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Declaración del Ministerio de Exteriores de Cuba

El 18 de agosto, el Departamento de Estado incluyó a Cuba, por trigésima ocasión, en la espuria lista de “Estados patrocinadores del terrorismo internacional”, con el único propósito de desacreditar a nuestro país y continuar justificando la política cruel y repudiada de bloqueo contra Cuba.

El gobierno de Estados Unidos, que ha practicado históricamente el terrorismo de Estado, las ejecuciones extrajudiciales, los secuestros de personas, los asesinatos con aviones no tripulados, la tortura y las detenciones ilegales, que ha establecido cárceles secretas, que es responsable de la muerte de cientos de miles de civiles inocentes como resultado de sus guerras de ocupación y conquista en Iraq y Afganistán, que bombardea sistemáticamente a Estados soberanos como Libia, no tiene la más mínima moral ni derecho alguno de juzgar a Cuba, que tiene una trayectoria intachable en la lucha contra el terrorismo y que ha sido, además, sistemáticamente víctima de ese flagelo.

 

El gobierno de Estados Unidos actúa como si no hubiera amparado, de manera permanente, al criminal confeso Luis Posada Carriles, a quien no ha querido juzgar por cargos de terrorismo, a pesar de contar con abundantes pruebas. Posada Carriles, junto con Orlando Bosch Ávila, quien fue beneficiado por un perdón presidencial de George Bush padre, es autor del horrendo atentado contra un avión civil cubano en pleno vuelo, que costó la vida a 73 personas inocentes. También es responsable directo de la muerte del turista italiano, Fabio Di Celmo, durante los atentados con bombas en instalaciones turísticas cubanas en 1997. Hoy Posada Carriles se pasea libre e impunemente por las calles de Miami, tras haber sido absuelto en una farsa judicial en El Paso, Texas.

Al propio tiempo, como prueba irrefutable de su doble rasero, el gobierno norteamericano mantiene en injusta prisión y castiga a nuestros cinco luchadores antiterroristas, por preservar la vida de ciudadanos cubanos, norteamericanos y de otros países.

3 478 cubanos han muerto y otros 2 099 han quedado mutilados, como resultado de acciones terroristas, organizadas, financiadas y perpetradas desde territorio norteamericano, en muchos casos, con la propia complicidad del gobierno de Estados Unidos.

La manipulación política de un tema tan sensible como la lucha contra el terrorismo ofende también la memoria de las víctimas de los criminales actos del 11 de septiembre de 2001, hecho que suscitó la solidaridad y el ofrecimiento de ayuda incondicional de nuestro gobierno y pueblo.

Cuba exige al gobierno de Estados Unidos que castigue a los verdaderos terroristas que hoy residen en territorio norteamericano, libere a los Cinco Héroes y ponga fin a la política de bloqueo y hostilidad contra nuestro país, que atenta contra los intereses legítimos de ambos pueblos.

La Habana, 19 de agosto del 2011




“Todo está controlado”

Desde que aparece la crisis los gobiernos hacen todo lo posible por transmitir la idea de que está controlada y que la recuperación la tenemos a la vuelta de la esquina. Al cabo de cuatro años, los acontecimientos nos desbordan, brindándonos argumentos incontestables: la crisis se agrava y está al borde de provocar el caos. Europa se acuesta cada noche con el temor a que un desliz imprevisible de cualquier país miembro de la UE, pueda a la mañana siguiente arrastrar a toda la comunidad a un callejón sin salida, debido su nivel de endeudamiento.

 

El desconcierto en la producción, consustancial al régimen burgués, originado por la dinámica irrefrenable de una competencia despiadada, provoca barbaridades incontrolables en cadena. La razón, capitalismo monopolista igual a planificación, es una falacia que hace de la ciencia económica burguesa una disciplina ignorante y despreciable, basada sólo en la especulación. ¿Dónde están las lumbreras? ¿Por qué no previeron la crisis, su hondura, y ahora, por qué no son capaces de vaticinar el momento de su final? Sencillamente, porque por más vueltas que se les den a las ecuaciones y funciones, a sus variables, curvas etc. el sistema burgués es una pura anarquía, que se ha vuelto irreal porque ya no es necesaria su existencia. Los economistas hacen prestidigitación con los conceptos y partidas, no para desentrañar y explicar la raíz de la crisis, sino para justificar la existencia del capitalismo y vendernos sus remedios antipopulares.

Desde esta base de actuación se constata que conforme se desarrolla la crisis, los doctores extraen del arsenal de las mentiras y apuran del acervo de los abusos nuevos planteamientos con sus correspondientes soluciones, pero al final todo resulta lo mismo para lo mismo: para que continúe el control del capital financiero sobre el sistema y pasar de matute la rapiña de los inversores, a costa de que sean las clases trabajadoras las que costeen su tiranía y den gusto a su voracidad.

Las expresiones rescate, deuda, rentabilidad de los bonos, prima de riesgos y otras afloran en la “etapa actual” de la crisis, dejando boquiabierto al incauto ciudadano. ¿Qué ha sucedido de nuevo para que se dispare de pronto esta salva de términos, hasta el día de hoy en desuso y desconocida para la inmensa mayoría de la población? Nada, no ha ocurrido absolutamente nada, sólo que las contradicciones capitalistas se han exacerbado, dejando obsoleto el dilema: ¿qué tipo de solución hay que aplicar dentro del mismo modo de producción? siendo sustituido por el ultimátum; ¡capitalismo, o socialismo! Esta es la realidad. El capitalismo no encuentra salida a la antigua usanza, las viejas referencias ya no son válidas. Las entidades financieras y los inversores no tienen mercados donde actuar, por eso tratan de estrangular a los estados para obtener la rentabilidad deseada.

Desde el principio, el PCOE impuso a contracorriente la tesis que viene a demostrar que la entrada en recesión se debió a las contradicciones inherentes al sistema, las que producen cíclicamente crisis de sobreproducción; aunque en la presente haya roto en primer lugar por los sectores financieros e inmobiliarios para extenderse inmediatamente a todas las ramas productivas, extractivas y de servicio, por tanto a toda la sociedad, constituyendo en densidad, volumen y duración una de las más graves y profundas de la historia del capitalismo. El PCOE rechaza categóricamente toda teoría que trate de justificarla como consecuencia de la puesta en práctica de un “modelo económico” concreto, el neoliberalismo, que tiene por objetivo salvaguardar el modo de producción burgués. La condena del “modelo” conduce a los partidos defensores de la teoría a propugnar como solución la sustitución de los gobiernos que representan dicho modelo por otros que abogan por un capitalismo “más humano”. A esta conclusión llegaron tanto los partidos burgueses como las organizaciones reformistas y también numerosas fuerzas “comunistas” embridadas en el pasado revisionista.

La crisis ha destruido una ingente masa de fuerzas productivas. En nuestro país ha supuesto el cierre de miles de empresas de todos los tamaños, el aumento de la emigración y el incremento del paro que se cifra en 5 millones de desempleados. Cotas tremendamente dramáticas, que generan desarraigos en los jóvenes, desgracias familiares y toda clase de dolencia social. Sin embargo, el Estado en vez de aplicar soluciones radicales a favor de las clases trabajadoras, se ha dedicado a facilitar medidas paliativas en provecho de las empresas, verdaderas culpables de la crisis. A su cuenta corren los gastos supermillonarios de los “eres”, así como la condonación de deudas, vía subvenciones colosales para que las empresas puedan “salir” a flote. Durante estos cuatro años, el proceso ha consistido en traspasar las deudas de los empresarios a las arcas públicas; lo que se dice un perverso saqueo.

Con un consumo muy reducido y empobrecido, las arcas vacías y la producción mermada y débil se enfrenta el estado español, como sus correligionarios europeos, a unas deudas que suponen por término medio el 80% del PIB. Si cualquiera de ellos sufre un “contratiempo” por efecto de la economía concatenada, sus inferencias pueden ser mortales para los más débiles, que a su vez pondría en peligro al euro.

El problema radica en la capacidad de los estados para mantener o adquirir una solvencia suficiente sin riesgo para el pago de sus deudas, lo cual es bastante difícil, cuando las familias están endeudas hasta los tuétanos, desempleadas y por consiguiente, consumiendo bajo mínimos y cuando las empresas pequeñas y medianas que absorbían la cantidad mayor de fuerza de trabajo han desaparecido.

Por estas razones, los estados europeos y algunos como España especialmente, están siendo sometidos en los mercados de deudas a presiones constantes, porque la desconfianza hacia su solvencia ha disparado la prima de riesgo del país.

Tengamos en cuenta que la prima de riesgo de un país, es el recargo sobre el precio de la deuda que tiene por referencia el precio de la deuda alemana, la cual constituye la base para calcular la solvencia y el riego de todos los países de la UE, por estimarse la más segura y solvente. Este sobreprecio puede ser superior a la rentabilidad que ofrecen los bonos de deuda del estado, así que los capitalistas inversores, no les preocuparía mucho la quiebra de un país dado, pues tienen asegurados sus intereses al alza por la prima de seguro.

El estado español efectúa sus emisiones por medio de subastas en el mercado primario de deuda, cuyo interés se fija en relación a la demanda y al vencimiento de la oferta, como es “lógico” al emitirse los títulos a un plazo largo (3, 5, 10 o 30 años) los inversores exigen una mayor rentabilidad que les sirva de incentivo, teniendo en cuenta que durante todo el periodo del vencimiento, no podrán disponer de su dinero. “Los principales compradores de los títulos son los llamados inversores institucionales: bancos y grandes fondos de inversión que mueven millones de euros con un solo clic de ratón”.

A tenor del análisis realizado por Bruselas, el peligro está cuando un país tiene una prima de 400 puntos básicos. En este caso el gobierno deberá tomar las medidas precisas para que las arcas públicas se vayan llenando, de lo contrario, el efecto del “sobrecoste” por financiarse, generará en el conjunto de su economía un impacto negativo en el Producto Interior Bruto de un 0,8% anual. Una cifra que, en estos momentos en los que unas décimas separan el crecimiento de la recesión, puede suponer la frontera entre el éxito y el fracaso.

Las empresas indicadoras de las subidas y bajadas de las primas de seguro, cumplen con la misión de alertar a los capitalistas-inversores sobre cómo invertir, dónde y a qué precio deben hacerlo. De esta forma, los estados marchan a merced de los deseos de los bancos y especuladores, que a través de los niveles de deudas y primas de seguros, manejan a los estados, imponiéndoles las políticas que deben llevar a cabo, como por ejemplo qué sectores les convienen a ellos que se privaticen, las reformas laborales que exigen etc. Esto es lo que se desprende cuando el Banco de España, o el Banco Central Europeo piden con insistencia que el gobierno proceda a la realización de determinadas reformas y recortes, a fin de devolver la “confianza” a los inversores.

La intervención o compras de deudas de los estados por el Banco Central Europeo, anunciada siempre con el propósito de “evitar los desmadres o intervención de los especuladores” no es más que la lucha entre sectores monopolistas por hacerse con el control de un país dado, es la expresión de la lucha entre imperios por la pugna de los mercados.

Está claro, que la luchas entre imperios tienen efectos perniciosos en las poblaciones que a la postre pagan sus consecuencias. Un país con una prima de seguro peligrosa influye en el desenvolvimiento del sector financiero. Cuando los bancos asistan al mercado interbancario –donde las entidades se prestan dinero entre sí para financiarse- pagaran más o menos en relación con la prima de seguro de su nación si está alta o baja. Los bancos cuyos costes de financiación son altos, aumentarán los intereses sobre créditos que prestan a sus clientes, lo que significará que las familias tendrán menos dinero haciendo imposible la recuperación económica por falta de consumo y por lo tanto, los estados tendrán también más y mayores problemas para saldar las cuentas con sus acreedores y para reducir el déficit, la solvencia se resquebraja y así sucesivamente.

En conclusión, el capitalismo se halla envuelto en un cúmulo de contradicciones dentro de un circulo vicioso. Sólo un milagro haría que el sistema burgués volviese a “ser lo que fue”. Estamos pues, en la fase más criminal y reaccionaria del capitalismo que lucha por su supervivencia.

Con un capitalismo a la defensiva, con las zarpas dispuestas en todo momento, el revisionismo y todo tipo de reformismo no tienen margen teórico para justificar su existencia. Cada paso que da el capitalismo les traiciona. El capitalismo democrático que supuestamente se había ganado a pulso su lugar en la democracia, como afirmaba el eurocomunismo, se ha quitado la careta y le importa muy poco lo que pueda decir su enemigo de clase; va a por todas porque es la única esperanza que tiene de poder sobrevivir. Las condiciones objetivas para la lucha por la transformación social están en su punto más alto. También están dadas las condiciones para que los revolucionarios se adecuen a las circunstancias e impongan sus criterios.

Durante estos últimos años nos hemos ido librando de las teorías y tácticas que nos atenazaban sin dejar que evolucionásemos. La teoría la tenemos. Ahora es el momento de la práctica, de invertir todo nuestro potencial para poner en solfa cuánto hemos aprendido de los fracasos. Es el momento oportuno para la acción porque el descontento existe pero está en manos acientíficas. Los partidos comunistas tenemos la obligación inexcusable de enderezar y dirigir los acontecimientos por el camino correcto y directo.

Una vez más, afirmamos que la redención social de los trabajadores está en sus manos y ha de ser obra de ellos mismos. La Asamblea de Comités, Delegados y Trabajadores reúne todos los ingredientes teóricos y prácticos para convertirse en la dirección de su clase y la única posibilidad de aglutinar a las masas populares bajo un programa de transformación que nos lleve hasta el Socialismo.

Las Asambleas de comités y delegados de empresas tienen en sus manos la facultad de producir los bienes que necesita la sociedad para existir. Son los únicos órganos democráticos elegidos directamente por los trabajadores y sin ellos es imposible parar los centros de trabajo. Esta realidad no la ocultará ninguna otra forma de lucha, venga de donde venga, tenga el contenido que tenga, llámense “frentes de izquierdas”, “15M” o cualquier otro. Este es el argumento cardinal por el que los sindicatos piden a gritos que el Estado ilegalice los comités de empresas o reduzca al mínimo sus atribuciones si quiere que ellos puedan continuar ejerciendo de quintacolumna en el movimiento obrero.

COMISIÓN IDEOLÓGICA DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)




Filosofía contemporánea

“Contubernio antimarxista”

 Coincidiendo con el desarrollo “esplendoroso” del capitalismo, desde hace tres décadas surgen inevitablemente concepciones filosóficas con la pretensión de demostrar que la lucha de clases ha desaparecido, refrendada posteriormente por el fracaso del socialismo y apoyada en la supuesta eliminación de las barreras que han distanciado tradicionalmente a las teorías de la izquierda de las de la derecha.

 La derecha predominante se ha adentrado en el terreno de la izquierda y le ha robado sus “esencias” y sus “valores”. Dando por sentado que el “Estado del bienestar social” satisface económicamente, mas allá de las necesidades vitales, a toda la población, afirma que los conceptos igualdad, justicia etc., en los que se parapetaba el marxismo para enarbolar su bandera, no pueden tener ya el mismo significado ni tampoco el mismo contenido. Recordemos que el marxismo defiende con ahínco que para lograr la igualdad política, previamente, hay que alcanzar la igualdad económica. Ahora pues, el obrero no piensa en la igualdad económica. Una vez que se le ofrece la oportunidad de cubrir cuanto necesita para vivir material y espiritualmente, a lo que aspira es a la igualdad de trato, a la igualdad formal.

 La igualdad de trato, la igualdad de oportunidades, van en todo momento cogidas de la mano con la justicia y la moral. Las escuelas filosóficas contemporáneas más importantes, contemplan estas categorías, tal vez con apreciaciones, sugerencias y por consiguiente, con razonamientos dispares; aunque en el fondo confluyen en la negación de la lucha de clases, en la impugnación del marxismo.

 Para el “utilitarismo”, las clases no son importantes, es el individuo, del que hay que sustraer su utilidad para provecho de todos. En la utilidad está la igualdad. Partiendo de la premisa del bienestar social dado, Derek Parfit, se preocupa de la población con el rasero de la utilidad y se pregunta si es moral, o si tenemos el deber moral de aumentar la población, puesto que significa disminuir sensiblemente el bienestar de cada individuo. Esta es una visión metafísica de la realidad porque en ella el bienestar es estático y nos viene dado. De esta forma el paro y la pobreza no es culpa de las contradicciones del sistema de producción capitalista, es más bien la consecuencia del individuo inconsciente que procrea amoralmente.

 Las personas se miden por su utilidad y en nombre de ésta se puede cometer todo tipo de atropellos sin menoscabo de la moral. A finales de los 80 Hare y John Mackie representantes de la filosofía utilitaria mantuvieron un debate en el que Hare, en virtud de la utilidad máxima, sostenía que una persona, aún poseyendo una cantidad enorme de recursos, podía apoderarse con codicia del recurso de otra u otras personas; aunque solo tenga ese recurso, sin perder moral y sin cometer una injusticia, si tiene “muchos amigos” con los que compartir tales provechos.

 Por su parte, el concepto de la igualdad liberal alcanza su máximo desarrollo hacia el 1971 con la propuesta de Rawls, pero es posteriormente con la caída de la Unión Soviética cuando logra su punto álgido. En Rawls la justicia se vincula al reparto igualitario de todos los bienes de la sociedad, que puede ser transgredido cuando las desigualdades, o el reparto desigual benefician a los menos favorecidos. Es indudable que la igualad liberal relaciona a los individuos como iguales, pero no por la supresión de todas las desigualdades, sino solamente de las que supuestamente perjudican a alguien. Lógicamente, debemos comprender que el capitalismo no es pernicioso por sus desigualdades, basta con “rectificar” o “controlar” alguna que sea perjudicial, que quedará a criterio de la clase burguesa en el poder.

 En otra dirección, podemos observar que el centro vital del libertarismo es su ardorosa defensa de la libertad. Contrario siempre a cualquier límite que reduzca la libertad, considera que el capitalismo neto es un sistema caracterizado por la ausencia de restricciones a la libertad. Por consiguiente, cualquier acto que limite o controle el mercado restringe la libertad. Anthony Flew define el libertarismo opuesto a cualquier limitación social y legal sobre la libertad individual. Para él el Estado del bienestar es aquel que decide consecuentemente entre la libertad y la igualdad, en aras de del desarrollo, entendiendo por libertad el mercado libre y la igualdad las restricciones del Estado del bienestar sobre el mercado. Por supuesto, la filosofía se jacta en propugnar que la libertad está por encima de todo, incluso de la igualdad. Así pues, el Estado no puede entrometerse en el mercado para no interferir en su “libertad”

 Durante este período, las corrientes filosóficas descritas y otras de menor calado, han venido a reforzar las superestructuras del sistema capitalista en vigor, pero de ningún modo se han contentado con la función de interpretarlo y legalizarlo, o sea, de reflejar la realidad económica en las cabezas pensantes, también han desempeñado un papel muy activo en la consolidación y desarrollo de unas bases anárquicas con el firme propósito de incrementar las riquezas de los poderosos, estimulando a la tecnocracia económica para moralizar sus propuestas antipopulares. La ha proveído de sofismas y subterfugios adecuados con los que argumentan y justifican la codicia. La legitimación ética de la explotación burguesa allana, como no, el camino para arremeter sin compasión a un marxismo, cuyo estandarte, el Movimiento Comunista Internacional, no supo o no ha podido, sumido en proceso decadente, repeler sus desaforadas críticas ya libre de todo camuflaje. Los filósofos pasan de la defensa y apología del sistema burgués, a la acción directa contra el marxismo.

 Con motivo del fallecimiento de Vázquez Montalbán, el escritor y director de la Biblioteca Nacional, Luís Racionero, publicó en las navidades del 2006 en el diario Mundo, un artículo, pequeño libelo contra Marx, en el que aduce a modo de de argumento de cargo, que la filosofía del renegado Poper había superado el marxismo.

 Si nos hiciésemos caso de Poper, el capitalismo tiene asegurada su existencia eterna, pues su filosofía no se opone abiertamente a las causas de los males. Considera a Marx utópico por pretenderlo. Los males no hay que atajarlo de raíz, sino disipar sus efectos. No hay que buscar la felicidad socavando los motivos de la infelicidad actual, de todas formas no conocemos la felicidad. En correspondencia a la filosofía de Poper se nos pide que no acabemos con las diferencias entre ricos y pobres suprimiendo a los ricos, sino elevando a los pobres. Como se ve no solo es utópico, sino reaccionario y muy beneficioso para las clases capitalistas.

 Ocultos tras las espesuras y oscuridades de la justicia, una serie de filósofos lanzan ya definitivamente sus dardos al “corazón” del marxismo: la explotación del hombre por el hombre, que Marx prueba con la teoría del valor. Will Kymlicka, profesor de filosofía de la Universidad de Toronto se pregunta “¿es cierto que la justicia liberal permite que unos exploten a otros?” Luego se responde asimismo que depende del modo en que se defina la explotación. Más adelante dice: “… la explotación marxista ¿Tiene algún significado moral? ¿Es decir, implica el hecho de que alguien se aproveche injustamente de otro? “

 Tras juegos malabares con la retórica, el profesor intenta demostrar que es discutible que el trabajador esté explotado. Según la teoría marxista, en su opinión y en la de los filósofos que relaciona en su obra “Filosofía política contemporánea”, el trabajador se lleva parte del valor creado por él y el capitalista otra parte, pero:

 “Si la tecnología cambia de un modo tal que un objeto puede fabricarse ahora, con la mitad del trabajo antes requerido, la teoría del valor trabajo sostendría que el valor del objeto se reduce a la mitad, aunque cuando la cantidad de trabajo empleada permanezca idéntica. Si la teoría del valor trabajo fuese cierta, el trabajo real utilizado por el trabajador resulta irrelevante”…

 De lo que se deduce que al ser insignificante el valor producido, también lo será la parte que se lleva el capitalista y por tanto la explotación, si existe, es mínima, pero “…no hay nada injusto en ofrecerse a aportar el trabajo de uno a los demás”

 Es obvio, el progreso tecnológico hace que el tiempo de trabajo empleado en un producto sea menor que antes, pero ¿qué sucede con la plusvalía, base de la explotación? Sin duda se multiplica infinitamente, por tanto la explotación es mayor que antes de introducirse la nueva tecnología. Sin embargo, al multiplicarse la cantidad de productos elaborados por el obrero, menor será la parte que reciba del valor originado por su trabajo.

 Finalmente, Kymlicka dice que no hay nada injusto en ofrecerse a aportar el trabajo de uno a los demás. Dicho así, el trabajador no tiene necesidad y por tanto ni se ve forzado a trabajar, lo hace por amor al arte. Al respecto Kymlicka expone:

 “Entendiendo la explotación en el sentido corriente del término, ¿puede decirse que la transferencia forzada de plusvalía es una relación de explotación? Esta afirmación resulta muy poco sólida y demasiado radical. Es muy poco sólida en el sentido de no considerar explotación el trabajo asalariado que no es, estrictamente hablando, forzado”.

 Es decir, el trabajo asalariado no está explotado, porque no es estrictamente forzado por el burgués, o lo que es lo mismo, el capitalista no pone un puñal en la espalda del trabajador para que le trabaje, es el trabajador el que se ofrece. ¿Es esto cierto? No, no es verdad, la sociedad capitalista, los capitalistas en su conjunto, fuerza al asalariado a mendigarle un trabajo porque de lo contrario morirían de hambre él y su familia, si esto no es violencia, qué otra cosa puede ser.

 Contrariamente a lo que nos dice el sentido común, la filosofía idealista y reaccionaria, no tiende a aminorar en sus refutaciones antimarxistas con el advenimiento de la crisis, si bien, es cierto que, algunas de sus proposiciones son negadas por la nueva realidad; sin embargo, su capacidad para encontrar nuevos recovecos con los que superar las influencias negativas de la crisis es infinita. Por sí sola no se repliega, está concebida para salvaguardar la honorabilidad del sistema en todo trance. Su actividad es constante y a prueba de fuego, sobre todo, si no tiene adversaria, o si su adversaria está dormida.

 No obstante, es sintomático que el Movimiento Comunista Internacional, supremo representante del materialismo militante, ha sido capaz de ponerle cerco en otras condiciones. Las carencias que este presenta en la actualidad por causa de no haberse repuesto aún de la profunda crisis que le afecta desde hace décadas, permite la regeneración de la filosofía idealista así como su expansión. Por todas estas razones la recomposición del Movimiento sobre la base de los principios marxistas-leninistas, deja de ser una necesidad para convertirse en una obligación ineludible de todos los partidos.

 

COMISION IDEOLÓGICA DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)




La salida es revolucionaria

Al comienzo de la presente crisis el PCOE se posicionó debidamente frente a quienes acusaban al neoliberalismo y al sector financiero de ser los culpables de la misma. Advertíamos que un estudio tan somero llevaría a las fuerzas revolucionarias a confundir las causas con los efectos y las conducirían hasta el campo del reformismo, pues con aplicar determinadas reformas, sin atacar a las estructuras del capitalismo, sería suficiente según las conclusiones que se desprendían de los análisis realizados.

 

Para el PCOE estuvo claro desde el principio que la crisis iba a ser lo que está siendo, muy profunda y muy duradera, porque a la sobreproducción de bienes, la verdadera causa, le precedía el cerrojazo en falso de la anterior crisis muy cercana en el tiempo todavía: deuda desorbitada de EE.UU, escasez de reservas energéticas, larga duración de la crisis de Japón sin haberse saldado aún, el deterioro que habían sufrido, especialmente las bancas alemana y francesa que en el proceso de expansión del imperialismo europeo financiaron la implantación de la gran burguesía europea en los mercados donde se resentían EE.UU y Japón, pero que a la hora de ir recuperando el dinero invertido, estos mercados no pudieron responder. Además, la irrupción de China, Rusia, Brasil e India en los mercados internacionales exacerbaban las contradicciones interimperialistas. Decíamos pues que la competitividad, la lucha por el mercado, generan, como así fue, una gran sobreproducción, no porque no hubiesen consumidores, sino por su bajo poder adquisitivo real, confirmando la teoría marxista al respecto. El hecho de que haya roto por los sectores inmobiliarios y financieros no significa que éstos sean sus orígenes; son sólo expresiones primarias de la crisis que terminó extendiéndose a todos los sectores económicos de la sociedad.

 Como consecuencia de nuestros análisis previmos que en esta crisis la burguesía se lo jugaba todo, especialmente en Europa, dondeel desarrollo desigual entre los estados miembros es muy notable y puede repercutir negativamente en la estabilidad de la unión como también cuestionar su existencia. La burguesía ha declarado, pues, la guerra a los trabajadores y a los pueblos. No tiene otra opción.

 Así fue que, a tenor de lo expuesto, promovieron “levantamientos” reformistas que tenían la misión de canalizar el descontento popular de las naciones más débiles con la intención de aplacar las iras de las masas obreras y de paso “refundar el capitalismo”. Este camino no tiene más fin que dejar a las clases trabajadoras y a los pueblos sin recursos legales donde agarrarse. Los derechos y libertades iban a ser degradados y abolidos para permitir al capitalismo pasar de largo por el calvario de su crisis, de la que los expertos y gobiernos no tienen ideas de cómo salir y de cuándo se acabará. Es decir, la burguesía internacional, antes de que el descontento masivo derive en acciones de clase de gran calibre que puedan abrir un proceso revolucionario, decide aplastar al proletariado universal y evitar que durante los años que durase la crisis se ocasionasen levantamientos populares revolucionarios.

 Una vez más, el PCOE sale al paso de quienes esperan con ilusión que los movimientos reformistas, PCE-IU y partidos pseudos-comunistas agrupados en el PIE europeo, que no impugnan las bases del capitalismo ni demandan la desaparición de las organizaciones supranacionales de los monopolios continental y mundial (UE, FMI…), como también los llamados movimientos espontáneos sin estructuras orgánicas, sin dirección y con objetivos burgueses y que a estas alturas de los tiempos tanto embaucan a sectores anarquistas e izquierdistas, puedan ser la salida de las clases trabajadoras y populares. Por el contrario, el camino iniciado nos conduce, inevitablemente, en línea recta al fortalecimiento de la burguesía y al debilitamiento de los trabajadores.

Para el PCOE continua en vigor el Frente Único del Pueblo, que ha de aglutinar a las clases que objetivamente están destinadas a combatir al capital monopolista y a su Estado como son: trabajadores de la ciudad y del campo, inmigrantes, mujer trabajadora y ama de casa, juventud estudiantil y trabajadora, pequeños agricultores, autónomos e intelectuales, que bajo un programa de cambios estructurales anticapitalistas, emprendan resueltos movilizaciones y todo tipo de actividad continua que abran el proceso revolucionario que exige la situación política y social actual.

 En esta dirección saludamos las conclusiones extraídas durante los debates producidos en la reunión celebrada en fecha reciente en Montemayor (Córdoba) a la que asistieron organizaciones políticas, sindicales y sociales, entre ellas nuestro partido, que representan a Comités de Empresas, pequeños agricultores, braceros y otros con la intención de configurar un amplio frente en Andalucía de las clases populares.

 Por supuesto, celebraremos, impulsaremos y apoyaremos todas las iniciativas que en este sentido surjan o existan en el Estado y no desdeñaremos ningún esfuerzo destinado a darle continuidad y a agruparlas en un sólo frente estatal.

Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)




Reunión en Montemayor: se llega al convencimiento de que “O NOS UNIMOS, O NOS MORIMOS”

El Día 17 de Junio se ha celebrado en Montemayor (Córdoba) una reunión convocada por el Consejo Ciudadano y Obrero, en la que han intervenido organizaciones sociales y políticas de las provincias de Córdoba, Málaga y Sevilla, cuyo objetivo ha sido el análisis de la situación sociopolítica actual.

Tras un profundo debate, las organizaciones asistentes coinciden en denunciar al capitalismo español, que por medio del gobierno de turno, bajo las órdenes del gran capital europeo (UE) y utilizando por pretexto la crisis, lleva a cabo una ofensiva desaforada y sin freno contra las clases trabajadoras y pequeños agricultores, sin precedentes en la historia contemporánea de nuestro país, cuyos efectos se materializan en el empobrecimiento de las clases populares, en la extensión de la miseria en la ciudad y el campo y en la ruina de los pequeños campesinos, así como en la supresión de los derechos laborales y políticos.

 

Se llega tambien a la conclusión de que el avance de los monopolios y multinacionales en la industria y en la agricultura y la represión económica y política es consecuencia de la pasividad manifiesta de las organizaciones populares, que se hallan muy fragmentadas, lo que hace imposible una respuesta organizada y contundente a tantos desmanes.

Por todas estas razones, a juicio de los asistentes se ve la necesidad imperiosa de dar pasos concretos para acabar con la dispersión y para ir organizando un frente único que represente al pueblo. En esta dirección se comprometen a llevar al seno de sus organizaciones el presente comunicado para que sea debatido y además con el objeto de que aporten argumentos y propuestas que coadyuven a alcanzar tales metas, pues se llega al convencimiento de que “O NOS UNIMOS, O NOS MORIMOS”.

Al mismo tiempo, el pleno de la reunión acuerda hacer un llamamiento a las clases trabajadoras y pequeños campesinos, a las capas y clases populares de Andalucía, a sus organizaciones, para que se adhieran al presente proyecto que nos permita comenzar a dar respuestas a la agresión del gran capital.


Organizaciones representadas:Consejo Ciudadano y Obrero de Montemayor, Coordinadora de Trabajadores de Andalucia (CTA) Montemayor y Malaga, COAG Cordoba, Juventudes Comunistas de Nerja, Juventudes Comunistas de Montilla, Asamblea de Comités, Delegados y Trabajadores (ACDT), Asamblea Popular de Sevilla, Partido Comunista Obrero Español (PCOE).




La lucha ideológica en el momento actual

Tras la desaparición de la Unión Soviética, Francis Fukuyama, del Departamento de Estado de los Estados Unidos, se atrevió a afirmar que el marxismo había quedado obsoleto, pues los conflictos sociopolíticos que se habían desarrollado en el interior de la URSS serían los últimos pasos de la evolución ideológica de la humanidad y también era la señal inequívoca de “la universalización de la democracia liberal occidental como forma final del gobierno humano”.

 Fukuyama no hablaba en calidad de simple apologista del sistema de producción capitalista, dando por zanjada el problema de la lucha de clases; más bien, y se ha demostrado posteriormente, sus palabras se convirtieron en una advertencia grave a los comunistas. El imperialismo iba a aprovechar un acontecimiento de lo más extraordinario de la historia humana para organizar la mayor campaña ideológica contra el marxismo-leninismo.

 

 Las condiciones les fueron favorables, pues el Movimiento Comunista Internacional, sumido en una gran y profunda crisis, quedó noqueado al sucumbir el campo del socialismo. El imperialismo atacó por todos los flancos posibles. En el teórico negó el marxismo utilizando a Einstein y a su famosa ecuación E = mc2  (E: energía; m: masa; c: velocidad de la luz) porque con ella se ha pretendido imponer la hipótesis de que la interacción de las partículas y las antipartículas se convierten en fotones, lo que significaría la destrucción de la materia. Lo cual es falso, porque lo que sucede es la transformación de una forma de materia a otra.

 En el plano político se utilizó la figura de Stalin, al que se le adjudican crímenes horrendos contra la humanidad. Pero si Stalin fue el padre del abominable aborto, la dictadura del proletariado sería su madre en la propaganda reaccionaria. Los marxistas-leninistas no supieron reaccionar; por el contrario, la derrota ideológica coadyuvaría a la multiplicación de grupos trotskistas y anarquistas, en los que calan las prédicas imperialistas, los cuales son alimentados y espoleados por la prensa oficial, oficialista y la auto denominada “alternativa”, con las que coinciden en arremeter con saña contra todo lo que huele a comunismo y especialmente contra Cuba. Poco a poco, el discurso fue estructurándose y dotándose de forma y contenido, promoviendo bifurcaciones perniciosas para el movimiento obrero y comunista mundial: el socialismo del siglo XXI y la rescatada y tramposa democracia horizontal.

 Imperialismo, Socialismo del Siglo XXI y Democracia Horizontal coinciden en aspectos fundamentales, cuales son el desprecio absoluto a las experiencias socialistas, que adjetivan como “estalinismo” para negar a la clase obrera su papel de sujeto revolucionario y en su consecuencia el rechazo de la dictadura del proletariado, que se concretan en su parte mas extremista en el apartidismo y el asambleismo. Así pues, el trabajador consciente y organizado es tratado como un demonio que viene a perturbar la verdadera democracia y la auténtica revolución.

 Durante los últimos veinte años, el aumento inusitado en cantidad e intensidad de las campañas propagandísticas del imperialismo y del anticomunismo en el movimiento obrero se corresponde con el deterioro de los partidos comunistas incapaces de adecuarse a la lucha ideológica. Muy ensimismado en su crisis más que exacerbada, el Movimiento Comunista Internacional se encuentra atenazado por la influencia de las corrientes pacifistas que derivan en las siguientes posiciones: 

  • La existencia de la Unión Soviética posibilita el tránsito al socialismo por la vía pacífica.
  • Derivado de esta interpretación se contempla que para abrir camino hacia el socialismo se debía profundizar en la democracia (burguesa) que significa, a la postre, acceder a la nueva sociedad por medio del parlamentarismo burgués.
  • Finalmente, profundizar en la democracia infiere la necesidad de aglutinar a todas las fuerzas de “izquierdas”, incluidas la socialdemocracia y demás fuerzas oportunistas. 

De esta forma, los partidos comunistas abandonan la táctica revolucionaria que lleva implícita la renuncia al combate ideológico contra el oportunismo, es decir, contra la ideología burguesa en el movimiento comunista y obrero, que hizo del apartidismo y de la democracia horizontal y sus variantes seña y guía en su particular “ideología”. Los militantes comunistas dirigidos por cúpulas acobardadas en unos casos y reformistas en otros, incapaces de hacer frente a una embestida tan brutal, se acomplejaron hasta llegar a avergonzarse de proclamar su afiliación comunista. En la práctica, el comunismo había desaparecido, quedando reducido a actos íntimos con su reducida influencia, hasta el día de hoy prácticamente.

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La universalización del Movimiento 15M tiene su sede en unas posibilidades que les están prohibidas a las clases trabajadoras. Que un fenómeno de esta categoría que hasta ahora no ha contado con más de 200.000 individuos entre toda Europa y América, miles de ellos ausentes hasta ayer mismo de las manifestaciones y luchas de clase llevadas a cabo por los trabajadores contra despidos de compañeros, por recortes de su salarios, por represión etc. que además cuenta con una dirección de pensamiento “libertario” inferior en número a los dedos de una mano, se extienda en 15 días, por ese mundo de más de 1000 millones de habitantes y sea noticia en primeras páginas de la prensa de mayor tirada en cada país, no se entiende si detrás no está el imperialismo, su ideología y ahora sus objetivos, consistentes en desviar el descontento por el camino del absurdo, sin ideología, sin organización y sin propuestas serias o que no afectan en lo más mínimo a las estructuras y al carácter del capitalismo. Porque la quiebra económica y espiritual del capitalismo mundial es un hecho irrefutable y ese descontento dirigido por organizaciones revolucionarias haría tambalear, no las formas de la democracia burguesa, sino a su sistema de producción.

 ¿Es pura casualidad que se le retire el micrófono a oradores obreros, como sucedió en Sevilla, que la consigna principal en algunas manifestaciones y concentraciones, divulgada por los “dirigentes” sean que ni partidos ni sindicatos deben formar parte activa en el Movimiento y también que se exhorte a los manifestantes a que no hagan caso de las octavillas repartidas por organizaciones, pues nada tienen que ver con las movilizaciones? 

No, no es casualidad. Impedir a sindicatos obreros y trabajadores conscientes, que son los más expuestos a la represión de la patronal y del gobierno, tiene su sentido. Primero, consiste en contentar al gobierno y en dar la razón a los empresarios represivos en que son molestos para el sistema (2000 trabajadores han sido despedidos por presentarse a las elecciones sindicales) Segundo, al negársele la participación al obrero organizado, se rechaza la conciencia de la clase obrera y significa admitir solo los que son domesticables para los manejos subrepticios. ¿No es esto coincidir con el imperialismo? ¿No se han convertido en auténticos chivatos del sistema?

 Las falsedades tienen sus contradicciones y el apartidismo y la democracia horizontal tampoco escapan a esta ley de la dialéctica. Los apartidistas quieren imponer sus criterios como grupo a los que están organizados ¿No es esto un nuevo y vergonzoso partido en el sentido que ellos mismos lo definen y además antidemocrático?

 Los comunistas debemos saber que en la lucha de contrarios uno avanza si el otro retrocede. Eso es lo que ha sucedido durante las dos décadas últimas a costa del desprestigio del comunismo internacional. Aún hoy, el nombre de comunista está deshonrado y hay que salir a la superficie. No es posible que quienes más sufrimos la represión del régimen burgués en la época de Franco, los que más nos expusimos mientras otros estaban escondidos, ahora tengamos prejuicios de revelar nuestra identidad. 

Es hora pues de actuar con ciencia pero con convencimiento: 

  • Salir a flote en calidad de militantes comunistas
  • Mantener una postura inflexible y beligerante contra todo tipo de oportunismo en el movimiento obrero y popular
  • Actuar en las asambleas realmente populares con nuestros programas, convencidos de que nos avala la historia. Nadie como el comunista ha luchado más contra el sistema capitalista. Por eso hay que proclamar que solamente los marxistas-leninistas han puesto sobre las cuerdas flojas al capitalismo y al imperialismo
  • Advertir a la juventud y al pueblo en general que la desviación sólo nos conduce a una derrota segura, de la que costará años en salir, lo cual favorece a los imperialistas para extremar la explotación contra los trabajadores y los pueblos.
  • Poner en práctica nuestra táctica de masas con seguridad y confianza en nosotros mismos

 El comunista dirá siempre la verdad con las palabras precisas para cada auditorio. Faltar a este principio nos convierte en uno más, en cualquier cosa menos en comunista.

  

COMISIÓN IDEOLÓGICA DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL




Contra el Capitalismo: Abstención en las elecciones. Por un Frente Único del Pueblo

Como siempre los llamados expertos en economía se han lanzado en avanzadilla, previa a una toma de decisión importante por parte del gobierno. En esta ocasión, coinciden con las sugerencias de los organismos internacionales encargados de controlar y dirigir la economía mundial, encuanto a que España, una vez acabado el proceso electoral debe acometer nuevas reformas, con medidas drásticas contra el pueblo.

 

 Aunque el gobierno haya salido al paso advirtiendo que no tiene en pensamiento llevar a cabo ninguna otra reforma después de las elecciones, las experiencias nos demuestran lo contrario.

 Se barajan subidas de impuestos acompañadas lógicamente del alza desmedida de la carestía de la vida, que en opinión de los propios expertos originará una gran inflación, la cual tiene también su causa en los abusivos beneficios de los patronos, que estarán auspiciados por la bajada notable de los salarios. También se habla de ir avanzando en la privatización de los servicios sociales, en verdad, de todas las empresas públicas. En este caso, la oposición guarda absoluto silencio, en tanto, que participa lógicamente de cualquier programa de actuación que atente a las clases trabajadoras para favorecer a los empresarios.

 En realidad las reformas ya están iniciadas con los principios de acuerdos contraídos entre la patronal y las centrales CC.OO y UGT, que significaría un paso de gigante hacia la transformación de la presente sociedad en un sistema, que impide al trabajador elegir sus representantes, pues los comités pueden ser anulados o podrían pasar a ser una figura decorativa, toda vez que los sindicatos, serían los encargados de negociar los convenios colectivos de empresa, es decir, órganos que no son elegidos por los trabajadores. De esta manera se incapacita legalmente la facultad de defenderse a los asalariados y se deja a merced de los sindicatos traidores toda su vida laboral y doméstica. Las reformas estarían garantizadas.

 Es evidente que las presentes elecciones es un punto de referencia para la patronal, los sindicatos, el gobierno y el parlamento, que luchan desaforadamente por conseguir una gran participación del pueblo que avale el sistema deteriorado moral y prácticamente.

 El PCOE no es contrario a la participación en las elecciones por parte de los revolucionarios, pero en este caso concreto apreciamos que la lucha está en la participación o no del pueblo, dado que los partidos verdaderamente de izquierdas no tienen ninguna posibilidad al concurrir a estos comicios que constituye un referéndum contra el bipartidismo y la democracia burguesa e irían al socaire de los vientos que soplan en las calles repudiando al sistema, a su instituciones y que muestran el deseo de no votar. A nuestro juicio, la presentación hoy de candidaturas de la izquierda, dividida y en escasos lugares, solo agregará mas porcentaje al casillero de la participación muy favorable a las pretensiones de los traidores y de los capitalistas.

 Creemos que hoy es tiempo de organizar las fábricas y las calles en asambleas que vayan transformándose en órganos de poder popular, pues indignadas, pero desorientadas pueden caer en manos de falsos liberadores que solo pretenden lavar la imagen del sistema con engañosas revoluciones éticas.

 CONTRA EL CAPITALISMO

 ABSTENCION EN LAS ELECCIONES

POR UN FRENTE UNICO DEL PUEBLO

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL




Apuntes sobre el proceso revolucionario

Hasta ahora las experiencias dadas nos enseñaban que el proceso revolucionario en Europa contiene etapas ininterrumpidas muy precisas: huelgas económicas generalizadas, huelga general, huelga general política e insurrección.

La habilidad e influencia del Partido revolucionario transforma una en otra con admirable agilidad y precisión. Labor que se asegura por el análisis dialéctico de cada estadio, por lo que no hay una regla fija que determine a priori el tiempo de duración de cada período. La clase obrera con su partido a la cabeza detectarán cuando las huelgas políticas han cumplido sus objetivos y deciden pasar a la insurrección. Un error de cálculo puede ser fatal. Tanto la dilación como la precipitación nos alejarían de la meta, produciendo heridas que suelen tardar décadas en restañarse.

 

En el correr del tiempo y después de numerosas coyunturas desfavorables, el capitalismo ha aprendido por diversos medios a ir demorando el proceso hasta conseguir que el cansancio y la impotencia prendan en su enemigo. La represión, el Parlamento, la orquestación de vastas y machaconas campañas de propagandas adecuadas a cada circunstancia, la pertenencia del país en cuestión a organismos supranacionales de carácter imperialista, son factores que pesan extraordinariamente a la hora de pasar a la fase definitiva, porque el pueblo no se ve así mismo con capacidad para derribar una muralla de esta categoría, debido a la imposibilidad de sustituirla con estructuras propias, porque no las tiene.

Después de una buena cantidad de huelgas generales, al no obtener el resultado esperado, las clases trabajadoras pueden desfallecer y volver sus ojos hacia el Parlamento burgués, pensando que es la única salida real que tiene a su alcance.

Para que la clase obrera en primer lugar y las demás clases y capas populares junto a ella, tomen conciencia de su capacidad revolucionaria, necesitan tener los órganos de poder propios, que les permitan ver la oportunidad tangible de sustituir el sistema de instituciones que sustentan al régimen enemigo.

El Partido tendrá que descubrir cuales son esos órganos de poder que se encuentran latentes. Tendrá que estructurarlos, darles contenido o educarlos en el mismo proceso de lucha, que es cuando la clase obrera adquiere conciencia de su destino.

Con sus órganos de poder alternativos en acción, la lucha se encona hasta llegar al punto álgido, que se caracteriza por la dualidad de poder. La clase obrera en lucha desarrolla esos órganos o instituciones de una democracia inédita, más amplia y justa y comprende que su victoria tiene que ser forzosamente el triunfo del nuevo sistema sobre el viejo.

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

 




Sin tregua al oportunismo

Un comunista tendrá presente en todo momento que entre una decisión atinada y revolucionaria y otra de carácter reformista, en ocasiones media solo un pequeño desliz, solo un despiste. La política de masas es siempre un arma de doble filo que requiere una constante reflexión que nos ayude a rectificar cualquier paso dado hacia el oportunismo. Recordemos que la lucha económica o sindical aislada de la política y de la ideológica es en todo caso reformista, de igual modo sucede con la política municipal y otras…




Saludo del Comité Central del PCOE al Partido Comunista de Cuba en su VI Congreso

Madrid, 8 de marzo de 2011

El Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) envía un mensaje de amistad y solidaridad al VI Congreso del hermano Partido Comunista de Cuba (PCC) deseando los mayores éxitos como vanguardia del Pueblo Cubano.

El PCC afronta grandes compromisos en el futuro político, social, económico y cultural del país. El incremento de las acciones agresivas del imperialismo contra el hermano pueblo cubano requiere la solidaridad sin vacilaciones de todos los comunistas del mundo en defensa de la Revolución Cubana y de su vanguardia política.

 

El Partido Comunista Obrero Español, al igual que ha expresado en numerosos comunicados, boletines y octavillas,

MANIFIESTA:

– El Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) declara su absoluta lealtad y fidelidad al pueblo cubano en su lucha contra el criminal bloqueo económico, financiero y comercial que el gobierno imperialista de los EE UU impone a Cuba desde el año 1962. 

– Manifiesta el derecho del pueblo cubano a defender su independencia y proclama que el modelo socialista en Cuba es un ejemplo para los pueblos del mundo de libertad, democracia y solidaridad.

– El PCOE exige al gobierno norteamericano la libertad de los Cinco Héroes cubanos encarcelados por defender a su Patria de las agresiones terroristas organizadas y financiadas desde los Estados Unidos.

– Y por último, es deseo de nuestro Partido, que la aplicación de las nuevas medidas económicas propuestas por el Partido Comunista de Cuba, y estudiadas y debatidas por todo el Pueblo cubano, permitan avanzar en el desarrollo del socialismo.

Compañeros del Partido Comunista de Cuba, sepan que cuentan con nuestro apoyo militante para cuanto requieran.

Reciban un saludo comunista.

Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)