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Las contradicciones y la falta de visión de los colectivos canarios

En Canarias, la más que insostenible situación y el descontento ya ha derivado hace unos meses en manifestaciones con un peso significativo, pues la situación empuja a la clase obrera a exigir cambios. Concretamente, el pasado 20 de abril comenzaron las protestas con el fin de poner sobre la mesa una serie de propuestas para frenar el turismo masivo, el alquiler turístico y el daño medioambiental, principalmente, y el PCOE presentó un análisis al respecto. El día 20 de octubre del presente año los colectivos “en lucha” han vuelto a convocar, pero todo se ha desinflado indiscutiblemente, pues en la primavera los manifestantes se contaban por decenas de miles en todo el archipiélago, y éste otoño, ya sea consultando a los convocantes o a las fuentes del gobierno, todo ha perdido fuerza de forma más que notable.

Después de aquella manifestación multitudinaria de abril mencionada anteriormente, no soplaba ningún viento de cambio en favor de la clase obrera. Los representantes de la burguesía ni siquiera han querido tomarse en serio las reformas que piden los colectivos, los cuales se han agrupado bajo el lema “Canarias Palante”, para, según dicen, “impulsar un proceso participativo cuya primera acción será un formulario donde recoger todas las ideas que tiene nuestra gente para hacer las cosas mejor en Canarias, porque la única manera de hacerlo bien es haciéndolo todo el mundo junto. Se trata de la primera acción de un proceso que tiene como objetivo la elaboración de una hoja de ruta que guíe la negociación de ese modelo desde la calle y el espacio institucional”.

Sobra decir que toda reclamación que pueda hacer la clase obrera, con el fin de mejorar su situación como clase, es completamente legítima. Siempre será una muestra de dignidad que el proletariado salga a las calles a presionar y a dejar claro su descontento; su disposición para pelear contra aquellos que dificultan cada vez más sus vidas. Sin embargo, hay ciertos liderazgos que nos llevan por caminos infructuosos y lo único que se consiguen es generar impotencia. No debemos olvidar que hay que ser críticos en todo momento y estar atentos a las contradicciones, pues para alcanzar metas es imprescindible que la hoja de ruta sea la adecuada, ya que si no acertamos en el diagnóstico no vamos a aplicar el remedio correspondiente.

En un artículo de junio, este grupo declaró que no hubo interés por parte del Gobierno de Canarias por cambiar el modelo de desarrollo económico, y que se ha ignorado a los manifestantes, lamentando no haber obtenido respuesta por parte del Ejecutivo y que no se haya creado una mesa de negociación para tomar parte en “la construcción de un nuevo modelo”. También dijeron que “los poderes políticos y económicos de nuestras islas quieren diluir la fuerza de los colectivos sociales convocantes del 20A con una consulta protagonizada por los mismos cargos políticos que nos han traído a esta situación límite que estamos viviendo” y acusan al presidente canario, Fernando Clavijo, de “crear una cortina de humo para salir por la tangente”. Así que, por un lado, tenemos un rechazo ante la idea de que quienes “nos han traído a esta situación límite” cojan las riendas y, por otro lado, se pide negociar con ellos para formar parte en la “construcción de un nuevo modelo”. ¿No eran los cargos políticos el problema? ¿La idea es alcanzar un “cambio” trabajando con los culpables?

Al final del mismo artículo, señalan vagamente unas reformas que persiguen para luego añadir: “no lo hará el gobierno, pero lo haremos todo el mundo junto. Canarias es nuestra y las calles para volver a alzar nuestras voces si no nos dejan participar en la toma de decisiones acerca del modelo que queremos, también”. Es decir, el gobierno “no lo hará” pero Canarias Palante, que defiende un proceso participativo para “todo el mundo” y no quiere dejarlo en manos de quienes “nos han traído a esta situación límite”, pone el poder de decisión en el gobierno, y si éste se niega a negociar solo queda seguir alzando la voz hasta que les “deje participar” en las decisiones. Siendo así, todo parece indicar que el poder no lo tiene, ni pretende tenerlo, Canarias Palante. Menos indicios hay de que quiera ponerlo en manos de la clase obrera. Sin embargo, dicen cosas como “Canarias es nuestra”. ¿Quién conforma ese grupo que puede referirse a Canarias como “nuestra”?

Volvamos al objetivo principal de la agrupación de colectivos: “impulsar un proceso participativo cuya primera acción será un formulario donde recoger todas las ideas que tiene nuestra gente para hacer las cosas mejor en Canarias, porque la única manera de hacerlo bien es haciéndolo todo el mundo junto”. Se quejan estos colectivos del intento de los políticos por hacer una consulta llevando las riendas; ¿no pecan ellos mismos de iniciar un proceso similar? ¿El modo de “participar” es enviar a un grupo de colectivos un escrito con cualquier tipo de idea? ¿Quién es “nuestra gente” y “todo el mundo”?

También dicen que “Se trata de la primera acción de un proceso que tiene como objetivo la elaboración de una hoja de ruta que guíe la negociación de ese modelo desde la calle y el espacio institucional”. Se sigue incidiendo en la negociación, es decir, no se cuestiona que los causantes del problema tengan el poder; al parecer es legítimo, y la idea es llegar a un acuerdo con ellos. Los burgueses y sus representantes deben pasar por su filtro las propuestas, determinar lo que puede llevarse a cabo y lo que no, y de qué manera debe hacerse. Además, como hemos leído anteriormente, deciden si se conforma o no una mesa de negociación, en la que se espera que ellos den permiso para participar en la vida política. Volvemos, entonces, a lo que ya sabíamos: Canarias es de la burguesía, y el órden burgués no es desafiado.

¿A eso se refieren con hacerlo “todo el mundo junto”? Si se incluye tanto a proletarios como a empresarios canarios, que son dos clases sociales con intereses opuestos, ¿dónde está la hoja de ruta? La relación entre explotadores y explotados es desigual, y los segundos quedan subordinados a los primeros. No se puede conciliar los intereses de una minoría que se apropia de la riqueza generada por la clase obrera para obtener ganancias (explotadores), con los intereses de aquellos que producen toda la riqueza a cambio de un acceso restringido a ésta (explotados). Por otra parte, se quiere realizar un “cambio” desde las instituciones, que son los medios que usa la burguesía para dar a su dominio sobre la clase obrera una forma legal. Si los capitalistas siguen en el poder, y se les va a respetar ese poder, ya no va a tomar parte “todo el mundo” porque continuará la economía de mercado, que es la causa de todos los problemas (y más) que señalan estos colectivos, y entonces la gran mayoría (asalariados) queda fuera del “proceso participativo”.

Al parecer, Canarias Palante rechazó un encuentro con la patronal porque “no es la interlocutora adecuada para estas decisiones; lo son el Gobierno de Canarias y los Cabildos. Lo es mucho menos cuando su presidente, Jorge Marichal, se declara públicamente en contra de las propuestas y demandas del 20A y defiende a ultranza el modelo turístico actual”. Luego, refiriéndose al Gobierno de Canarias en el mismo comunicado, declaran que “mientras ignoran nuestras reivindicaciones, continúan celebrando encuentros y diálogos, junto al sector hotelero, en los que se llenan la boca hablando de sostenibilidad, reparto de la riqueza y cuidado del territorio. Sin embargo, su postura queda clara cuando en el Parlamento rechazan todas y cada una de las reclamaciones del 20A, cuando siguen autorizando nuevas construcciones turísticas y cuando se niegan sistemáticamente a detener obras ilegales que destruyen impunemente nuestras islas”. Es decir, se niegan a hablar con la clase dominante porque “no es la interlocutora adecuada”, pero matizan que sus representantes sí lo son, aun señalando en el mismo comunicado que les ignoran y rechazan todas las reclamaciones en el parlamento, mientras se reúnen con la patronal continuamente. ¿La conducta de los políticos no indica, precisamente, que están para velar por los intereses del sector de la burguesía a la que representan? ¿seguirán diciendo que hay que negociar y que estos subalternos de los capitalistas son “los interlocutores adecuados”? Nosotros tenemos muy claro que ni unos ni otros lo son, y lo explicaremos más adelante.

A continuación, volveremos a tratar, como ya hicimos tras la manifestación de abril, las cuestiones en las que se centran los colectivos. En lo que respecta a las reivindicaciones, debemos preguntarnos si son las adecuadas y si son suficientes. Por ejemplo, la limitación de compra de vivienda a no residentes. El problema de la vivienda en todo Estado capitalista reside en el mismo punto: la propiedad privada. No se trata de un derecho, puesto que necesitamos poder pagar cantidades determinadas de dinero si queremos un techo. Sin embargo, hay necesidad de ella y más de 200 mil casas vacías en Canarias, pero en el sistema capitalista solo son un medio más para que unos propietarios, ya sean particulares, bancos u otras empresas, obtengan ganancias. Debido a esto, se venderán a quien pueda pagarlas, y teniendo en cuenta la situación geográfica de las islas, la escasa rentabilidad y las dificultades que supone para el burgués la inversión en los recursos de la región, que más del 80% de los empleos pertenecen al sector servicios, el alto índice de importación que conlleva dicho sector y la falta de producción local, hay una tendencia a los bajos salarios, pues las condiciones fomentan que se concentre la actividad empresarial en todo lo relacionado con el turismo, hay cada vez más obreros demandando trabajo y, con la ayuda de los sindicatos traidores, se llevan a cabo las trampas que permiten destinar menor cantidad del valor, el cual es generado por la clase obrera, al salario.

Los colectivos canarios reclaman que se limite la compra de casas a extranjeros y se facilite el acceso a la vivienda a los canarios. Tocan el tema de una manera vaga y sin entrar en detalles de lo que quieren conseguir y cómo quieren conseguirlo. Se refieren, asumimos, a precios “asequibles”, porque en ningún momento cuestionan la vivienda como mercancía o medio para obtener renta. Si ciertos canarios, en lugar de personas no residentes, se dedican a comprar casas para alquilarlas y, por tanto, sacan tajada del salario de trabajadores que buscan un techo, aprovechando para convertir igualmente la necesidad en búsqueda de ganancia, ¿sí es legítimo porque lo hacen canarios? Una de las consignas de quienes siguen a estos colectivos es que “la vivienda es un derecho”. ¿Es un derecho si forma parte del mercado?

Centrándonos concretamente en la vivienda, pues es el tema que tratamos y se alargaría demasiado si hablamos de todo lo demás, debería estar garantizada sin más; sin que pertenezca a nadie que pueda sacar beneficio. Es una necesidad vital y debe ser propiedad personal para cubrir dicha necesidad, no propiedad privada para ganar dinero a costa del trabajo ajeno. Los que poseen viviendas para el lucro dirán que “han trabajado mucho para conseguirlo”, lo cual no es cierto; no es esa la razón, puesto que hay enormes diferencias entre unos sectores de la población y otros; unos han tenido más apoyo económico y personal, la ventaja de una herencia, de capital de empresa familiar, de unas condiciones que han permitido la formación para el acceso a mejores puestos de trabajo, contactos con funcionarios, empresarios, etc. Muchísimos otros no, y cada vez van empeorando las condiciones para todos, pues solo en Canarias, 750.000 personas viven en riesgo de pobreza y exclusión social, y por si fuera poco, las “ayudas” apenas llegan a 13.000. Pero no es solo eso, sino que este criminal sistema nos inculca la aberrante idea de que hay un derecho a apropiarse del trabajo ajeno, y que eso es legítimo, es decir, si puedes hacerlo, hazlo. ¿Los propietarios han construido las casas que compran y han sacado la materia prima para ello? ¿producen todo lo que va destinado al interior de los hogares? ¿acaso crean el suelo? Las viviendas son posibles por la labor de los trabajadores, pero son los dueños de las constructoras, inmobiliarias y de los bancos los que se benefician de tales creaciones, así como aquellos que compran casas porque aspiran a ser rentistas, mientras los obreros en su conjunto aportan para que sea posible todo lo que existe en la sociedad, pero se encuentran cada vez con más penurias aun siendo trabajadores en activo.

Tampoco hay ninguna lucha por un asunto muy grave: la existencia de la empresa de matones fascistas llamada Desokupa, que incluso tiene publicidad como si se tratara de un servicio más. Quien esté mínimamente informado conocerá lo que es este nido de escoria, pero no hace falta investigar mucho para saber lo que son y cuál es su ideología, exhibiéndola incluso en la calle sin que les ocurra nada y con numerosas irregularidades a nivel legal, por no hablar de los miserables y repugnantes bulos racistas y de criminalización de la pobreza que su famoso, sociópata y descerebrado líder, Daniel Esteve, vomita en sus videos. Se sabe impune y se dedica incluso a amenazar públicamente a periodistas. Este lacayo de la patronal es necesario para la burguesía, pues en época de crisis es necesario apelar a los miedos del proletariado más atrasado ideológicamente, y se recurre a la más vil manipulación y deshumanización para que, en lugar de enfocarnos en el auténtico enemigo, que son quienes se lucran de nuestro trabajo y necesidades (esto es, los dueños de los medios de producción), nos enfoquemos en enemigos ficticios, como nuestros hermanos de clase migrantes o todo aquel que ha caído en la miseria y busca un techo como sea, siendo un mito todo lo que se dice de la okupación, que son un 0,06% de las viviendas en España. Además, se introducen mayoritariamente en viviendas vacías de empresas y bancos, siendo el allanamiento de morada (que entren en la vivienda donde resides) un asunto muy distinto que se resuelve rápidamente. Por otro lado, para obtener más pistas, tenemos el lucrativo negocio de las alarmas para protegernos del monstruo de un cuento, a pesar de la baja criminalidad del país. A pesar de ello, España es uno de los países donde más alarmas se venden. ¿No forma parte este asunto del problema de la vivienda en particular, y de los problemas de los trabajadores en general?

Siguiendo con la situación económica de la clase obrera, la pobreza también se refleja en el hecho de que 7 de cada 10 mayores de 55 años destinan sus ahorros a ayudar a familiares, en el aumento de personas que acuden a Cáritas, en el aumento descomunal de los desahucios y en la precariedad del empleo a nivel nacional, donde podemos observar, entre otras cosas, que en el año 2023 hubo casi dos millones de despidos en periodo de prueba, que es una nueva forma de contrato temporal sin costes de despido. Una mayor inseguridad laboral y económica no permiten una vivienda, y recordemos que el PCOE ya explicó la situación del empleo y los engañosos datos. Esto se traduce en un acceso cada vez mayor por parte de turistas con un poder adquisitivo que permite obtener lo que muchos canarios no pueden. El capitalismo está llevando a gran parte de las clases populares del archipiélago a la miseria, con la correspondiente caída del consumo, y que haya viviendas destinadas a los turistas, ya sea como propiedad o alquiler vacacional, no es la causa, sino una consecuencia. Y ya hemos visto que las “ayudas” públicas para facilitar el acceso a la vivienda, no son más que una transferencia indirecta que realiza la burguesía usando su Estado, para que ese dinero vaya a parar a sus manos y el comprador pague el precio establecido, pues son conscientes de que es cada vez más inviable que la clase obrera pueda adquirir una vivienda, pero no por ello dejará de ser ésta una mercancía y los poderes públicos se ocuparán de que las manos privadas no se queden sin “su dinero” en caso de impago. Empresarios canarios se dedican a esto. ¿Son también “nuestra gente”? Además, ya se ha declarado que hay miles de millones de dinero público disponibles para que los empresarios sigan haciendo negocio con la vivienda, engañando con la idea de “alquileres asequibles”, como si “alquiler” no significara que alguien se beneficia de la necesidad, “asequible” no fuese un concepto relativo que depende de multitud de factores y como si el mercado y su destructiva dinámica no siguieran su curso.

Para entender mejor la desorientación y el vacío en el discurso de quienes pretenden mover a las masas en el archipiélago, echemos un vistazo a una fundación llamada Tamaimos, que se ha unido a Canarias Palante. Cuando se autodefine en el apartado “Sobre nosotros” dice lo siguiente: “Este proyecto no tiene relación con partido político, ideología, confesión religiosa o institución alguna”. ¿Es un zombi que va a la deriva por la vida en sociedad sin pensamiento y sin rumbo? Eso que afirman significaría que no tienen absolutamente ninguna idea de cómo es o debe ser el mundo. Es imposible no defender ninguna posición, y sin embargo afirman ser “revista canaria de pensamiento crítico”; ¿son “críticos” fundamentándose en qué? En su presentación continúa de la siguiente manera: “la mayoría de nosotros somos canarios que residimos fuera de las islas, aunque seguimos manteniendo fuertes vínculos con nuestra tierra. Reivindicamos un concepto amplio de cultura y atendemos a asuntos que consideramos de alto interés, como nuestras manifestaciones artísticas, la sociedad, la política, el medio ambiente, el deporte, la fiesta,… y, en definitiva, cualquier plano de la realidad donde estimemos necesario que se exprese la canariedad consciente, como vía para construir un país mejor”. Y también podemos leer “Somos un proyecto cultural progresista”. ¿Cómo hacer reivindicaciones, autodenominarse progresistas o interesarse por aspectos como la cultura, la política, la sociedad, el medio ambiente, etc., si “no tienen relación con ideología alguna”? Por otro lado, hablan de “nuestra tierra” y “canariedad”, defendiendo una identidad común en los canarios por el hecho de serlo, sin importar la situación global, las clases sociales ni tener en cuenta su indiscutible existencia, así como su lucha por ser antagónicas.

Siguiendo con la fundación, afirma unirse a Canarias Palante porque “Para la Fundación Tamaimos es fundamental el empoderamiento de una sociedad civil canaria, y canarista, que se reivindique como actor principal en la consecución de logros como la moratoria, la ecotasa, los límites a la compra de viviendas por parte de foráneos y, por ende, el cambio de modelo, así como cualquier otro objetivo colectivo que como pueblo nos queramos marcar en el ámbito social, político, cultural, etc. Acudimos a esta convocatoria con ánimo constructivo, para trabajar desde la diversidad en pos de metas compartidas por amplios sectores de la sociedad canaria y no sólo por colectivos de alguna ideología o tendencia concreta. Apostamos por la construcción de una mayoría popular representativa de los intereses colectivos del pueblo canario (…) Por último, deseamos que quienes todavía no lo han hecho, ya sean individuos o colectivos, vean en este proceso una posibilidad ilusionante de construir una Canarias mejor y decidan formar parte del mismo”. Se llena la boca con “los canarios”, defiende reformas, afirma apostar por una mayoría popular que represente los intereses colectivos del “pueblo canario”, quiere trabajar desde la “diversidad” y dice desmarcarse de toda ideología. Un oportunismo de corte nacionalista que habla de Canarias como una forma de ser, de sentir, de identificarse y hablando de un “nosotros” como si no hubiese una lucha de clases, con un discurso vacío que no quiere ofender a nadie ni concretar nada. ¿Esa “diversidad” quiere decir que toleran cualquier posición política aunque sea la que genera los problemas? ¿Caben obreros, empresarios, sindicatos de la patronal, discursos de derechas, de oportunismo de “izquierdas”, etc? Como hemos dicho, no se puede hablar de los intereses de la mayoría sin tocar ni mencionar la dominación de una minoritaria clase parasitaria que controla la riqueza, mientras la gran mayoría que la genera es cada vez más pobre y vive bajo la bota de dicha minoría. Habría que preguntarse si Tamaimos no sabe lo que hace ni lo que dice, y por tanto no puede pretender ser “guía” de las masas, o si conoce realmente la situación pero le interesa un movimiento que aspira, como mucho, a una “colaboración” entre explotadores y explotados.

Volvemos en este artículo a tratar una de las reivindicaciones más famosas: la ecotasa. Es un impuesto que se aplica en destinos turísticos para mitigar el impacto ambiental, y uno de sus usos sería el “desarrollo de iniciativas turísticas sostenibles”. Según Intersindical Canaria, que también se une a los colectivos del 20A, “la aplicación de esta medida no es ni siquiera con afán recaudatorio, es prácticamente un deber moral”. Es evidente que sin la recaudación no pueden llevarse a cabo las medidas relativas a la ecotasa, por tanto es el principal objetivo para que puedan materializarse. También es importante que recordemos que el concepto de moralidad no se puede desligar del modo de producción, y es construido dentro de sus márgenes, cosa que procederemos a demostrar a continuación.

En primer lugar, para los colectivos canarios el problema parece ser la manera en que se hace negocio con el turismo. La idea es hacerlo “sostenible”, limitarlo, frenar la ampliación de alojamientos turísticos o nuevas construcciones con este fin, dirigir una recaudación (ecotasa) a reducir el impacto y, entre otras cosas, cuidar los espacios naturales que son necesarios para seguir siendo destino turístico. ¿Dónde se cuestiona el lucro de los empresarios del sector con el trabajo ajeno? El motivo de la destrucción de los espacios naturales y del empobrecimiento de la clase obrera, es que una minoría parásita, que son los propietarios de las grandes empresas, deben seguir la dinámica del mercado para sacar la máxima ganancia posible chupando la sangre a los asalariados y arrasando con los recursos. ¿No es un deber moral poner estos hechos en el centro del asunto?

Como hemos dicho, la ecotasa sería usada para conservar también los atractivos turísticos (es decir, cuidar el negocio de la patronal) y para reparar daños que seguirán teniendo lugar. Cabe preguntarse si no facilita al burgués el trabajo sucio, pues todo ello sería posible con una recaudación que proviene de un impuesto, y no de su bolsillo. Los intereses de la burguesía en Canarias se centran principalmente en el turismo, y los defienden de manera intransigente a través de sus representantes políticos; no estarán dispuestos a poner freno al crecimiento del negocio, y en todo caso unas medidas pueden tener lugar para dar mayor ventaja aún a los grandes empresarios frente a los pequeños, engullendo los primeros el espacio que ocupan en el mercado los segundos, pues su peso en el mercado es desigual. Es por ello que parecen abrirse a la posibilidad de instaurar un gravamen, pues es en sus usos donde luego se enfocará el eterno y desdibujado debate, y no en el modo de producción. Por otro lado, partidos tan lamebotas de la patronal como los que conforman actualmente el gobierno, aprovechan para insistir con una reforma que saben que no lleva a ningún sitio, pero mejora un poco su imagen. Tan repugnante es el cinismo del PSOE, que no es más que un partido criminal, que se atreve a fingir su apoyo a las manifestaciones y aparece en imágenes con el puño en alto, como si no fueran sucios gestores del capital.

En cuanto al Gobierno de Canarias, declaró recientemente que “no se cierra” a la posible instauración de la ecotasa y da a entender que se abre a la posibilidad de un debate sobre cómo “redistribuir la riqueza”, palabras cargadas de cinismo que son insulto para la clase obrera, pues sabemos quién va a tener la riqueza en sus manos. Aunque suponga algún gasto extra para el turista, el número de visitantes no se ve afectado por ello en los lugares donde se aplica y serán las empresas privadas, como ocurre con cualquier recaudación, las que se vean beneficiadas con el impuesto. De la misma forma hacen una obra de teatro cuando se trata de “aumentar” el salario mínimo, para que parezca un pulso y un golpe importante para la patronal, pero la realidad es que, aunque la cifra en sí sea mayor, hemos perdido poder adquisitivo, y la burguesía no lucha contra nadie cuando se trata de llevar a cabo la “subida”, puesto que es quien controla el Estado y los políticos de todos los parlamentos trabajan por sus intereses. La ecotasa ya se ha usado para fraudes, y algunas organizaciones ya señalan la falta de transparencia e inversiones inadecuadas. Recordemos que el Estado no es una deidad neutral que se dedica a usar de manera “moralmente correcta” los recursos que caen en sus manos. Tienen un carácter de clase, y los capitalistas lo manejan.

Nos acostumbran a creer que la responsabilidad del daño al medio ambiente es el consumidor, y no el modo de producción. Compremos o no cierta mercancía, el daño a la naturaleza por arrasarla sin freno para sacar todo el producto posible para su salida al mercado y beneficiar a los dueños de las empresas, ya está hecho. Si no consumimos en una empresa, tendremos que consumir en otra, porque todo lo que necesitamos está en ellas, y todo consumidor que pierde una empresa, lo ganan otras, acrecentando el abastecimiento para ello.  Es el capitalismo y su modo anárquico de producción lo que origina los problemas, y no el modelo turístico, el cual es solo el reflejo de dicho modo de producción basado en la búsqueda de la máxima ganancia, procurando los empresarios ganar cada vez más peso en el mercado, y por tanto la idea es crecer sin límites, produciendo lo más rápido posible y de la manera menos costosa que esté al alcance, aunque signifique destruir los espacios naturales. Tomemos como ejemplo los lugares en los que existe la ecotasa. En Cataluña podemos ver episodios como los de las playas de Tarragona con los microplásticos. Incluso Alemania, que presume de prácticas ecológicas, arrasa con una cantidad desmesurada de recursos, los cuales no se limitan a los que se encuentran dentro de sus fronteras. También el cambio climático tiene devastadores efectos en dicho país. ¿De qué manera ha resuelto el problema la ecotasa? ¿No es un deber moral poner el foco en el modo de producción y sus efectos?

Siguiendo con Intersindical Canaria, a finales de junio celebró su IV Congreso Insular de la Federación de Hostelería. Aunque saca a la luz los demoledores datos de la situación del archipiélago, hace solamente una lectura desde las consecuencias, y no concibe las causas. Podemos ver en el artículo que se posiciona en contra de los sindicatos de la patronal, y es interesante ver que una de sus críticas hace referencia a que “la negociación colectiva se ha convertido en un coto entre la dirigencia sindical mayoritaria y las cúpulas patronales, sin la menor participación de las personas trabajadoras (…) quienes son sistemáticamente ignorados a la hora de establecer sus condiciones salariales, la jornada y los horarios de trabajo, la regulación de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, y de la defensa de la seguridad y salud en el trabajo, las mejoras sociales, etcétera”.

Vuelve la famosa negociación con la patronal y la queja por el hecho de no dejar participar. Éste es sólo uno de muchos ejemplos que podemos encontrar en las declaraciones de cualquier organización, pues no se trata solamente de Intersindical Canaria, sino que todo en la sociedad adolece de ideología burguesa. En este caso concreto, es pertinente preguntarse lo siguiente: si reconoce como algo negativo trabajar por los intereses de los empresarios y señala que las artimañas de la patronal llevan al empeoramiento de la situación del proletariado, ¿por qué legitima la existencia de los empresarios? ¿Dónde está el límite entre los intereses de la clase explotadora y la clase explotada?

No estamos exagerando al “exigir” a un sindicato que responda a las preguntas anteriores, ya que en su página web, se autodefine de la siguiente manera: “nos hemos caracterizado como sindicato de carácter sociopolítico, vinculando la lucha por el socialismo con el avance hacia la liberación nacional. (…) Intersindical Canaria no puede renunciar a la lucha por mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras, lo que exige, a su vez, cambios profundos en los ámbitos político, económico, social y cultural, que lleven a una redistribución de la riqueza en beneficio de la mayoría, que avance hacia a la diversidad y la calidad del empleo, a la mejora de la sanidad, la educación, las políticas fiscales y los servicios sociales. Esto sólo será posible con el cambio del modelo de relación Canarias-Estado, tal como la práctica ha demostrado”. Como vemos, menciona una supuesta lucha por el socialismo pero no la socialización de los medios de producción; la intención es “mejorar las condiciones de las clases trabajadoras”, “mejorar” la sanidad, la educación, las políticas fiscales y los servicios sociales. No defiende que la clase obrera tome el poder y construya el socialismo; defiende “mejorar” el sistema, y dice que solo es posible con el cambio de modelo “Canarias-Estado”, es decir, mejorar la relación entre las instituciones burguesas de la comunidad autónoma y el Estado burgués, y afirma que eso es lo que “la práctica ha demostrado”.

Lo que la práctica ha demostrado es que el capitalismo es irreformable, que la contradicción capital-trabajo sólo genera miseria y que el imperialismo está en bancarrota. Bien lo sabe Intersindical Canaria con los nefastos datos que pone sobre la mesa. Sin embargo, su posición es interclasista, normaliza el trabajo asalariado y, por tanto, la propiedad privada de los medios de producción. No hay intención de dotar de conciencia de clase al proletariado, y en su Congreso hace referencia a “personas trabajadoras” a las que se les debe dejar participar en una negociación con el burgués, que seguirá siendo el propietario a pesar de no producir la riqueza, sino solo apropiársela. Debe seguir teniendo derecho a obtener ganancia del trabajo ajeno. Por eso el Congreso presentó lemas como “Mejorar los salarios y las condiciones de trabajo, sí; moratoria turística, ecotasa y regulación de la vivienda vacacional, también”.

Si la propiedad del burgués es legítima, ¿en qué se fundamenta la lucha por la subida salarial o la “regulación” de uno de los negocios que se hacen con la vivienda? El ponzoñoso discurso de los abanderados de la “izquierda” en los parlamentos, que no son más que la pata izquierda del sistema capitalista, siempre ha hablado de un “reparto de la riqueza” en abstracto, sin decir lo que ocurre con ella, quién la produce, quién se dedica a robarla y de qué manera se hace tanto lo uno como lo otro. Es como decir que los que más tienen deben ser generosos con lo que es “suyo” y dar a los “desgraciados” una buena parte, en nombre del “bien común” de la sociedad “en general”. Eso da toda la facilidad al burgués para decir que esa riqueza es suya, y por tanto no tiene que dar nada; que pretenden “robarle” y que quien quiera algo, que se “esfuerce”. Sin embargo, el rico es rico por el esfuerzo de la gran mayoría de “desgraciados”; la burguesía no produce ni aporta, sino que su rol consiste en apropiarse indebidamente de lo que genera la gran mayoría y aspira a hacerlo siempre en mayor medida usando los frutos del trabajo ajeno que ya posee. Teniendo en cuenta todo esto, ¿Por qué menciona Intersindical Canaria la lucha por el socialismo? ¿En qué momento apunta hacia esa dirección al dirigirse a la clase obrera? ¿por qué se refiere a dicha clase como “personas trabajadoras” en su congreso, mientras en su discreta página web habla de clases trabajadoras?

En lo que respecta a los parásitos, la enésima prueba del juego de la patronal la vemos en las declaraciones del presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) en un artículo donde dice admitir que hay que mejorar la aportación del turismo al archipiélago, aunque no matiza nada al respecto. Señala, como era de esperar, que se ha reunido con el máximo representante de la burguesía en Canarias, Fernando Clavijo. Luego manipula hablando de una falsa mejoría en relación a la inflación, y al final el artículo expone lo siguiente: está dispuesto a “colaborar en todo aquello que sirva para mejorar la economía y la vida de quienes viven en Canarias”, pero matizando que debe ser una negociación colectiva porque es ahí donde “deben resolverse estas cuestiones”, puntualizando que sindicatos y empresarios tienen que llegar a acuerdos que garanticen la “viabilidad” de las empresas, “no solamente para pagar salarios, para pagar proveedores” sino también para “seguir siendo competitivos invirtiendo”. Es decir, se reunirán con los sindicatos para elaborar los ardides contra la clase obrera y poder seguir invirtiendo para que el negocio no pare de crecer. El beneficio de las empresas significa la ganancia para el empresario, no para el asalariado. Todo lo que beneficie al burgués atenta contra los intereses de la clase obrera. El parásito que encabeza la CCE lo sabe, y por eso disfraza sus intenciones con palabras de “buena voluntad”; sabe que es hora de jugar a las concesiones con letra pequeña. Y los colectivos de Canarias Palante nos dicen que se debe negociar.

Es el mismo que dijo, refiriéndose a los trabajadores de baja médica, que los empresarios pagan a los obreros por no ir a trabajar, cuando es precisamente el obrero quien genera todo y quien sufre el robo, ya que, contra su voluntad, es quien paga por trabajar generando la plusvalía para el empresario, el cual no solo es totalmente prescindible sino que su existencia es el principal problema de la sociedad. Además, este tipo de falacias de la patronal en Canarias ya fueron desmentidas en un comunicado de nuestro partido.

Recordemos a Intersindical Canaria que la base de ese modelo que quieren es la explotación humana, ya que los asalariados son quienes generan toda la riqueza (producción) al vertiginoso ritmo que marcan las exigencias del mercado con el nivel de desarrollo actual de las fuerzas productivas. Los obreros no obtienen lo que les corresponde según lo generado, sino solo una parte, que es el salario, destinada a mantener y renovar su fuerza de trabajo, y es por ello que, a pesar de producir todo lo necesario para la vida en sociedad, su acceso a bienes y servicios es limitado. Las necesidades son mercancías, es decir, son propiedad del explotador y se destinan a darle ganancia, aunque se hayan creado con el trabajo de los asalariados. La automatización sustituye a trabajadores por máquinas que agilizan la producción, y envían al obrero al paro y a engrosar las filas del ejército industrial de reserva, lo que lleva a facilitar al burgués ofrecer precariedad por aumentar la cantidad de obreros necesitados de trabajo, y a su vez lleva a menor poder adquisitivo, menor consumo y pérdidas por sobreproducción, es decir, lleva a las crisis. Se da una delirante contradicción: sobra producción, la cual sólo se permite con el sello de la propiedad privada, pero faltan consumidores, y el burgués procura solucionarlo buscando nuevos mercados en el exterior para dar salida a sus mercancías, generar deuda, cargar las pérdidas privadas en las cuentas del Estado y controlar recursos y política con invasiones y guerra, con los que también se libra de excedente humano a través de la miseria y la barbarie. ¿No es un deber moral acabar con esto?

Canarias Palante también reclama un impulso para el sector primario. Es algo que, como ocurre con todo lo demás, piden a los representantes de la burguesía. Veamos de qué manera obra el sector primario en manos del capitalista.

Hemos conocido recientemente que millones de kilos de plátanos han sido desechados por orden de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), como consecuencia de una sobreproducción a la que no pueden dar salida en el mercado. De esta manera se evita la bajada de precios por sobreoferta, y se demuestra una vez más el único interés de la propiedad privada: usar el trabajo ajeno y las necesidades para obtener ganancias.

Según datos del INE y del Ministerio de Agricultura, en 15 años ha habido una pérdida de más de 100.000 agricultores en España, acaparando claramente las tierras las grandes empresas agrícolas y terratenientes, en detrimento de los pequeños agricultores que poseen parcelas de escasas hectáreas y no pueden competir. La ampliación de las explotaciones de estos grandes propietarios requiere cada vez de más maquinaria y tecnología para mejorar la tierra y su productividad, y prescinden progresivamente de asalariados. A pesar del mayor uso de estos avances, que en 20 años ha aumentado en más de un 50%, los víveres no dejan de aumentar su precio ya que los monopolios tienen el control. Se hacen cada vez más con el mercado, y con tierras que ya no resultan rentables a sus arruinados propietarios, que solo pueden arrendarlas o venderlas a bajo precio, y cuanto más se expande el monopolio más controla los precios, alegando que se encarga de satisfacer más demanda y proceso productivo, aunque en realidad se dedica a comprar cada vez mayores participaciones (invertir en acciones) en todo tipo de negocios para especular y ganar con lo que producen asalariados de otras empresas. Es decir, hay cada vez mayor concentración del capital. Y cuanto más invierte en la mejora de las tierras y la eficiencia en la producción de estas, relacionadas además con la alimentación del ganado y, por tanto, con todo lo derivado del sector de la ganadería, más nos reclamarán para poder comprar la comida, sabiendo que nuestros salarios no crecen ni al mismo ritmo que los precios, ni teniendo en cuenta que los trabajadores producimos cada vez más en menos tiempo. Pero no significa que la burguesía no sea consciente de ello; al contrario. Tan clara está la lógica del capitalismo de buscar la máxima ganancia y obviar la necesidades humanas, que incluso tierras de cultivo son usadas para el negocio de las constructoras o para que grandes empresas las usen para sus instalaciones.

Volviendo a la situación concreta de Canarias, en septiembre la Plataforma por un Precio Justo y Auténtico para el Agricultor del Plátano de Canarias denuncia que Asprocan aprovecha una posición de privilegio para ordenar la destrucción de plátano “sobrante” (esto se conoce como “pica”) perjudicando al pequeño agricultor, y la plataforma señala que es el Gobierno de Canarias quien tiene la obligación legal de inspeccionar la gestión de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) que realizan las organizaciones productoras, pero desde 2015 el control de esta gestión fue cedido a Asprocan. También declaran que el fracaso de la gestión ha llevado a muchos agricultores a abandonar la actividad, a la pérdida de muchos empleos y que ha habido competencia desleal, así como la escasez de “expertos” para llevar el plátano a mejores mercados, siendo esta, según el criterio de la plataforma, una de las causas de esta crisis.

Por su parte, Asprocan y otras empresas líderes en producción del plátano, no quieren una ampliación del período en el que se reciben las ayudas europeas para cubrir gastos. El presidente de Asprocan, en relación a dichas ayudas y al tope a la producción para recibirlas, quiere fingir preocupación por el pequeño agricultor, pero le delatan sus palabras: “nadie va a estar interesado a comprar esas propiedades que no tengan un histórico bueno. El que cayó en la desgracia de tener una baja mochila perderá lo que tiene, no habrá ni medianeros, ni arrendatarios, ni querrán entrar en una propiedad en la que tendrán que esperar 15 años para conseguir una mochila comparable”. Es decir, ya da por hecho la inevitabilidad de la caída del pequeño productor y, lejos de defenderlo, reclama la dificultad para sacar beneficio de esas parcelas que se abandonarán. Siguiendo por esta línea, también añaden, respecto a los topes y ayudas, que “pasar de actualizar las cantidades de referencia de dos a tres años supone condenar aquellas fincas que por cualquier causa hayan tenido un problema puntual en la producción, y no va a fomentar que haya una renovación ni que entren nuevos productores a recuperar esas fincas.”. Con lo cual, claramente hablan de su preocupación por la rentabilidad de las tierras de sus afiliados, y no por la pérdida de propiedad y sustento ajenos. En una cooperativa agrícola se obtienen beneficios en proporción a la participación económica, así que hay relaciones desiguales entre sus miembros.

Reclaman también que “se adapten” (es decir, recibir mayores cuantías) las ayudas de la UE, puesto que, según dicen, reciben las mismas desde hace 20 años. Pero lo más curioso es la explicación que se da a la sobreproducción, pues dicen que “las causas del exceso de producción se deben, fundamentalmente, a causas climáticas y a que la gente cultiva cada vez mejor, porque, si analizamos las superficies cultivadas desde hace 10 años, lejos de crecer, han disminuido”. Vemos que sacan pecho ante el hecho de que las tierras cultivadas han disminuido, significando que muchos se quedan sin nada por no poder competir con los que lideran el mercado, y que a pesar de dicha disminución “se cultiva cada vez mejor”, procurando así recalcar que son “merecedores” de mayor transferencia de ayudas europeas por su “buen trabajo”. Lo que cuesta entender es que la sobreproducción se deba a que “la gente cultiva cada vez mejor”; ¿significa que no pueden frenar al exhibir su magistral destreza en el cultivo y eso les lleva a un exceso de toneladas? Y en cuanto a las “causas climáticas”, ¿quieren decir que llueven plátanos? No, esas declaraciones tan ridículas solo son propias de un ignorante o de un manipulador.

La causa de la sobreoferta es la anarquía de la producción, lo cual ocurre porque las tierras son de propiedad privada y, por tanto, con el producto se busca únicamente la ganancia. Se requiere que dicho producto llegue a tanto mercado como sea posible, pues es una mercancía y esto significa que tiene dueño; el propietario o propietarios de las tierras. Dichos dueños necesitan que se compre el producto para aspirar al beneficio, que irá para ellos y no para los asalariados que trabajan en las explotaciones agrarias, que solo recibirán un dinero por su fuerza de trabajo, ni tampoco para estar a disposición de todo el que realiza su aporte a la sociedad. No solo debe el plátano de Canarias (en el caso que nos ocupa) competir con el consumo de otros productos, como por ejemplo la banana u otros frutos que pertenecen a otras empresas, sino que los precios de la cesta de la compra, el alquiler o la hipoteca, las facturas, la gasolina, los seguros, etc., unido a salarios cada vez más alejados de la carestía de vida, dificultan el consumo de la mercancía. Es por ello que deben hacer desaparecer tanto producto, pues reduciendo la oferta se procura que no disminuya el precio, y mientras quienes tienen las explotaciones más grandes pueden resistir mejor los golpes del mercado, los pequeños no pueden permitirse las pérdidas. Es lo que ocurre al vivir en este criminal sistema llamado capitalismo, que no hay realmente planificación de la economía, no se produce en base a las necesidades y quienes generan la riqueza no tienen acceso a lo que les corresponde según su tiempo de trabajo; su aportación a la sociedad. Obtienen un salario mientras la burguesía se apropia de los frutos del trabajo, y por tanto no puede haber un equilibrio entre lo que se produce y lo que se consume, y mucho menos destinar lo producido al desarrollo humano, ya que, como hemos dicho, todo está hecho para la ganancia de quien ha comprado el derecho a adquirir trabajo ajeno, y entre estos individuos, que cada vez son menos y más ricos, se reparten el dinero de los consumidores, que a su vez son, en su gran mayoría, los mismos que producen todo.

En lo relativo al sector primario, también podemos observar cómo el gobierno anuncia subvenciones de hasta 100.000 euros para menores de 41 años que decidan “emprender” en el sector agrario. Lógicamente, no se trata de las ansias del Estado burgués, ni de los monopolios a los que éste pertenece, por beneficiar a estas personas, sino que es la enésima transferencia indirecta de dinero público hacia los empresarios, pues los “emprendedores” que se acojan a estas ayudas deben comprar semillas, abonos, maquinaria, herramientas, etc. Es decir, ser clientes de empresas más grandes, y ya hemos visto la caída progresiva e inevitable de los pequeños agricultores frente a la minoría que va acaparando el mercado. De este modo, además de significar dinero público para asegurar cierto consumo, retrasar crisis y dar beneficios a unos parásitos, se volverán a trabajar tierras abandonadas para reemplazar a los que ya no han podido más con su actividad agrícola y dejan las cooperativas, y por otro lado, se prepararán otras tierras para el cultivo invirtiéndose en ellas con estas “ayudas”, con lo cual la gran burguesía no tendrá que hacerlo con sus propios medios.

Los colectivos de Canarias Palante quizá no comprenden la dinámica del mercado y creen que, habiendo mercado, pueden reivindicar “soberanía alimentaria”. ¿Se olvidan de que las mercancías tienen dueños y que éstos no son los productores? Y ante la creciente pobreza, ¿no ven que quien no tiene dinero, no come? Y esto no ocurre solo con aquellos a quienes se les niega el empleo, sino con trabajadores en activo, pues casi tres millones de trabajadores viven en situación de pobreza severa en España ¿qué pretenden cambiar si la producción de los alimentos y todo lo demás sigue siendo propiedad privada? El mercado es mundial, y los monopolios poseen financiación, tierras, acciones en otras empresas, etc. Pueden proveer rápidamente de toda la variedad de todo tipo de productos que hacen posible la gran cantidad de demanda que existe en los negocios, sobre todo los del sector turístico que son mayoría en Canarias.

A los que tienen el poder no les importa el bienestar de nadie lo más mínimo, salvo el suyo y llenar sus bolsillos. ¿Creemos que no saben que se dedican al robo y que la gente sufre? ¿Creemos que exigiendo un negocio más “sostenible” o “humano”, el capitalismo dejará de ser capitalismo? No van a poner un tope a sus ganancias a costa del trabajo ajeno para “repartir” la riqueza. ¿Debemos decirle al ladrón que nos dé un poco más de lo que nos ha robado? Tampoco se trata solamente de empresas Canarias acaparando el capital, ya que éstas no sólo necesitan ser clientes de otras grandes empresas, sino que éstas últimas tienen sus participaciones e inversiones en el archipiélago. Se necesitan mutuamente para obtener continuamente la máxima ganancia posible, caiga quien caiga, mientras puedan sostener e incrementar sus negocios con explotación humana en sus regiones, abusos y saqueo en naciones oprimidas, especulación y transferencias de dinero público. Ni Canarias ni ninguna región del mundo viven al margen del mercado mundial que es dominado por el capital financiero. Es el capitalismo monopolista; lo que conocemos como imperialismo. Pensando como los que lideran los colectivos, tendríamos una visión totalmente sesgada que no nos dejará salir del bucle jamás, o caeríamos en el mismo cinismo que el presidente de Canarias al decir sobre las subvenciones para “emprendedores” que “existe talento, ganas y un futuro prometedor para el sector primario, ya que todos nos alimentamos todos los días, pero para garantizar la continuidad de la actividad agraria es necesario que existan ayudas públicas, como estas, cofinanciadas por el Gobierno de Canarias, para impulsar el arranque de jóvenes empresarios”. Ni todos tenemos la alimentación que necesitamos cada día, ni la existencia de empresarios es algo positivo, pues pertenecen desde hace mucho tiempo a un sistema caduco, criminal y en bancarrota, y por tanto no hay “un futuro” en el capitalismo. Lo que ocurre es que solo se resiste a morir y dar paso al socialismo.

Si realmente se quiere hablar de solucionar los problemas de la sociedad, faltan cosas esenciales que algunos colectivos sí que mencionan, pero que finalmente los discursos y protestas no reflejan y se sigue enfocando todo en el asunto del turismo, la vivienda y la ecotasa con estrechez de miras. Por ejemplo, el Gobierno canario admite una falta enorme de inversión en educación y se ve presionado porque hay una desmesurada precariedad para los docentes. A su vez, el Gobierno presume de, supuestamente, preocuparse por atender a la diversidad, pero Canarias encabeza la lista de espera (hasta dos años) para la valoración de la discapacidad y conseguir la correspondiente pensión. Sin embargo, se despilfarran recursos para subvenciones a empresas, conciertos para constructoras, transferencias para grandes tenedores de vivienda, sanidad privada, etc. Por no hablar de que todo esto se reproduce en mayor o menor grado en todas las regiones del Estado español, y no hay que olvidar el negocio de la guerra y el apoyo a estados claramente fascistas y genocidas.

Siguiendo con la sanidad, 1 de cada 3 operaciones en el archipiélago se realiza en el ámbito privado, faltan especialistas, hay protestas en el Sindicato Médico de Canarias por la lentitud en la estabilización del personal, pues falta oferta pública de empleo, un 6% del presupuesto para la sanidad pública se dedica a la sanidad privada y la consejera de Sanidad, que defiende dicha parasitación abiertamente, dice, con todo el cinismo del mundo, que sin eso la lista de espera sería mayor. Es por ello que intentan presumir de la ínfima bajada en las listas de espera, fingiendo que es por su preocupación por mejorar la calidad del servicio, cuando en realidad muchos pacientes tienen que optar por pagar de su bolsillo la atención que necesitan. ¿La salud no debe estar en el centro de las protestas? ¿acaso la mayoría de la población no se ve afectada por la precariedad del sistema de salud?

También hay situaciones graves bien conocidas, como los abusos que suelen sufrir los menores migrantes y el hecho de que muchos de ellos acaben en exclusión social al cumplir la mayoría de edad, es decir, después de que los centros que cínica y miserablemente se autodenominan como “sin ánimo de lucro”, ya no pueden hacer negocio con ellos. No se trata de casos aislados. El presidente Clavijo, después de un pulso con el Gobierno central e intentar incluso impedir que las organizaciones acogiesen a más menores migrantes sin permiso (que fue rechazado por el TSJC) presume de que ahora se cuenta con 100 millones más para atender “la crisis migratoria”. Incluso ha habido repatriaciones, pero el presidente alega que esos menores son atendidos en sus países, junto a sus familias, por organizaciones bajo la supervisión del Gobierno de Canarias. Incluso aplaude el “trabajo de contención” que hacen más de 8000 agentes marroquíes. Claramente, la gestión está destinada a acoger a aquellos con los que se pueda sacar beneficio chupando dinero público, y para expulsar a aquellos que “desbordan” el desastroso sistema. Esa organización que se ocupará de los menores en esa tierra de la que están huyendo se beneficiará de subvenciones para hacer un trabajo nefasto de caridad.

Las personas migrantes que llegan a Canarias y a toda a España, huyendo de la barbarie imperialista en la que participa la burguesía del país en que vivimos, son en su mayoría clase obrera; nuestros hermanos de clase, y no lo son la patronal canaria ni de ningún rincón de España, ni nadie que explote asalariados en dicha comunidad autónoma, en cualquiera de todo el Estado español o en cualquier lugar del mundo. La burguesía es nuestra enemiga de clase, y tiene conciencia de clase. Es una guerra y lo sabe, como también sabe que la clave está en que los proletarios no sepan lo que ocurre ni cómo funciona este criminal sistema. Hará todo lo posible por desviarnos del camino revolucionario a través de sus bestias fascistas, sus medios de manipulación de masas, sus sindicatos verticales y sus oportunistas que van con un megáfono, conscientemente, hacia callejones sin salida. No se trata de negociar ni de pedir una parte en la participación política con los opresores. Explotadores y explotados no pueden tener un camino común, porque están en diferentes trincheras. Si de verdad la burguesía y sus lacayos quisieran “el bien común” y pudieran estar mínimamente interesados en la emancipación humana, ¿no sería asombrosamente fácil comenzar a construir el sistema que necesitamos y que está más que demostrado por los hechos que conocemos cada día, así como por la ciencia? No lo hacen porque su propósito es vivir de la parasitación del trabajo ajeno y de lucrarse con las necesidades, y eso choca frontalmente con los intereses de la aplastante mayoría.

Ya basta de cantos de sirena y de dejar que nos cuenten la misma historia de siempre: que el camino pacífico, las manifestaciones espontáneas y la “colaboración” entre clases mejorarán la sociedad. La clase obrera no tiene cabida en la vida política, más que para producir para otros, si la burguesía tiene el poder. No se trata de presentar una lluvia de ideas dentro del marco de la economía de mercado. No se trata de convencer a los representantes de la burguesía, que son todos y cada uno de los que se encuentran en todos los parlamentos, de que hay una situación que ellos ya conocen claramente, de la misma manera que saben perfectamente qué intereses representan. No debemos dividirnos en colectivos, ni poner el poder en manos de la clase dominante, esperando que nos dé permiso para alguna “participación”. Nadie mejor que el proletariado conoce su propia situación, lo que necesita, sus dolencias, sus carencias y las dificultades cada vez mayores para sobrevivir. Nosotros, la clase obrera, debemos empezar a contar con nosotros mismos y con nuestras propias fuerzas, y no con los explotadores y sus sirvientes.

A nivel estatal la situación es lamentable y no va a mejor, precisamente, pero nos hemos centrado sobre todo en Canarias en este artículo. Y en lo relativo a todo lo derivado del 20 de abril, ¿no hemos comprobado que una mayoría está en situación de precariedad, harta y agotada? ¿no hay una minoría que no produce y, sin embargo, acapara todo y toma las decisiones? ¿Es una situación nueva o ha empeorado lo de siempre? No se va a solucionar diciendo a la criminal clase social que tiene el poder que haga “otra cosa” con él, y que así le pueda dar, simplemente, otra forma al mismo problema. Tampoco caigamos en la trampa de discursos absurdos sobre una especie de “psicología del canario” o de cualquier lugar de España. Ni sienten, ni piensan ni necesitan lo mismo personas en situaciones diferentes. Hay personas que carecen de recursos para cubrir sus necesidades, bien porque no encuentran empleo, o van de trabajo precario en trabajo precario, o tienen “empleo estable” pero son más los gastos que sus ingresos. Las hay que, sin trabajar, van sobrados porque son propietarios de un negocio y los trabajadores de su empresa le permiten esa abundancia. Otras personas tienen necesidades fisiológicas cubiertas, pero no las psicológicas, al igual que hay quien cubre a duras penas las fisiológicas pero cuentan con apoyo y cariño. Hay personas que viven en soledad no deseada, otras tienen problemas de adicción, que son derivados de ciertos factores en su historial de vida; otras viven en la calle porque no tienen nada, otras padecen enfermedad mental y no son atendidas, otras tienen que cuidar de familiares enfermos, y personas enfermas tienen la impotencia de depender de familiares. Hay quien padece problemas de ansiedad, depresión; hay quien, siendo asalariado, cubre bien sus necesidades, y también hay asalariados que benefician a la patronal y no a sus hermanos de clase. Hay personas que sufren malos tratos, algunos visibles, y otros invisibles, como el psicológico en el hogar. Y así un largo etcétera. ¿Cuál es esa “psicología del canario”? Una persona no es de una manera o de otra dependiendo de que haya nacido en tal o cual sitio. Todo depende de las condiciones en las que se desarrolle su vida, factores asociados y los acontecimientos que tengan lugar. Este tipo de discursos que basan su discurso en la “canariedad” o conceptos similares, ignoran u omiten que vivimos en una sociedad de clases donde hay una minoría de poseedores que se apropian de la riqueza y una gran mayoría de desposeídos que la producen, y que tienen que vender su capacidad de trabajar para sobrevivir, sino que también es una manera de simplificar sobremanera la conducta humana y fomentar la idea de que nos diferenciamos según el lugar de origen.

Se han dado en el archipiélago repugnantes y miserables manifestaciones contra los migrantes vinculándolos con la delincuencia, que tienen lugar debido a los bulos que los capitalistas difunden a través de sus bestias fascistas para dar una visión totalmente alejada de las causas de los problemas. ¿También “somos” así los demás que vivimos en Canarias o esos no son canarios? Son, simplemente, los más atrasados ideológicamente que se han juntado con lo más rastrero del capital financiero que aprovecha la ignorancia y el miedo, y por eso creen los cuentos que salen de la boca de aquellos que dicen “¡que viene el lobo!” mientras apestan a muerte y sus carcomidos disfraces de cordero están manchados de sangre.

Canarias Palante aún sigue esperando una mesa de diálogo con los opresores; he ahí su lucha. Y declara que “la gente está llamada a participar en el encuentro ‘Todo el Mundo Junto’ el próximo 30 de noviembre, donde sí contará la opinión de todas. Seguiremos protestando y proponiendo para seguir dejándoles en evidencia”. Es decir, se escucharán opiniones para seguir proponiendo a los opresores y, si éstos no hacen caso, seguir protestando “dejándoles en evidencia”. Una reunión para opinar lo que sea, pedir al enemigo y acabar en el mismo punto, aun viendo que la participación ha bajado de manera alarmante. ¿Quién se pone en evidencia?

Es en los centros de trabajo donde se produce todo lo que conocemos, y el principal dominio del patrón. Organizarnos en dichos centros es esencial y la única manera real de conseguir cambios y comenzar a pelear realmente por lo que nos pertenece, inclinando progresivamente la balanza y la transferencia de riqueza de esas manos que nos roban hacia las nuestras, así como mejorar las condiciones. Pero no basta con hacerlo de manera aislada y cada centro por su lado, porque la clase obrera es una, y debemos comenzar a organizarnos como clase y desafiar al capital; al poder de la burguesía que nos roba la vida. Por ese camino, y acumulando cada vez más fuerzas, podremos finalmente hablar de tomar el poder político y expulsar a los parásitos. Para ello es menester comenzar a fortalecer el sindicalismo de clase.

Por otro lado, la lucha por el medio ambiente no puede dar frutos si no apuntamos hacia la superación de este destructivo e inhumano modo de producción. La bancarrota del imperialismo aumenta la especulación con la vivienda y la mayor transferencia de riqueza de las rentas bajas hacia las altas, usando recursos del Estado para intentar blindar este negocio con una necesidad. Lo mismo ocurre con la sanidad y la educación, puesto que la quiebra del capitalismo exige que los recursos públicos se destinen en menor medida hacia los servicios que necesitamos, y más hacia el soporte de los monopolios, intentando retrasar la caída del consumo con dichos recursos y haciendo que el trabajador pague con su salario todo lo que puede necesitar, y si no puede se quedará atrás. Debido a esto, los estudiantes y los jóvenes en general se ven ante una situación que les dificulta cada vez más la formación, la consecución del empleo, el acceso a una vivienda, etc., y por tanto, se reduce cada vez más la esperanza por un futuro. Tampoco la lucha por los derechos de los migrantes y contra el racismo llegarán a ningún lado si no ponemos la riqueza a disposición de la gran mayoría que la genera, para así planificar la economía y superar todas las dificultades, y si no señalamos este sistema de miseria y barbarie, que no solo empobrece y pisotea a la clase obrera de este país, sino que saquea, hace sangrar y destruye sin freno a las naciones oprimidas, y provoca las migraciones para luego explotar de la manera más cruel a nuestros hermanos de clase que vienen huyendo, ya sea trabajando en condiciones deplorables o siendo un número en una ONG, además de demonizarlos. Y así un largo etcétera. Y no, no se trata de “dispersarse” ni de querer abarcar “demasiados asuntos a la vez”.

¿Qué significa todo esto? Significa que todas las luchas tienen la misma raíz, el criminal capitalismo. Por eso debemos ser conscientes de que debemos unirlas todas en una única lucha contra el capital, y conformar un Frente Único del Pueblo en el que comience a organizarse nuestra clase y formar nuestros propios órganos de poder, conociendo a nuestro opresor enemigo, que es la burguesía, así como la realidad que vivimos y luchando por nuestros intereses. Quien vea la unión del proletariado como una utopía y como una empresa imposible, ¿no se han unido miles y miles para protestar siguiendo el llamado de unos colectivos? ¿no hay ya muchísimos de nosotros que estamos de acuerdo en que la situación es insostenible? ¿No demuestra eso que la unión es, evidentemente, no solo posible, sino que ya comenzamos a verla en cierto modo? El impulso de los colectivos y las manifestaciones en Canarias se han desinflado porque no hay ningún trabajo real; no se pone el foco en los trabajadores ni en que deben ser el motor y los protagonistas de la lucha. Los obreros son meros observadores y se les dice que solo nos queda indignarnos ante las consecuencias, pero sin tocar las causas. Solo nos queda esperar y ver si la burguesía y sus políticos nos dan respuestas y permisos. Tiene tanto sentido como decir que quien debe acabar con una situación de malos tratos es el maltratador. Es una lucha de clases y los explotadores lo saben; no van a hacerse a un lado, dejar de parasitar y soltar su dominio por el bien de la humanidad. Querrán siempre, a toda costa, conservar su poder y su sistema de la manera que sea, bien haciendo insignificantes y temporales concesiones, o bien reprimiendo con violencia. No debemos dirigirnos a ellos, sino a nuestros hermanos de clase, con organización, afán de lucha, constancia, acciones destinadas a dar frutos en nuestro combate y en las situaciones concretas que vivimos, para dar ejemplo y esperanza al resto de obreros que puedan ver resultados tangibles, y sepan que ese es el camino, seguir aunando fuerzas y elevando el enfoque político y el alcance de la lucha hacia presiones y metas cada vez mayores. Ser la auténtica oposición al capital hasta romper con él.

Si bien es cierto que elevando el discurso por encima del reformismo al que todos estamos acostumbrados hay mayores dificultades, también es cierto que lo que vivimos en nuestro día a día, así como los datos y los hechos, hablan por sí solos. El primer paso es que todos aquellos que sean conscientes de que el camino debe ser revolucionario, es decir, de ruptura con el capitalismo y de su superación hacia el socialismo, se unan a las filas de la revolución y formen parte de la construcción de dicho proyecto. No seamos sujetos pasivos esperando a que ciertas personas convoquen protestas ocasionalmente y lleven unas quejas a las instituciones burguesas, poniendo en estas el poder, llevando a la desesperanza a los obreros que solo ven una marcha espontánea en la calle cada cierto tiempo, sin frutos ni participación en una lucha activa. Trabajemos nosotros, la clase obrera, por nuestra organización y fortaleza, y sobre aquellos problemas tangibles de nuestro día a día que tienen su raíz en el capital y que solo podemos resolver como clase, de manera colectiva. Extendamos esa organización y esa lucha hasta convertirla en una auténtica fuerza para mandar a este sistema criminal al basurero de la historia y edifiquemos la democracia obrera, el único camino hacia el auténtico desarrollo humano y hacia la satisfacción de las necesidades e intereses de la gran mayoría. Y aunque algunos quieran hacernos creer que cada región es una burbuja aislada, la clase obrera es una, se encuentre donde se encuentre; debemos ser internacionalistas y ser conscientes de que la clase obrera mundial debe luchar contra la burguesía mundial. Nos va la vida en ello, y ya vemos las escaladas en la guerra interimperialista que existe entre el viejo bloque que se hunde, liderado por el país más criminal de la historia, que es EEUU, y el bloque nuevo que surge, BRICS (liderado por China). La clase dominante apuesta cada vez más por la guerra porque la única salvación para su sistema es el control del mercado y materias primas, y se ha llegado a una línea en que ambos bloques competidores chocan, y es por ello que cada vez se destinarán más recursos a su barbarie y al negocio de la muerte. Para ellos sobran vidas humanas y nuestra miseria es inevitable.

No nos engañemos; la única manera de oponerse al imperialismo y a todas las funestas consecuencias de su barbarie, las cuales vemos cada día, es la construcción del socialismo.

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.) EN LAS ISLAS CANARIAS




El capitalismo es la muerte para el trabajador y la DANA lo ha demostrado

Miles de trabajadores se vieron obligados a seguir trabajando durante la gota fría bajo amenaza de despido, lo que se ha cobrado cientos de vidas de la clase trabajadora. Han habido despidos de trabajadores que no pudieron llegar a su puesto de trabajo por las consecuencias de la catástrofe y muchos voluntarios tuvieron que abandonar las tareas de reconstrucción el domingo contra su voluntad porque no pudieron coger licencias en su trabajo para continuar en las zonas afectadas.

El capitalismo ha mostrado, esta vez de la forma más descarnada, su esencia criminal y antiobrera con lo sucedido por el paso de la DANA. Grandes empresas como Mercadona, Ikea, Glovo e Inditex obligaron a sus trabajadores a permanecer en sus puestos de trabajo a pesar de las lluvias torrenciales que desolaron Valencia y provocaron desapariciones en Albacete y Málaga.

Pero no solo en las grandes empresas se han producido crímenes contra la clase obrera, sino que también pequeñas y medianas empresas han obligado a mantenerse en el puesto de trabajo durante la tragedia. En el centro comercial de Bonaire y sus alrededores, zona comercial muy concurrida a las afueras de Valencia, y devastado por las inundaciones, los empresarios obligaron a los trabajadores de la restauración y de los pequeños negocios a mantenerse en el puesto de trabajo y tuvieron que quedarse allí durante toda la noche porque no les permitieron irse a casa cuando se avisó del peligro.

En el polígono de Riba-roja de Túria, a 20 kilómetros de la capital, se vivió una situación similar: las empresas Lassal, Mercadona, Glovo y Aquaservice son otras de las grandes firmas que no han tomado medidas ante los efectos de la DANA. Según palabras de su alcalde, Robert Raga. “Todavía estamos sacando trabajadores del área industrial. Estamos dándoles atención médica y psicológica a aquellos que lo necesitan”, insiste el regidor.

Las autoridades locales confirmaban el miércoles pasado que “cerca de 800 trabajadores” quedaron atrapados en los parques empresariales que están aguas arriba del Túria, “arrasados” por la DANA. En Catarroja, las lluvias torrenciales dejaron “encerrada” a una vecina en la tienda en la que trabaja. “Ella tuvo que hacer su horario, como si no fuera a pasar nada. De su marido, todavía no tenemos noticias”, denunciaba la sobrina de ambos.

La catástrofe pilló en la carretera a cientos de trabajadores que volvían a casa o regresaban con sus camiones de reparto a las naves, demasiado tarde por culpa de los empresarios que jugaron con sus vidas para seguir robándoles la plusvalía. Algunos tuvieron que subirse al techo de los vehículos para no quedar sumergidos bajo el agua; otros siguen en paradero desconocido.

También estas empresas obligaron a acudir al puesto a sus trabajadores a pesar del riesgo que supone circular hoy por las vías afectadas o, incluso, siendo imposible por haber perdido el coche en la catástrofe. Bien conocido por todos es el caso de Fabián, electricista de Paiporta que fue despedido de su puesto de trabajo por no poder llegar a tiempo al mismo al haber perdido el coche por las lluvias. ¿Cuántos trabajadores que no han salido en televisión han sufrido las mismas consecuencias?

El lamentable papel de los sindicatos vendidos al capital, CCOO y UGT, y de la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sido deleznable y asqueroso a partes iguales. La Ministra pedía “responsabilidad a los empresarios para que nadie trabaje corriendo riesgos” obviando que la lucha de clases y la acumulación de capital rigen el mundo capitalista, donde lamentablemente hoy vivimos. No son otra cosa más que las declaraciones propias de una babosa lacaya de la burguesía.

CCOO y UGT, por su parte, lejos de denunciar los atropellos criminales producidos contra la clase obrera retratados arriba, lo que han hecho es  pedir la aplicación de ERTES por fuerza mayor, cargando así a la clase trabajadora con las consecuencias de la catástrofe. Una prueba más de la indecencia y lo vendidos al capital que están estos sindicatos corruptos.

Los voluntarios, trabajadores de todas partes del estado, han sido realmente los únicos que han ayudado a la limpieza y reconstrucción de las zonas afectadas. Pero una vez más el capitalismo trata de romper la solidaridad obrera con su lógica criminal, ya que buena parte de los voluntarios no han podido ausentarse de sus puestos de trabajo más allá de los días festivos, viéndose obligados contra su voluntad a dejar de ayudar en las zonas afectadas.

Esta radiografía de la situación deja bien a las claras que el capitalismo es un sistema criminal que ahoga a la clase trabajadora hasta su muerte para conseguir los beneficios esperados para la burguesía. El Estado, en toda su organización, se ha comportado como si nada pasara, lo que es un fiel reflejo del pensamiento de quien domina este estado. Porque los capitalistas no reparan en la vida de los obreros ni en sus miserias, sino únicamente en los beneficios logrados.

Los obreros deben emanciparse de una buena vez como clase. Deben mandar al capitalismo, su estado criminal y sus lacayos al basurero de la historia. Deben tomar las riendas de su destino y construir el socialismo, ya que es la única manera de lograr la vida digna que merecen, lejos de la miseria y la muerte a la que les somete el capitalismo, como ha quedado patente en Valencia.

 

¡Socialismo o barbarie!

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE




Gota fría, el estado capitalista asesina a la clase obrera

Cinco días después de que se inundara Valencia, las autoridades reconocen la muerte de 211 personas y, gracias a una filtración periodística, se conoce que hay más de 1.900 personas desaparecidas. A ellos, se les ha de añadir los fallecidos y desaparecidos en las provincias de Albacete y de Málaga.

Por tanto, lo primero que debemos reseñar es la manipulación informativa que el pueblo está sufriendo de los efectos de este episodio de gota fría por parte de las administraciones públicas, al igual que por parte de los medios de manipulación de masas que ocultan las causas de todas las muertes y desapariciones y, sobre todo, omiten que en un estado que realmente ubicara en el centro de todo al pueblo, que es la clase obrera, el número de muertos y desaparecidos sería mínimo.

En esos mismos medios de comunicación de masas, “contertulios” reaccionarios de los que participan en los mismos, se burlaban de los problemas eléctricos en Cuba y se frotaban las manos con el paso del huracán Óscar por la isla una semana antes, pensando que ambas cuestiones conjugadas podrían desencadenar un conflicto interno en el país. Hemos de recordar que el huracán Óscar, en Cuba, provocó 8 muertos y 2 desaparecidos, nada que ver con el desastre acontecido en la provincia de Valencia.

Sin duda alguna, los centenares de muertos, por ahora, que desgraciadamente serán miles, son responsabilidad directa de los empresarios y sus esbirros políticos, fundamentalmente del PP y PSOE. Todas estas muertes recaen, en nuestra opinión, sobre sus espaldas porque son consecuencia de sus políticas.

Entre el día 24 y el 29 de octubre la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) emitió un total de siete avisos alertando sobre la formación y el avance de la dana y el incremento progresivo de las alertas sobre diferentes zonas de la Comunidad Valenciana. Ya el día 24 de octubre la AEMET anunció la formación de la gota fría y el riesgo que suponía para dicha comunidad; el 28 de octubre a las 22:48 horas se declaró la alerta naranja por parte de la AEMET; el 29 de octubre a las 6:36 horas activó la alerta roja para el litoral valenciano advirtiendo la inminente y extrema gravedad; a las 9:41 horas la alerta roja se amplió para toda la provincia de Valencia.

Mientras tanto, el presidente de la Comunidad Valenciana, Carlos Mazón, según señalaba el diario británico The Telegraph se encontraba en sesión fotográfica y el secretario valenciano de emergencias estaba de tertulia taurina con el Jefe de festejos taurinos. Tal vez por ello, no es hasta las 20:03 horas del 29 de octubre cuando el gobierno autonómico da la primera alerta meteorológica oficial, cuando ya el daño provocado por el fenómeno meteorológico estaba hecho, dejando a miles de valencianos a su suerte.

Aparte de la incompetencia y de la irresponsabilidad del gobierno valenciano, gobernado por las organizaciones fascistas PP-VOX, como se ha podido comprobar, lo principal para el gobierno valenciano, y también para el gobierno “más progresista de la historia” de PSOE-IU/PCE/SUMAR, era no paralizar la producción y que los trabajadores no dejaran de generar plusvalía para los empresarios, importando bien poco si los obreros mueren o no. Sin duda, el beneficio empresarial está por encima de la vida de la clase obrera.

Y ello se pudo comprobar no sólo ese maldito día 29 de octubre, sino también el día 30, cuando los hechos se reproducían en la provincia de Castellón, donde tampoco se limitaron los movimientos de la ciudadanía y, por supuesto, tampoco se paró la producción demostrándose, nuevamente, que lo fundamental para este régimen criminal es el beneficio empresarial por encima de las vidas humanas. Se han visto escenas dantescas de trabajadores de IKEA, Mercadona, Amazon o DHL, entre otras.

El enriquecimiento de los empresarios, fundamentalmente constructoras y bancos, y la corrupción política de los partidos del capital, también está detrás de la ingente cantidad de muertes. Un urbanismo desaforado, donde la vivienda es un negocio mollar para los capitalistas, donde se construye en rieras, ramblas, barrancos, en definitiva, en las escorrentías de tal manera que dichas viviendas y edificaciones – donde hay centros de trabajo – son auténticos peligros. De hecho, medio millón de valencianos residen en áreas catalogadas como inundables, fundamentalmente en la zona donde más se ha extremado la gota fría y donde más muertos y desaparecidos se han producido.

Por otro lado, el sistema autonómico – que es un engendro creado por los franquistas para negar el derecho a la autodeterminación de Cataluña, Euskal Herria y Galicia – ha demostrado que no sólo sirve para que los partidos políticos del Capital – desde la falsa “izquierda” hasta la extrema derecha, todos ellos igual de capitalistas y de enemigos de la clase obrera – tengan más espacios para corromperse y puedan liberar a multitud de estómagos agradecidos y esbirros de los empresarios sino, también, para eludir y disipar responsabilidades políticas. Ello se está viendo nítidamente en este caso concreto, donde tanto los que gobiernan el país (PSOE-SUMAR/IU/PCE) como los fascistas que gobiernan la Comunidad Valenciana (PP-VOX), aparte de garantizar la explotación capitalista por encima de las vidas humanas, anteponen sus intereses particulares a los intereses de la clase obrera negándole la asistencia y la ayuda, dejando al pueblo totalmente vendido, desprotegido, condenado a su suerte que es la miseria máxima y la muerte. Es evidente que a unos y a otros la vida del pueblo trabajador no les importa en lo absoluto.

Lo que esta gota fría de octubre de 2024 deja bien patente es que a la clase obrera no nos sirve ni el sistema capitalista ni su estado. Es más, para que la clase obrera pueda vivir tiene que acabar con este sistema criminal y su infame estado que es el instrumento de opresión que tiene la burguesía para reprimir y explotar hasta la muerte a la clase obrera, como ha pasado en Valencia. Un estado tan criminal que criminaliza la propia solidaridad del pueblo.

Mientras la clase obrera no exija y se organice para tener todo el poder político, para reprimir sin piedad a la burguesía, y la propiedad social de todos los medios de producción, seguirá siendo engañada, traicionada, burlada y seguirá sufriendo la pobreza y la muerte con mayor intensidad.

La esencia asesina del capitalismo nuevamente se ha mostrado, en este caso en Valencia, dejando claro que la clase obrera únicamente tiene dos caminos, o el de la muerte si persiste este sistema caduco y criminal, o la emancipación social y la vida siempre y cuando el capitalismo sea derrocado por el proletariado fusionado con el partido leninista y tome el poder en sus manos construyendo el socialismo. Para ello es necesario fortalecer las filas de la Revolución, las filas del Partido Comunista Obrero Español, y acabar con toda lucha sectorial y unir todas las luchas del proletariado en una única lucha de clases contra el capitalismo, la burguesía y su Estado.

 

¡ABAJO EL CAPITALISMO ASESINO Y SU ESTADO!

¡CONTRA EL FASCISMO Y EL OPORTUNISMO, DOS CARAS DE LA MISMA MONEDA CAPITALISTA!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

Madrid, 3 de noviembre de 2024

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




Lucha en Bimbo: La burguesía juega con el sustento de los trabajadores

Desde el 9 de octubre, los trabajadores de Bimbo Valladolid luchan por evitar el cierre de la planta, y la empresa apenas ha mostrado intención de negociar ni de concretar qué es lo que va a ocurrir con dicha planta. Una vez más, nos encontramos con que la burguesía hace y deshace a su antojo, pudiendo arrojar al paro a aquellos a quienes deben toda su riqueza y preocupándose solamente por las opciones que puedan proporcionarles la máxima ganancia.

Desde las adquisiciones de Panrico han ido cerrando fábricas, y este sería un episodio más. Los trabajadores han optado por la huelga al ver peligrar sus puestos de trabajo sin ninguna garantía de nada, más allá de unas vagas declaraciones por parte de la empresa. Trabajadores de otros centros han mostrado su apoyo y han acudido a las concentraciones, pero es menester que la clase obrera alcance una visión más amplia del problema para comenzar a vislumbrar la vía que nos llevará a una auténtica posición de fuerza: la organización como clase.

Como era de esperar, sindicatos de la patronal como CC.OO. maniobran para llevar las riendas de la huelga y las negociaciones, para acabar llevando la lucha hacia el objetivo de la empresa desmovilizando a la plantilla. Las vagas luchas por las migajas son solo intentos de llevar a la clase obrera a la misma situación de inmovilismo y normalización de esclavitud asalariada, y solo consiguen retrasar lo inevitable hasta que los parches no aguanten la insostenible situación.

Si bien son dignas y necesarias las uniones de los trabajadores de una misma empresa, es totalmente necesaria la organización de toda la clase obrera. La burguesía no hace más que desgastarnos, atomizarnos, ofrecernos falsas alianzas y culparnos de nuestras desgracias, pues saben de sobra que nuestra división es fomentar el individualismo y la competición por las migajas, mientras que nuestra unión es la fuerza que compite contra el capital; contra la forma de vida parasitaria de esa minoría que no hace más que chuparnos la sangre en cada jornada de trabajo, y nos amenaza tácitamente con la pérdida de nuestro sustento.

Desde el PCOE apoyamos la lucha de los trabajadores de Bimbo, pero hay que ser conscientes de que la raíz de los problemas no está en la situación concreta de cada centro de trabajo o del asalariado en cuestión, sino en una economía basada en la explotación humana, en el robo, en la barbarie. Para acabar con ello el único camino es el que la burguesía más teme: nuestra unión como clase y tomar conciencia de clase, de quiénes son nuestros enemigos fuera y dentro de nuestras filas. Para esto, se ha de alejar la influencia de los encantadores de serpientes que se dedican a dinamitar las luchas desde dentro, que conducen a la clase obrera a la derrota por la vía del reformismo, del legalismo. Es fundamental fortalecer el sindicalismo de clase y su unidad, la unión de la lucha de los centros de trabajo con la lucha social, fusionándose todas las luchas en una única lucha de clase contra el capitalismo y su Estado, y elevando la lucha económica a lucha política e ideológica, debiéndose fortalecer el Partido, al objeto de transformar revolucionariamente la sociedad acabando con este sistema económico podrido y construir el Socialismo haciendo que todo el poder pase a manos del proletariado, la única manera existente para que la clase obrera tenga derechos y pueda vivir en dignidad, de lo contrario lo único que nos espera a los proletarios es sufrimiento, explotación y muerte.

 

¡Socialismo o Barbarie!

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE




La lógica del capitalismo monopolista en la vivienda: Negar el techo al proletariado

La pasada semana se publicó una encuesta en un portal web de servicios inmobiliarios (idealista.com), de capital británico, Apax Partner es su propietario. Este estudio publicado por dicho portal, y realizado por el Instituto de Investigación Urbana de Barcelona IDRA, señalaba que “la mayoría de los inquilinos de Madrid y Barcelona no esperan tener nunca una vivienda en propiedad” y que “la mayoría ya se han hecho a la idea: van a tener que pagar alquiler de por vida porque sus opciones de comprar (o de heredar) una vivienda son prácticamente nulas”. Dicho estudio también afirma que “el mercado de alquiler es una fuente de desigualdad clave, que está generando una gran brecha social. Por un lado, hay una parte de la población que no tiene alternativa al alquiler y que no espera ni heredar ni comprar – en buena medida porque compite con multipropietarios, rentistas y con una demanda internacional cada vez más intensa (…) Por otro lado, el mercado del alquiler opera como un gigantesco mecanismo de transferencia de la población que menos tiene a los sectores más adinerados (…) esta desigualdad se reproduce mediante la desigual transferencia de propiedades y rentas: el 10% de hogares con mayor nivel de renta ya acapara el 53,9% de la riqueza del país”. Concluyendo que “La brecha cada vez mayor entre la población inquilina y la población propietaria profundiza el papel del mercado de alquiler como un vector de desigualdad social (…) la mitad de las transacciones de vivienda son realizadas por personas que ya poseen propiedades, y una gran parte de estas compras se efectúa al contado (…) la cronificación del alquiler y las crecientes barreras para acceder a la propiedad están perpetuando y ampliando las desigualdades económicas y sociales”.

Lo extractado aquí lo que muestra es la lógica del capitalismo monopolista de Estado en lo que concierne a la vivienda – que no es otra cosa que la acumulación y concentración de capital en unas pocas manos, de tal manera que la vivienda, lejos de ser un derecho, es un medio de producción (en el caso del alquiler en cualquiera de sus formas incluidos los pisos turísticos) o es una mercancía con la que se especula (en el caso de la venta) – y que también hace patente el deterioro económico del proletariado a lo largo de estas décadas donde nuestra clase social se ha empobrecido notablemente, de tal modo que desde la caída de la Unión Soviética la clase obrera no ha hecho más que perder derechos y empobrecerse, de tal modo que en estos últimos 34 años, de dictadura plena de los monopolios sin contrapeso alguno, como significaba el campo del socialismo real liderado por la URSS, el capitalismo en su fase imperialista se ha extendido a su imagen y semejanza mostrando plenamente su esencia: la desigualdad, la transferencia de riqueza del proletariado y las clases laboriosas hacia los grandes monopolios, cada día más grandes en cuanto a concentración de capital y poder, la guerra imperialista y el sojuzgamiento del mundo a sangre y fuego y el entroncamiento del fascismo como ideología y forma de gobierno del planeta.

En el Informe de OXFAM presentado en Davos en enero de 2024, denominado DESIGUALDAD SA, se ofrecen algunos datos como son:

Desde el año 2020 (…) la riqueza conjunta de los cinco hombres más ricos del mundo se ha duplicado con creces. Durante el mismo período, la riqueza acumulada de cerca de 5.000 millones de personas a nivel global se ha reducido.

Si cada uno de los cinco hombres más ricos gastase un millón de dólares estadounidenses diarios, les llevaría 476 años agotar su riqueza conjunta.

El 1% más rico de la población mundial posee el 43% de los activos financieros globales.

Únicamente el 0,4% de las 1.600 empresas más grandes e influyentes del mundo se comprometen públicamente a pagar a sus trabajadores y trabajadoras un salario digno y a abogar por el pago de salarios dignos en sus cadenas de valor.

Una trabajadora del sector sociosanitario necesitaría 1.200 años para ganar lo que un director general de una de las empresas de la lista Fortune 100 acumula en promedio en tan solo un año.

En el año 1996 10 empresas controlaban el 40% del mercado mundial de semillas, en el año 2020 solo dos empresas controlan ese porcentaje.”.

Concentración de la riqueza en cada vez menos manos que son cada vez más ricos a costa de la mayoría de la humanidad que cada día es más pobre. Ese es el mundo tras la Unión Soviética, ese es el capitalismo en su desarrollo, esa es la “libertad” de la burguesía, libertad absoluta para robar, reprimir y asesinar a millones de seres humanos.

En cuanto a lo expresado por IDRA sobre la situación de la vivienda en el Estado español, mostrar que, con sus peculiaridades, atiende al patrón mundial impuesto por los grandes monopolios, por las multinacionales, por los muy ricos, durante todos estos años, al que nos hemos referido citando, de pasada, el informe de OXFAM que radiografía la situación de la desigualdad en el mundo, mostrando los efectos pero no señalando abiertamente al culpable, que ya lo señalamos nosotros, el capitalismo y la burguesía.

El precio medio del metro cuadrado en el estado español en 1985 era de 326 euros, en 2023 ascendía a los 1.963 euros. Hemos de tener en consideración que desde 1985 a 2023 la tasa de variación de la inflación en España ha sido del 253,5%, con los que los 326 euros de 1985 equivalen a los 1.152,41 euros de 31 de diciembre de 2023. Sin embargo, comprobamos que el precio medio del metro cuadrado en el periodo comprendido entre 1985-2023 ha subido un 502,15%, superando esa tasa de inflación del 253,5% holgadamente, concretamente en un 248,65% más que la inflación del precitado periodo.

El salario medio en el estado español en 1985 ascendía a 10.353,57 euros (1.772.689 pesetas). Si los salarios hubieran subido a razón de la inflación, el salario medio de 1985 se hubiera correspondido con los 36.599,87 euros brutos anuales y, si hubiera subido a razón de lo que ha subido el metro cuadrado de media, el salario medio de 1985 se correspondería con los 72.499,51 euros de hoy. Recordemos que el salario medio en España para 2023 es de 26.555,89 euros brutos anuales, con lo que en las últimas cuatro décadas el salario medio en el estado español ha perdido un 27,44% y, con respecto del metro cuadrado de vivienda los salarios medios han perdido un 63,34%  de capacidad adquisitiva quedando retratada la “democracia” española, el imperialismo europeo y sus políticas dictadas desde Bruselas por los monopolios europeos y servilmente aplicadas por los verdugos corruptos de los gobiernos de los estados-nación, en el caso del estado español, por parte de los herederos de Franco – PP y PSOE – junto con oportunistas – PCE/IU/PODEMOS/SUMAR – y los partidos nacionalistas – PNV, ERC, CiU y Junts -, pues no hay que olvidar que las competencias en materia de suelo las tienen las comunidades autónomas y, en materia urbanística, los  ayuntamientos.

Desde la UE en 1996 se dictó a los países de dicho bloque imperialista que debían “liberalizar” el suelo, o lo que es lo mismo, privatizar el suelo, cosa que transpuso el gobierno ladrón y corrupto de Aznar en 1998 con la ley del suelo. Decían que poniendo más suelo a disposición de las empresas privadas – constructoras – para edificar, habría una mayor oferta de vivienda y, por consiguiente, bajaría el precio de tal modo que los jóvenes podrían acceder a la vivienda. Eso es lo que decían los dirigentes del gobierno del PP del “milagro económico” de Aznar, compuesto por ladrones y corruptos, para justificar su ley del suelo.

Los hechos demostraron la falacia de la teoría capitalista neoliberal, de los fundamentalistas del Dios “mercado” como los Rallo o Huerta de Soto y demás escoria reaccionaria, demostrando que es un inmenso fraude. La privatización del suelo sirvió para elevar todavía más los precios de la vivienda, para generar numerosas tramas corruptas (Tamayazo, Marbella, papeles de Bárcenas, Gürtel, …), y para crear una burbuja inmobiliaria descomunal, la cual se dio a nivel internacional.

En el Estado español, por una cuestión demográfica, esta burbuja fue aún mayor. La última década del siglo pasado y la primera mitad de la primera década de éste coincidía con el acceso a la vivienda de la generación del “baby boom”, los nacidos entre 1958 y 1975, que se convertía en un gran negocio para la banca y las constructoras.

Una vez pinchada, a nivel mundial, la burbuja inmobiliaria con la crisis de las subprime, se acabó con la liquidez del sistema financiero, y los bancos vieron cómo tenían multitud de créditos e hipotecas subprime, o activos tóxicos, que no eran más que deudas que no iban a recuperar, en tanto que la deuda contraída era superior al valor real de la mercancía adquirida – en este caso la vivienda –, esencia de la estafa capitalista, disociar el valor de la mercancía del precio, elevando éste último lo más posible  y, por otro lado, al estallar la crisis de las subprime, perdieron el puesto de trabajo millones de obreros que hicieron inviable el retorno de la deuda contraída.

En aquellos años, 2007 y 2008, los estados capitalistas no dudaron en, para combatir la crisis de las subprime, salir al rescate de los bancos con dinero público, inyectar liquidez generando dinero ficticio a través de los bancos centrales y en establecer recortes sociales y reformas laborales que implicaban una mayor transferencia de riqueza de la clase obrera hacia el gran capital, así como una mayor sobreexplotación de la clase obrera. Es así como el proletariado pagaba la orgía de especulación y avidez de la banca. En el Estado español tanto Zapatero, primeramente, como Rajoy después, salieron en defensa de la banca inyectando dinero público y volcando el fondo de las pensiones públicas íntegramente en el rescate bancario, unido a un proceso de reestructuración bancaria consistente en estimular fusiones bancarias al objeto de desarrollar un oligopolio bancario. A día de hoy, de aquel rescate a la banca hecho por PP-PSOE con el dinero público de las pensiones, de la sanidad, de la educación, etc., el estado no ha recuperado 88.520 millones de euros. Sin embargo, la banca, que cogió dinero público del rescate, mantuvo la propiedad de las viviendas, con las cuales ha seguido especulando, ya sea vendiéndolas a fondos de inversión extranjeros, fundamentalmente norteamericanos, o directamente especulando con las viviendas ya sea a través del alquiler o venta de los inmuebles. De hecho, los mayores arrendadores que hay en el estado español son Caixabank, Banco de Santander y los fondos de inversión, o fondos buitres, Blackstone, Cerberus (la familia Aznar está relacionada con este fondo buitre) y CBRE.

Tras cuatro años del “Gobierno más progresista de la historia” de PSOE/PCE/IU/PODEMOS/SUMAR (y todos los partidos que intervienen), con el apoyo de ERC y BILDU, el problema de la vivienda se acrecienta en tanto el problema son las condiciones económicas y sociales del proletariado. El “Gobierno más progresista de la historia” ha mantenido la reforma laboral de Rajoy, y por consiguiente los trabajadores hemos seguido perdiendo poder adquisitivo, se han mantenido las indemnizaciones por despido así como la legislación en materia de despidos realizada por el corrupto gobierno de Rajoy, con lo que la precarización del trabajo y la temporalidad – pues los contratos indefinidos, de facto, se han tornado en contratos temporales y como tales se comportan con la reforma laboral estafa de Yolanda Díaz – y, consecuentemente, las condiciones económicas y sociales de la clase obrera hoy son peores, no sólo por la continuidad de las políticas imperialistas y antiobreras por parte del gobierno de la falsa “izquierda”, sino porque la clase obrera está pagando con sus condiciones de vida no sólo el rescate bancario – con cargo a los recortes sociales y el deterioro de los servicios públicos que impactan en el bolsillo del trabajador – sino porque también está cayendo sobre el proletariado el coste de la elevada inflación, consecuencia de la política monetaria desarrollada por los bancos centrales para salvar a los bancos y al sistema financiero, unido a la pandemia. Y como la clase obrera paga todos los desmanes, los ricos cada día son más ricos, a costa, incluso, de que se le niegue el techo a la clase obrera.

La dialéctica de estas décadas también nos conduce a otro escenario. En la crisis de 2007-2008 de las subprime, los jubilados sostuvieron los hogares de sus hijos. Hoy la precariedad de esos ancianos obreros es mayor a la de hace 2 décadas, empezando por la ausencia de propiedad de vivienda, hecho que hace que lo que se indicaba de que la familia era un paraguas o un colchón social de las familias de los hijos que perdían el empleo, hoy o no exista o esté extremadamente menguado dicho colchón social, en el mejor de los casos.

Ante este escenario, el gobierno “más progresista” lo que puede aportar en el Parlamento, concretamente el pasado 17 de septiembre, fue la ley sobre lo que denominan “alquileres de temporada”, esto es, el arriendo de habitaciones que permiten a los propietarios subir los precios cada seis meses a los inquilinos que viven de forma estable en habitaciones alquiladas.

Al no estar sujetos a la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU), sino al Código Civil, es decir, a la voluntad de las partes, los contratos de temporada – los de habitaciones – permiten a los arrendadores subir los precios cada seis o nueve meses a inquilinos que viven en esa vivienda de forma estable y tampoco están sujetos a las limitaciones de precios de la ley de vivienda.

Para el gobierno “más progresista de la historia”, en lugar de acabar con el negocio de la vivienda y convertirlo en un derecho, en lugar de establecer políticas económicas que pongan a disposición del pueblo obrero la riqueza y sometan a la burguesía, la solución pasa por rogar a los que mercadean con la vivienda que no roben a mano armada por el alquiler de una habitación pues ya una gran parte de la clase obrera, gracias a las políticas realizadas en este país durante cuatro décadas por “izquierda” y fascistas, ni tan siquiera tiene capacidad económica para acceder a dicho alquiler.

Hablar de problema de la vivienda y no señalar directamente al sistema, parcheando el problema por la vía del reformismo, haciendo albergar en el pueblo la esperanza de poder arreglar o atenuar este problema desde dentro del sistema es un ejercicio de fariseísmo notable, aparte de engañar y traicionar al pueblo trabajador.

Los problemas del proletariado no pueden arreglarse en el marco del capitalismo monopolista de Estado, ni dentro de las instituciones que la base económica de dicho sistema establece, puesto que la causa de los problemas que tiene el proletariado es el propio sistema, es el capitalismo, con su Estado y con los partidos políticos que defienden el estado de la burguesía, del capital.

Con la caída de la Unión Soviética el mundo existente hoy es el resultado de las políticas imperialistas desarrolladas, es un mundo hecho a imagen y semejanza de los monopolios norteamericanos y sus socios. La clase obrera es una, antaño cuando los obreros de los países europeos creían tener estados del “bienestar” – como si la clase obrera pudiera tener bienestar en el capitalismo estando despojada de los medios de producción y de la riqueza que ella misma genera – y no eran más que determinadas migajas, que se han visto eran transitorias y provisionales, que recibían como consecuencia de la presión del bloque socialista y del sojuzgamiento por parte de dichas potencias imperialistas a  la clase obrera en los países del tercer mundo.

Con la caída de la Unión Soviética, las grandes multinacionales, la oligarquía financiera, pretenden arrebatar absolutamente todo a la clase obrera, como está haciendo, pues considera que nada le corresponde a la clase obrera.

El problema de la vivienda jamás se podrá solucionar en el marco del capitalismo, y quien diga lo contrario o es un burgués o un traidor a la clase obrera, o ambas cosas. La única manera que hay de solventar el problema que tiene el proletariado con la vivienda pasa por poner los medios de producción a disposición del proletariado, poner la riqueza en manos de la clase obrera así como el poder político, socializar todas las fábricas, toda la tecnología, la banca, la tierra y expropiar y socializar todas las viviendas a los bancos, a los fondos buitres y a los burgueses que comercian y especulan con la vivienda y ponerlas a disposición de la clase obrera para garantizar el derecho de todo ser humano a tener cobijo, a tener un techo, a disponer del pleno uso de  una vivienda.

Mientras la clase obrera no exija y se organice para tener todo el poder político, para reprimir sin piedad a la burguesía, y tener la propiedad social de todos los medios de producción, seguirá siendo engañada, traicionada, burlada y seguirá sufriendo la pobreza con mayor intensidad.

Y para ello es necesario fortalecer las filas de la Revolución, las filas del Partido Comunista Obrero Español, y acabar con toda lucha sectorial y unir todas las luchas del proletariado en una única lucha de clases contra el capitalismo, la burguesía y su Estado.

 

¡POR LA UNIÓN DE TODAS LAS LUCHAS EN UNA ÚNICA LUCHA DE CLASES CONTRA EL CAPITALISMO Y SU ESTADO!

¡CONTRA EL FASCISMO Y EL OPORTUNISMO!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

Madrid, 14 de octubre de 2024

COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




Los comunistas frente al 12 de octubre

Con ocasión del 12 de octubre, el Estado español, como uno de los últimos eslabones del imperialismo occidental, vuelve a hacer apología de su pasado imperialista y colonial, que, en muchos aspectos, sigue presente a través del control que ejercen sus multinacionales sobre la economía de los países hispanoamericanos, tales como Unión Fenosa en la distribución del sistema eléctrico o del Grupo Cobra-ACS del mafioso capitalista Florentino Pérez.

Esta apología del exterminio y la explotación de los pueblos originarios de América Latina va desde el propio Jefe de Estado (tal como denunciamos con ocasión de su visita a Puerto Rico) hasta escritoras vendehúmos como Roca Barea, discípulos del reaccionario Gustavo Bueno o grupúsculos fascistas con verborrea pseudomarxista. Últimamente, además, la prensa se hizo eco de una campaña de un grupo ultracatólico como es la Asociación Católica de Propagandistas (ACDP) que, con la complicidad de los ayuntamientos de ciudades como Valladolid (PP y VOX) o Madrid (PP) utilizan marquesinas públicas para lanzar un mensaje a favor de ese pasado imperialista criminal, tal como hacía la propaganda del régimen franquista del que ellos son herederos. Tanto este grupo como los anteriormente citados afirman que España es víctima de una supuesta “leyenda negra” promovida por fuerzas extranjeras para tratar de enturbiar ese supuesto pasado glorioso.

En esta burda propaganda se niega que en España (o “las Españas”, como se llamaban en la época) se practicara el esclavismo, cuando no sólo es un hecho que se practicó, sino que fue el último país de Europa en abolirla, por detrás de Inglaterra (1833) y Francia (1849), ya que no se abolió hasta 1870 en la metrópoli y en sus colonias de Puerto Rico y Cuba en 1873 y 1886 respectivamente. Entre estos defensores de la existencia de una Leyenda Negra se alude a las leyes contra la esclavitud promulgadas por la reina castellana Isabel la Católica, si bien esto es una verdad a medias, ya que se practicó la esclavitud con aquellos indígenas que ofrecían resistencia a los conquistadores y con los que habían sido comprados (al ser considerados bienes muebles de sus propietarios). Por no hablar de que fue precisamente la Corona de Castilla -aunque el fascista y corrupto de Juan Carlos I lo negara en su “disculpa” frente a comunidades indígenas mexicanas en 1991- la que promovió el sistema de repartimientos -más tarde llamado “sistema de encomiendas”, que no deja de ser una forma de esclavitud encubierta al forzar a trabajar a los nativos con la excusa (tal como exigía el papado) de evangelizarlos-.

Tampoco hace falta acudir a ninguna propaganda extranjera para saber que el almirante Cristóbal Colón esclavizó a indígenas -llevando a 500 esclavos nativos a Castilla- y que durante su administración de la isla de La Española cometió abusos (o como mínimo, los toleró) contra los taínos, de manera que fue tomado preso y trasladado a la metrópoli encadenado. También se podría leer “Brevísima relación de la destrucción de las Indias” del antiguo encomendero y fraile dominico Bartolomé de las Casas, que, si bien se asocia ahora con la Leyenda Negra, fue alguien leal a la Corona -en el prólogo elogia el papel de la reina Isabel-. Sus denuncias acerca del trato de los conquistadores a los indígenas nos indican que, pese a la existencia de leyes contra esto, no tenían una efectividad sobre la realidad colonial.

O los cronistas de Indias, donde hablan de cómo los indígenas preferían suicidarse en masa antes que someterse a sus conquistadores (lo que el historiador Sánchez Albornoz denominó como el “desgano vital”), lo que nos indica -por las propias fuentes que nos aportan los conquistadores- que la conquista y sometimiento de América estaba lejos de esa imagen idílica que nos ofrece esta propaganda barata. Por último, no podemos obviar que a partir de 1501 -habiendo descendido el número de indígenas en el continente- los conquistadores llevaron a esclavos africanos para realizar las tareas que solían realizar estos nativos.

Otro aspecto que estos reaccionarios reivindican el 12 de octubre es el mestizaje existente en América Latina en contraposición con la situación racial en países de América del Norte como los EE.UU. o Canadá. Con esta argumentación se obvia el existente sistema de castas colonial, que estratificaba la sociedad colonial castellana según la raza, estando los criollos o peninsulares en la cúspide de esa pirámide -es decir, los descendientes de los castellanos que no se habían mezclado con el resto de la población no blanca- mientras que los indígenas, negros y mestizos estaban relegados a estos. Es el mismo sistema que se empleó en la metrópoli contra los “cristianos nuevos” (cristianos de origen judío o musulmán), los estatutos de limpieza de sangre, creados con la finalidad de que nadie que tuviera estos orígenes ocupara ningún cargo público. Estos estatutos están considerados como un precedente del racismo contemporáneo.

Como comunistas, no podemos conmemorar una fecha que viene a legitimar el sometimiento y saqueo de diferentes pueblos frente a un imperio, sea la Monarquía Hispánica o cualquier otro. También denunciamos este discurso que viene a blanquear el colonialismo en pos de una “leyenda rosa”, ya venga de ultracatólicos o reaccionarios con su verborrea pseudomarxista, pues manipula la historia con fines políticos, buscando el sentimiento de superioridad frente a los pueblos hispanoamericanos, aludiendo a un mestizaje al mismo tiempo que estos mismos grupos promueven teorías de la extrema derecha como el reemplazo poblacional.

Frente al chovinismo, los comunistas defendemos el internacionalismo proletario.

 

¡CONTRA LA MANIPULACIÓN CHOVINISTA!

¡POR EL INTERNACIONALISMO PROLETARIO!

¡POR EL SOCIALISMO!

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




El Estado español muestra de nuevo su esencia fascista reprimiendo violentamente a estudiantes menores

El pasado viernes 4 de octubre se vivió en Murcia un nuevo caso de represión violenta de una manifestación pacífica, esta vez, a estudiantes de bachillerato que exigían que se publicase el modelo de examen de la EBAU.

Un mes después del inicio de curso, el Ministerio de educación continúa sin haber publicado ninguna información acerca de la EBAU más allá de las fechas. Ni profesores ni alumnos conocen los modelos de examen, los contenidos ni los criterios de evaluación de dichas pruebas, unas pruebas que, para los estudiantes de clase trabajadora, suponen poder o no acceder a estudios universitarios. Ante esto, los estudiantes de todo el estado se han manifestado exigiendo que se publique cuanto antes la información pertinente.

La respuesta de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ha sido apalear en las calles a los estudiantes (la mayoría de ellos menores de edad), disparar con munición no letal a los manifestantes, e identificaciones y detenciones arbitrarias acompañadas de insultos y mofas. Una vez más vemos como ante el más mínimo conato de organización y lucha de los trabajadores por unas reivindicaciones mínimas, la respuesta del estado fascista es la violencia sin medida. Tras este vergonzoso alarde de brutalidad frente a una manifestación pacífica compuesta, recordemos, por menores de edad, el Jefe Superior de la Policía declara que el dispositivo fue “proporcional para establecer un perímetro que evitara que se produjeran situaciones más graves”. La “situación más grave” a la que se refiere este individuo es que los estudiantes arrojaron huevos a la consejería de educación. La respuesta fue enviar al hospital a uno de los manifestantes tras apalearlo entre 6 agentes.

Pero la represión a la que el estado fascista somete a la clase trabajadora no acaba con la tortura y la violencia en las calles. Sin duda podemos esperar que a estos estudiantes, mientras se recuperan aún de sus heridas, les lleguen las multas que la “justicia” considere pertinentes. Recordemos el caso de los represaliados en las manifestaciones de las Vías, también en Murcia, a quienes se les castigó con multas que alcanzaron los 50.000 euros. El estado sabe que, aún más efectivo que romper los huesos de las familias trabajadoras, es quitarles el sustento, y emplea la represión económica con tanta frecuencia como la violencia.

Desde el Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) de Murcia, expresamos todo nuestro apoyo a los estudiantes que se organizan por sus derechos en todo el estado, y condenamos la represión que ejerce contra ellos el estado fascista español. Denunciamos un sistema económico que expulsa a las familias trabajadoras del sistema educativo, que condena a los jóvenes a la pobreza, a la explotación y a la miseria, y afirmamos que mientras no se construya un estado socialista, ni la educación, la sanidad ni cualquier otro servicio público podrán estar nunca al servicio de los trabajadores, pues estarán en manos del estado burgués.

 

¡Estudiante, organízate para acabar con el capitalismo!

¡Por una educación al servicio de la clase trabajadora!

¡Organízate en las filas del PCOE!

 

Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) de Murcia




La paulatina destrucción de la sanidad pública en Córdoba

Recientemente algunos medios de comunicación como el diario Público se han hecho eco de la participación de José María Bellido, alcalde de Córdoba desde el 15 de junio del 2019 por el Partido Popular, en un spot publicitario en el cual se promueve a una clínica privada. Esto vendría a ser un escándalo al estar un cargo público promoviendo al sector privado frente a un servicio sanitario público, dicho sea de paso, cada vez más precario por unos recortes procedentes de la Junta de Andalucía, que a su vez, siguen dictados de la Unión Europea.

Pese a que diputados autonómicos de Podemos o el Portavoz del PSOE en el ayuntamiento han puesto el grito en el cielo por esta participación del alcalde en el citado spot, no podemos obviar la parte de culpa de estos partidos en el detrimento de nuestro sistema sanitario público. Ya en 2017, estando el PSOE en el gobierno tanto de la Junta de Andalucía como del ayuntamiento de Córdoba, nuestro partido publicó un artículo donde, a raíz del fenómeno de las mareas blancas en defensa de la sanidad pública en toda Andalucía, denunciamos la situación deprimente en que se encontraba el Hospital Reina Sofía, ya sea mediante el recorte del personal o manteniendo recursos básicos bajo mínimos y custodiados.

Ni siquiera bajo la posterior crisis del coronavirus en 2020 hubo mejoras para nuestro sistema sanitario, siendo casi imposible lograr una cita médica en el ambulatorio de tu barrio en un tiempo menor a una semana, lo que provoca a su vez que colapsen los servicios de Urgencias. Esta es la realidad a la que la clase trabajadora tiene que hacer frente, ya esté al mando el PP, el PSOE o cualquier otro partido al servicio del capitalismo, una situación en la que su estado de salud va a verse perjudicado ante un cada vez más deficiente sistema sanitario y donde sólo te queda como opción-quien pueda permitírselo-el gastar tu dinero en pos de la sanidad privada. Así es como se juega con tu salud bajo el sistema capitalista.

Desde el comité provincial del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) de Córdoba, denunciamos esta promoción de un centro privado, más aún si este va relacionado con un derecho básico del ser humano como es la salud. De igual modo, frente a los partidos que sacralizan lo público, los comunistas somos conscientes de que estos servicios (sean la sanidad, la educación, las pensiones, etc) bajo el sistema capitalista van a verse siempre perjudicados si así lo requieren los intereses de aquellos que controlan el mercado. Es por ello que nuestra organización apuesta por la construcción del socialismo para la consecución del comunismo.

 

¡Organicemos la lucha para acabar con el capitalismo!

¡Por un sistema de sanidad público y de calidad!

¡Engrosa las filas del PCOE!

 

COMITÉ PROVINCIAL DEL PCOE EN CÓRDOBA




Diada Nacional de Catalunya

El 24,4% de la población catalana, en torno a dos millones de personas, se halla en riesgo de pobreza o exclusión social. Una cifra que, según el Idescat, se mantiene prácticamente estable desde 2016. Por otro lado, el 43% de los catalanes con edades comprendidas entre los 25 y los 35 años afronta situaciones de inseguridad económica. En las últimas dos décadas, el peso industrial en el PIB catalán ha pasado del 26,9% al 20,1%. Los salarios reales en la última década en Cataluña han retrocedido un 10% y una tasa de paro que ronda el 10%, con paro juvenil desbocado ubicado en el 20,1%, retratan las políticas capitalistas aplicadas en Catalunya, ya sea por parte de la derecha como por parte de la “izquierda” que, todas ellas, coinciden en masacrar a la clase obrera.

Esta Diada Nacional de Cataluña es la primera, en catorce años, que tiene como presidente de la Generalitat a un presidente no nacionalista catalán, abiertamente autonomista miembro de un partido que apoyó la represión contra el Govern de Catalunya y contra el pueblo catalán y que defendió la aplicación del artículo 155 por parte del criminal y corrupto Gobierno de Rajoy. Un presidente aupado al gobierno por ERC – que vuelve al redil del autonomismo – y por els Comuns, que no es más que una muleta del PSC al igual que SUMAR lo es a nivel del Estado español.

Las elecciones convocadas en la primavera, con una abstención del 43%, arrojó un Parlament más escorado hacia la extrema derecha, que pasó de 20 escaños en 2021 a 28 en 2024, perdiendo las fuerzas políticas declaradas independentistas 15 escaños.

La burguesía catalana se ha demostrado incapaz de llevar a término el proceso de autodeterminación de Cataluña, habiendo traicionado el 1 de Octubre, sellando la salida a la represión del Estado fascista español con una pseudoamnistia, que retrata la naturaleza reaccionaria del Estado español y su judicatura, con un pacto de gobierno en Madrid, gracias al cual Pedro Sánchez es presidente del gobierno, y con Illa en el Palau de la Generalitat retornando plenamente al autonomismo revisándose el sistema fiscal catalán, estableciendo un nuevo marco que permita a la burguesía catalana recaudar y gestionar los impuestos de los catalanes.

Estos últimos 8 años acreditan que la única manera emancipar nacionalmente Catalunya pasa por la emancipación del proletariado catalán, solo el socialismo puede emancipar a nuestra clase y a nuestra nación. Sometimiento que se constata, por ejemplo, en el estado de nuestra lengua, que según la Conselleria de Política Llingüística, en los últimos 20 años, la media de uso del catalán en el sistema educativo ha retrocedido, pasando de ser la lengua habitual del 67,8% de los alumnos en 2006 al 24,6% en el 2022.

La crisis económica en Cataluña y en el Estado español va a seguir profundizando, al igual que la represión puesto que el sistema se halla en una situación terminal. Es necesario reconstruir la organización del proletariado catalán, de construir un movimiento popular por el socialismo y por la autodeterminación de nuestro país, pero a la par tejer una unidad clasista con el proletariado del resto del Estado español para combatir al fascismo, salir de la UE y de la OTAN, y construir una República Socialista que emancipe al proletariado socializando los medios de producción y el desarrollo tecnológico, que resuelva la cuestión nacional de Cataluña y del resto de las naciones oprimidas por el Estado español, que reprime sin piedad a la burguesía y que libere los medios de producción y los ponga a disposición de los obreros del mundo para contribuir al desarrollo de la Revolución proletaria mundial. Esta es la única salida que tiene la humanidad para pervivir, puesto que o rompemos con el imperialismo o este nos conducirá a todos los pueblos y naciones del planeta a la guerra imperialista.

 

¡Viva la Diada, Viva Catalunya socialista!

¡Proletarios del Mundo, Uníos!

¡Socialismo o Barbarie!

 

Barcelona, 10 de septiembre de 2024

 

COMITÈ NACIONAL DEL PARTIT COMUNISTA OBRER DE CATALUNYA (P.C.O.C.)

 

DIADA NACIONAL DE CATALUNYA

El 24,4% de la població catalana, entorn dos milions de persones, es troba en risc de pobresa o exclusió social. Una xifra que, segons Idescat, es manté pràcticament estable des de 2016. D’altra banda, el 43% dels catalans amb edats compreses entre els 25 i els 35 anys afronta situacions d’inseguretat econòmica. En les últimes dues dècades, el pes industrial en el PIB català ha passat del 26,9% al 20,1%. Els salaris reals en l’última dècada a Catalunya han retrocedit un 10% i una taxa d’atur que ronda el 10%, amb l’atur juvenil desbocat situat en el 20,1%, retraten les polítiques capitalistes aplicades a Catalunya, ja sigui per part de la dreta com per part de “l’esquerra” que, totes elles, coincideixen a massacrar a la classe obrera.

Aquesta Diada Nacional de Catalunya és la primera, en catorze anys, que té com a president de la Generalitat a un president no nacionalista català, obertament autonomista membre d’un partit que va donar suport a la repressió contra el Govern de Catalunya i contra el poble català i que va defensar l’aplicació de l’article 155 per part del criminal i corrupte Govern de Rajoy. Un president ajudat a pujar al govern per ERC – que torna a la cleda de l’autonomisme – i per pels Comuns, que no és més que una crossa del PSC igual que SUMAR ho és a nivell de l’Estat espanyol.

Les eleccions convocades durant la primavera, amb una abstenció del 43%, va llançar un Parlament més escorat cap a l’extrema dreta, que va passar de 20 escons al 2021 a 28 al 2024, perdent les forces polítiques declarades independentistes 15 escons.

La burgesia catalana s’ha demostrat incapaç de portar a terme el procés d’autodeterminació de Catalunya, havent traït l’1 d’Octubre, segellant la sortida a la repressió de l’Estat feixista espanyol amb una pseudoamnistia, que retrata la naturalesa reaccionària de l’Estat espanyol i la seva judicatura, amb un pacte de govern a Madrid gràcies al qual Pedro Sánchez és president del govern, i amb Illa en el Palau de la Generalitat retornant plenament a l’autonomisme revisant-se el sistema fiscal català, establint un nou marc que permeti a la burgesia catalana recaptar i gestionar els impostos dels catalans.

Aquests últims 8 anys acrediten que l’única manera emancipar nacionalment Catalunya passa per l’emancipació del proletariat català. Només el socialisme pot emancipar a la nostra classe i a la nostra nació. Sotmetiment que es constata, per exemple, en l’estat de la nostra llengua, que segons la Conselleria de Política Llingüística, en els últims 20 anys, la mitjana d’ús del català en el sistema educatiu ha retrocedit, passant de ser la llengua habitual del 67,8% dels alumnes en 2006 al 24,6% en el 2022.

La crisi econòmica a Catalunya i en l’Estat espanyol continuarà aprofundint, igual que la repressió perquè el sistema es troba en una situació terminal. És necessari reconstruir l’organització del proletariat català, de construir un moviment popular pel socialisme i per l’autodeterminació del nostre país, però alhora teixir una unitat classista amb el proletariat de la resta de l’Estat espanyol per a combatre al feixisme, sortir de la UE i de l’OTAN, i construir una República Socialista que emancipi al proletariat socialitzant els mitjans de producció i el desenvolupament tecnològic, que resolgui la qüestió nacional de Catalunya i de la resta de les nacions oprimides per l’Estat espanyol, que reprimeix sense pietat a la burgesia i que alliberi els mitjans de producció i els posi a la disposició dels obrers del món per a contribuir al desenvolupament de la Revolució proletària mundial. Aquesta és l’única sortida que té la humanitat per a perviure, ja que o trenquem amb l’imperialisme o aquest ens conduirà a tots els pobles i nacions del planeta a la guerra imperialista.

 

Visca la Diada, Visca Catalunya socialista!

Proletaris del Món, Uniu-vos!

Socialisme o Barbàrie!

 

Barcelona, 10 de setembre de 2024

 

COMITÈ NACIONAL DEL PARTIT COMUNISTA OBRER DE CATALUNYA (P.C.O.C.)




El futuro diputado

Ya se sabe que un mayor grado de violencia contra la clase obrera debe ser debidamente acompañado de un mayor grado de represión. Lenin ya avisaba en “El estado y la revolución” (1917) que el estado, en nuestro caso burgués, es una máquina de violencia de una clase sobre la otra. En este sentido, el estado español ha dado un paso más dando cabida a ejércitos paramilitares privados en su seno, debido al número de colectivos que van quedando en exclusión fruto del sistema económico que impera.

Desde hace algún tiempo los medios de comunicación y los estamentos burgueses llevan maquillando y blanqueando la cara a la empresa Desokupa, que se compone preferentemente de elementos lumpen de la seguridad en locales de ocio nocturno y que cuentan con un amplio historial de antecedentes penales. Por eso decimos que no faltará mucho para que el conocido como Dani el Bolo en los ambientes lumpen de la noche barcelonesa, más conocido actualmente por su nombre verdadero, Daniel Esteve, llegue al Parlamento.

A este reaccionario se le deben agradecer los servicios prestados y qué mejor lugar que una silla del Parlamento para dar mayor difusión a su mensaje netamente fascista. Y es que apadrina como nadie la figura de patriota honrado que tantas veces ha servido a la burguesía para introducir un nuevo elemento en política que legalice el nuevo discurso que se hace imperioso contra los trabajadores que van quedando en la cuneta debido a la bancarrota económica del capitalismo, y estos favores serán debidamente retribuidos como en los demás casos. A veces puede salir por la “izquierda”, como el oportunista Pablo Iglesias, a veces liberal como Albert Rivera, o por la extrema derecha, que es lo que le conviene ahora con Daniel Esteve, que encarna como nadie el papel de tonto útil para extender el mensaje fascista y xenófobo que la burguesía necesita ahora como agua de mayo. A pesar de su narcisismo mesiánico será devorado en poco como sus antecesores, pero aún tendremos que soportar mucha desgracia mientras cumple su ciclo.

En las condiciones actuales de profunda bancarrota económica y política del capitalismo, ante el temor a la revolución de las amplias masas proletarias, el Estado español necesita que el fascismo pase a una amplia ofensiva en defensa de la sacrosanta propiedad privada y de la supuesta seguridad de los ciudadanos. Una burguesía en plena decadencia, en consonancia con el maltrecho estado de salud del bloque imperialista de la OTAN, que busca en la ofensiva fascista su tabla de salvación para explotar inmisericordemente a la clase trabajadora y evitar toda posible revuelta contra sus guerras de rapiña y golpes de Estado a lo largo y ancho del mundo.

Pero vamos primero a describir cuál es el discurso que la burguesía española extiende sobre la clase obrera debido a que todos los medios de comunicación y el poder mediático están en sus manos. El discurso es simple y repetitivo y se basa en la amenaza manifiesta contra quién ose contradecirlo, en este caso ya llegando a la amenaza de agresión física por redes. Este mensaje lo vamos a describir con dos frases de Joseph Goebbels sobre la propaganda. La primera dice: “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas que deben ser repetidas incansablemente, presentarlas una y otra vez con distintas perspectivas, pero siempre convergiendo en el mismo punto. Sin fisuras, ni dudas” y que cimentaría su discurso de odio contra las minorías y las personas en exclusión. La segunda dice: “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, menor ha de ser el esfuerzo mental a realizar” y es que su discurso de odio es fácilmente digerible pues se corresponde a la perfección con la superestructura ideológica de este sistema criminal y explotador. Otra parte de su discurso se basa en el odio a la diferencia y en causar miedo a la disidencia, utilizando elementos aislados para transmitirle su odio y la proximidad del momento en el que conocerá todo el poder de su violencia.

La necesidad de la burguesía de extender el mensaje que encarna este tonto útil, lo podemos ver en la impunidad con que se mueve el sujeto y que no sólo es tolerada, sino que es aplaudida por quién la fomenta. No hay más que verlo amenazando a cualquiera que ose levantar la voz incluso ministros. Esto nos da una pista de que la nueva política que necesita el estado fascista español es legalizar y normalizar ejércitos paramilitares, que como novedad se sirve de dinero público en su contrato con la policía nacional, que sus vídeos son seleccionados como primeras opciones en las búsquedas de los principales servidores para empapar bien a la opinión pública y no ha de ser extraño ver que no apliquen los artículos de la ley mordaza cuando las personas que las conforman aplican actitudes agresivas o directamente la agresión física contra quien ose contradecir sus lógicas simplistas y sesgadas, como le ocurrió al policía nacional Carlos Segarra, colocándose estos verdaderos grupos paramilitares fascistas por encima de los estamentos de la legalidad burguesa.

Carlos Segarra tuvo la “desfachatez” de desmentir con los datos en la mano que la alarma social que denuncian estos grupos paramilitares no era tal, que en la década del 90 la criminalidad era más alta y que podrían estar incurriendo en actuaciones indebidas. Allí se desencadenó la máquina del odio porque estos sujetos lumpen necesitan de un antagonista para imponer sus argumentos sesgados. Porque toda su actuación tiene que generar miedo usando cabezas de turco que sirven para extenderlo. Las redes sociales de Carlos Segarra se inundaron de amenazas, algo que deja claro que nadie debe poner en cuestión su discurso de odio. Por algo el lema de Daniel Esteve era “Conmigo quién quiera y contra mí quién pueda” cuando participaba en peleas que movían mucho dinero en apuestas, especialmente de vale tudo, y que no le gusta que le recuerden. Pero para Daniel Esteve y sus muchachos son simples pecados de juventud, ahora han madurado lo suficiente para venir a nuestro rescate.

Los monopolios, conocedores de que el movimiento comunista será quien acabe con la burguesía como clase social, busca adelantarse al crecimiento del movimiento revolucionario mediante la inoculación de la ideología fascista entre las amplias masas proletarias.

La necesidad de fomentar ejércitos paramilitares privados abrirá la veda para que se multipliquen con total impunidad en un futuro próximo. Esto es un buen termómetro para confirmar que si la situación de bancarrota no es capaz de ser maquillada, la burguesía no dudará en romper la máquina de la falsa democracia burguesa para pasar a formas más autoritarias como la dictadura abierta de los capitalistas, los militares y que para no cerrarse a esta posibilidad ha hallado a su tonto útil y le ofrece no sólo una silla del parlamente en las próximas elecciones, sino además le brinda total impunidad para sus métodos.

La clase obrera no puede imponer al deseo de los capitalistas y los chupasangres otra cosa que la organización hacia la consecución de objetivos concretos. El momento actual demanda la concienciación de la clase obrera contra este discurso clasista, burgués y simplista, que es fácil de desmontar, pero que cuenta, en su contra, con todos los voceros de la maquinaria capitalista y a sus medios de comunicación pagados por capital privado. La tarea que nos planteamos ya no es solamente ingente, además es urgente, así que en defensa de los colectivos en exclusión y del resto de nuestros hermanos de clase.

La lucha de clases hoy, contra la explotación asalariada y contra los capitalistas, pasa obligatoriamente por la lucha conjunta contra todas las formas de ofensiva fascista y contra el peligro cada vez más inminente de la guerra abierta entre los distintos bloques imperialistas.

Camarada, te llamamos a engrosar las filas del PCOE para organizar la resistencia de la clase obrera, pues el partido comunista es la herramienta fundamental del pueblo trabajador en la lucha contra el imperialismo y el fascismo que genera. Después puede ya ser tarde.

 

¡CONTRA EL FASCISMO!

¡POR LA UNIDAD DE LA CLASE OBRERA!

¡ÚNETE A NUESTRAS FILAS!

 

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)