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Los comunistas rusos con Lukashenko

El único partido político organizado que apoya al presidente Lukashenko, que fue miembro del PCUS pero que hoy es un político independiente, es el Partido Comunista de Belarús (KPB), partido Marxista Leninista, que dispone de un grupo parlamentario e incluso de presencia en el gabinete ministerial. El primer secretario del Comité del Partido en Minsk Igor Karpenko ha explicado que con Lukashenko Belarús ha sido capaz de afrontar la crisis económica garantizando un desarrollo sostenible y moderno del país, mantener la legalidad frente a las redes mafiosas, preservar la unidad nacional y afrontar las amenazas del imperialismo euro-gringo que se empeña estúpidamente en llamar a Lukashenko “el último dictador de Europa” y, sobre todo, evitar una gran disparidad en la distribución del ingreso.

El fenómeno social de la oligarquía rusa no existe en el país. El camarada señala que la política del gobierno busca “el reforzamiento del modelo de desarrollo social y económico bielorruso que ha permitido mejorar el nivel de vida de la población”. Además del KPB, apoya a Lukashenko la Unión de la Juventud Republicana, importante organización juvenil presente en todo el país, heredera del Komsomol Leninista, la Juventud de la época soviética.

Organizaciones occidentales como la alemana Die Linke y sectores del Partido de la Refundación Comunista, la dirección del PC de España (PCE) y en general las organizaciones revisionistas integradas en el llamado Partido de la Izquierda Europea, siguiendo las órdenes del imperialismo, atacan a Lukashenko y al gobierno bielorruso de izquierdas, defienden a los mercenarios fascistas empeñados en organizar un golpe de Estado en Bielorrusia y se empeñan en reconocer como sus aliados bielorrusos a un grupo traidor gorbachoviano anticomunista antiguamente llamado “partido de los comunistas bielorrusos” que ha tenido la decencia de cambiar de nombre llamándose hoy “partido de la izquierda (Mundo equitativo)” que aunque mantiene la hoz y el martillo no engaña a nadie sobre su verdadera naturaleza antinacional y pro imperialista.

Lo dirige un tal Kalyakin, otro renegado del comunismo de la misma naturaleza que Carrillo, Gorbachov o el moldavo Lupu, escisionista del Partido de los Comunistas, hoy presidente del parlamento.




El colmo de la hipocresía

Izquierda Unida ha convocado para mañana día 26 en Sevilla una manifestación para toda Andalucía contra los recortes del gobierno, con el lema “Soluciones de Izquierda para la mayoría”. El oportunismo trata de canalizar el descontento del pueblo con fines exclusivamente electoralistas, como lo demuestra su trayectoria reformista muy definida antes y durante la crisis y como lo acreditan las medidas que presenta para salir de lamisma, que constituyen un engaño más sobre todo al calificarla de izquierda.

 

IU plantea solucionar los efectos de la crisis, sin atacar a su verdadera raíz, el capitalismo, con lo cual todo quedaría tal como está, del mismo modo que contribuye a crear mayor confusión entre los trabajadores eximiendo de toda responsabilidad a los dirigentes de CC.OO y UGT, que se han servido de sus posiciones en los sindicatos, con el ruin propósito de llevar a cabo la mayor traición que se ha perpetrado contra el pueblo español y solo porque espera de ellos un comportamiento favorable a sus intereses en las próximas elecciones.

Desde hace años IU viene comportándose como lo que es, un partido pequeño burgués y a veces reaccionario a las necesidades de los trabajadores y capas populares. Lo ha demostrado en Euzkadi y en Catalunya, en donde ha participado en sus respectivos gobiernos autonómicos junto con las derechas y como se prueba constantemente en el Ayuntamiento de Sevilla, especialmente en casos de sangrante privatizaciones y en otras instituciones del estado en las que ha salido gracias a pactos con el PSOE y a veces PP.

Una vez mas se cumple lo que Lenin afirmaba y que ha sido confirmado en todo momento por la historia; el oportunismo en el movimiento obrero, es el enemigo mas cruel de la clase obrera y el punto de apoyo mas firme que mantiene el estado burgués, al que además le sirve para legitimar una democracia que persigue a los verdaderos comunistas, que encarcela a los antifascistas y reprime a los trabajadores y a los pueblos que luchan por sus derechos.

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (ANDALUCIA)




Fidel Castro: El plan de la OTAN es ocupar Libia

El petróleo se convirtió en la principal riqueza en manos de las grandes transnacionales yankis; a través de esa fuente de 

energía dispusieron de un instrumento que acrecentó considerablemente su poder político en el mundo. Fue su principal arma cuando decidieron liquidar fácilmente a la Revolución Cubana tan pronto se promulgaron las primeras leyes justas y soberanas en nuestra Patria: privarla de petróleo.

 

 

Sobre esa fuente de energía se desarrolló la civilización actual. Venezuela fue la nación de este hemisferio que mayor precio pagó. Estados Unidos se hizo dueño de los enormes yacimientos con que la naturaleza dotó a ese hermano país.

 

Al finalizar la última Guerra Mundial comenzó a extraer de los yacimientos de Irán, así como de los de Arabia Saudita, Iraq y los países árabes situados alrededor de ellos, mayores cantidades de petróleo. Estos pasaron a ser los principales suministradores. El consumo mundial se elevó progresivamente a la fabulosa cifra de aproximadamente 80 millones de barriles diarios, incluidos los que se extraen en el territorio de Estados Unidos, a los que ulteriormente se sumaron el gas, la energía hidráulica y la nuclear. Hasta inicios del siglo XX el carbón había sido la fuente fundamental de energía que hizo posible el desarrollo industrial, antes de que se produjeran miles de millones de automóviles y motores consumidores de combustible líquido.

 El derroche del petróleo y el gas está asociado a una de las mayores tragedias, no resuelta en absoluto, que sufre la humanidad: el cambio climático.

 Cuando nuestra Revolución surgió, Argelia, Libia y Egipto no eran todavía productores de petróleo, y gran parte de las cuantiosas reservas de Arabia Saudita, Iraq, Irán y los Emiratos Árabes Unidos estaban por descubrirse.

 En diciembre  de 1951, Libia se convierte en el primer país africano en alcanzar su independencia después de la Segunda Guerra Mundial, en la que su territorio fue escenario de importantes combates entre tropas alemanas y del Reino Unido, que dieron fama a los generales  Erwin Rommel y Bernard L. Montgomery.

 El 95 % de su territorio es totalmente desértico. La tecnología permitió descubrir importantes yacimientos de petróleo ligero de excelente calidad que hoy alcanzan       un millón 800 mil barriles diarios y abundantes depósitos de gas natural. Tal riqueza le permitió alcanzar una perspectiva de vida que alcanza casi los 75 años, y el más alto ingreso per cápita de África. Su riguroso desierto está ubicado sobre un enorme lago de agua fósil, equivalente a más de tres veces la superficie de Cuba, lo cual le ha hecho posible construir una amplia red de conductoras de agua dulce que se extiende por todo el país.

 Libia, que tenía un millón de habitantes al alcanzar su independencia, cuenta hoy con algo más de 6 millones.

 La Revolución Libia tuvo lugar en el mes de septiembre del año 1969. Su principal dirigente fue Muammar al-Gaddafi, militar de origen beduino, quien en su más temprana juventud se inspiró en las ideas del líder egipcio Gamal Abdel Nasser. Sin duda que muchas de sus decisiones están asociadas a los cambios que se produjeron cuando, al igual que en Egipto, una monarquía débil y corrupta fue derrocada en Libia.

 Los habitantes de ese país tienen milenarias tradiciones guerreras. Se dice que los antiguos libios formaron parte del ejército de Aníbal cuando estuvo a punto de liquidar a la Antigua Roma con la fuerza que cruzó los Alpes.

 Se podrá estar o no de acuerdo con el Gaddafi. El mundo ha sido invadido con todo tipo de noticias, empleando especialmente los medios masivos de información. Habrá que esperar el tiempo necesario para conocer con rigor cuánto hay de verdad o mentira, o una mezcla de hechos de todo tipo que, en medio del caos, se produjeron en Libia. Lo que para mí es absolutamente evidente es que al Gobierno de Estados Unidos no le preocupa en absoluto la paz en Libia, y no vacilará en dar a la OTAN la orden de invadir ese rico país, tal vez en cuestión de horas o muy breves días.

 Los que con pérfidas intenciones inventaron la mentira de que Gaddafi se dirigía a Venezuela, igual que lo hicieron en la tarde de ayer domingo 20 de febrero, recibieron hoy una digna respuesta del Ministro de Relaciones Exteriores de Venezuela, Nicolás Maduro, cuando expresó textualmente que hacía “votos porque el pueblo libio encuentre, en ejercicio de su soberanía, una solución pacífica a sus dificultades, que preserve la integridad del pueblo y la nación Libia, sin la injerencia del imperialismo…”

 Por mi parte, no imagino al dirigente libio abandonando el país, eludiendo las responsabilidades que se le imputan, sean o no falsas en parte o en su totalidad.

 Una persona honesta estará siempre contra cualquier injusticia que se cometa con cualquier pueblo del mundo, y la peor de ellas, en este instante, sería guardar silencio ante el crimen que la OTAN se prepara a cometer contra el pueblo libio.

 A la jefatura de esa organización belicista le urge hacerlo. ¡Hay que denunciarlo!




El último paso

El capitalismo ha aprendido de la historia y busca por métodos “sutiles” asentar la sociedad contemporánea en parámetros fascistas, implicando a todos los elementos que conforman la democracia burguesa. Podría aducirse de este aserto que es una exageración torpe de los rojos. Hasta ahora la propaganda burguesa ha divulgado la creencia de que los comunistas tenemos una visión extrema de la política, en la que todo el que defiende este tipo de sistema político y económico es, sin más remedio, fascista.

 

 En tiempos pasados, la línea divisoria entre democracia burguesa y fascismo se manifestaba en un horizonte visible y tangible. Los partidos ultraderechistas, con sus símbolos característicos, se distinguían de todos los demás, para bien de los demócratas, que podían, con el argumento incontestable de combatir al enemigo común, crear amplias y sólidas alianzas en pos de la libertad y de los derechos humanos. Hoy no es posible algo parecido porque, aunque resulte doloroso, demócratas y fascistas, sobre la base de políticas totalitarias, han desbordado el diferencial para unirse con el objetivo de preservar el capitalismo de su desaparición. Para ellos, los términos “derechos” y “libertades” alcanzan nuevas dimensiones.

 Los españoles tenemos tan fresca la memoria del pasado franquista como para no darnos cuenta de que las fuerzas vivas del régimen anterior han triunfado. Parece un sueño pero es una realidad. El viejo y fallido proyecto franquista de instituir la democracia orgánica, es decir, un sistema “parlamentario” en el que sólo podían concurrir a las elecciones los partidos adlátere de la dictadura, se está transformando en una realidad incuestionable después de 34 años de haber desaparecido su progenitor. ¿Quién se aventura hoy a cuestionar la famosa frase atribuida al dictador: todo está atado y bien atado?

La Constitución de 1978 plantó la raíz del nuevo fascismo, prolongación del anterior. Monarquía, ejército, bandera e himno, insignias y baluarte del mismo, no sólo no fueron eliminadas; por el contrario, se confirmaron con el apoyo vehemente de los PSOE, PCE y sus correas de transmisión UGT y CC.OO, así como con el de los partidos nacionalistas.

 Una vez echados los cimientos, se procedió a la construcción del edificio, con el tiempo suficiente para enervar el espíritu combativo del movimiento obrero, que había sido el principal obstáculo para llevar a cabo en la etapa pasada la deseada “democracia orgánica”, dado que con su lucha podía poner en peligro la propia existencia del capitalismo. Una reconversión monstruosa como la que llevó a cabo el gobierno de Felipe González, el endurecimiento de las condiciones para obtener el subsidio del paro, la creación y extensión del trabajo precario a tiempo parcial, la minoración de las pensiones y otras violaciones de los derechos de los trabajadores, de haberse impuesto durante el fascismo, con el pueblo en la calle, se podrían haber convertido en el mejor estímulo para las luchas de los trabajadores contra unas estructuras capitalistas muy debilitadas. Pero el pacto traicionero contemplaba la desmovilización de los trabajadores, distorsionando primero y aniquilando después la organización creada por la clase obrera, CC.OO. y por supuesto, la sumisión de los grandes partidos de izquierda, que se hizo sin el menor asomo de pudor por parte de sus dirigentes.

 Luego, al correr del tiempo, todas las exigencias de la burguesía en el periodo de transición se han ido perfeccionando y aumentando como era pensable y correspondía, pues a tales estructuras, tales símbolos y tales contenidos. Al correr del tiempo también, todas las exigencias claves de la burguesía han sido aceptadas por los partidos parlamentarios.

  Las semejanzas entre el ayer y el hoy  son totales: Los símbolos fascistas continúan en vigor, se persiguen a los antifascistas, se encarcelan a comunistas, la policía reprime las manifestaciones de los trabajadores. Aunque no todos los factores son equivalentes, pues se ha retrocedido por debajo de la época franquista en el tiempo y cuantía del subsidio del desempleo, en las condiciones para acceder al derecho de huelga, tiempo de duración de las hipotecas, en la catalogación del despido, actualmente libre y más barato, en el agravamiento de las premisas para la jubilación de 8 a 25 años etc.

 ¿Qué elementos nos quedan que puedan marcar las distancias entre el fascismo y la “democracia”? Las elecciones al parlamento y el derecho a la sindicación y a la huelga de los trabajadores. Sin embargo la existencia de un parlamento y la concurrencia de partidos conforman el mayor de los engaños, porque todos han sido cómplices de la transición triunfal de los fascistas. Repetimos: a la vez que han aceptado la simbología franquista han sido artífices de la recuperación de una burguesía ultraderechista. En pocas palabras: se ha cumplido el gran sueño, la democracia orgánica.

 Sólo quedan por aplicar dos medidas para completar la obra: derogar el derecho a la sindicación y a la huelga económica de los trabajadores (la política y la solidaria están prohibidas). En la eliminación del derecho a la sindicación han dado un paso definitivo los grandes sindicatos, de los que no cabe duda de que son instituciones estatales, arropadas y subvencionadas por el Estado por su labor traicionera, que les convierten en trasunto del antiguo sindicalismo vertical.

Pero la próxima medida en proyecto va a surtir el mismo efecto que podría producir la ilegalización de los sindicatos. Tanto el derecho a la sindicación como a la huelga quedarían invalidados sin necesidad de abolir dichos derechos. Nos referimos a la adecuación del salario a la productividad de cada trabajador, como proponen los tecnócratas. Al respecto, la propuesta de Pablo Vázquez, director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada (FEDEA) es muy elocuente, cuando apunta que los convenios fijen las condiciones general de trabajo –seguridad, salud, vacaciones, turnos- y los salarios se queden en el ámbito individual: “No tiene sentido que mucha gente haya visto cómo sus sueldos se incrementaban entre un2 y un 3% durante la crisis y que dos millones de personas se hayan ido a la calle”. Por eso, en épocas de crisis “habría que haber cobrado menos y trabajado un poquito menos”, algo mucho más asumible que ir al paro…”

De esta manera se acabaría de un trazo con los Comités de Empresas y con el mayor motivo que tienen los trabajadores para ir a la huelga. Los trabajadores entrarían en una competencia brutal entre ellos y, difícilmente por no decir que sería imposible, se pondrían de acuerdo para ir a la huelga por cuestiones de seguridad, salud, vacaciones y turnos, que en la mayoría de los casos pueden formar parte del incentivo del salario individual como factor de impulso de la productividad de cada trabajador.

Todos sabemos que los tecnócratas se lanzan primero con sus propuestas para abrir debate, para llevar al ánimo de los afectados la necesidad de que se apliquen las medidas en cuestión. En este caso, el bajísimo grado de conciencia de clase de los trabajadores abre brecha en el egoísmo de un porcentaje importante de ellos, luego el contagio es lógico porque se traducirá en que cuanto más sumisión, entrega y nivel de esquirol que realice, “mejor salario”; algo que nunca puede llegar pero que mantiene viva la “ilusión” por conseguirlo.

Se trata del paso definitivo para aniquilar toda posibilidad de regenerar el movimiento obrero y popular: los comités de empresas elegidos directamente por los trabajadores, último signo de “su derecho democrático” quedarían invalidados, por supuesto sin haberse abolido.

Una vez más tenemos que decir que ya no podemos lamentar más nuestras desdichas por las traiciones. Ya es hora de que todos los que nos sentimos revolucionarios o de izquierda tomemos carta en el asunto. En todo momento y a toda costa debemos fomentar la unidad aunque sean con mínimos comunes que nos sirvan para realizar un frente lo más amplio posible. Partidos Políticos, sindicalistas, trabajadores en general, todos los que no estamos de acuerdo con la situación, debemos forzarnos para frenar al fascismo farsante y a los demócratas hipócritas.

Nuestro frente de lucha debe operar dentro de los sindicatos, cuyo fin principal e inmediato es desbancar a las direcciones traicioneras. En los centros de trabajo, potenciando comités conscientes, unirlos en amplias asambleas, en las que tengan cabida no solo los comités, también delegados y trabajadores y a la par convencer a las organizaciones sociales, de barrios, ciudades, etc, para formar un FRENTE UNICO DEL PUEBLO que movilice a las clases populares.

El Partido Comunista Obrero Español está dispuesto a dialogar y debatir hasta la saciedad por llegar a semejantes acuerdos que consideramos vitales para la defensa de las libertades y derechos del pueblo trabajador.

 

¡ POR LAS ASAMBLEAS DE COMITES, DELEGADOS Y TRABAJADORES!

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)




El PCOE ante los acontecimientos de Egipto

En repetidos informes hemos expuesto que la internacionalización moderna del capital creaba una contradicción que al tiempo podría costarle al imperialismo un serio revés por las dificultades que supondría su solución. Nos referíamos a las deslocalizaciones estratégicas, en virtud de las cuales las empresas multinacionales se desplazan desde un país hacia otro persiguiendo posicionamientos políticos. Ocurría con especial significación con los antiguos países socialistas, antes de que estos pudiesen organizar empresas capitalistas competitivas y les cerraran el paso a las multinacionales occidentales, pero principalmente tenían el propósito de incidir en la política de sus gobiernos al estrangular económicamente a los Estados vía apetitosos préstamos e inversiones, con vistas a tener la producción controlada desde sus influyentes industrias. Decíamos también, que al olor de la fuerza de trabajo ultra barata, abrían plantas en países tercermundistas y emergentes y por último, observábamos que la aparición en varios lugares del planeta de fuentes productivas con precios de saldos, atraían a inversores e importadores, los cuales acudían al encuentro de una rentabilidad holgada y fácil, a costa de explotar hasta lo impensable a los trabajadores autóctonos y de cerrar empresas en sus países de origen que fabricaban las mismas mercancías con costes más elevados.

 

Los efectos inmediatos consistieron en que esta serie de países en su conjunto iban adquiriendo cada día mayor protagonismo en la producción bruta mundial, llegando a superar el 55% del total, mientras descendía en los países imperialistas que hasta entonces doblegaban el mercado internacional por el volumen de los artículos elaborados en sus casas. Paralelamente, el paro causaba estragos en los países del llamado “capitalismo desarrollado”, en tanto se incrementaba en los pueblos neocolonizados el proletariado industrial con salarios exiguos, fruto de una inconmensurable explotación. 

 El curso del desarrollo de estas secuencias imponía una gran contradicción a los imperios, la dispersión de sus medios de producción por todo el mundo, provocando el riesgo de que, en un contratiempo, fuese sustituido algún que otro gobierno títere por otro no tan favorable a los intereses imperiales y aunque afirmábamos que dichas circunstancias podrían venir de un acto electoral adverso, es lógico pensar que cualquier otro suceso convulsivo importante conduciría al mismo sitio, como corresponde a la crisis actual.

 Es preciso dar el valor que tiene todo lo anterior en su justa medida para así poder interpretar fielmente las características y trascendencias de los vericuetos de la situación mundial contemporánea. Por ejemplo, en las revueltas y manifestaciones que tienen lugar en Túnez, Egipto, Argelia, Jordania… están presentes las precariedades de estos pueblos, resultados insoportables de las políticas económicas imperialistas, cristalizadas en deslocalizaciones, préstamos e inversiones interesadas y usureras, cuyos efectos se han exacerbado a tenor de las medidas anticrisis de sus respectivos gobiernos, que han desembocado en altas tasas de desempleo acompañadas de la miseria generalizada.

 Al leer la prensa burguesa, sin ningún otro referente alternativo, es posible caer en la trampa de la manipulación y deducir, entre otras conclusiones erróneas, que los levantamientos populares han brotado de pronto, sin sentido alguno o que han sido patrocinados por los propios imperios.

 

Mas no es así, y los imperios comienzan a ponerse nerviosos. Está en juego nada más y nada menos que la correlación de fuerzas en Oriente Medio y con ella su dominio mundial y el ahondamiento de la crisis. En este sentido, Egipto cobra la mayor actualidad por su importancia geoestratégica y porque puede provocar un nuevo ciclo en la crisis mundial, que repercutiría económicamente con extrema dureza y suma gravedad en Europa. También está en peligro el estatus de la zona, pues debido a la desaparición del campo del socialismo, que recordemos que era el principal mercado para los egipcios, el país se convirtió rápidamente en un protegido de los EE.UU. Concretamente, durante los años 1994 y 2004, el gobierno egipcio recibió ayudas valoradas en unos 2000 millones de dólares al año. Tras Israel, dichas ayudas le valieron a Mubarak para adquirir una especial presencia política en la zona, desempeñando hasta ahora el punto de “equilibrio” o de incisión en Oriente Medio, por donde penetran las decisiones EE.UU-UE-Israel. En otras palabras: Egipto ha sido un agente militar proisraelí en  la zona, en defensa de la estrategia imperialista.

 Últimamente las inversiones efectuadas por los países miembros de la UE en Egipto son considerables: Inglaterra cubre 7.807 millones de euros y Francia 12.876 millones de euros. Entre las dos corren con el 57,2% de la financiación de un total que alcanza los 36.093 millones de euros. EE.UU., España, Italia y otros aportan el resto. El peligro de un retroceso en las maltrechas economías europeas es muy alto de verificarse un cambio radical en la política del nuevo gobierno que surja del conflicto en ciernes. Con semejante volumen de inversión, que representa dependencia y beneficio a favor de los estados europeos y yanqui, “obliga” a estos una vez levantado el pueblo a intentar por cualquier medio canalizar la senda de los cambios para que todo quede inalterado; cambiar todo para que nada cambie. Es oportuno subrayar que el Canal de Suez constituye una ruta de primer orden por donde transitan superpetroleros que suministran el crudo a las grandes potencias de la UE. Un posible freno en la circulación de tan noble mercancía acarrearía consecuencias incalculables debido a que una modificación del trayecto estaría condicionada por una opción más larga y naturalmente más costosa.

Un temor muy fundado perturba los cerebros pensantes de Europa y Estados Unidos. Si los acontecimientos en Egipto desembocaran en la construcción de un régimen independiente a modo iraní, se produciría un contagio en gran parte del mundo árabe que inquietaría a la hasta ahora segura Israel, potenciaría la situación de Irán en el mundo y daría un jalón en la correlación de fuerzas entre los países independientes y los imperios, configurando un escenario propicio para la lucha por el socialismo internacional.

 Las espadas están en alto, por lo que es predecible que EE.UU y Europa prestarán la máxima atención a lo que suceda en la zona, pues no debemos olvidar que también Túnez, en donde el pueblo se ha alzado contra un designio catastrófico producido adrede, existen  alrededor de 3500 empresas extranjeras,  en su mayoría europeas, entre las cuales hay 50 españolas, algo más de 700 italianas, 277 alemanas, otras tantas belgas y 90 británicas… Pero es Francia también, la que contraería el mayor riesgo por los efectos de una posible revolución antiimperialista dado que mantiene en torno a 1250 empresas en distintos sectores como el bancario (BNP), agroalimentario (Danone y Carrefour), hidrocarburos (destacado especialmente), etc.

 Cabe esperar todo tipo de manejos por parte de los imperios a través de ayudas económicas. Ya el FMI ha mostrado su disposición a intervenir, urdiendo tretas que los muestren salvadores de la situación y adalides de la democracia, tal es la jugada pergeñada en torno a la dubitativa postura de Murabak. Tanto si éste continuaba con su empecinamiento de mantenerse en el poder, como si por presión popular se veía forzado a marcharse, tal cual ha sucedido, EE.UU.  tenía preparado ya su discurso de no ingerencia, cuando en realidad era quien decidía la salida que habría de tomar el dictador, su antiguo y fiel aliado, según se daban los acontecimiento en las calles.

 Por ahora, los pueblos hacen ostentación de la fuerza que le proporciona estar hartos de servir de esclavos para favorecer intereses no nacionales. Todo dependerá de los dirigentes populares, de su orientación ideológica y política. Porque no cabe duda de que ni EE.UU ni Europa renunciarán a su dominio, aunque para ello tenga, que emplear una vez más la guerra para reafirmarse.

 El PCOE denuncia la falsedad del imperialismo, que bajo la hipócrita consigna de mantenerse al margen y de desear que los pueblos “decidan su destino que debe ser pacífico y democrático”, presionan con todo tipo de artimañas para que todo quede como estaba.

FUERA LAS MANOS IMPERIALISTAS DE ORIENTE MEDIO

 SOLIDARIDAD CON LOS PUEBLOS QUE LUCHAN POR SU DESTINO

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL

 




El oportunismo es y será siempre traicionero

El oportunismo es el aliado natural y el más fiel que se reserva la burguesía para sus momentos delicados. Cuando las clases populares se hallan en trance de manifestar su descontento con el sistema, cuando encuentran el camino de tomar conciencia de su realidad, cuando van descubriendo las causas de su calamitosa existencia al margen de todo fetichismo y cuando se atisba la desesperación colectiva, surge el oportunismo en su versión más pura autoproclamándose majestuosamente redentor de las masas, haciendo gala de una charlatanería fácil, seductora e inclusive “revolucionaria”. Pues bien, basta con rascar suavemente su piel para darse cuenta que desde dentro maquina argucias que coinciden con los intereses de la burguesía: desviar al pueblo de sus objetivos para perpetuar el capitalismo.

 

Lo que está sucediendo en el mundo no es ni más ni menos que la consecuencia de un sistema de producción agotado históricamente que busca a la desesperada un asidero donde aferrarse en su agonía. Al capitalismo lo que le queda como argumento no es otra vía que la guerra, la represión contra los trabajadores, multiplicar su explotación hurtándole todos sus derechos y libertades alcanzados con el sacrificio de la prisión, de la sangre y de la muerte.

Lo dijimos al principio de la crisis. La recesión era tan profunda que lo que se planteaba era el ser o el morir del sistema. Los patronos y los gobiernos lo tenían asumido. Son más listos y propusieron la guerra total. No dieron otra opción al proletariado que el capitalismo a ultranza o socialismo y afirmábamos que eran las circunstancias propicias para salir a la calle a decir lo que éramos y lo que representábamos. No puede haber mejor ocasión.

La burguesía española, apoyada en la europea y en el imperialismo yanqui, dispuso de todo su ejército en plenitud: Gobierno, Parlamento, represión policial en la calle y militares haciendo de esquiroles, mientras avanzan en reformas que significan retrocesos en lo laboral (derechos y salarios), en las pensiones y lógicamente preparando otras tantas, porque lo repetimos una vez más: el patrón es insaciable, además de terrorífico, cuando se juega todo a una sola carta.

Poco a poco, con el quehacer de los que no nos doblegamos, vamos sembrando inquietudes. Poco a poco, los efectos de las reformas dañinas que se lanzan como un dardo desgarrador al corazón del sufrido pueblo le hace pensar, enrabiarse; poco a poco, lo que sucede en África, Oriente Medio, Europa…. en el mundo, va contagiando indignación y como la crisis se vislumbra para rato, muchas cosas pueden suceder que no le gustan a la burguesía. Es en esta situación cardinal cuando el oportunismo, entiéndase IU-PCE, se yergue en salvador del capitalismo. ¡Qué mejor ocasión que a los ecos del impacto del pensionazo!

Igual que siempre, pero ahora todavía con mayor presunción, destapan el tarro de las esencias para explicarle al Jefe de Gobierno que está equivocado y que ellos tienen las soluciones oportunas para acabar con la penuria que invade al país. A este glorioso fin pone en manos de la sociedad sus milagrosas recetas. Once medidas que nadie antes había sido capaz de idearlas porque ellos son los iluminados por el más allá para acabar con la pesadumbre que castiga a nuestro pueblo. Con ellas pretenden cambiar la ley antipensiones, si el pueblo les vota: El PCE de igual modo, muestra su total acuerdo con la posición de la Dirección federal de Izquierda Unidad frente a este recorte, así como con su compromiso público de modificar la ley si los electores dan suficiente apoyo a nuestra organización.

Pero ¿en qué consisten esas las medidas? Grosso modo, podemos resumirlas en incrementar las cotizaciones a la seguridad social y si no hay bastante en un futuro financiarlas a través de impuestos en los Presupuestos Generales del Estado, incentivar la creación del empleo juvenil, acabar con la economía sumergida, flexibilizar la edad de la jubilación y otras de idéntico calado. Son medidas que en última instancia podrían asumir incluso la burguesía y aplaudirlas, porque no se atenta contra ella durante su crisis agónica. Muchas de estas soluciones se llevan a cabo en países capitalistas, que como tales, son tan reaccionarios como el español.

Con semejante tabla salvadora las causas de la crisis se quedan tal como están. El capitalismo sale ileso. Desde el PCE-IU tratan de engañar de nuevo al pueblo a cambio de conseguir votos al modo burgués que les permitan sobrevivir en pleno proceso de derrumbe en sus filas. Son reivindicaciones concebidas para no molestar al capital pero también para acercarse a las centrales mayoritarias CC.OO y UGT, con las que mantenían últimamente muy buenas relaciones, naturalmente con miras a extraer rentabilidad en las próximas elecciones. Por eso, al pronunciarse “contra” los recortes,  eximen al mismo tiempo de toda responsabilidad a los sindicatos, todo sea por el voto: “que los sindicatos resuelvan su debate interno que tienen que tener en sus órganos de forma natural y democrática, pero nosotros no vamos a martirizar a los sindicatos…” -Cayo Lara- ¿Puede adquirir conciencia el pueblo si desconoce las causas y los causantes? En el fondo, IU-PCE está muy cerca de las posiciones del gobierno y de las centrales sindicales.

Todos los problemas críticos que se dan en el estado español devienen de unas estructuras capitalistas en donde el Estado de los monopolios y de las multinacionales asienta su poder económico, político e ideológico y es en el uso de estas facultades como se han impuesto las reformas antiobreras. No se trata del ataque casual de tal o cual capitalista; no es el producto aislado de la gestión de este u otro gobierno; es el fruto de la evolución del capitalismo, es su autodefensa ante una enfermedad extremadamente grave y PCE-IU quiere aplicarles una medicina que atenúe dicha enfermedad.

Tal y como es la crisis, tal y como el Estado burgués ha planteado la batalla, no hay más solución que cambiar las estructuras, que será lo que aniquile el poder del gran capital y de sus instituciones. Cualquier remedio que se administre dentro del sistema conducirá a potenciar a la gran burguesía actualmente herida y debilitar a los trabajadores indefensos.

A este final nos quieren llevar los ilustres sabihondos del PCE-IU:

  • a ocultar al pueblo quiénes son los traidores en el movimiento obrero en aras de unos resultados electorales
  • a crear en el pueblo falsas ilusiones en un Parlamento que forma parte de la causa, pero que tiene como objeto canalizar las protestas por vías legales, lo que beneficia a los enemigos de los trabajadores
  • a no atentar contra las bases económicas de un modo de producción, que desde hace bastante tiempo solo puede conllevar miseria en las economías domésticas, desesperación en las clases populares, enfermedades, en una palabra dramatismo.

Pero ¿qué se puede esperar de IU-PCE, siendo uno de ellos, que durante décadas han facilitado la recomposición y fortalecimiento del capitalismo español, primero incitando a los trabajadores a votar una constitución que es el arma legal sobre la cual se basan todas las reformas actuales, y ahora, pretendiendo descentrar las luchas llevándolas por caminos que solo conviene al gran capital, véase III República y sus posiciones en relación con la crisis?

Las políticas cicateras consustanciales al régimen tendrán su fin con la lucha de los trabajadores, que deben movilizarse alrededor de consignas que persigan un cambio de estructuras, nacionalizaciones, reforma agraria, democratización del país etc. En este menester, el PCOE empeña todas sus energías, construyendo los canales para que la clase obrera, y no el parlamento burgués, se instituya en el sujeto revolucionario de los cambios que han de darse.

Llamamos a los trabajadores, afiliados a las centrales sindicales CC.OO y UGT, militantes de IU-PCE, al pueblo en general a que desatiendan los cantos de sirena de las direcciones reformistas que filtran en nuestras filas los intereses del gran capital, en detrimento de nuestras necesidades trascendentales. Unámonos todos a las Asambleas de Comités, Delegados de Empresas y Trabajadores, únicos órganos representativos de los trabajadores al ser votados por estos directamente, y construyamos juntos el FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO.

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)




Declaración del Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los Pueblos

El Secretariado del Movimiento Cubano por la Paz y la Soberanía de los pueblos, reunido en su primera sesión ordinaria del año 2011, llama a todos los ciudadanos del mundo, mujeres y hombres defensores y amantes de la paz y la soberanía de los pueblos, a demandar del gobierno de los Estados Unidos de América la inmediata liberación de  los Cinco Luchadores Antiterroristas Cubanos presos en sus cárceles, que se enjuicien y condenen a los verdaderos terroristas que circulan impunemente por ese país, y que se levante el injusto y criminal bloqueo financiero, económico y comercial impuesto a Cuba.

 

Para nadie es un secreto  que estos  cinco antiterroristas cubanos no son espías, no cometieron asesinato alguno, y  no pusieron en peligro la seguridad de los Estados Unidos;   Washington debe reconocer, que con su digna y heroica actuación, estos luchadores, eternamente jóvenes,  defendieron no solo al pueblo de Cuba, sino al de ese país, los preceptos de su constitución y las leyes que supuestamente deben regir para todos.

Mientras se condena a quienes defienden la paz y luchan contra el terrorismo en todas sus formas y variantes, el mundo es testigo de la farsa judicial que se sigue en El Paso, Texas, contra el terrorista confeso Luís Posada Carriles solo por delitos migratorios, al tiempo que  se ignora su largo historial criminal, lo que deja muy mal parado al sistema judicial de los EE.UU.

Lamentablemente, personajes como la fiscal Caroline Heck-Miller, quien con toda ira procesó y condenó a los cinco antiterroristas cubanos presos injustamente en EE.UU. se niega hoy  a presentar cargos penales contra el terrorista Posada Carriles, pese la múltiples  peticiones en ese sentido.

Por ello llamamos a todas las fuerzas amantes de la paz, a instar al gobierno de los Estados Unidos, a que disponga de inmediato la extradición hacia la República Bolivariana de Venezuela al connotado terrorista Luís Posada Carriles y su secuaz Orlando Bosh.

Que se levante de una vez el ilegal, injusto y criminal bloqueo económico, financiero y comercial  impuesto por  Estados Unidos a Cuba, condenado por la gran mayoría de la Comunidad Internacional, como un acto de terrorismo de estado, anacrónico y genocida. 

Hoy cuando todo nuestro pueblo debate el proyecto de los lineamientos de la política económica y social que se analizará en el VI Congreso del PCC, ratificamos que somos un pueblo amante de la paz, que lucha por la paz, y que defiende la paz como base para un futuro mejor.

¡VIVAN LOS CINCO LUCHADORES ANTITERRORISTAS PRISIONEROS DEL IMPERIO!

La Habana, Cuba, 25 de enero de 2011.




Túnez,cuestión a dilucidar

El pueblo se levantó contra el coloniaje y la negación de sus más elementales derechos… Pero, ojo: puede haber más de una lectura

Por: ANARAY LORENZO

 (21 de enero de 2011)

Súbita, la noticia acaparó la atención mundial: El ex general Zine el-Abidine ben Alí, que desde hacía 23 años gobernaba a Túnez —en el corazón del Magreb, norte de África—,huyó con su familia a Arabia Saudita, sacudido por una revuelta popular masiva dirigida, entre otros flagelos, contra el desempleo, la miseria y la corrupción imperantes.

 

Mientras entre los analistas internacionales hay consenso en cuanto a que los ajustes neoliberales promovidos por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial(BM) en ese país africano agravaron su situación, reportes de estos organismos dicen todo lo contrario, como era de esperar. Veamos, por ejemplo, algunos fragmentos del documento titulado Túnez expande economía y crea empleo, difundido recientemente por el BM:

“Túnez mejoró su competitividad y duplicó las exportaciones en el transcurso de 10 años… aceleró el crecimiento económico con la ayuda de una serie de préstamos para políticas de desarrollo del Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento… deberá seguir impulsando la inversión privada y aumentando la productividad para crecer entre 6 y 7 por ciento y reducir el desempleo… El Banco está comprometido con el nuevo modelo de crecimiento del Gobierno y entregará su apoyo mediante trabajo analítico, asistencia técnica y préstamos para políticas de desarrollo en los años venideros”.

El pasaje es como decir: “Túnez es de los nuestros”. Y no el pueblo, sino su oligarquía, porque la nación magrebí está colonizada por las potencias imperialistas, muy en particular por la Unión Europea. Solo Francia tiene instaladas allí mil 200 empresas, a las que se unen sociedades británicas, belgas y españolas.

Ahora, revisando atentamente, para no pasar por incauta, una encuentra que esta rebelión popular es apoyada por ¡¿Estados Unidos?!… ¡¿Alemania?!!… ¡¿Francia?! ¡Voilà! Ya tenemos la otra posible lectura.

El presidente Barack Obama hizo un llamado en favor de elecciones “libres y justas” en Túnez y destacó “el coraje y la dignidad” de su pueblo, tras la caída de Ben Alí. La Unión Europea se pronunció por una solución democrática “durable” y convocó a la calma.

La insurrección continuaba hace unas pocas horas, y las fuerzas políticas internas anunciaban un nuevo “Gobierno de unidad”, integrado por algunas figuras opositoras, aunque mantenía en sus puestos a ministros clave del anterior régimen.

Fuentes oficiales han confirmado que en ese futuro gabinete, que buscará integrarse en unos días, para luego convocar a elecciones, no participarán ni partidos de izquierda, ni partidos islamistas, con el objetivo —dicen— de asegurar una transición a un régimen democrático, pero de “tintes moderados”. Y en ese punto, surge una pregunta: ¿Cómo es posible un régimen democrático sin las más señaladas fuerzas nacionalistas?

Tengamos en cuenta que Tunicia estuvo dominada durante muchas décadas por el imperio francés. Está situada en un lugar envidiable para el turismo europeo, rama que, junto con la pesca, representa uno de los ingresos más importantes del país. A lo largo de tantos años de un proceso de transculturación forzado, los musulmanes siguen reivindicando y peleando por sus orígenes.

Un colega de memoria envidiable nos recuerda que la búsqueda de gobiernos de “tintes moderados” resulta un arma de la tradicional panoplia imperial. ¿Acaso no lo vivimos en 1962, cuando casi todos los gobiernos y cancilleres de la Organización de Estados Americanos (OEA) expulsaron a Cuba de su seno porque “su ideología socialista extracontinental no era compatible con el sistema democrático de América”?

Rememoremos someramente también la estrategia yanqui-occidental que se operó en Yugoslavia contra el mandatario Slodoban Milosevic hace 11 años, y, más recientemente, el golpe en Honduras, la intentona en Ecuador… Algo se cocina. Y no precisamente a fuego lento. Ojalá Túnez sepa ser ejemplo de África.




¿Cambios, revolución o continuismo?: los acontecimientos en el mundo árabe

Abelardo Cueto Sosa

Dpto. de Relaciones Internacionales Comité Central del Partido Comunista de Cuba

La pregunta con la que se titula este trabajo es la que se formulan a diario, académicos, analistas políticos, periodistas y los gobiernos – no solamente los del Norte de Africa y Medio Oriente, que son los más prominentes actores del fenómeno – pudiera decirse que de todo el mundo; especialmente, de la Unión Europea, pues muchos miembros del bloque dependen del petróleo y el gas del mundo árabe y tienen un no despreciable componente de población islámica en sus países. Sin embargo, donde principalmente se hacen la pregunta es en Washington que, junto a los tradicionales quebraderos de cabeza del Conflicto Israelo-Palestino, la guerra en Irak y los planes agresivos contra Irán, ahora debe lidiar con los inesperados cambios en los estamentos de poder de tan importante región.

 

Ahora bien, valdría la pena preguntarse también: ¿Son tan inesperados los acontecimientos o son el resultado de males acumulados durante años? ¿Son espontáneos o detrás de ellos están las fuerzas progresistas y/o el fundamentalismo islámico? ¿Pueden ser fruto de la labor silenciosa del poder suave e inteligente de la Administración Obama o los acontecimientos sorprendieron a Washington? ¿Las fuerzas del Imperio, sus aliados europeos e israelitas y los sectores más reaccionarios del mundo árabe e islámico, podrán frenar estos cambios o hacer ellos los cambios para que nada cambie?  Aún no hay respuestas acabadas para esas interrogantes, pero si hay algunos elementos que permiten hacer comparaciones, encontrar puntos comunes y arribar a algunas conclusiones iniciales.

Las revueltas no son todas iguales, pues aunque estos países tienen factores desencadenantes similares, los problemas no son exactamente iguales ni tienen la misma intensidad.

En Argelia las protestas son generadas por la especulación del empresariado privado con los precios de dos productos de primera necesidad, el aceite y el azúcar, a lo que suma la acción de funcionarios corruptos en el aparato estatal y la acumulación de problemas sociales como el desempleo y la falta de vivienda, males agudizados durante los difíciles años del “Decenio Negro” donde el combate al fundamentalismo islámico dejó más de 100,000 muertos e incontables daños en la economía y el tejido social del país.

La respuesta del gobierno argelino – que es, con muchas más virtudes que defectos, la continuación de un histórico y sangriento proceso de independencia primero y de preservación de la identidad e integridad del país después – fue rápida. Desenmascaró a los empresarios privados, castigó a los funcionarios corruptos y subsidió los productos; además, cuidó que los cuerpos del orden no ejercieran una violencia innecesaria. La coalición de gobierno argelina, conoce los problemas y trabaja por enmendarlos con un gigantesco programa social y readecuando su economía para hacerla más diversa y sólida.

Los casos de Túnez y Egipto tienen otros orígenes y puntos comunes; también sus diferencias. Los puntos comunes son: 1. Gobiernos autoritarios, represores, violadores de los derechos de sus pueblos y aliados de Occidente, en el caso de Túnez, con Francia y en el de Egipto, con Estados Unidos e Israel. 2.. Tanto en Túnez como en Egipto fueron marginados de los más importantes negocios y del saqueo del erario público, algunos importantes sectores económicos que incluían a grandes empresarios que no participaban del clientelismo político de la familia Ben Alí y el clan Mubarak. 3.. Las poblaciones de ambos países se hastiaron de la represión, la falta de derechos, el desempleo, la carestía de la vida y la imposibilidad de acceder a la salud y la educación, aspectos estos últimos que en Egipto estaban más lejos de las grandes masas que en Túnez. 4. En los dos países el Ejército se ha negado a reprimir y se ha ganado la simpatía popular. La represión en Túnez estuvo en manos de la Guardia Presidencial y la Policía; también en Egipto, la policía ha sido quien ha reprimido.

Las diferencias entre los dos procesos radican en lo siguiente:

  1. Las masas son los protagonistas de ambos, pero en el caso de Túnez los sindicatos jugaron un papel fundamental, mientras que en Egipto ese papel lo desarrollaron inicialmente las redes sociales que se movilizaron de inmediato por Twitter y Facebook, uniéndoseles organizaciones de la sociedad civil que agrupaban a intelectuales y profesionales. Luego se sumaron los partidos tradicionales de la oposición, como el Wafd y el Tagammo y más tarde, la Hermandad2. En Túnez, el fundamentalismo islámico no tiene peso alguno, mientras que en Egipto la Hermandad Musulmana es un actor tradicional con un peso no despreciable y que sabe muy bien aprovechar coyunturas como esta para forjar acuerdos, incluso, con la Alianza Nacional por el cambio que dirige Mohamed El Baradei; aunque las actuales protestas han demostrado que las masas pueden salir a la calle sin que las lidere la Hermandad  3. La represión ha sido mucho más fuerte en Egipto que en Túnez.

En lo que a Jordania se refiere, las protestas brotaron poco después de los sucesos de Túnez, reclamando los manifestantes empleo, la detención del alza de los precios de los alimentos y los servicios de primera necesidad, como agua, electricidad y calefacción. El Rey Abadallah Il Ibn-Al Hussein no ha reprimido a la población, ha subido los subsidios y permite las manifestaciones controladas que, aunque no son numerosas, se mantiene y agrupan a  las organizaciones de la izquierda jordana, los tradicionales partidos burgueses y con mucho peso, los partidos islámicos que son los que parecen estar llevando el liderazgo.

Finalmente, el caso de Yemen puede ser el más explosivo de toda la región. En él coinciden todas las causas que generaron los acontecimientos en Túnez y Egipto. Un desempleo que alcanza casi al 50% de la población del país y golpea particularmente a los jóvenes, la  enorme existencia de armas de fuego, por lo que un AK-47 puede ser más barato que cualquier bien de uso y consumo, la falta de infraestructura, con una economía en quiebra, y la corrupción rampante; todo ello, con las rivalidades históricas entre el Norte y el Sur del país, con brotes separatistas en las provincias sureñas, la rebelión de la tribu houtíes, que es la máxima expresión del problema tribal y la fuerte presencia de Al-Qaeda península, a lo que hay que sumar que el Presidente Alí Abdala Saleh, que lleva 32 años gobernando, pretende convocar elecciones sin escuchar a la oposición y no oculta el propósito de reformar la ley para ser presidente vitalicio.

Hasta ahora, la represión no ha sido muy cruenta, pero la más leve chispa puede encender la llama de la guerra y la división del país, a pesar de que Saleh tiene a su favor su experiencia en lidiar con las tribus y de los largos años en el poder, lo que puede ayudarlo a maniobrar.

Al igual que EE.UU., Israel ve con gran preocupación los acontecimientos, en primer lugar en Egipto y en segundo lugar en Jordania. Tel Aviv se lamentó públicamente de la caída de Ben Alí en Túnez y observa con preocupación la posible salida de Hosni Mubarak del poder, por lo que eso pueda afectar sus relaciones con Egipto, el primer país árabe con el que estableció un acuerdo de paz y que juega un papel vital en el Conflicto Israelo-Palestino; no solamente como mediador entre la Autoridad Nacional Palestina y HAMAS, sino también en la efectividad del bloqueo israelí a la Franja de Gaza. En menor grado, Tel Aviv tiene también preocupaciones con Jordania, con el que también tiene un acuerdo de paz y es; a su vez, parte del problema palestino.

Los políticos y militares israelitas han planteado abiertamente su temor de que estos levantamientos en favor de un cambio democrático pueden terminar bajo la dirección de los fundamentalistas islámicos. El general Giora Eiland, antiguo consejero de Seguridad Nacional israelí declaró que “…el riesgo de que los Hermanos Musulmanes tomen el poder en Egipto existe. Eso sería perjudicial no sólo para Israel sino para todos los demócratas…”

Los comentarios de los ministros y funcionarios fueron tan desafortunados que el Premier Benjamín Netanyahu, pidió a los portavoces y ministros que no toquen el tema egipcio con los medios. Sin embargo, las declaraciones no pasaron inadvertidas para Mohamed El Baradei que ha denunciado que Israel disfraza la realidad y quiere usar el fantasma del islamismo para atacar a la revolución popular contra el régimen de Mubarak, su principal aliado en el Medio Oriente.

Uniendo todos estos elementos se podría arribar a las siguientes conclusiones preliminares:

– Todos los países del Norte de Africa y Medio Oriente, incluyendo las ricas monarquías del Golfo,  pueden verse afectadas – en diverso grado, carácter y profundidad según el país – por las revueltas populares contra la corrupción y los regímenes autoritarios, para lograr mejores niveles de vida y desarrollo y gobiernos a favor de los intereses populares. Los países del Sahel pueden atravesar situaciones parecidas

– Esta región es de capital importancia para los EE.UU. y sus aliados. Washington está consciente de que, si no toma las medidas pertinentes, no es totalmente descartable que lleguen al poder fuerzas democráticas que no le sean del todo favorables, sin dejar a un lado, la posibilidad de la presencia en algunos de esos gobiernos de fuerzas islámicas hostiles a EE.UU. En tal sentido, utilizará todo su arsenal político y económico para conjurar ese peligro y trabajará fuertemente a la gran y pequeña burguesía local, a la intelectualidad, los líderes religiosos, los sindicatos, los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad civil, con el auxilio de los grandes medios de información, propiciando los cambios estructurales para preservar su influencia y la de sus aliados locales e implantando sus modelos de democracia. Resumiendo, tiene la capacidad de hacer los cambios para que nada cambie y el suficiente pragmatismo para usar un líder político con valores occidentales o un general con credenciales democráticas.

Puede ser que las Revoluciones verdaderamente raigales aún tendrán que esperar en algunos países de Africa Norte y Medio Oriente, pero como dice un viejo proverbio chino “… el camino más largo comienza siempre con el primer paso…”. Quizás, algunos países ya lo han dado.




Más canalladas

Hasta hoy, cien mil familias han sido objeto de embargos de sus viviendas por causa de la crisis que las ha arrojado al paro impidiéndoles pagar sus hipotecas. Se espera que el número de afectados se incremente de manera notable. Es decir, entre 300 mil y 400 mil ciudadanos han sufrido en sus carnes, todavía sin saber porqué, las canalladas de una administración bancaria infame. De golpe, han visto conculcados dos de sus derechos vitales: el de una vivienda y el de un trabajo dignos, sin que el Estado, que se supone que es el órgano supremo e independiente de un país, que vela porque se cumplan los derechos y las libertades del pueblo y herramienta infalible que penaliza al trasgresor, haya impartido justicia y les haya resarcido.

 

 

La Banca y los especuladores han sido reconocidos mundialmente como los causantes de la presente crisis; sin embargo, se honora su gestión a través del trato recibido por los gobiernos, concretado en subsidios graciosos de miles de millones de euros, pese a que casi todos han obtenido beneficios, como sucede en nuestro país, en donde la iniquidad estatal desborda a la de todas las naciones incluidas las fascistas. Y es que el PSOE cada día se descubre más derechista, más reaccionario y más antiobrero.

 

Si con la Reforma Laboral y con la de las Pensiones el gobierno “socialista” ha perpetrado un horrendo crimen contra los trabajadores, y cuando todos creíamos que ya era imposible superar tamaña perversión, la Sra. Elena Salgado vicepresidenta segunda en nombre del gabinete Zapatero, rebasa lo imaginable diciendo que el Gobierno rechaza suavizar las condiciones de las hipotecas, refiriéndose a que no está de acuerdo con la decisión de un juez, de haber sentenciado que se da por finiquitado un préstamo tras la devolución de la vivienda, además advirtiendo que cambiar la normativa sería malo para el sector dado que traería consecuencias negativas para los bancos y cajas españoles.

 

Por tanto, el que sea despedido de su trabajo está obligado a perder su vivienda y continuar pagando al Banco. Es evidente que el trabajador en este país es menos que un cero a la izquierda. Pero también es evidente que el PSOE ya no podrá jamás pagar ni con la prisión de sus máximos responsables tanta maldad y vileza inferida a un pueblo que lo único que ha hecho y sabe hacer es trabajar.

 

Una vez más, nuestro partido llama a manifestar todo el malestar que entrañamos. No queda otro camino que el de unirnos contra el capitalismo y sus secuaces, no nos han dejado otra opción que la de luchar por transformar esta sociedad concebida por y para los capitalistas, en la que el Parlamento y demás instituciones fueron creadas para engañar y reprimir a la clase obrera y a las masas populares.

 

¡REBELARNOS ES NUESTRO DERECHO Y NUESTRO DEBER!

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)