un férreo marxista-leninista como el camarada Stalin, basta con mirar a la historia de forma objetiva. Stalin es la figura que toda persona que aspire a cambiar la realidad existente debería tomar como ejemplo. Trabajó incansablemente para que se desarrollara el socialismo en la URSS y por eso la burguesía y sus medios de comunicación lo odian tanto. La URSS mostró que el socialismo es posible, que funciona, mostró la decadencia del sistema capitalista, como la sociedad moderna se ve beneficiada según se va viendo liberada de las contradicciones del capitalismo, que son las que impiden el progreso de la sociedad, por eso la burguesía ve la necesidad de reemplazar la verdad sobre la URSS y Stalin con propaganda en favor de la perseverancia del viejo régimen, es decir, en favor del anticomunismo.
El artículo prosigue:
“Un boceto muy alejado de los relatos oficiales, que el propio dictador vigilaba con lupa y en los que se dibujaba una infancia idílica alejada de la realidad: la de un niño que creció a la sombra de un padre violento y de una madre protectora y religiosa que quiso conducir a su hijo por la carrera eclesiástica.”
No hay constancia de que a Stalin le pegara su padre; estas mentiras tienen el propósito de esculpir una imagen idealizada de Stalin que no se corresponde con la realidad, es decir, se busca crear una especie de antagonista, un cruel villano que amenaza la libertad y la democracia. Es muy fácil mentir y por desgracia siempre se le dan más credibilidad a las mentiras anticomunistas que a las fuentes que desmienten dichas mentiras; todo es más sencillo cuando a alguien le dicen lo que tiene que pensar sobre este o aquel tema.
El artículo sigue:
“También su relación con Lenin, que le admiraba por una de sus obras, «El marxismo y la cuestión nacional», y que le reconoció luego de la revolución de octubre de 1917 brindándole dos comisariados. Las disensiones entre ambos llegaron más tarde, pero no fueron suficientes para evitar su ascenso al poder.”
Esto es un sinsentido en toda regla, no sólo no comprende el funcionamiento de un partido comunista y en concreto del partido comunista de la unión soviética en dicho período histórico, sino que comprende la toma del cargo de secretario general del PCUS por parte de Stalin como una especie de duelo intelectual entre dirigentes, el cual ha conseguido ganar Stalin. Es simplemente ridículo cómo plantea la burguesía el ascenso de Stalin al cargo de secretario general. Primero pretende hacer ver que en un partido comunista quien es secretario general es todopoderoso dentro del partido, que todo lo que él dice va a misa. Pero no se comprende, o más bien, no se quiere comprender el funcionamiento de un partido comunista. El partido comunista a grandes rasgos funciona en base al centralismo democrático y está atado a una autocrítica constante como medio para resolver carencias. Todo lo que sea decir que uno manda más que otro es una burda falacia. En todo caso, uno puede tener más relevancia que otro por el hecho de estar más formado, pero en ningún momento se entiende que uno esté por encima de otro.
Luego el artículo prosigue diciendo que Stalin fue reconocido por Lenin sólo después de la revolución de octubre de 1917 y que por eso mismo tenía dos comisariados; falso a más no poder. Es una burda manipulación en base a una descontextualización. Stalin tuvo su relevancia desde el nacimiento del partido bolchevique y consiguió ciertos cargos debido a su labor como militante, no por la simple simpatía que tenía con el secretario general del PCUS de entonces. Desde los inicios del partido bolchevique Stalin se convirtió en un activo dirigente y organizador de los trabajadores en toda la zona del Cáucaso. Se unió a los bolcheviques tan pronto como se produjo la escisión del partido socialdemócrata en 1903 y fue director de Pravda. Sería interesante ver como uno de quienes propugnan estas mentiras contra Stalin explica cómo es posible que fuese integrante del comité central de la organización, miembro del buró político y también miembro de una “secreta sección especial de operaciones” de la entidad, nombrado por Lenin, el máximo responsable del centro revolucionario militar antes de la revolución en San Petersburgo y uno de los máximos encargados de liderar el asalto al poder en la misma ciudad a finales de octubre de 1917 [1], si sólo fue reconocido por Lenin (ergo por el partido según la propia lógica del artículo) después de la revolución de octubre. No tiene ni pies ni cabeza.
El artículo continúa:
“En 1922, tras la muerte de Lenin, Stalin logró consolidarse como líder del recién creado Estado comunista. Ese año, el georgiano consiguió hacerse con el cargo de secretario general del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, que ostentó hasta su muerte en 1953. Desde ese atril impulsó la colectivización agraria y los planes quinquenales, acordó con el nazismo la partición de Polonia mediante el acuerdo Ribentropp-Molotov y luego se volvió contra Berlín cuando la Wermacht se lanzó a la
Operación Barbarroja.”
Es simplemente repugnante esquivar hechos históricos objetivos para plasmar desde la propaganda anticomunista algo que debe ser mostrado con la objetividad propia de la historiografía. Es mentira que la URSS acordara con la Alemania Nazi la invasión de Polonia. La URSS no invadió Polonia en septiembre de 1939; en dicha época era ampliamente reconocido que no hubo tal invasión. En ningún caso el objetivo del pacto Ribentropp-molotov era “repartirse Polonia” como hicieron los aliados con Checoslovaquia. El fin de tal pacto era defender a Polonia y la URSS. El tratado establecía una línea en Polonia que demarcaba el interés de los soviéticos, línea que las tropas alemanas no podían pasar en caso de que Alemania derrotara al ejército polaco en una guerra. El punto aquí es que, si el ejército polaco era vencido, el ejército y el gobierno polacos podrían retroceder más allá de la línea de interés soviética y así encontrar refugio, ya que Hitler había aceptado no penetrar en Polonia más allá de esa línea. Desde ahí podrían hacer la paz con Alemania. La URSS tendría un Estado parachoques, armado y hostil a Alemania, entre el Reich y la frontera soviética. [2]
Sin más que añadir, el artículo sigue mostrando ese trasfondo de “Hitler era malo pero Stalin más”. Parece que además de mentir, la persona que ha escrito el artículo siente cierta atracción a dejarse en evidencia.
El artículo termina diciendo:
“Su victoria en la Segunda Guerra Mundial hundió en cierta neblina las purgas de los años 30, el archipiélago gulag y los millones de víctimas que resultaron de sus políticas. Tras su lucha contra Hitler, la URSS logró una consolidación que se tradujo en la partición de Europa, dividida por el telón de acero, y en su estatus de superpotencia enfrentada a Estados Unidos. Uno de sus sucesores, Kruschev, denunció los desvaríos de su régimen.”
A esto responderemos ahora con el comienzo del siguiente artículo, escrito por la misma persona que el primero. El siguiente artículo comienza diciendo lo siguiente:
“No habían pasado ni seis años desde que Nikita Kruschev había sido destituido como máximo dirigente de la URSS, cuando ABC adquiría en exclusiva para España los derechos de reproducción de sus memorias. «Con un lenguaje directo y expresivo, el exdirigente ha roto el silencio de su retiro para narrar los detalles más desconocidos de la historia contemporánea de la Unión Soviética», anunciaba en el amplio reportaje publicado, el 28 de noviembre de 1970, en «Blanco y Negro». Este diario pagó la cifra más alta de la historia del periodismo español por aquellas confesiones que en Estados
Unidos se llevó la revista «Life» y en Inglaterra, «The Times».”
Esto es puro presumir, simplemente intenta ganar notoriedad como medio por el hecho de haber tenido acceso al derecho de reproducción de sus memorias. El anticomunismo siempre ha vendido, y que mejor que dar cobertura y veracidad, los argumentos del conocido revisionista de Krushev para intentar ganar notoriedad.
Con respecto a las hambrunas, Grover Furr explica:
«El Holodomor es un mito. Nunca sucedió. Este mito fue inventado por nacionalistas ucranianos pro-fascistas, junto con los nazis. Douglas Tottle lo demostró en su libro El fraude, la hambruna y el fascismo (1988). Arch Getty, uno de los mejores historiadores burgueses (es decir, no marxista y no comunista), también tiene un buen artículo sobre esto. Robert Conquest es el que da la versión antigua de que los soviéticos deliberadamente causaron la hambruna en Ucrania. No hay la más mínima prueba que pueda confirmar esta visión, por eso una prueba así nunca ha salido a la luz. El mito del “Holodomor” persiste debido a que es el “mito fundacional” del nacionalismo ucraniano de derechas. Los nacionalistas ucranianos que invadieron la URSS junto con los nazis mataron a millones de personas, entre ellas muchos ucranianos. Su única “excusa” es la propaganda de la mentira de que “lucharon por la libertad” contra los comunistas soviéticos, que eran “peores que los nazis”.» [3]
El principal objetivo de la invención del mito de Holodomor fue y es el encubrimiento del fascismo ucraniano y alemán junto con la necesidad de crear un clima de odio general hacia el comunismo.
Prosigue:
“«Si Stalin estuviera vivo, yo votaría para que fuese procesado y castigado por sus crímenes», sentenciaba, antes de empezar a desmenuzar la figura de su antecesor y arremeter contra muchas de sus políticas. En especial, contra la colectivización agraria que condujo a la aniquilación de diez millones de campesinos entre 1928 y 1933.”
Ricardo E. Rodríguez Sifrés habla sobre las hambrunas de esas épocas de manera clara. Davis Wheatcroft y Mark Tauger sostienen que:
“[…] Las hambrunas fueron principalmente un producto del pésimo clima y se ha exagerado el hecho de situar la colectivización como una de las causas primarias.”
La carencia de alimentos agrícolas que azotó a varias zonas de Rusia y Ucrania en 1932 y 1933, fue sin duda la última catástrofe que se abatió sobre el agro, con la sola excepción de casos de hambre muy focalizada en 1946-1947, después de la guerra, debido según expresa el propio Davis Wheatcroft, a las catastróficas condiciones del clima y no a la mala administración del gobierno de la URSS. También incidió, y no de manera leve, la pavorosa destrucción del agro provocada por los nazis en su retirada hacia occidente. […] [4]
El artículo continúa:
“El objetivo fue imponer sobre el campesinado la completa colectivización de sus tierras en dos años. En los primeros tres meses el número de propiedades campesinas incorporadas a las granjas colectivas pasó de cuatro millones a 14. A principios de la década de 1930, más del 90% de las tierras agrícolas estaban ya colectivizadas, tras convertir los hogares rurales en granjas comunales con sus huertos, ganado y otros bienes. Cuenta Kruschev que su «primer atisbo de la verdad» lo tuvo cuando fue enviado a una de aquellas granjas para entregar un dinero que había recolectado. El objetivo es que compraran herramientas de trabajo con él. «Solo pasamos unos días, pero las condiciones de vida allí eran horribles. Los trabajadores se estaban muriendo de hambre. Convocamos una reunión para entregarles el dinero. Cuando les dijimos que debía ser utilizado para adquirir equipos, nos contestaron que eso no les interesaba, que lo que querían era pan. Nos suplicaron que les diéramos alimentos», recuerda.”
Una cosa está clara, el propio tono en el que comenta los hechos el artículo delata tanto a la autora como al ABC de ser fervientes anticomunistas. La colectivización no fue algo impuesto a la fuerza contra los campesinos pobres que provocara como consecuencia que muchas personas se murieran de hambre.
Este asunto tiene un trasfondo muy amplio que debemos abordar para entenderlo bien.
Las supuestas hambrunas como consecuencia de la colectivización tienen su origen en la propaganda nazi. Según evidencian los documentos de Foreign Office se ha demostrado que la campaña fue orquestada por nazis, pro-fascistas ucranianos y la curia romana. La manipulación comenzó con la firma del concordato entre Hitler y el vaticano en julio de 1933, que incluía entre otras clausulas la ocupación y el reparto común de Ucrania.
Siendo los alemanes los primeros en enterarse de las malas cosechas de 1932-1933 que se producen junto con la rebelión de los kulaks en algunas zonas de la URSS, aprovechan para buscar una forma de crear el mito de la hambruna. El plan anteriormente mencionado fue ideado por el cardenal arzobispo y fascista austriaco Theodor Innitzer, quien aparte del reparto de Ucrania también pretendía la liquidación y anexión de Checoslovaquia para salvaguardar a los alemanes de los Sudestes.
El embajador francés Charles Roux al enterarse de los planes del fascista austriaco Theodor Innitzer ante la santa sede le envió un telegrama confidencial pidiéndole explicaciones, también por el llamamiento a “la caridad pública de las víctimas de la hambruna en Ucrania y el Cáucaso”. La organización de dicha campaña caritativa corría a cuenta de Monseñor de Herbigny, jesuita francés empleado por el vaticano contra la URSS antes de la era propiamente nazi y despedido después de 1933, cuando el Reich coge las riendas de los planes contra los soviéticos.
Aquí tiene un papel fundamental William Hearst, quien por entonces poseía 40 periódicos, 12 radios, 20 revistas y varias agencias de noticias las cuales difundían sus mentiras contra la URSS día sí y día también. Fue el magnate de los medios de comunicación de EEUU más rico del momento. Este personaje fue invitado por Hitler en 1934 el cual acabó difundiendo en USA información positiva del nazismo con el objetivo de blanquearlo. Ante las protestas de sus lectores Hearst se vio obligado a buscar una nueva forma de blanquear al nazismo, es entonces cuando en febrero de 1935 Hearst decide publicar en su periódico la siguiente portada:
Las fuentes de dichas hambrunas proceden del nazismo y el vaticano, quienes describían panoramas apocalípticos de la URSS con afirmaciones de este tipo: “La mayor parte de los habitantes no tienen calzado, ni jabón… Faltan productos en todas partes […] la cosecha se está haciendo mal, incluso falta agua”, “El gobierno soviético, dentro de poco tiempo será insolvente”.
En la prensa alemana sólo se hablaba sobre las dificultades de la URSS. Crisis agrícolas e industriales, de abastecimientos, de provisiones en divisas, inclusive de crisis del propio ejército rojo.
No fue hasta mucho después que descubrieron que la información que publicaba Hearst sobre la URSS era proporcionada por la propia Gestapo, con fotografías que correspondían a 1921 y 1922 tras el desastre humanitario que supuso la guerra civil. Cincuenta años después, en 1987, sobre uno de los informantes de Hearst, Thomas Walker se descubrió que ni se llamaba así ni estuvo en Ucrania; se llamaba Douglas Tottle y estuvo en Moscú. [5]
Al ABC no le interesa nada de esto, de hecho va más allá y prosigue:
“Asegura nuestro protagonista en sus memorias que intentó convencer a Stalin de que aquel país necesitaba ayuda, pero este se «enfado». En ningún momento, eso sí, da señales de enfrentara con más contundencia a su líder para impedir que siguieran muriendo personas inocentes, a pesar de que le habían contado escenas realmente espeluznantes. «Empecé a recibir informes oficiales relativos a las muertes por inanición. Luego, comenzó el canibalismo. Una cabeza humana y dos pies se habían encontrado debajo de un pequeño puente. Al parecer, el cuerpo había sido devorado. Kirichenko me comunicó que había ido a una granja colectiva y describió la escena que encontró de la siguiente manera: “La mujer tenía el cuerpo de su propio hijo sobre una mesa y lo estaba despedazando. Mientras lo hacía, charlaba sin cesar: ‘Ya nos hemos comido a Manechka. Ahora salaremos a Vanechka. Esto no mantendrá durante algún tiempo’. ¿Puedes imaginártelo? ¡Esta mujer se ha vuelto loca por el hambre y había descuartizado a sus propios hijos!”».”
¡Los comunistas se van a comer a nuestros hijos! No mentíamos cuando decíamos que la persona que ha escrito el artículo siente cierta atracción a ponerse en evidencia.
Lo que prosigue después de ello son falacias de manual, frases más propias de un monólogo que de un artículo que pretende hablar sobre la historia de la URSS. Según la lógica del artículo la hambruna desembocó en canibalismo. En 1932 hubo un problema de abastecimiento en la URSS, en Ucrania, norte del Cáucaso y Kazajistán, lo que obligó al uso de cartillas de racionamiento. La principal causa de la escasez de alimentos fue la rebelión de los kulaks (campesinos ricos) a la colectivización de la tierra, los cuales en ciertas regiones se levantaron en armas. Dicha escasez no llegó a durar un año; la cosecha de 1933 fue excelente, pero los propagandistas nazis insistían en que había “hambruna de proporciones dantescas” y “represiones masivas de campesinos”. El objetivo de dicha propaganda en concreto era invisibilizar el progreso alcanzado por la URSS gracias a la colectivización que acarreo en un desarrollo de la industria pesada, consiguiendo cubrir la demanda de trabajo de las fábricas recién creadas. [6]
El artículo continúa divagando ideológicamente diciendo que “muchos historiadores consideran que aquella fue la consecuencia de una política de exterminio deliberadamente planeada por Stalin para aplastar toda resistencia contra el régimen comunista, suprimir los movimientos nacionalistas e impedir la creación de un Estado ucraniano independiente. De hecho, las deportaciones adquirieron dimensiones bíblicas en 1933.”
EL autor demuestra aquí no querer entender la situación histórica, al decir que era una estrategia de Stalin para suprimir entre otras cosas los movimientos nacionales, cosa que se contradice con el texto que ellos mismos han citado antes “El marxismo y la cuestión nacional”.
La burguesía no se cansará de mentir sobre la historia de la URSS y Stalin, presentando argumentos como los mostrados, que son realmente ridículos y descontextualizados completamente de las situaciones históricas concretas de las que habla para ocultar la verdad que tanto le duele a la burguesía y el revisionismo.
El Partido Comunista Obrero Español denuncia todos los argumentos expuestos por los artículos del ABC mencionados, los cuales no son más que un repugnante insulto a la historia del siglo XX y en concreto a la figura de Stalin. Por último, hay que añadir que no hay mayor recuerdo que tomar como ejemplo a tan arduos militantes comunistas como lo fue Stalin y trabajar, como él lo hizo, por la implementación de la dictadura del proletariado en nuestros respectivos países.
¡CAMARADAS, SIN PARTIDO NO HAY REVOLUCIÓN POSIBLE!
¡UNETE AL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL!
C.González – Militante del Partido Comunista Obrero de Catalunya en Girona
Bibliografía:
[1]: Ricardo E. Rodríguez Sifrés – Stalin ¡Insólito! – Vol. 1 – Pag 25.
[2]: Bill Bland – El pacto de no agresión Germano-Soviético de 1939.
[3]: Grover Furr: “Las acusaciones de Kruschev contra Stalin son falsas”.
http://socialismo–solucion.blogspot.com/2010/07/grover–furr–acusaciones–dekruschev_19.html
[4]: Ricardo E. Rodríguez Sifrés – Stalin ¡Insólito! – Vol. 1 – Pag 17.
[5]: El mito de Holodomor: Documentos que desenmascaran la falsificación.
https://es.sott.net/article/40744–El–mito–de–Holodomor–Documentos–quedesenmascaran–la–falsificacion
[6]: Holodomor: canibalismo http://pladelafont.blogspot.com/2013/10/holodomorcanibalismo.html