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La clase obrera planta cara a la especulación [ESP/CAT]

El pasado 23 de noviembre se llevaron a cabo manifestaciones a lo largo de varias ciudades de Catalunya, convocadas por colectivos de la vivienda para luchar por el derecho a la misma y mostrar que se está imposibilitando un derecho básico a cada vez mayor número de proletarios, siguiendo de esta manera la hoja de ruta que implanta las necesidades del capitalismo monopolista de estado a los gobiernos burgueses, bien sean abiertamente fascistas o sean “los más progresistas de la historia”, de tal modo que la vivienda no es un derecho sino un activo económico con el que los monopolios especulan para maximizar los beneficios.

La manifestación en Barcelona fue un gran éxito ya que acudieron más de 170.000 personas a paralizar la capital. La gran cantidad de gente que salió a la calle hizo que les cayera una gota de sudor frío a los opresores, ya que no tardaron en sacar cifras falsas dadas por la policía y a esparcirlas por sus corruptos medios de desinformación, con tal de desalentar el desarrollo de esta lucha justa y su posible evolución radical.

Nuestra célula y otros camaradas del Partido en la ciudad de Barcelona estuvimos presentes apoyando la movilización, entendiendo que es una de las manifestaciones más importantes en las que se refleja la lucha de clases y que asola, sobre todo, a las masas proletarias de las grandes ciudades.

En la manifestación, nuestro Partido llevó un mensaje claro, que tenemos que tomar conciencia que el problema de la vivienda es una manifestación más de un problema de mayor calado, la existencia del capitalismo, el cual persigue la concentración de riqueza en unas pocas manos y la socialización de la pobreza, expresándose ésta en la carestía de la vivienda, de la vida, en definitiva, en un proceso de depauperamiento del pueblo trabajador. Por tanto, la lucha de la vivienda debe de incardinarse en el lugar que le corresponde, que no es otro que en la lucha de clases contra el capitalismo y su Estado, debiéndose fusionar todas las luchas de la clase obrera en una única lucha para que la clase obrera derroque revolucionariamente a la burguesía y tome plenamente el poder político y la propiedad de los medios de producción y, consecuentemente,  la socialización de todas las viviendas que están en manos de los fondos buitre, bancos y demás especuladores. Todo lo que no sea lo anterior será un parche caduco que en poco tiempo quedará en agua de borrajas.

Por todo ello, hacemos un llamamiento a la clase obrera a unirnos y organizarnos construyendo nuestros órganos de poder popular, y desde el Partido seguiremos participando en este conflicto y lucharemos para que estas movilizaciones prosigan, se eleven políticamente uniéndose de esta manera al resto de luchas obreras para derrocar revolucionariamente este sistema criminal y especulador construyendo ese futuro que el proletariado se merece, que no es otro que la socialización de toda la riqueza y hacer que la clase obrera en exclusiva atesore todo el poder político para acabar con parásitos y explotadores burgueses cuya existencia conlleva la condena de la mayoría del proletariado.

 

¡POR LA UNIÓN DE TODAS LAS LUCHAS EN UNA ÚNICA LUCHA DE CLASES CONTRA EL CAPITALISMO Y SU ESTADO!

¡CONTRA EL FASCISMO Y EL OPORTUNISMO!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

Barcelona, 26 de noviembre de 2024

Célula Joan Comorera de Barcelona del Partit Comunista Obrer de Catalunya (P.C.O.C.)

La classe obrera planta cara a l’especulació

 

El passat 23 de novembre, es van dur a terme manifestacions al llarg de diverses ciutats de Catalunya, convocades per col·lectius de l’habitatge per a lluitar pel dret a l´habitatge i mostrar que s’està impossibilitant un dret bàsic a cada vegada un major nombre de proletaris. Seguint d’aquesta manera el full de ruta que implanta les necessitats del capitalisme monopolista d’estat als governs burgesos, bé siguin obertament feixistes o siguin “els més progressistes de la història” de tal mode que l’habitatge no és un dret sinó un actiu econòmic amb el qual els monopolis especulen per a maximitzar els beneficis.

La manifestació a Barcelona va ser un gran èxit ja que van acudir més de 170.000 persones a paralitzar la capital, la gran quantitat de gent que va sortir al carrer fa que els caigui una gota de suor freda als opressors ja que no van trigar a treure xifres falses donades per la policia i a escampar-les pels seus corruptes mitjans de desinformació, amb la condició de descoratjar el desenvolupament d’aquesta lluita justa i la seva possible evolució radical.

La nostra cèl·lula i altres camarades del Partit a la ciutat de Barcelona vam ser presents donant suport a la mobilització, entenent que és una de les manifestacions més importants en les quals es reflecteix la lluita de classes i que assola, sobretot, a les masses proletàries de les grans ciutats.

En la manifestació, el nostre Partit va portar a la manifestació un missatge clar, que hem de prendre consciència que el problema de l’habitatge és una manifestació més d’un problema de major importància, l’existència del capitalisme el qual persegueix la concentració de riquesa en unes poques mans i la socialització de la pobresa, expressant-se aquesta en la carestia de l’habitatge, de la vida, en definitiva, en un procés de pauoerització del poble treballador. Per tant, la lluita de l’habitatge ha d’incardinar-se en el lloc que li correspon, que no és un altre que en la lluita de classes contra el capitalisme i el seu Estat, havent-se de fusionar totes les lluites de la classe obrera en una única lluita perquè la classe obrera enderroqui revolucionàriament a la burgesia i prengui plenament el poder polític i la propietat dels mitjans de producció i, conseqüentment, la socialització de tots els habitatges que estan en mans dels fons voltor, bancs i altres especuladors. Tot el que no sigui l’anterior esmentat serà un pegat caduc que en poc temps quedarà en foc d’encenalls.

Per tot això, fem una crida a la classe obrera a unir-nos i organitzar-nos construint els nostres òrgans de poder popular, i des del Partit continuarem participant en aquest conflicte i lluitarem perquè aquestes mobilitzacions prossegueixin, s’elevin políticament unint-se d’aquesta manera a la resta de lluites obreres per a enderrocar revolucionàriament aquest sistema criminal i especulador construint aquest futur que el proletariat es mereix, que no és un altre que la socialització de tota la riquesa i fer que la classe obrera en exclusiva atresori tot el poder polític per a acabar amb paràsits i explotadors burgesos l’existència dels quals comporta la condemna de la majoria del proletariat.

 

PER LA UNIÓ DE TOTES LES LLUITES EN UNA ÚNICA LLUITA DE CLASSES CONTRA EL CAPITALISME I EL SEU ESTAT!

CONTRA EL FEIXISME I L’OPORTUNISME!

SOCIALISME O BARBÀRIE!

Barcelona 26 de novembre de 2024

Cèl·lula Joan Comorera de Barcelona del Partit Comunista Obrer de Catalunya




La lucha en el sector textil y el veneno de CCOO

Recientemente hemos conocido que las grandes fortunas en España han crecido un 27%. Entre los cinco mayores parásitos encontramos a Amancio Ortega como el primero, seguido de su hija, siendo el presidente de Mango, Isak Andik, el quinto. El fundador de Inditex posee 120.200 millones de euros por robar los frutos del trabajo ajeno, y el cofundador de Mango tiene 4.500 millones por la misma razón. Aunque hay una gran diferencia entre una cifra y otra, ambas son monstruosas. Precisamente, estas dos últimas empresas mencionadas han sido muy señaladas al organizar la huelga del sector textil, que estaba prevista para el 21 de noviembre, aunque finalmente se ha pospuesto por, según dicen, considerarse inviable por los estragos de la DANA.

Ante la ausencia de avances al intentar negociar un nuevo convenio colectivo para los trabajadores de la industria textil, los obreros de dicho sector están dispuestos a un pulso con el burgués. El problema es que CCOO, sindicato de la patronal, es quien les guiará hacia una casilla que no significará ningún avance real; es su trabajo y siempre están preparados para calmar las aguas, alzando una bandera como “representantes de los trabajadores” mientras legitiman al empresario y su apropiación indebida de los frutos del trabajo, diciendo a los asalariados que deben pelear para alcanzar, como mucho, migajas que pueden ser admitidas porque hay unas leyes burguesas incumplidas. Veamos a continuación qué camino quieren tomar.

En el sector hay alrededor de 80.000 trabajadores, de los cuales más de la mitad son mujeres. Entre las principales reivindicaciones se encuentran la de cambiar la categoría profesional y unificar las tablas salariales, ya que hay diez categorías que están por debajo del salario mínimo interprofesional. También se demanda un incremento salarial del 5% anual, pues se ha perdido, según CCOO, un 10% de poder adquisitivo en los últimos tres años; el reconocimiento de enfermedades laborales y accidentes, así como “mejorar los permisos retribuidos”; una reducción de jornada anual y romper con la brecha salarial, ya que el salario de las mujeres es menor que el de los hombres en un 22%.

Es decir, durante demasiado tiempo el sindicato CCOO ha permitido la precariedad y ahora ofrece la posibilidad de regular las tablas salariales según la ley, como si significara un camino hacia la prosperidad. Se ha perdido bastante poder adquisitivo, y reclama una migaja calculada anualmente. En lo referente a los accidentes y enfermedades, se trataría de apuntar hacia la consecución de unos mínimos que, al estar tanto tiempo sin reconocer, parecerán un gran triunfo, cuando solo entraría dentro del marco legal. Por otro lado, el salario que perciben los hombres obreros apenas les permite vivir, y una de las metas es que sus hermanas de clase en el sector obtengan la misma precariedad, aflojando un poco las cadenas de éstas últimas, pero ambos bien encadenados, igualmente. También hablan de “contratación y protección de las víctimas de violencia de género”, que no serían más que subvenciones para el burgués por tener mano de obra en ciertas condiciones.

No caigamos en la trampa de pensar que el sindicato de la patronal, y financiado por su Estado, CCOO, ha dedicado duras palabras a los burgueses para disimular. Refiriéndose a empresas como Inditex y Mango, invita “a dejar de ponerse de perfil en este asunto” y a que “sean responsables con las condiciones laborales que se fijan en el sector”. Están refiriéndose claramente a canallas, y es un hecho que no les es desconocido, pero les “invita” a que “asuman su responsabilidad y mejoren las condiciones”.

Teniendo en cuenta que sin la clase obrera no hay fábricas, ni máquinas, ni extracción y manejo de materias primas, ni la conversión de éstas en todo tipo de productos, ni su venta y su transporte, ¿a qué “responsabilidad” se refieren? ¿Acaso los empresarios están para algo más que apropiarse de los frutos del trabajo? Ni son legítimas sus propiedades, ni la clase obrera obtiene lo que le corresponde por su trabajo. Solo un guardián de la patronal puede autoproclamarse defensor de los trabajadores mientras pone el poder en manos del criminal opresor y le dice a éste, con todo el cinismo, que tiene que sentarse a negociar para “hacer mejor” las cosas. La clase obrera lo produce todo; ¿por qué tiene que quedarse mirando y aceptar la esclavitud asalariada?

Echemos un vistazo solamente a Amancio Ortega y su empresa. Desde hace mucho tiempo se conoce la situación de precariedad en Inditex y, por tanto, no es algo nuevo. Como sabemos, en el capitalismo es el burgués quien se apropia del valor generado por el trabajo ajeno, mientras la clase obrera produce todo pero solo recibe un salario, que está destinado a reproducir su fuerza de trabajo y no va en relación a lo que produce, pues esto último va a manos del empresario por ser el propietario. Es frecuente saltarse incluso la propia ley burguesa, aun teniendo ésta como objetivo únicamente poder oprimirnos y garantizar su dominio, ya que hacerlo es aún más ventajoso para sus beneficios pues, a medida que aumenta la automatización, como por ejemplo podemos ver en muchas tiendas que no tienen personal en caja, la tasa de ganancia es menor por necesitar menor cantidad de mano de obra. En este sentido, el burgués opta por mayor carga de trabajo y menor salario para los trabajadores que sigan en sus puestos, o sean reemplazados una y otra vez con temporalidad disfrazada.

Cuando hablamos de explotación humana no nos referimos a las peores condiciones, sino a que todos y cada uno de los asalariados, por el hecho de serlo, están explotados, ya que trabajan para alguien que saca beneficio de su trabajo y a cambio éste último da una retribución que permita sobrevivir para seguir trabajando, siendo esta retribución infinitamente más baja que el valor producido por el trabajo del obrero. Amancio Ortega es solo un ejemplo que nos sirve para comprender el sistema en que vivimos. Este canalla no solo se dedica a la explotación humana en España, sino que son conocidas las infamias de Inditex en naciones del sur global y de bajo desarrollo, para hacerlo en condiciones más ventajosas para él y más inhumanas para los trabajadores; situaciones de esclavitud. Incluso se ha denunciado al descubrir que hay mano de obra menor de edad, alegando la empresa que son “casos aislados”.

Por otro lado, éste gran parásito, además de robar los frutos del trabajo evade impuestos, poniendo a buen recaudo y sin consecuencias grandes cantidades de ese medio de cambio llamado dinero, cuyo rol ficticio es dar a estos ladrones no solo la capacidad de apropiarse de los productos del trabajo ajeno para hacer negocio, sino para adquirir todo tipo de mercancías, servicios y lujos hechos por aquellos que hacen posible todo y sobreviven, mientras quienes se enriquecen con el robo nadan en la abundancia. Lo más curioso, es que realmente el robo secundario del Estado burgués para sostener su dominio y financiar su opresión, que es a través de impuestos, lo paga la clase obrera, siendo una cifra lamentable e insignificante la que sale de las grandes fortunas.

Hemos conocido también que Inditex, como no puede ser de otra manera, forma parte de esas empresas que mandaron a la clase obrera al desastre de la DANA y no les dieron ningún aviso ni tomaron medidas. Debido a esto y al enorme poder que tiene sobre el Estado y los medios de manipulación de masas, Amancio Ortega ha hecho su enésimo e inmundo acto de caridad, donando 100 millones de euros de dinero robado “para los afectados de la DANA”, y dos millones para Cruz Roja, y otros dos para Cáritas; buitres que hacen negocio con la miseria y cuyos asalariados tienen que encargarse, de manera precaria, de asistir a quienes necesitan cubrir sus necesidades más básicas, mientras los directores de las ONG se dedican a pedir recaudación y alguna reforma, sin señalar nunca la causa de los problemas: el capitalismo. No solo es un intento de Amancio Ortega por limpiar su imagen, que de paso deducirá dichas cuantías en el pago de los irrisorios impuestos que paga. Además, este burgués posee acciones en muchas empresas, incluidas inmobiliarias que tienen filial en España, como por ejemplo Pontegadea. También en Red Eléctrica Española y Telxius, siendo esta última filial de Telefónica. Por lo tanto, aparte de lo que se ahorrará en impuestos, gran parte de ese dinero robado a la clase obrera que ha donado, volverá a él, con lo que la campaña de blanqueo le sale gratis, pues la pagamos la clase obrera. Recientemente hemos señalado esta trampa del Estado burgués en un comunicado.

Es a canallas, como el anteriormente mencionado, a quienes CCOO se dirige para pedir “responsabilidad” y “que no se pongan de perfil”. La única responsabilidad de la que hay que hablar es la de su papel como opresores y causantes, con su sistema de barbarie, de las desgracias de la clase obrera. CCOO no les señala como enemigos, sino como a gente que tiene que entrar en razón y negociar para aliviar un poco a sus asalariados. Mientras los trabajadores apenas llegan a fin de mes y comprueban como se depauperan sus condiciones de vida, una minoría parásita, adueñándose del trabajo de los primeros, se lleva miles de millones. CCOO es responsable de esta realidad, su papel – y por eso es bien reconocida por el estado de los monopolios con jugosas subvenciones – es ser muro de contención para los explotadores, utilizando para ello la ideología burguesa y la traición para atomizar a los trabajadores. Nos acostumbran a creer que los sindicatos verticales llevan a la clase obrera a la lucha, pero la realidad es que, al ver que crece la indignación entre los asalariados, corren a sofocar las llamas para proteger al burgués, que es quien asegura sus privilegios. Es por ello que, mientras se dicen defensores de los trabajadores, reciben subvenciones del Estado, firman EREs, privatizan pensiones, sanidad, llevan a condiciones precarias disfrazadas de avances, etc.

Lo mismo ocurre con los partidos oportunistas, que son la pata izquierda del capital, y podemos ver declaraciones repugnantes en las que legitiman el despido colectivo siempre y cuando cumpla con “la normativa”. Es decir, el burgués tiene derecho a arrebatarte tu derecho al trabajo, tu sustento, si no tiene los beneficios deseados o quiere reducir plantilla para agudizar más la explotación asalariada. Yolanda Díaz también dice que si una empresa tiene buenos beneficios, no debería poder despedir a los trabajadores, e incluso pasa la pelota diciendo que el Ministerio de Trabajo no tiene competencias en otras regiones. Por si fuera poco, esta mamporrera del capital llegó a elogiar a Inditex como empresa ejemplar, y también se reúne con todo tipo de oportunistas y enemigos de la clase obrera en general, sindicatos verticales incluidos, y los llama “expertos” para tratar la próxima estafa con la cifra del salario mínimo.

El Partido Comunista Obrero Español apoya la lucha de los obreros del sector textil, y hacemos un llamamiento para que fortalezcan el sindicalismo de clase como instrumento económico y político para desarrollar una lucha sin cuartel contra la patronal. Asimismo, hacemos un llamamiento a la clase obrera a unir todas las luchas de los diferentes sectores que la conforman en una única lucha de clase contra la burguesía y su Estado, conformando un Frente Único del Pueblo para acabar con este orden que condena a la clase obrera y construir órganos de poder de la clase obrera que pongan a su servicio toda la producción, así como todo el poder político y económico.

 

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE




La hipocresía burguesa sobre la DANA y su verdadera esencia

Durante la semana pasada una DANA atravesó la península y causó varios daños en distintas zonas de Andalucía. El pasado 13 de noviembre estaba haciendo estragos en Málaga cuando la empresa Konecta optó por no decir nada, obligando por omisión a sus trabajadores a ir a trabajar y cuando ya era demasiado tarde mandó un aviso para no acudir al centro de trabajo, como dicen los propios testigos: “Con todo, el centro de trabajo continuó abriendo sus puertas, aunque muchos empleados optaron por quedarse en casa para no poner en riesgo su seguridad y sus vidas. La imprudencia fue tal que, a mediodía, cuando la EMT ya había paralizado todas sus líneas de autobús, y cuando el río Campanillas estaba a punto de desbordarse, la empresa decidió activar la evacuación de los empleados presentes”. No contentos con eso, ahora quieren contar las ausencias como faltas injustificadas y no pagar esos días a los trabajadores, yendo en contra de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales. Cabe recordar también que en el verano del pasado año la misma empresa mantuvo la actividad laboral de la plantilla durante un rato mientras una trabajadora de 60 años falleció en su puesto.

Este suceso demuestra que la preocupación y duelo por las víctimas de Valencia no es más que una fachada hipócrita, ya que habiendo pasado dos semanas del desastre vuelven a cometer los mismos “errores” que en el pasado. Aunque lo que realmente pone en evidencia es la clara esencia criminal de la burguesía ya que no se trata de “errores” sino de una acción meditada en la cual ponen por encima la extracción de plusvalía antes que las vidas humanas. Para los burgueses los asalariados somos únicamente una inversión más de la que exprimir el máximo beneficio antes de descartarnos, sin importar las leyes que se han autoimpuesto, las cuales solo son un bálsamo falso para enturbiar la mente del obrero y alejarlo de su impulso revolucionario.

Debido al avance cada vez mayor de la automatización, la cantidad de plusvalía que puede robar el burgués va mermando, ya que el valor que tanto ansían para obtener ganancias solamente es generado por el trabajo humano. La producción es la auténtica riqueza y solo la clase obrera la hace posible, ya que somos la aplastante mayoría y cada vez somos más, puesto que van quebrando cada año más pequeñas y medianas empresas de las que se crean, cuyos dueños pasan a engrosar las filas del proletariado. Se va concentrando el capital progresivamente en menos manos, y debido a que el dominio de la producción requiere cada vez de más máquinas y, por tanto, menos obreros, disminuye la tasa de ganancia, y es por eso que la burguesía ya no puede controlar el mercado y la adquisición de los frutos del trabajo solamente con la rama productiva, así que debe dedicarse a actividades especulativas, como la inversión en acciones, en suelo, etc.

Es decir, una manera más de convertir el fruto del trabajo ajeno en lucro es, por ejemplo, la planificación urbanística, que ha derivado en el desastre que hemos visto con la DANA y ha llevado a la muerte y a la ruina a demasiadas personas. Solo se busca la ganancia, y esa es la manera de planificar que tiene la burguesía: la búsqueda del máximo beneficio privado a costa del trabajo de nuestra clase. Además, la dinámica destructiva del capitalismo no solo deteriora a los humanos que viven bajo su yugo y son explotados, sino que arrasa sin freno con la naturaleza, y esto causa enormes desequilibrios medioambientales que hacen mucho más probables las catástrofes. Queda claro una vez más que los capitalistas no pueden vivir sin explotar al máximo a la clase obrera, y ésta última no podrá vivir segura, tranquila y disfrutando al máximo de los que produce mientras esa clase opuesta y parásita, con su sistema sangriento y criminal, no sean más que un recuerdo.

Por todo ello desde el Partido Comunista Obrero Español recordamos que para acabar con estos sinvergüenzas necesitamos que la clase se organice sobre la unión de todas las luchas en el Frente Único del Pueblo como herramienta para destruir este sistema y la construcción del mundo nuevo que tanto necesitamos.

 

¡NUESTROS MUERTOS, SUS BENEFICIOS!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE




Entre urnas y algoritmos: el fascismo como tabla de salvación del capital

La nueva victoria electoral de Donald Trump y del movimiento reaccionario que acompaña a su figura, el llamado trumpismo – es decir, el fascismo abierto en los Estados Unidos – se ha enmarcado en la conocida estrategia de intentar generar cierta histeria colectiva entre la clase trabajadora.

Acusando al Partido Demócrata de comunista, al proletariado inmigrante de comer mascotas o a China de haber propagado intencionadamente la COVID-19 como parte de una guerra biológica, el criminal reconvertido a presidente ha conseguido alzarse con la victoria gracias a que el socialfascismo, encarnado en el Partido Demócrata, ha perdido más de siete millones de votos. Nuevamente, la derecha del sistema gana porque una nada desdeñable masa de votantes de la izquierda del sistema se abstiene. Seguramente, motivados por el rechazo a que su candidata sea una auténtica criminal de guerra que tiene las manos manchadas con la sangre de proletarios palestinos, saharauis, afganos, iraquíes, libios, sirios, yemeníes, ucranianos y rusos.

La derrota de Kamala Harris no tiene, por tanto, que entristecer a nadie con conciencia de clase. El Partido Demócrata es el partido de Wall Street. Es el partido del aparato militar. El partido de las deportaciones masivas, de la separación de los niños migrantes de sus padres y el de los asesinatos de proletarios negros a manos de la policía. El partido del muro de México y de los asesinatos con drones. Es el partido del sionismo y uno de los máximos responsables de poner al proletariado internacional en la antesala de la Tercera Guerra Mundial. Resulta degradante y bochornoso como hay quienes creen que se puede construir un movimiento progresista y de cambio social dentro de uno de los partidos del imperialismo estadounidense.

Las elecciones estadounidenses, al ser las entrañas mismas de la bestia del imperialismo, nos permiten extraer lecciones muy importantes que se replican en otros eslabones de su cadena imperialista. En primer lugar, vemos que la socialdemocracia no solo es el ala moderada del fascismo, sino que su inoperante acción en el gobierno coloca la alfombra roja para la victoria democrática del ala más reaccionaria y anticomunista de la oligarquía, sin necesidad de ninguna marcha sobre Roma, golpes de estado o guerras civiles. Algo que tiene su réplica en el corazón de la Unión Europea, donde el inestable gobierno del socialfascista Olaf Scholz se tambalea y abre una oportunidad de oro para los fascistas de AfD.

Es interesante observar, en segundo lugar, a capitalistas y explotadores como Elon Musk lanzándose decididamente a controlar la política de forma directa, perdiendo millones de dólares con tal de hacerse con el dominio de las redes de información modernas. Si antaño se decía que la libertad de prensa era la voluntad del dueño de la imprenta, ahora debe entenderse exactamente lo mismo con los algoritmos y las cámaras de eco en redes sociales, que buscan derechizar constantemente al usuario. Algunos conocidos políticos de la izquierda burguesa como Yolanda Díaz han optado por mudarse a otras redes como Bluesky, mientras que otros defienden permanecer en Twitter como si de una trinchera se tratara. No obstante, la lucha contra el fascismo no se libra en redes sociales ni en las urnas, tampoco reformando el criminal Estado burgués, sino con la organización, la disciplina y la militancia, creando estructuras de contrapoder obrero donde el Partido Comunista sea la herramienta genuina de lucha que barra para siempre el viejo mundo capitalista por medio de la guerra civil revolucionaria.

Como ya ocurrió en 2016, los socialdemócratas de todo pelaje se llevan las manos a la cabeza porque ha ganado el criminal de guerra que es un reaccionario en cuestiones sociales, y no la criminal de guerra feminista y progresista. De hecho, Trump es un auténtico degenerado que no debería ver más luz que la que entra por la ventana de una celda. Para los fascistas, la victoria de Trump es la confirmación de que se está derrotando al espantajo que han creado con la Agenda 2030. A los comunistas no nos pillan desprevenidos estos análisis maniqueos. Lo preocupante viene cuando estos errores se replican también en organizaciones que se autodenominan comunistas, las cuales parecen creer que el próximo gobierno de Trump trae consigo la apertura de la caja de Pandora. No, el fascismo no murió definitivamente con la victoria del glorioso Ejército Rojo, como tampoco vuelve a la vida con el trumpismo. Esta concepción es fruto de analizar la realidad partiendo de la superestructura y no de la estructura, consecuencia de los vicios introducidos por el marxismo occidental.

Decía el camarada Lenin que «el siglo XX señala el punto de viraje del viejo capitalismo al nuevo, de la dominación del capital en general a la dominación del capital financiero». Este cambio en la base económica, que provocó la transformación del capitalismo de libre competencia al capitalismo monopolista, trajo consigo, forzosamente, una transformación de la superestructura como consecuencia del cambio operado en la estructura del modo de producción capitalista. Según el mismo Lenin, «en el aspecto político el imperialismo es, en general, una tendencia a la violencia y a la reacción». La libre competencia y el capitalismo mercantil fenecieron, fueron enterrados por el capitalismo monopolista, por el capital financiero, por el imperialismo, que con su desarrollo conlleva una transformación de la superestructura.

Iniciado el periodo de la Crisis General del Capitalismo, el cual arranca con el triunfo de la Revolución de Octubre de 1917, se abre el periodo del derrumbamiento revolucionario del capitalismo y su desgajamiento. Desde entonces, la contradicción fundamental que rige el mundo es la contradicción entre el socialismo – la aspiración máxima del proletariado internacional – y el imperialismo – la aspiración máxima de los monopolios – y bajo estas condiciones históricas es que la burguesía ejerce su dominación violenta y reaccionaria bajo las formas y métodos del fascismo.

Es importante tener también muy presentes los análisis del camarada Dimitrov y sus excelentes aportaciones en el estudio del fascismo para el VII Congreso de la Komintern: «El fascismo no es una forma de Poder Estatal, que esté, como se pretende, “por encima de ambas clases, del proletariado y de la burguesía”, como ha afirmado, por ejemplo, Otto Bauer. No es “la pequeña burguesía sublevada que se ha apoderado del aparato del Estado”, como declara el socialista inglés Brailsford. No, el fascismo no es un poder situado por encima de las clases, ni el poder de la pequeña burguesía o del lumpenproletariado sobre el capital financiero. El fascismo es el poder del propio capital financiero. Es la organización del ajuste de cuentas terrorista con la clase obrera y el sector revolucionario de los campesinos y de los intelectuales. El fascismo, en política exterior, es el chovinismo en su forma más brutal que cultiva un odio bestial contra los demás pueblos». El fascismo no es un simple cambio de un gobierno burgués por otro. No es la sustitución del genocida Joe Biden por Trump, como tampoco lo sería sustituir a los socialfascistas del PSOE y sus lacayos de Sumar/IU/PCE/Podemos por un gobierno de PP-VOX. Estos errores impiden al proletariado revolucionario movilizar correctamente a las amplias masas trabajadoras en la lucha contra la burguesía capitalista.

El fascismo es la tabla de salvación de la reacción, de la burguesía en la crisis general del capitalismo. La tabla a la que lleva agarrada la burguesía desde hace casi un siglo. Y la burguesía está agarrada a dicha tabla de salvación porque es consciente que está en los estertores de su criminal régimen y de su criminal existencia. El fascismo es un poder precario, es un poder con pies de barro, hundido en el cieno de la corrupción y que está totalmente quebrado. Es la constatación de que estamos en la fase histórica donde lo viejo debe terminar de morir y lo nuevo, el socialismo, debe imponerse. Por ello, el fascismo es la única vía que tiene el capital financiero para mantener en pie su sistema caduco, corrompido y quebrado. Al pueblo trabajador únicamente le queda el derecho a la revolución contra un sistema criminal que lo explota y asfixia constantemente.

El socialismo es la única salida que tiene género humano, el único sistema que puede resolver los males que hoy nos azotan, y así lo acredita la historia, pero su instauración no vendrá caída del cielo, sino que será producto de la acción revolucionaria del proletariado que únicamente puede producirse por la existencia del Partido Comunista, instrumento que lleve a las masas el socialismo científico y que las dote de un programa y una táctica para derrocar al capitalismo dentro de la necesaria Revolución Mundial.

 

Madrid, 22 de noviembre de 2024

SECRETARÍA DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




Huelga General en Grecia

El Partido Comunista Obrero Español saluda la huelga general convocada el día 20 de noviembre en Grecia que pretende unir las distintas huelgas de los distintos sectores que se han ido desarrollando últimamente para llamar a los trabajadores a luchar unificados contra las masacres de proletarios que ocurren en las distintas zonas del mundo, a la vez que para el aumento de los salarios y el gasto público en materias de educación y sanidad.

La huelga general es una de las armas más importantes de nuestra clase para demostrar su fortaleza, estamos convencidos de que va a servir para elevar el grado de conciencia de la clase obrera sobre la podredumbre de este sistema, de la necesidad de su destrucción y la necesidad de construcción de un mundo nuevo enviando al capitalismo al estercolero de la historia.

Desde el Partido Comunista Obrero Español hacemos un llamamiento al sindicalismo de clase organizado en sindicatos de la Federación Sindical Mundial, así como al sindicalismo combativo a tomar nota de lo que acontece en Grecia y trabajar en la dirección de una convocatoria de una huelga general por el avance de las condiciones de vida de la clase obrera y contra la guerra imperialista.

 

¡FUERA DE LA OTAN Y DE LA UNIÓN EUROPEA!

¡NO MÁS OBREROS MUERTOS EN GUERRAS IMPERIALISTAS!

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

 

Madrid, 19 de noviembre de 2024

COMISIÓN DE RELACIONES INTERNACIONALES DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E)




El fango y la Sexta

No debe extrañarnos que a la Sexta, televisión en la que un amplio accionariado pertenece a Florentino Pérez y a los herederos de José Manuel Lara, fallecido en 2015, le hayan asignado el papel de blanquear los intereses de los monopolistas que la hacen posible y se declare una televisión comprometida en palabras de Iñaki López. En este punto hay que preguntarse ¿comprometida para quién? Aquí es donde vamos a centrarnos en las todavía ventajas de regalar hace una década toda la parrilla televisiva a Podemos, lo que les permitió superar una nueva bancarrota causada por la prima de riesgo y que todavía les renta, una vez casi desaparecida la formación, en la persona de Ramón Espinar. El fango lanzado, los gritos de asesinos y la protesta masiva de los afectados por la Dana contra las instituciones gubernamentales le han parecido totalmente antidemocráticas y las formas completamente inadecuadas.

Cuando el capitalismo financiero y sus representantes en el ejército y el parlamento todavía no han decidido qué política seguir después del genocidio perpetrado contra el pueblo, qué cabezas cortar y qué fórmula de blanqueamiento del régimen, los reformistas lamebotas como Ramón Espinar fían toda la indignación popular espontánea a la confabulación de grupos de extrema derecha. Son tan sumamente vendidos e hipócritas que dedican veinte segundos en comentar la mayor manifestación en Valencia de la historia, ocurrida el 10 de noviembre, para dar un amplio pábulo a enfrentamientos con la policía por parte de los manifestantes y declarar que todo debe ser pacífico, como si la desidia y la voluntad de los empresarios que causaron el desastre no fueran métodos violentos y de exterminio contra la clase obrera. Allí, nuestro apreciado colaborador hace sus cábalas sobre si con tal o cual gobierno, que con tal o cual dimisión, que tal o cual medida futura, la deuda con el pueblo valenciano y su genocidio quedaría saldada. A la vez pide respeto para las instituciones representativas del régimen y califica los actos espontáneos de lamentables. El mismo que bebía Coca-Cola en el comedor del parlamento mientras su partido pedía un boicot a la empresa por los despidos masivos, vuelve a mostrar su apoyo a la clase social que le paga. Pero olvida este cretino, que se declara marxista en las tertulias de la tele, la gran lección que han dado los obreros y campesinos, que han pasado de reivindicaciones puramente económicas a reivindicaciones políticas porque nada bueno pueden esperar del sistema. La clase obrera ha entendido que bajo el régimen de los monopolistas y los terratenientes nunca podrá alcanzar su libertad, su dignidad y su supervivencia y está dispuesta a no ponérselo fácil a los secuaces que lo hacen posible por mucho que se esfuercen en ello por todos los canales posibles. El interés de la clase obrera está, no en fortalecer esa legalidad y esas instituciones creadas por los mismos fascistas, sino en aislarlas el máximo, y para eso, ni siquiera puede plantearse su utilización, pues tiene un carácter tan reaccionario, es tal el control que ejerce sobre ellas la oligarquía a través de las mafias políticas, sindicales, de los medios de comunicación, etc., que solo a los deseosos de hacer carrera, como el amigo Ramón, se les puede ocurrir entrar en ellas. La clase obrera, que ha sufrido en exclusividad las consecuencias de la Dana y que se ha cansado de ser la víctima de la mayor represión y escarnio, hace tiempo que ha comprendido que no tiene nada que hacer participando en la farsa de la democracia burguesa. Ningún cambio en las instituciones les será válido mientras el tipo de institución no cambie y por eso no quieren ya reformas que humanicen al capitalismo, sino que quieren su completa demolición.

Así pues, la única táctica justa que debe seguir la clase obrera es aquella que tienda a golpear a los principales enemigos, a desenmascarar a los vendidos reformistas, a los adláteres que lo hacen posible, para aislar a los grupos políticos revisionistas que sabotean la lucha revolucionaria. En este punto el PCOE tiene la misión de derivar la protesta espontánea hacia la lucha organizada que termine con esta espontaneidad, que es un síntoma de que la clase obrera ha entrado en una demanda superior, superando el economicismo que proponen los revisionistas lamebotas dentro del sistema para que nada cambie, hacia la reivindicación política que es donde nos movemos los comunistas para que cambie todo y cuya única salida es la revolucionaria. El magnicidio ha sido un termómetro para medir la situación de la clase obrera y la conciencia política que ha tomado forma. También para medir el nivel humano de los monopolistas y sus secuaces, para ver a las claras lo que les importa el pueblo. El PCOE atrae cada vez más hacia la lucha organizada a los campesinos, a los trabajadores, a los estudiantes, a todas las capas sociales que sufren la opresión de los monopolistas y sus representantes y a todas las personas sin partido que están dispuestas a hacer su contribución a la causa de la clase obrera revolucionaria. Por eso te llamamos a engrosar sus filas.

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




Ayuso continúa la tradición de abuso y abandono a los extranjeros

El historial de abuso y abandono a los extranjeros en la Comunidad de Madrid es largo y pesado, un historial que el gobierno criminal de Isabel Díaz Ayuso se está encargando de extender con el despliegue continuado de medidas anti-obreras a las que nos tiene acostumbrados. Una vez más se nos muestra que la vida del proletario, tanto el extranjero como el nacional, poco le importan a la burguesía, cuyo único interés en el proletariado es la obtención de su fuerza de trabajo. Desde el Partido Comunista Obrera Español ya hemos señalado en más ocasiones el actuar criminal del gobierno de Ayuso, siendo un ejemplo cristalino la gestión de las residencias durante la pandemia de la COVID-19 donde, mientras miles de ancianos eran asesinados a causa de la incompetencia del gobierno del PP, Ayuso y sus cercanos se llenaban los bolsillos con la venta de material sanitario.

La nueva polémica está relacionada con la desaparición, en lo que va de 2024, de 34 menores. El Plural que es quién informa de la noticia solo habla de dos centros de menores, el de Casa de Campo y el de Hortaleza. Ambos centros están desbordados y los trabajadores de los centros no saben cómo gestionar la situación, pues al Gobierno del PP le da igual quienes allí se encuentran. Al igual que les dan igual los miles de obreros “nativos”. Lo único que les importa es defender a la burguesía que son quienes les financian. La deriva reaccionaria es más que evidente con el tema de la inmigración. El Partido Popular de Feijoo ha comprado las tesis de Vox, igual de fascistas que los primeros, convirtiendo a la clase obrera migrante en el blanco de cualquier objetivo.

La gestión de estos Centros de Menores se hace a dedo, sin pasar por concurso público. Es decir, la clase obrera, una vez más, transfiere rentas a la burguesía mediante impuestos saltándose la legalidad que ellos mismos dicen respetar. Esto evidencia el tipo de favores que existen entre ellos y la necesidad de no confiar en ningún partido político institucional.

La privatización de la gestión de los Centros de Primera acogida de menores supone, como siempre, priorizar el beneficio de la empresa encargada de su gestión a una atención adecuada para los menores, porque la empresa siempre va a tener como único objetivo obtener el mayor número de ganancias posibles. Extrabajadores de Centros de Primera acogida, como el de Batán, ya han dado fe en varias ocasiones de que ésta es la política que llevan a cabo las empresas que gestionan el centro. No invierten dinero en su mantenimiento y como consecuencia las instalaciones están en un estado deplorable, que repercute en quienes allí ejercen su labor profesional y en los menores. Lo vergonzante es que la empresa encargada de su gestión, la Fundación Antonio Moreno en el caso del centro de Casa de Campo, recibió el año pasado más de 7.000€ al día de dinero público por la gestión del centro.

La lógica del beneficio impera y en este caso al hablar de menores es aún más vergonzante. La empresa encargada de la gestión cobra dinero en función del número de plazas cubiertas, como se puede ver en el último contrato para la acogida de 15 menores, 6 plazas en el Centro de Primera Acogida Casa de Campo y 9 plazas en pisos tutelados, por el cuál recibe la Fundación más de 50.000€ por cada menor para 292 días de asistencia. Cuanto más hacinamiento, más inhumanidad y un peor estado de las instalaciones, más beneficio obtiene la empresa.

Está claro que el objetivo de las empresas y de la Comunidad de Madrid no es el de dar un trato digno y de calidad que permita a los menores acogidos tener unas perspectivas de futuro.

Los y las comunistas no podemos permitir que nuestros compañeros de clase sean tratados de esta manera. Se les recluye y se les deniega, mediante burocracia y leyes que en estas cosas si les gusta cumplir, cualquier tipo de documento que les permita trabajar. Sin ello son carne de cañón de la burguesía para ser explotados de una forma aún más atroz. Ejemplo de ello es Plaza Elíptica, donde migrantes sin papeles van todas las mañanas a esperar a que empresas vayan con sus furgonetas a ofrecerles trabajar ese día a cambio de un precio por debajo del recogido en las tablas salariales de los convenios y que en repetidas ocasiones ni siquiera les acaban pagando tras varios días de trabajo seguido. La superación del capitalismo pasa por la unidad de la clase obrera, sin importar del país que seamos. Por ello debemos unificar todas las luchas en torno a un Frente Único del Pueblo (FUP) y dar una respuesta común a todas las problemáticas que nos abordan a diario como trabajadores. La realidad para el proletariado extranjero la escribe la burguesía con su gestión irregular, donde la legalidad vale en función de su conveniencia, en función de sus intereses. Es por ello que el proletario, nacional o extranjero debe unirse con el único fin de acabar con este sistema, que nos condena a la supervivencia y la miseria.

 

¡SOCIALISMO O BARBARIE!

¡ÚNETE AL PCOE!

 

Comité Regional del PCOE en Madrid




La lentitud estatal es el beneficio de los monopolios

La gestión de la Dana ha mostrado un estado completamente inoperativo que no puede achacarse sólo a la inutilidad de quienes lo componen, que también, sino que es una maniobra para dar cabida al sector privado en la reconstrucción, limpieza y normalización de las zonas afectadas. Para eso el estado tiene que mostrarse incapaz y es exactamente lo que está pasando para que el sector privado, que pone y quita a los políticos, se presente como el salvador necesario. Uno de los síntomas que describen el fenómeno fue el de utilizar a los voluntarios para limpiar empresas privadas a los que éstos se negaron y denunciaron por redes sociales.

En marcado contraste con el lento ritmo con el que parecen estar desplegándose los medios de rescate, lo que se empieza a conocer sobre la gestión política de la Dana y las ayudas necesarias para restablecer la normalidad en aspectos tan básicos como el restablecimiento del servicio de agua potable, de internet o de la energía eléctrica, el sector privado se postula como solución inmediata. Esto implica que el gran desastre que se ha producido sobre la población de Valencia, sea una oportunidad de negocio para la camarilla burguesa y sus holdings empresariales en busca de dinero público. Para eso, el estado y sus estamentos han de quedar en los huesos para extraer una amplia ganancia. Estas empresas entran en el juego mediante donaciones que les allanan el camino y los capitalistas acuden a la desgracia como aves de rapiña. Veamos unos cuantos ejemplos:

  1. Caixabank ha abierto una línea de crédito extraordinaria de 2500 millones a interés para la reparación de los daños ocasionados por la Dana, bajo la garantía de la Generalitat Valenciana que actúa como avaladora, y con quien ya tenía suscritos convenios a través de Microbank.
  2. Antonio Brufau, dueño de Repsol, ha trufado las tareas de reconstrucción de personal especializado de emergencias sanitarias y proporciona combustible, presuntamente gratuito, a las fuerzas de seguridad y emergencias, que luego facturará a la empresa pública Tragsa.
  3. Amancio Ortega, dueño de Inditex, ha donado cuatro millones de euros a Cruz Roja y Cáritas, con la vista puesta a adjudicar a su holding inmobiliario, Pontegadea Inversiones, todo el parque de vivienda pública que deberá construirse.
  4. Florentino Pérez entra por dos vías de empresas propias, Clece y ACS. Para ello ha donado un millón de euros a través de la Fundación Real Madrid y Cruz Roja, en busca de que ACS sea la empresa adjudicataria de la reconstrucción y Clece quién ponga la mano de obra.

Esto son sólo algunos ejemplos de los miles que se nos escapan, que nos dan una idea de la reconstrucción que ellos ambicionan y que el vacío de poder ha hecho posible. Tras varios días de vacío, cuando todavía no se han localizado a centenares de desaparecidos, diversas empresas vinculadas al sector financiero y de servicios, como la compañía Clece, de Florentino Pérez, ya publicaban ofertas de trabajo para las tareas de reconstrucción y limpieza, sin que todavía conste licitación alguna para esas tareas.

Nada de esto ocurre por casualidad. En 2006, cuando el Huracán Katrina arrasó Nueva Orleans, Arne Duncan, secretario de educación de Estados Unidos dijo: “Permítanme ser sincero. Creo que lo mejor que le ha pasado a Nueva Orleans ha sido el Huracán Katrina”.  En este caso la afirmación es plenamente vigente para nuestros capitalistas y se cumple la coincidencia porque es su naturaleza intrínseca. En busca del lucro infinito no pueden actuar de otra forma que como sanguijuelas, en un estado que previamente han dejado en los huesos descapitalizándolo. La lentitud estatal es otra de sus artimañas para erigirse como necesarios en la reconstrucción y en cualquiera de los estratos de la vida pública. Para demostrarlo solamente hay que buscar la relación entre los donantes privados en los primeros días de la catástrofe con los futuros contratistas. La relación es plena. Desde el lado contrario, algunos camaradas del partido ya se han desplazado a la zona para participar en las tareas de normalización.

El capitalismo de estado, propio de la fase monopolista, sólo puede garantizar a la clase obrera muerte y guerra como vemos claramente en este caso.  Desde el PCOE, tenemos claro que ninguna reforma puede humanizar al capitalismo y que hay que abogar por su completa destrucción. Por ello nos organizamos bajo sus siglas y organizamos la resistencia. El partido se establece así como vanguardia de la clase obrera y le dota de dirección y línea política hacia su plena emancipación del capital. Por eso, te llamamos a engrosar sus filas.

¡Por la supervivencia de la clase obrera!

¡Por la destrucción del capitalismo!

¡Estudiante y obrero, únete al PCOE!

COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)




Las contradicciones y la falta de visión de los colectivos canarios

En Canarias, la más que insostenible situación y el descontento ya ha derivado hace unos meses en manifestaciones con un peso significativo, pues la situación empuja a la clase obrera a exigir cambios. Concretamente, el pasado 20 de abril comenzaron las protestas con el fin de poner sobre la mesa una serie de propuestas para frenar el turismo masivo, el alquiler turístico y el daño medioambiental, principalmente, y el PCOE presentó un análisis al respecto. El día 20 de octubre del presente año los colectivos “en lucha” han vuelto a convocar, pero todo se ha desinflado indiscutiblemente, pues en la primavera los manifestantes se contaban por decenas de miles en todo el archipiélago, y éste otoño, ya sea consultando a los convocantes o a las fuentes del gobierno, todo ha perdido fuerza de forma más que notable.

Después de aquella manifestación multitudinaria de abril mencionada anteriormente, no soplaba ningún viento de cambio en favor de la clase obrera. Los representantes de la burguesía ni siquiera han querido tomarse en serio las reformas que piden los colectivos, los cuales se han agrupado bajo el lema “Canarias Palante”, para, según dicen, “impulsar un proceso participativo cuya primera acción será un formulario donde recoger todas las ideas que tiene nuestra gente para hacer las cosas mejor en Canarias, porque la única manera de hacerlo bien es haciéndolo todo el mundo junto. Se trata de la primera acción de un proceso que tiene como objetivo la elaboración de una hoja de ruta que guíe la negociación de ese modelo desde la calle y el espacio institucional”.

Sobra decir que toda reclamación que pueda hacer la clase obrera, con el fin de mejorar su situación como clase, es completamente legítima. Siempre será una muestra de dignidad que el proletariado salga a las calles a presionar y a dejar claro su descontento; su disposición para pelear contra aquellos que dificultan cada vez más sus vidas. Sin embargo, hay ciertos liderazgos que nos llevan por caminos infructuosos y lo único que se consiguen es generar impotencia. No debemos olvidar que hay que ser críticos en todo momento y estar atentos a las contradicciones, pues para alcanzar metas es imprescindible que la hoja de ruta sea la adecuada, ya que si no acertamos en el diagnóstico no vamos a aplicar el remedio correspondiente.

En un artículo de junio, este grupo declaró que no hubo interés por parte del Gobierno de Canarias por cambiar el modelo de desarrollo económico, y que se ha ignorado a los manifestantes, lamentando no haber obtenido respuesta por parte del Ejecutivo y que no se haya creado una mesa de negociación para tomar parte en “la construcción de un nuevo modelo”. También dijeron que “los poderes políticos y económicos de nuestras islas quieren diluir la fuerza de los colectivos sociales convocantes del 20A con una consulta protagonizada por los mismos cargos políticos que nos han traído a esta situación límite que estamos viviendo” y acusan al presidente canario, Fernando Clavijo, de “crear una cortina de humo para salir por la tangente”. Así que, por un lado, tenemos un rechazo ante la idea de que quienes “nos han traído a esta situación límite” cojan las riendas y, por otro lado, se pide negociar con ellos para formar parte en la “construcción de un nuevo modelo”. ¿No eran los cargos políticos el problema? ¿La idea es alcanzar un “cambio” trabajando con los culpables?

Al final del mismo artículo, señalan vagamente unas reformas que persiguen para luego añadir: “no lo hará el gobierno, pero lo haremos todo el mundo junto. Canarias es nuestra y las calles para volver a alzar nuestras voces si no nos dejan participar en la toma de decisiones acerca del modelo que queremos, también”. Es decir, el gobierno “no lo hará” pero Canarias Palante, que defiende un proceso participativo para “todo el mundo” y no quiere dejarlo en manos de quienes “nos han traído a esta situación límite”, pone el poder de decisión en el gobierno, y si éste se niega a negociar solo queda seguir alzando la voz hasta que les “deje participar” en las decisiones. Siendo así, todo parece indicar que el poder no lo tiene, ni pretende tenerlo, Canarias Palante. Menos indicios hay de que quiera ponerlo en manos de la clase obrera. Sin embargo, dicen cosas como “Canarias es nuestra”. ¿Quién conforma ese grupo que puede referirse a Canarias como “nuestra”?

Volvamos al objetivo principal de la agrupación de colectivos: “impulsar un proceso participativo cuya primera acción será un formulario donde recoger todas las ideas que tiene nuestra gente para hacer las cosas mejor en Canarias, porque la única manera de hacerlo bien es haciéndolo todo el mundo junto”. Se quejan estos colectivos del intento de los políticos por hacer una consulta llevando las riendas; ¿no pecan ellos mismos de iniciar un proceso similar? ¿El modo de “participar” es enviar a un grupo de colectivos un escrito con cualquier tipo de idea? ¿Quién es “nuestra gente” y “todo el mundo”?

También dicen que “Se trata de la primera acción de un proceso que tiene como objetivo la elaboración de una hoja de ruta que guíe la negociación de ese modelo desde la calle y el espacio institucional”. Se sigue incidiendo en la negociación, es decir, no se cuestiona que los causantes del problema tengan el poder; al parecer es legítimo, y la idea es llegar a un acuerdo con ellos. Los burgueses y sus representantes deben pasar por su filtro las propuestas, determinar lo que puede llevarse a cabo y lo que no, y de qué manera debe hacerse. Además, como hemos leído anteriormente, deciden si se conforma o no una mesa de negociación, en la que se espera que ellos den permiso para participar en la vida política. Volvemos, entonces, a lo que ya sabíamos: Canarias es de la burguesía, y el órden burgués no es desafiado.

¿A eso se refieren con hacerlo “todo el mundo junto”? Si se incluye tanto a proletarios como a empresarios canarios, que son dos clases sociales con intereses opuestos, ¿dónde está la hoja de ruta? La relación entre explotadores y explotados es desigual, y los segundos quedan subordinados a los primeros. No se puede conciliar los intereses de una minoría que se apropia de la riqueza generada por la clase obrera para obtener ganancias (explotadores), con los intereses de aquellos que producen toda la riqueza a cambio de un acceso restringido a ésta (explotados). Por otra parte, se quiere realizar un “cambio” desde las instituciones, que son los medios que usa la burguesía para dar a su dominio sobre la clase obrera una forma legal. Si los capitalistas siguen en el poder, y se les va a respetar ese poder, ya no va a tomar parte “todo el mundo” porque continuará la economía de mercado, que es la causa de todos los problemas (y más) que señalan estos colectivos, y entonces la gran mayoría (asalariados) queda fuera del “proceso participativo”.

Al parecer, Canarias Palante rechazó un encuentro con la patronal porque “no es la interlocutora adecuada para estas decisiones; lo son el Gobierno de Canarias y los Cabildos. Lo es mucho menos cuando su presidente, Jorge Marichal, se declara públicamente en contra de las propuestas y demandas del 20A y defiende a ultranza el modelo turístico actual”. Luego, refiriéndose al Gobierno de Canarias en el mismo comunicado, declaran que “mientras ignoran nuestras reivindicaciones, continúan celebrando encuentros y diálogos, junto al sector hotelero, en los que se llenan la boca hablando de sostenibilidad, reparto de la riqueza y cuidado del territorio. Sin embargo, su postura queda clara cuando en el Parlamento rechazan todas y cada una de las reclamaciones del 20A, cuando siguen autorizando nuevas construcciones turísticas y cuando se niegan sistemáticamente a detener obras ilegales que destruyen impunemente nuestras islas”. Es decir, se niegan a hablar con la clase dominante porque “no es la interlocutora adecuada”, pero matizan que sus representantes sí lo son, aun señalando en el mismo comunicado que les ignoran y rechazan todas las reclamaciones en el parlamento, mientras se reúnen con la patronal continuamente. ¿La conducta de los políticos no indica, precisamente, que están para velar por los intereses del sector de la burguesía a la que representan? ¿seguirán diciendo que hay que negociar y que estos subalternos de los capitalistas son “los interlocutores adecuados”? Nosotros tenemos muy claro que ni unos ni otros lo son, y lo explicaremos más adelante.

A continuación, volveremos a tratar, como ya hicimos tras la manifestación de abril, las cuestiones en las que se centran los colectivos. En lo que respecta a las reivindicaciones, debemos preguntarnos si son las adecuadas y si son suficientes. Por ejemplo, la limitación de compra de vivienda a no residentes. El problema de la vivienda en todo Estado capitalista reside en el mismo punto: la propiedad privada. No se trata de un derecho, puesto que necesitamos poder pagar cantidades determinadas de dinero si queremos un techo. Sin embargo, hay necesidad de ella y más de 200 mil casas vacías en Canarias, pero en el sistema capitalista solo son un medio más para que unos propietarios, ya sean particulares, bancos u otras empresas, obtengan ganancias. Debido a esto, se venderán a quien pueda pagarlas, y teniendo en cuenta la situación geográfica de las islas, la escasa rentabilidad y las dificultades que supone para el burgués la inversión en los recursos de la región, que más del 80% de los empleos pertenecen al sector servicios, el alto índice de importación que conlleva dicho sector y la falta de producción local, hay una tendencia a los bajos salarios, pues las condiciones fomentan que se concentre la actividad empresarial en todo lo relacionado con el turismo, hay cada vez más obreros demandando trabajo y, con la ayuda de los sindicatos traidores, se llevan a cabo las trampas que permiten destinar menor cantidad del valor, el cual es generado por la clase obrera, al salario.

Los colectivos canarios reclaman que se limite la compra de casas a extranjeros y se facilite el acceso a la vivienda a los canarios. Tocan el tema de una manera vaga y sin entrar en detalles de lo que quieren conseguir y cómo quieren conseguirlo. Se refieren, asumimos, a precios “asequibles”, porque en ningún momento cuestionan la vivienda como mercancía o medio para obtener renta. Si ciertos canarios, en lugar de personas no residentes, se dedican a comprar casas para alquilarlas y, por tanto, sacan tajada del salario de trabajadores que buscan un techo, aprovechando para convertir igualmente la necesidad en búsqueda de ganancia, ¿sí es legítimo porque lo hacen canarios? Una de las consignas de quienes siguen a estos colectivos es que “la vivienda es un derecho”. ¿Es un derecho si forma parte del mercado?

Centrándonos concretamente en la vivienda, pues es el tema que tratamos y se alargaría demasiado si hablamos de todo lo demás, debería estar garantizada sin más; sin que pertenezca a nadie que pueda sacar beneficio. Es una necesidad vital y debe ser propiedad personal para cubrir dicha necesidad, no propiedad privada para ganar dinero a costa del trabajo ajeno. Los que poseen viviendas para el lucro dirán que “han trabajado mucho para conseguirlo”, lo cual no es cierto; no es esa la razón, puesto que hay enormes diferencias entre unos sectores de la población y otros; unos han tenido más apoyo económico y personal, la ventaja de una herencia, de capital de empresa familiar, de unas condiciones que han permitido la formación para el acceso a mejores puestos de trabajo, contactos con funcionarios, empresarios, etc. Muchísimos otros no, y cada vez van empeorando las condiciones para todos, pues solo en Canarias, 750.000 personas viven en riesgo de pobreza y exclusión social, y por si fuera poco, las “ayudas” apenas llegan a 13.000. Pero no es solo eso, sino que este criminal sistema nos inculca la aberrante idea de que hay un derecho a apropiarse del trabajo ajeno, y que eso es legítimo, es decir, si puedes hacerlo, hazlo. ¿Los propietarios han construido las casas que compran y han sacado la materia prima para ello? ¿producen todo lo que va destinado al interior de los hogares? ¿acaso crean el suelo? Las viviendas son posibles por la labor de los trabajadores, pero son los dueños de las constructoras, inmobiliarias y de los bancos los que se benefician de tales creaciones, así como aquellos que compran casas porque aspiran a ser rentistas, mientras los obreros en su conjunto aportan para que sea posible todo lo que existe en la sociedad, pero se encuentran cada vez con más penurias aun siendo trabajadores en activo.

Tampoco hay ninguna lucha por un asunto muy grave: la existencia de la empresa de matones fascistas llamada Desokupa, que incluso tiene publicidad como si se tratara de un servicio más. Quien esté mínimamente informado conocerá lo que es este nido de escoria, pero no hace falta investigar mucho para saber lo que son y cuál es su ideología, exhibiéndola incluso en la calle sin que les ocurra nada y con numerosas irregularidades a nivel legal, por no hablar de los miserables y repugnantes bulos racistas y de criminalización de la pobreza que su famoso, sociópata y descerebrado líder, Daniel Esteve, vomita en sus videos. Se sabe impune y se dedica incluso a amenazar públicamente a periodistas. Este lacayo de la patronal es necesario para la burguesía, pues en época de crisis es necesario apelar a los miedos del proletariado más atrasado ideológicamente, y se recurre a la más vil manipulación y deshumanización para que, en lugar de enfocarnos en el auténtico enemigo, que son quienes se lucran de nuestro trabajo y necesidades (esto es, los dueños de los medios de producción), nos enfoquemos en enemigos ficticios, como nuestros hermanos de clase migrantes o todo aquel que ha caído en la miseria y busca un techo como sea, siendo un mito todo lo que se dice de la okupación, que son un 0,06% de las viviendas en España. Además, se introducen mayoritariamente en viviendas vacías de empresas y bancos, siendo el allanamiento de morada (que entren en la vivienda donde resides) un asunto muy distinto que se resuelve rápidamente. Por otro lado, para obtener más pistas, tenemos el lucrativo negocio de las alarmas para protegernos del monstruo de un cuento, a pesar de la baja criminalidad del país. A pesar de ello, España es uno de los países donde más alarmas se venden. ¿No forma parte este asunto del problema de la vivienda en particular, y de los problemas de los trabajadores en general?

Siguiendo con la situación económica de la clase obrera, la pobreza también se refleja en el hecho de que 7 de cada 10 mayores de 55 años destinan sus ahorros a ayudar a familiares, en el aumento de personas que acuden a Cáritas, en el aumento descomunal de los desahucios y en la precariedad del empleo a nivel nacional, donde podemos observar, entre otras cosas, que en el año 2023 hubo casi dos millones de despidos en periodo de prueba, que es una nueva forma de contrato temporal sin costes de despido. Una mayor inseguridad laboral y económica no permiten una vivienda, y recordemos que el PCOE ya explicó la situación del empleo y los engañosos datos. Esto se traduce en un acceso cada vez mayor por parte de turistas con un poder adquisitivo que permite obtener lo que muchos canarios no pueden. El capitalismo está llevando a gran parte de las clases populares del archipiélago a la miseria, con la correspondiente caída del consumo, y que haya viviendas destinadas a los turistas, ya sea como propiedad o alquiler vacacional, no es la causa, sino una consecuencia. Y ya hemos visto que las “ayudas” públicas para facilitar el acceso a la vivienda, no son más que una transferencia indirecta que realiza la burguesía usando su Estado, para que ese dinero vaya a parar a sus manos y el comprador pague el precio establecido, pues son conscientes de que es cada vez más inviable que la clase obrera pueda adquirir una vivienda, pero no por ello dejará de ser ésta una mercancía y los poderes públicos se ocuparán de que las manos privadas no se queden sin “su dinero” en caso de impago. Empresarios canarios se dedican a esto. ¿Son también “nuestra gente”? Además, ya se ha declarado que hay miles de millones de dinero público disponibles para que los empresarios sigan haciendo negocio con la vivienda, engañando con la idea de “alquileres asequibles”, como si “alquiler” no significara que alguien se beneficia de la necesidad, “asequible” no fuese un concepto relativo que depende de multitud de factores y como si el mercado y su destructiva dinámica no siguieran su curso.

Para entender mejor la desorientación y el vacío en el discurso de quienes pretenden mover a las masas en el archipiélago, echemos un vistazo a una fundación llamada Tamaimos, que se ha unido a Canarias Palante. Cuando se autodefine en el apartado “Sobre nosotros” dice lo siguiente: “Este proyecto no tiene relación con partido político, ideología, confesión religiosa o institución alguna”. ¿Es un zombi que va a la deriva por la vida en sociedad sin pensamiento y sin rumbo? Eso que afirman significaría que no tienen absolutamente ninguna idea de cómo es o debe ser el mundo. Es imposible no defender ninguna posición, y sin embargo afirman ser “revista canaria de pensamiento crítico”; ¿son “críticos” fundamentándose en qué? En su presentación continúa de la siguiente manera: “la mayoría de nosotros somos canarios que residimos fuera de las islas, aunque seguimos manteniendo fuertes vínculos con nuestra tierra. Reivindicamos un concepto amplio de cultura y atendemos a asuntos que consideramos de alto interés, como nuestras manifestaciones artísticas, la sociedad, la política, el medio ambiente, el deporte, la fiesta,… y, en definitiva, cualquier plano de la realidad donde estimemos necesario que se exprese la canariedad consciente, como vía para construir un país mejor”. Y también podemos leer “Somos un proyecto cultural progresista”. ¿Cómo hacer reivindicaciones, autodenominarse progresistas o interesarse por aspectos como la cultura, la política, la sociedad, el medio ambiente, etc., si “no tienen relación con ideología alguna”? Por otro lado, hablan de “nuestra tierra” y “canariedad”, defendiendo una identidad común en los canarios por el hecho de serlo, sin importar la situación global, las clases sociales ni tener en cuenta su indiscutible existencia, así como su lucha por ser antagónicas.

Siguiendo con la fundación, afirma unirse a Canarias Palante porque “Para la Fundación Tamaimos es fundamental el empoderamiento de una sociedad civil canaria, y canarista, que se reivindique como actor principal en la consecución de logros como la moratoria, la ecotasa, los límites a la compra de viviendas por parte de foráneos y, por ende, el cambio de modelo, así como cualquier otro objetivo colectivo que como pueblo nos queramos marcar en el ámbito social, político, cultural, etc. Acudimos a esta convocatoria con ánimo constructivo, para trabajar desde la diversidad en pos de metas compartidas por amplios sectores de la sociedad canaria y no sólo por colectivos de alguna ideología o tendencia concreta. Apostamos por la construcción de una mayoría popular representativa de los intereses colectivos del pueblo canario (…) Por último, deseamos que quienes todavía no lo han hecho, ya sean individuos o colectivos, vean en este proceso una posibilidad ilusionante de construir una Canarias mejor y decidan formar parte del mismo”. Se llena la boca con “los canarios”, defiende reformas, afirma apostar por una mayoría popular que represente los intereses colectivos del “pueblo canario”, quiere trabajar desde la “diversidad” y dice desmarcarse de toda ideología. Un oportunismo de corte nacionalista que habla de Canarias como una forma de ser, de sentir, de identificarse y hablando de un “nosotros” como si no hubiese una lucha de clases, con un discurso vacío que no quiere ofender a nadie ni concretar nada. ¿Esa “diversidad” quiere decir que toleran cualquier posición política aunque sea la que genera los problemas? ¿Caben obreros, empresarios, sindicatos de la patronal, discursos de derechas, de oportunismo de “izquierdas”, etc? Como hemos dicho, no se puede hablar de los intereses de la mayoría sin tocar ni mencionar la dominación de una minoritaria clase parasitaria que controla la riqueza, mientras la gran mayoría que la genera es cada vez más pobre y vive bajo la bota de dicha minoría. Habría que preguntarse si Tamaimos no sabe lo que hace ni lo que dice, y por tanto no puede pretender ser “guía” de las masas, o si conoce realmente la situación pero le interesa un movimiento que aspira, como mucho, a una “colaboración” entre explotadores y explotados.

Volvemos en este artículo a tratar una de las reivindicaciones más famosas: la ecotasa. Es un impuesto que se aplica en destinos turísticos para mitigar el impacto ambiental, y uno de sus usos sería el “desarrollo de iniciativas turísticas sostenibles”. Según Intersindical Canaria, que también se une a los colectivos del 20A, “la aplicación de esta medida no es ni siquiera con afán recaudatorio, es prácticamente un deber moral”. Es evidente que sin la recaudación no pueden llevarse a cabo las medidas relativas a la ecotasa, por tanto es el principal objetivo para que puedan materializarse. También es importante que recordemos que el concepto de moralidad no se puede desligar del modo de producción, y es construido dentro de sus márgenes, cosa que procederemos a demostrar a continuación.

En primer lugar, para los colectivos canarios el problema parece ser la manera en que se hace negocio con el turismo. La idea es hacerlo “sostenible”, limitarlo, frenar la ampliación de alojamientos turísticos o nuevas construcciones con este fin, dirigir una recaudación (ecotasa) a reducir el impacto y, entre otras cosas, cuidar los espacios naturales que son necesarios para seguir siendo destino turístico. ¿Dónde se cuestiona el lucro de los empresarios del sector con el trabajo ajeno? El motivo de la destrucción de los espacios naturales y del empobrecimiento de la clase obrera, es que una minoría parásita, que son los propietarios de las grandes empresas, deben seguir la dinámica del mercado para sacar la máxima ganancia posible chupando la sangre a los asalariados y arrasando con los recursos. ¿No es un deber moral poner estos hechos en el centro del asunto?

Como hemos dicho, la ecotasa sería usada para conservar también los atractivos turísticos (es decir, cuidar el negocio de la patronal) y para reparar daños que seguirán teniendo lugar. Cabe preguntarse si no facilita al burgués el trabajo sucio, pues todo ello sería posible con una recaudación que proviene de un impuesto, y no de su bolsillo. Los intereses de la burguesía en Canarias se centran principalmente en el turismo, y los defienden de manera intransigente a través de sus representantes políticos; no estarán dispuestos a poner freno al crecimiento del negocio, y en todo caso unas medidas pueden tener lugar para dar mayor ventaja aún a los grandes empresarios frente a los pequeños, engullendo los primeros el espacio que ocupan en el mercado los segundos, pues su peso en el mercado es desigual. Es por ello que parecen abrirse a la posibilidad de instaurar un gravamen, pues es en sus usos donde luego se enfocará el eterno y desdibujado debate, y no en el modo de producción. Por otro lado, partidos tan lamebotas de la patronal como los que conforman actualmente el gobierno, aprovechan para insistir con una reforma que saben que no lleva a ningún sitio, pero mejora un poco su imagen. Tan repugnante es el cinismo del PSOE, que no es más que un partido criminal, que se atreve a fingir su apoyo a las manifestaciones y aparece en imágenes con el puño en alto, como si no fueran sucios gestores del capital.

En cuanto al Gobierno de Canarias, declaró recientemente que “no se cierra” a la posible instauración de la ecotasa y da a entender que se abre a la posibilidad de un debate sobre cómo “redistribuir la riqueza”, palabras cargadas de cinismo que son insulto para la clase obrera, pues sabemos quién va a tener la riqueza en sus manos. Aunque suponga algún gasto extra para el turista, el número de visitantes no se ve afectado por ello en los lugares donde se aplica y serán las empresas privadas, como ocurre con cualquier recaudación, las que se vean beneficiadas con el impuesto. De la misma forma hacen una obra de teatro cuando se trata de “aumentar” el salario mínimo, para que parezca un pulso y un golpe importante para la patronal, pero la realidad es que, aunque la cifra en sí sea mayor, hemos perdido poder adquisitivo, y la burguesía no lucha contra nadie cuando se trata de llevar a cabo la “subida”, puesto que es quien controla el Estado y los políticos de todos los parlamentos trabajan por sus intereses. La ecotasa ya se ha usado para fraudes, y algunas organizaciones ya señalan la falta de transparencia e inversiones inadecuadas. Recordemos que el Estado no es una deidad neutral que se dedica a usar de manera “moralmente correcta” los recursos que caen en sus manos. Tienen un carácter de clase, y los capitalistas lo manejan.

Nos acostumbran a creer que la responsabilidad del daño al medio ambiente es el consumidor, y no el modo de producción. Compremos o no cierta mercancía, el daño a la naturaleza por arrasarla sin freno para sacar todo el producto posible para su salida al mercado y beneficiar a los dueños de las empresas, ya está hecho. Si no consumimos en una empresa, tendremos que consumir en otra, porque todo lo que necesitamos está en ellas, y todo consumidor que pierde una empresa, lo ganan otras, acrecentando el abastecimiento para ello.  Es el capitalismo y su modo anárquico de producción lo que origina los problemas, y no el modelo turístico, el cual es solo el reflejo de dicho modo de producción basado en la búsqueda de la máxima ganancia, procurando los empresarios ganar cada vez más peso en el mercado, y por tanto la idea es crecer sin límites, produciendo lo más rápido posible y de la manera menos costosa que esté al alcance, aunque signifique destruir los espacios naturales. Tomemos como ejemplo los lugares en los que existe la ecotasa. En Cataluña podemos ver episodios como los de las playas de Tarragona con los microplásticos. Incluso Alemania, que presume de prácticas ecológicas, arrasa con una cantidad desmesurada de recursos, los cuales no se limitan a los que se encuentran dentro de sus fronteras. También el cambio climático tiene devastadores efectos en dicho país. ¿De qué manera ha resuelto el problema la ecotasa? ¿No es un deber moral poner el foco en el modo de producción y sus efectos?

Siguiendo con Intersindical Canaria, a finales de junio celebró su IV Congreso Insular de la Federación de Hostelería. Aunque saca a la luz los demoledores datos de la situación del archipiélago, hace solamente una lectura desde las consecuencias, y no concibe las causas. Podemos ver en el artículo que se posiciona en contra de los sindicatos de la patronal, y es interesante ver que una de sus críticas hace referencia a que “la negociación colectiva se ha convertido en un coto entre la dirigencia sindical mayoritaria y las cúpulas patronales, sin la menor participación de las personas trabajadoras (…) quienes son sistemáticamente ignorados a la hora de establecer sus condiciones salariales, la jornada y los horarios de trabajo, la regulación de la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, y de la defensa de la seguridad y salud en el trabajo, las mejoras sociales, etcétera”.

Vuelve la famosa negociación con la patronal y la queja por el hecho de no dejar participar. Éste es sólo uno de muchos ejemplos que podemos encontrar en las declaraciones de cualquier organización, pues no se trata solamente de Intersindical Canaria, sino que todo en la sociedad adolece de ideología burguesa. En este caso concreto, es pertinente preguntarse lo siguiente: si reconoce como algo negativo trabajar por los intereses de los empresarios y señala que las artimañas de la patronal llevan al empeoramiento de la situación del proletariado, ¿por qué legitima la existencia de los empresarios? ¿Dónde está el límite entre los intereses de la clase explotadora y la clase explotada?

No estamos exagerando al “exigir” a un sindicato que responda a las preguntas anteriores, ya que en su página web, se autodefine de la siguiente manera: “nos hemos caracterizado como sindicato de carácter sociopolítico, vinculando la lucha por el socialismo con el avance hacia la liberación nacional. (…) Intersindical Canaria no puede renunciar a la lucha por mejorar las condiciones de vida de las clases trabajadoras, lo que exige, a su vez, cambios profundos en los ámbitos político, económico, social y cultural, que lleven a una redistribución de la riqueza en beneficio de la mayoría, que avance hacia a la diversidad y la calidad del empleo, a la mejora de la sanidad, la educación, las políticas fiscales y los servicios sociales. Esto sólo será posible con el cambio del modelo de relación Canarias-Estado, tal como la práctica ha demostrado”. Como vemos, menciona una supuesta lucha por el socialismo pero no la socialización de los medios de producción; la intención es “mejorar las condiciones de las clases trabajadoras”, “mejorar” la sanidad, la educación, las políticas fiscales y los servicios sociales. No defiende que la clase obrera tome el poder y construya el socialismo; defiende “mejorar” el sistema, y dice que solo es posible con el cambio de modelo “Canarias-Estado”, es decir, mejorar la relación entre las instituciones burguesas de la comunidad autónoma y el Estado burgués, y afirma que eso es lo que “la práctica ha demostrado”.

Lo que la práctica ha demostrado es que el capitalismo es irreformable, que la contradicción capital-trabajo sólo genera miseria y que el imperialismo está en bancarrota. Bien lo sabe Intersindical Canaria con los nefastos datos que pone sobre la mesa. Sin embargo, su posición es interclasista, normaliza el trabajo asalariado y, por tanto, la propiedad privada de los medios de producción. No hay intención de dotar de conciencia de clase al proletariado, y en su Congreso hace referencia a “personas trabajadoras” a las que se les debe dejar participar en una negociación con el burgués, que seguirá siendo el propietario a pesar de no producir la riqueza, sino solo apropiársela. Debe seguir teniendo derecho a obtener ganancia del trabajo ajeno. Por eso el Congreso presentó lemas como “Mejorar los salarios y las condiciones de trabajo, sí; moratoria turística, ecotasa y regulación de la vivienda vacacional, también”.

Si la propiedad del burgués es legítima, ¿en qué se fundamenta la lucha por la subida salarial o la “regulación” de uno de los negocios que se hacen con la vivienda? El ponzoñoso discurso de los abanderados de la “izquierda” en los parlamentos, que no son más que la pata izquierda del sistema capitalista, siempre ha hablado de un “reparto de la riqueza” en abstracto, sin decir lo que ocurre con ella, quién la produce, quién se dedica a robarla y de qué manera se hace tanto lo uno como lo otro. Es como decir que los que más tienen deben ser generosos con lo que es “suyo” y dar a los “desgraciados” una buena parte, en nombre del “bien común” de la sociedad “en general”. Eso da toda la facilidad al burgués para decir que esa riqueza es suya, y por tanto no tiene que dar nada; que pretenden “robarle” y que quien quiera algo, que se “esfuerce”. Sin embargo, el rico es rico por el esfuerzo de la gran mayoría de “desgraciados”; la burguesía no produce ni aporta, sino que su rol consiste en apropiarse indebidamente de lo que genera la gran mayoría y aspira a hacerlo siempre en mayor medida usando los frutos del trabajo ajeno que ya posee. Teniendo en cuenta todo esto, ¿Por qué menciona Intersindical Canaria la lucha por el socialismo? ¿En qué momento apunta hacia esa dirección al dirigirse a la clase obrera? ¿por qué se refiere a dicha clase como “personas trabajadoras” en su congreso, mientras en su discreta página web habla de clases trabajadoras?

En lo que respecta a los parásitos, la enésima prueba del juego de la patronal la vemos en las declaraciones del presidente de la Confederación Canaria de Empresarios (CCE) en un artículo donde dice admitir que hay que mejorar la aportación del turismo al archipiélago, aunque no matiza nada al respecto. Señala, como era de esperar, que se ha reunido con el máximo representante de la burguesía en Canarias, Fernando Clavijo. Luego manipula hablando de una falsa mejoría en relación a la inflación, y al final el artículo expone lo siguiente: está dispuesto a “colaborar en todo aquello que sirva para mejorar la economía y la vida de quienes viven en Canarias”, pero matizando que debe ser una negociación colectiva porque es ahí donde “deben resolverse estas cuestiones”, puntualizando que sindicatos y empresarios tienen que llegar a acuerdos que garanticen la “viabilidad” de las empresas, “no solamente para pagar salarios, para pagar proveedores” sino también para “seguir siendo competitivos invirtiendo”. Es decir, se reunirán con los sindicatos para elaborar los ardides contra la clase obrera y poder seguir invirtiendo para que el negocio no pare de crecer. El beneficio de las empresas significa la ganancia para el empresario, no para el asalariado. Todo lo que beneficie al burgués atenta contra los intereses de la clase obrera. El parásito que encabeza la CCE lo sabe, y por eso disfraza sus intenciones con palabras de “buena voluntad”; sabe que es hora de jugar a las concesiones con letra pequeña. Y los colectivos de Canarias Palante nos dicen que se debe negociar.

Es el mismo que dijo, refiriéndose a los trabajadores de baja médica, que los empresarios pagan a los obreros por no ir a trabajar, cuando es precisamente el obrero quien genera todo y quien sufre el robo, ya que, contra su voluntad, es quien paga por trabajar generando la plusvalía para el empresario, el cual no solo es totalmente prescindible sino que su existencia es el principal problema de la sociedad. Además, este tipo de falacias de la patronal en Canarias ya fueron desmentidas en un comunicado de nuestro partido.

Recordemos a Intersindical Canaria que la base de ese modelo que quieren es la explotación humana, ya que los asalariados son quienes generan toda la riqueza (producción) al vertiginoso ritmo que marcan las exigencias del mercado con el nivel de desarrollo actual de las fuerzas productivas. Los obreros no obtienen lo que les corresponde según lo generado, sino solo una parte, que es el salario, destinada a mantener y renovar su fuerza de trabajo, y es por ello que, a pesar de producir todo lo necesario para la vida en sociedad, su acceso a bienes y servicios es limitado. Las necesidades son mercancías, es decir, son propiedad del explotador y se destinan a darle ganancia, aunque se hayan creado con el trabajo de los asalariados. La automatización sustituye a trabajadores por máquinas que agilizan la producción, y envían al obrero al paro y a engrosar las filas del ejército industrial de reserva, lo que lleva a facilitar al burgués ofrecer precariedad por aumentar la cantidad de obreros necesitados de trabajo, y a su vez lleva a menor poder adquisitivo, menor consumo y pérdidas por sobreproducción, es decir, lleva a las crisis. Se da una delirante contradicción: sobra producción, la cual sólo se permite con el sello de la propiedad privada, pero faltan consumidores, y el burgués procura solucionarlo buscando nuevos mercados en el exterior para dar salida a sus mercancías, generar deuda, cargar las pérdidas privadas en las cuentas del Estado y controlar recursos y política con invasiones y guerra, con los que también se libra de excedente humano a través de la miseria y la barbarie. ¿No es un deber moral acabar con esto?

Canarias Palante también reclama un impulso para el sector primario. Es algo que, como ocurre con todo lo demás, piden a los representantes de la burguesía. Veamos de qué manera obra el sector primario en manos del capitalista.

Hemos conocido recientemente que millones de kilos de plátanos han sido desechados por orden de la Asociación de Organizaciones de Productores de Plátanos de Canarias (Asprocan), como consecuencia de una sobreproducción a la que no pueden dar salida en el mercado. De esta manera se evita la bajada de precios por sobreoferta, y se demuestra una vez más el único interés de la propiedad privada: usar el trabajo ajeno y las necesidades para obtener ganancias.

Según datos del INE y del Ministerio de Agricultura, en 15 años ha habido una pérdida de más de 100.000 agricultores en España, acaparando claramente las tierras las grandes empresas agrícolas y terratenientes, en detrimento de los pequeños agricultores que poseen parcelas de escasas hectáreas y no pueden competir. La ampliación de las explotaciones de estos grandes propietarios requiere cada vez de más maquinaria y tecnología para mejorar la tierra y su productividad, y prescinden progresivamente de asalariados. A pesar del mayor uso de estos avances, que en 20 años ha aumentado en más de un 50%, los víveres no dejan de aumentar su precio ya que los monopolios tienen el control. Se hacen cada vez más con el mercado, y con tierras que ya no resultan rentables a sus arruinados propietarios, que solo pueden arrendarlas o venderlas a bajo precio, y cuanto más se expande el monopolio más controla los precios, alegando que se encarga de satisfacer más demanda y proceso productivo, aunque en realidad se dedica a comprar cada vez mayores participaciones (invertir en acciones) en todo tipo de negocios para especular y ganar con lo que producen asalariados de otras empresas. Es decir, hay cada vez mayor concentración del capital. Y cuanto más invierte en la mejora de las tierras y la eficiencia en la producción de estas, relacionadas además con la alimentación del ganado y, por tanto, con todo lo derivado del sector de la ganadería, más nos reclamarán para poder comprar la comida, sabiendo que nuestros salarios no crecen ni al mismo ritmo que los precios, ni teniendo en cuenta que los trabajadores producimos cada vez más en menos tiempo. Pero no significa que la burguesía no sea consciente de ello; al contrario. Tan clara está la lógica del capitalismo de buscar la máxima ganancia y obviar la necesidades humanas, que incluso tierras de cultivo son usadas para el negocio de las constructoras o para que grandes empresas las usen para sus instalaciones.

Volviendo a la situación concreta de Canarias, en septiembre la Plataforma por un Precio Justo y Auténtico para el Agricultor del Plátano de Canarias denuncia que Asprocan aprovecha una posición de privilegio para ordenar la destrucción de plátano “sobrante” (esto se conoce como “pica”) perjudicando al pequeño agricultor, y la plataforma señala que es el Gobierno de Canarias quien tiene la obligación legal de inspeccionar la gestión de la Indicación Geográfica Protegida (IGP) que realizan las organizaciones productoras, pero desde 2015 el control de esta gestión fue cedido a Asprocan. También declaran que el fracaso de la gestión ha llevado a muchos agricultores a abandonar la actividad, a la pérdida de muchos empleos y que ha habido competencia desleal, así como la escasez de “expertos” para llevar el plátano a mejores mercados, siendo esta, según el criterio de la plataforma, una de las causas de esta crisis.

Por su parte, Asprocan y otras empresas líderes en producción del plátano, no quieren una ampliación del período en el que se reciben las ayudas europeas para cubrir gastos. El presidente de Asprocan, en relación a dichas ayudas y al tope a la producción para recibirlas, quiere fingir preocupación por el pequeño agricultor, pero le delatan sus palabras: “nadie va a estar interesado a comprar esas propiedades que no tengan un histórico bueno. El que cayó en la desgracia de tener una baja mochila perderá lo que tiene, no habrá ni medianeros, ni arrendatarios, ni querrán entrar en una propiedad en la que tendrán que esperar 15 años para conseguir una mochila comparable”. Es decir, ya da por hecho la inevitabilidad de la caída del pequeño productor y, lejos de defenderlo, reclama la dificultad para sacar beneficio de esas parcelas que se abandonarán. Siguiendo por esta línea, también añaden, respecto a los topes y ayudas, que “pasar de actualizar las cantidades de referencia de dos a tres años supone condenar aquellas fincas que por cualquier causa hayan tenido un problema puntual en la producción, y no va a fomentar que haya una renovación ni que entren nuevos productores a recuperar esas fincas.”. Con lo cual, claramente hablan de su preocupación por la rentabilidad de las tierras de sus afiliados, y no por la pérdida de propiedad y sustento ajenos. En una cooperativa agrícola se obtienen beneficios en proporción a la participación económica, así que hay relaciones desiguales entre sus miembros.

Reclaman también que “se adapten” (es decir, recibir mayores cuantías) las ayudas de la UE, puesto que, según dicen, reciben las mismas desde hace 20 años. Pero lo más curioso es la explicación que se da a la sobreproducción, pues dicen que “las causas del exceso de producción se deben, fundamentalmente, a causas climáticas y a que la gente cultiva cada vez mejor, porque, si analizamos las superficies cultivadas desde hace 10 años, lejos de crecer, han disminuido”. Vemos que sacan pecho ante el hecho de que las tierras cultivadas han disminuido, significando que muchos se quedan sin nada por no poder competir con los que lideran el mercado, y que a pesar de dicha disminución “se cultiva cada vez mejor”, procurando así recalcar que son “merecedores” de mayor transferencia de ayudas europeas por su “buen trabajo”. Lo que cuesta entender es que la sobreproducción se deba a que “la gente cultiva cada vez mejor”; ¿significa que no pueden frenar al exhibir su magistral destreza en el cultivo y eso les lleva a un exceso de toneladas? Y en cuanto a las “causas climáticas”, ¿quieren decir que llueven plátanos? No, esas declaraciones tan ridículas solo son propias de un ignorante o de un manipulador.

La causa de la sobreoferta es la anarquía de la producción, lo cual ocurre porque las tierras son de propiedad privada y, por tanto, con el producto se busca únicamente la ganancia. Se requiere que dicho producto llegue a tanto mercado como sea posible, pues es una mercancía y esto significa que tiene dueño; el propietario o propietarios de las tierras. Dichos dueños necesitan que se compre el producto para aspirar al beneficio, que irá para ellos y no para los asalariados que trabajan en las explotaciones agrarias, que solo recibirán un dinero por su fuerza de trabajo, ni tampoco para estar a disposición de todo el que realiza su aporte a la sociedad. No solo debe el plátano de Canarias (en el caso que nos ocupa) competir con el consumo de otros productos, como por ejemplo la banana u otros frutos que pertenecen a otras empresas, sino que los precios de la cesta de la compra, el alquiler o la hipoteca, las facturas, la gasolina, los seguros, etc., unido a salarios cada vez más alejados de la carestía de vida, dificultan el consumo de la mercancía. Es por ello que deben hacer desaparecer tanto producto, pues reduciendo la oferta se procura que no disminuya el precio, y mientras quienes tienen las explotaciones más grandes pueden resistir mejor los golpes del mercado, los pequeños no pueden permitirse las pérdidas. Es lo que ocurre al vivir en este criminal sistema llamado capitalismo, que no hay realmente planificación de la economía, no se produce en base a las necesidades y quienes generan la riqueza no tienen acceso a lo que les corresponde según su tiempo de trabajo; su aportación a la sociedad. Obtienen un salario mientras la burguesía se apropia de los frutos del trabajo, y por tanto no puede haber un equilibrio entre lo que se produce y lo que se consume, y mucho menos destinar lo producido al desarrollo humano, ya que, como hemos dicho, todo está hecho para la ganancia de quien ha comprado el derecho a adquirir trabajo ajeno, y entre estos individuos, que cada vez son menos y más ricos, se reparten el dinero de los consumidores, que a su vez son, en su gran mayoría, los mismos que producen todo.

En lo relativo al sector primario, también podemos observar cómo el gobierno anuncia subvenciones de hasta 100.000 euros para menores de 41 años que decidan “emprender” en el sector agrario. Lógicamente, no se trata de las ansias del Estado burgués, ni de los monopolios a los que éste pertenece, por beneficiar a estas personas, sino que es la enésima transferencia indirecta de dinero público hacia los empresarios, pues los “emprendedores” que se acojan a estas ayudas deben comprar semillas, abonos, maquinaria, herramientas, etc. Es decir, ser clientes de empresas más grandes, y ya hemos visto la caída progresiva e inevitable de los pequeños agricultores frente a la minoría que va acaparando el mercado. De este modo, además de significar dinero público para asegurar cierto consumo, retrasar crisis y dar beneficios a unos parásitos, se volverán a trabajar tierras abandonadas para reemplazar a los que ya no han podido más con su actividad agrícola y dejan las cooperativas, y por otro lado, se prepararán otras tierras para el cultivo invirtiéndose en ellas con estas “ayudas”, con lo cual la gran burguesía no tendrá que hacerlo con sus propios medios.

Los colectivos de Canarias Palante quizá no comprenden la dinámica del mercado y creen que, habiendo mercado, pueden reivindicar “soberanía alimentaria”. ¿Se olvidan de que las mercancías tienen dueños y que éstos no son los productores? Y ante la creciente pobreza, ¿no ven que quien no tiene dinero, no come? Y esto no ocurre solo con aquellos a quienes se les niega el empleo, sino con trabajadores en activo, pues casi tres millones de trabajadores viven en situación de pobreza severa en España ¿qué pretenden cambiar si la producción de los alimentos y todo lo demás sigue siendo propiedad privada? El mercado es mundial, y los monopolios poseen financiación, tierras, acciones en otras empresas, etc. Pueden proveer rápidamente de toda la variedad de todo tipo de productos que hacen posible la gran cantidad de demanda que existe en los negocios, sobre todo los del sector turístico que son mayoría en Canarias.

A los que tienen el poder no les importa el bienestar de nadie lo más mínimo, salvo el suyo y llenar sus bolsillos. ¿Creemos que no saben que se dedican al robo y que la gente sufre? ¿Creemos que exigiendo un negocio más “sostenible” o “humano”, el capitalismo dejará de ser capitalismo? No van a poner un tope a sus ganancias a costa del trabajo ajeno para “repartir” la riqueza. ¿Debemos decirle al ladrón que nos dé un poco más de lo que nos ha robado? Tampoco se trata solamente de empresas Canarias acaparando el capital, ya que éstas no sólo necesitan ser clientes de otras grandes empresas, sino que éstas últimas tienen sus participaciones e inversiones en el archipiélago. Se necesitan mutuamente para obtener continuamente la máxima ganancia posible, caiga quien caiga, mientras puedan sostener e incrementar sus negocios con explotación humana en sus regiones, abusos y saqueo en naciones oprimidas, especulación y transferencias de dinero público. Ni Canarias ni ninguna región del mundo viven al margen del mercado mundial que es dominado por el capital financiero. Es el capitalismo monopolista; lo que conocemos como imperialismo. Pensando como los que lideran los colectivos, tendríamos una visión totalmente sesgada que no nos dejará salir del bucle jamás, o caeríamos en el mismo cinismo que el presidente de Canarias al decir sobre las subvenciones para “emprendedores” que “existe talento, ganas y un futuro prometedor para el sector primario, ya que todos nos alimentamos todos los días, pero para garantizar la continuidad de la actividad agraria es necesario que existan ayudas públicas, como estas, cofinanciadas por el Gobierno de Canarias, para impulsar el arranque de jóvenes empresarios”. Ni todos tenemos la alimentación que necesitamos cada día, ni la existencia de empresarios es algo positivo, pues pertenecen desde hace mucho tiempo a un sistema caduco, criminal y en bancarrota, y por tanto no hay “un futuro” en el capitalismo. Lo que ocurre es que solo se resiste a morir y dar paso al socialismo.

Si realmente se quiere hablar de solucionar los problemas de la sociedad, faltan cosas esenciales que algunos colectivos sí que mencionan, pero que finalmente los discursos y protestas no reflejan y se sigue enfocando todo en el asunto del turismo, la vivienda y la ecotasa con estrechez de miras. Por ejemplo, el Gobierno canario admite una falta enorme de inversión en educación y se ve presionado porque hay una desmesurada precariedad para los docentes. A su vez, el Gobierno presume de, supuestamente, preocuparse por atender a la diversidad, pero Canarias encabeza la lista de espera (hasta dos años) para la valoración de la discapacidad y conseguir la correspondiente pensión. Sin embargo, se despilfarran recursos para subvenciones a empresas, conciertos para constructoras, transferencias para grandes tenedores de vivienda, sanidad privada, etc. Por no hablar de que todo esto se reproduce en mayor o menor grado en todas las regiones del Estado español, y no hay que olvidar el negocio de la guerra y el apoyo a estados claramente fascistas y genocidas.

Siguiendo con la sanidad, 1 de cada 3 operaciones en el archipiélago se realiza en el ámbito privado, faltan especialistas, hay protestas en el Sindicato Médico de Canarias por la lentitud en la estabilización del personal, pues falta oferta pública de empleo, un 6% del presupuesto para la sanidad pública se dedica a la sanidad privada y la consejera de Sanidad, que defiende dicha parasitación abiertamente, dice, con todo el cinismo del mundo, que sin eso la lista de espera sería mayor. Es por ello que intentan presumir de la ínfima bajada en las listas de espera, fingiendo que es por su preocupación por mejorar la calidad del servicio, cuando en realidad muchos pacientes tienen que optar por pagar de su bolsillo la atención que necesitan. ¿La salud no debe estar en el centro de las protestas? ¿acaso la mayoría de la población no se ve afectada por la precariedad del sistema de salud?

También hay situaciones graves bien conocidas, como los abusos que suelen sufrir los menores migrantes y el hecho de que muchos de ellos acaben en exclusión social al cumplir la mayoría de edad, es decir, después de que los centros que cínica y miserablemente se autodenominan como “sin ánimo de lucro”, ya no pueden hacer negocio con ellos. No se trata de casos aislados. El presidente Clavijo, después de un pulso con el Gobierno central e intentar incluso impedir que las organizaciones acogiesen a más menores migrantes sin permiso (que fue rechazado por el TSJC) presume de que ahora se cuenta con 100 millones más para atender “la crisis migratoria”. Incluso ha habido repatriaciones, pero el presidente alega que esos menores son atendidos en sus países, junto a sus familias, por organizaciones bajo la supervisión del Gobierno de Canarias. Incluso aplaude el “trabajo de contención” que hacen más de 8000 agentes marroquíes. Claramente, la gestión está destinada a acoger a aquellos con los que se pueda sacar beneficio chupando dinero público, y para expulsar a aquellos que “desbordan” el desastroso sistema. Esa organización que se ocupará de los menores en esa tierra de la que están huyendo se beneficiará de subvenciones para hacer un trabajo nefasto de caridad.

Las personas migrantes que llegan a Canarias y a toda a España, huyendo de la barbarie imperialista en la que participa la burguesía del país en que vivimos, son en su mayoría clase obrera; nuestros hermanos de clase, y no lo son la patronal canaria ni de ningún rincón de España, ni nadie que explote asalariados en dicha comunidad autónoma, en cualquiera de todo el Estado español o en cualquier lugar del mundo. La burguesía es nuestra enemiga de clase, y tiene conciencia de clase. Es una guerra y lo sabe, como también sabe que la clave está en que los proletarios no sepan lo que ocurre ni cómo funciona este criminal sistema. Hará todo lo posible por desviarnos del camino revolucionario a través de sus bestias fascistas, sus medios de manipulación de masas, sus sindicatos verticales y sus oportunistas que van con un megáfono, conscientemente, hacia callejones sin salida. No se trata de negociar ni de pedir una parte en la participación política con los opresores. Explotadores y explotados no pueden tener un camino común, porque están en diferentes trincheras. Si de verdad la burguesía y sus lacayos quisieran “el bien común” y pudieran estar mínimamente interesados en la emancipación humana, ¿no sería asombrosamente fácil comenzar a construir el sistema que necesitamos y que está más que demostrado por los hechos que conocemos cada día, así como por la ciencia? No lo hacen porque su propósito es vivir de la parasitación del trabajo ajeno y de lucrarse con las necesidades, y eso choca frontalmente con los intereses de la aplastante mayoría.

Ya basta de cantos de sirena y de dejar que nos cuenten la misma historia de siempre: que el camino pacífico, las manifestaciones espontáneas y la “colaboración” entre clases mejorarán la sociedad. La clase obrera no tiene cabida en la vida política, más que para producir para otros, si la burguesía tiene el poder. No se trata de presentar una lluvia de ideas dentro del marco de la economía de mercado. No se trata de convencer a los representantes de la burguesía, que son todos y cada uno de los que se encuentran en todos los parlamentos, de que hay una situación que ellos ya conocen claramente, de la misma manera que saben perfectamente qué intereses representan. No debemos dividirnos en colectivos, ni poner el poder en manos de la clase dominante, esperando que nos dé permiso para alguna “participación”. Nadie mejor que el proletariado conoce su propia situación, lo que necesita, sus dolencias, sus carencias y las dificultades cada vez mayores para sobrevivir. Nosotros, la clase obrera, debemos empezar a contar con nosotros mismos y con nuestras propias fuerzas, y no con los explotadores y sus sirvientes.

A nivel estatal la situación es lamentable y no va a mejor, precisamente, pero nos hemos centrado sobre todo en Canarias en este artículo. Y en lo relativo a todo lo derivado del 20 de abril, ¿no hemos comprobado que una mayoría está en situación de precariedad, harta y agotada? ¿no hay una minoría que no produce y, sin embargo, acapara todo y toma las decisiones? ¿Es una situación nueva o ha empeorado lo de siempre? No se va a solucionar diciendo a la criminal clase social que tiene el poder que haga “otra cosa” con él, y que así le pueda dar, simplemente, otra forma al mismo problema. Tampoco caigamos en la trampa de discursos absurdos sobre una especie de “psicología del canario” o de cualquier lugar de España. Ni sienten, ni piensan ni necesitan lo mismo personas en situaciones diferentes. Hay personas que carecen de recursos para cubrir sus necesidades, bien porque no encuentran empleo, o van de trabajo precario en trabajo precario, o tienen “empleo estable” pero son más los gastos que sus ingresos. Las hay que, sin trabajar, van sobrados porque son propietarios de un negocio y los trabajadores de su empresa le permiten esa abundancia. Otras personas tienen necesidades fisiológicas cubiertas, pero no las psicológicas, al igual que hay quien cubre a duras penas las fisiológicas pero cuentan con apoyo y cariño. Hay personas que viven en soledad no deseada, otras tienen problemas de adicción, que son derivados de ciertos factores en su historial de vida; otras viven en la calle porque no tienen nada, otras padecen enfermedad mental y no son atendidas, otras tienen que cuidar de familiares enfermos, y personas enfermas tienen la impotencia de depender de familiares. Hay quien padece problemas de ansiedad, depresión; hay quien, siendo asalariado, cubre bien sus necesidades, y también hay asalariados que benefician a la patronal y no a sus hermanos de clase. Hay personas que sufren malos tratos, algunos visibles, y otros invisibles, como el psicológico en el hogar. Y así un largo etcétera. ¿Cuál es esa “psicología del canario”? Una persona no es de una manera o de otra dependiendo de que haya nacido en tal o cual sitio. Todo depende de las condiciones en las que se desarrolle su vida, factores asociados y los acontecimientos que tengan lugar. Este tipo de discursos que basan su discurso en la “canariedad” o conceptos similares, ignoran u omiten que vivimos en una sociedad de clases donde hay una minoría de poseedores que se apropian de la riqueza y una gran mayoría de desposeídos que la producen, y que tienen que vender su capacidad de trabajar para sobrevivir, sino que también es una manera de simplificar sobremanera la conducta humana y fomentar la idea de que nos diferenciamos según el lugar de origen.

Se han dado en el archipiélago repugnantes y miserables manifestaciones contra los migrantes vinculándolos con la delincuencia, que tienen lugar debido a los bulos que los capitalistas difunden a través de sus bestias fascistas para dar una visión totalmente alejada de las causas de los problemas. ¿También “somos” así los demás que vivimos en Canarias o esos no son canarios? Son, simplemente, los más atrasados ideológicamente que se han juntado con lo más rastrero del capital financiero que aprovecha la ignorancia y el miedo, y por eso creen los cuentos que salen de la boca de aquellos que dicen “¡que viene el lobo!” mientras apestan a muerte y sus carcomidos disfraces de cordero están manchados de sangre.

Canarias Palante aún sigue esperando una mesa de diálogo con los opresores; he ahí su lucha. Y declara que “la gente está llamada a participar en el encuentro ‘Todo el Mundo Junto’ el próximo 30 de noviembre, donde sí contará la opinión de todas. Seguiremos protestando y proponiendo para seguir dejándoles en evidencia”. Es decir, se escucharán opiniones para seguir proponiendo a los opresores y, si éstos no hacen caso, seguir protestando “dejándoles en evidencia”. Una reunión para opinar lo que sea, pedir al enemigo y acabar en el mismo punto, aun viendo que la participación ha bajado de manera alarmante. ¿Quién se pone en evidencia?

Es en los centros de trabajo donde se produce todo lo que conocemos, y el principal dominio del patrón. Organizarnos en dichos centros es esencial y la única manera real de conseguir cambios y comenzar a pelear realmente por lo que nos pertenece, inclinando progresivamente la balanza y la transferencia de riqueza de esas manos que nos roban hacia las nuestras, así como mejorar las condiciones. Pero no basta con hacerlo de manera aislada y cada centro por su lado, porque la clase obrera es una, y debemos comenzar a organizarnos como clase y desafiar al capital; al poder de la burguesía que nos roba la vida. Por ese camino, y acumulando cada vez más fuerzas, podremos finalmente hablar de tomar el poder político y expulsar a los parásitos. Para ello es menester comenzar a fortalecer el sindicalismo de clase.

Por otro lado, la lucha por el medio ambiente no puede dar frutos si no apuntamos hacia la superación de este destructivo e inhumano modo de producción. La bancarrota del imperialismo aumenta la especulación con la vivienda y la mayor transferencia de riqueza de las rentas bajas hacia las altas, usando recursos del Estado para intentar blindar este negocio con una necesidad. Lo mismo ocurre con la sanidad y la educación, puesto que la quiebra del capitalismo exige que los recursos públicos se destinen en menor medida hacia los servicios que necesitamos, y más hacia el soporte de los monopolios, intentando retrasar la caída del consumo con dichos recursos y haciendo que el trabajador pague con su salario todo lo que puede necesitar, y si no puede se quedará atrás. Debido a esto, los estudiantes y los jóvenes en general se ven ante una situación que les dificulta cada vez más la formación, la consecución del empleo, el acceso a una vivienda, etc., y por tanto, se reduce cada vez más la esperanza por un futuro. Tampoco la lucha por los derechos de los migrantes y contra el racismo llegarán a ningún lado si no ponemos la riqueza a disposición de la gran mayoría que la genera, para así planificar la economía y superar todas las dificultades, y si no señalamos este sistema de miseria y barbarie, que no solo empobrece y pisotea a la clase obrera de este país, sino que saquea, hace sangrar y destruye sin freno a las naciones oprimidas, y provoca las migraciones para luego explotar de la manera más cruel a nuestros hermanos de clase que vienen huyendo, ya sea trabajando en condiciones deplorables o siendo un número en una ONG, además de demonizarlos. Y así un largo etcétera. Y no, no se trata de “dispersarse” ni de querer abarcar “demasiados asuntos a la vez”.

¿Qué significa todo esto? Significa que todas las luchas tienen la misma raíz, el criminal capitalismo. Por eso debemos ser conscientes de que debemos unirlas todas en una única lucha contra el capital, y conformar un Frente Único del Pueblo en el que comience a organizarse nuestra clase y formar nuestros propios órganos de poder, conociendo a nuestro opresor enemigo, que es la burguesía, así como la realidad que vivimos y luchando por nuestros intereses. Quien vea la unión del proletariado como una utopía y como una empresa imposible, ¿no se han unido miles y miles para protestar siguiendo el llamado de unos colectivos? ¿no hay ya muchísimos de nosotros que estamos de acuerdo en que la situación es insostenible? ¿No demuestra eso que la unión es, evidentemente, no solo posible, sino que ya comenzamos a verla en cierto modo? El impulso de los colectivos y las manifestaciones en Canarias se han desinflado porque no hay ningún trabajo real; no se pone el foco en los trabajadores ni en que deben ser el motor y los protagonistas de la lucha. Los obreros son meros observadores y se les dice que solo nos queda indignarnos ante las consecuencias, pero sin tocar las causas. Solo nos queda esperar y ver si la burguesía y sus políticos nos dan respuestas y permisos. Tiene tanto sentido como decir que quien debe acabar con una situación de malos tratos es el maltratador. Es una lucha de clases y los explotadores lo saben; no van a hacerse a un lado, dejar de parasitar y soltar su dominio por el bien de la humanidad. Querrán siempre, a toda costa, conservar su poder y su sistema de la manera que sea, bien haciendo insignificantes y temporales concesiones, o bien reprimiendo con violencia. No debemos dirigirnos a ellos, sino a nuestros hermanos de clase, con organización, afán de lucha, constancia, acciones destinadas a dar frutos en nuestro combate y en las situaciones concretas que vivimos, para dar ejemplo y esperanza al resto de obreros que puedan ver resultados tangibles, y sepan que ese es el camino, seguir aunando fuerzas y elevando el enfoque político y el alcance de la lucha hacia presiones y metas cada vez mayores. Ser la auténtica oposición al capital hasta romper con él.

Si bien es cierto que elevando el discurso por encima del reformismo al que todos estamos acostumbrados hay mayores dificultades, también es cierto que lo que vivimos en nuestro día a día, así como los datos y los hechos, hablan por sí solos. El primer paso es que todos aquellos que sean conscientes de que el camino debe ser revolucionario, es decir, de ruptura con el capitalismo y de su superación hacia el socialismo, se unan a las filas de la revolución y formen parte de la construcción de dicho proyecto. No seamos sujetos pasivos esperando a que ciertas personas convoquen protestas ocasionalmente y lleven unas quejas a las instituciones burguesas, poniendo en estas el poder, llevando a la desesperanza a los obreros que solo ven una marcha espontánea en la calle cada cierto tiempo, sin frutos ni participación en una lucha activa. Trabajemos nosotros, la clase obrera, por nuestra organización y fortaleza, y sobre aquellos problemas tangibles de nuestro día a día que tienen su raíz en el capital y que solo podemos resolver como clase, de manera colectiva. Extendamos esa organización y esa lucha hasta convertirla en una auténtica fuerza para mandar a este sistema criminal al basurero de la historia y edifiquemos la democracia obrera, el único camino hacia el auténtico desarrollo humano y hacia la satisfacción de las necesidades e intereses de la gran mayoría. Y aunque algunos quieran hacernos creer que cada región es una burbuja aislada, la clase obrera es una, se encuentre donde se encuentre; debemos ser internacionalistas y ser conscientes de que la clase obrera mundial debe luchar contra la burguesía mundial. Nos va la vida en ello, y ya vemos las escaladas en la guerra interimperialista que existe entre el viejo bloque que se hunde, liderado por el país más criminal de la historia, que es EEUU, y el bloque nuevo que surge, BRICS (liderado por China). La clase dominante apuesta cada vez más por la guerra porque la única salvación para su sistema es el control del mercado y materias primas, y se ha llegado a una línea en que ambos bloques competidores chocan, y es por ello que cada vez se destinarán más recursos a su barbarie y al negocio de la muerte. Para ellos sobran vidas humanas y nuestra miseria es inevitable.

No nos engañemos; la única manera de oponerse al imperialismo y a todas las funestas consecuencias de su barbarie, las cuales vemos cada día, es la construcción del socialismo.

 

PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.) EN LAS ISLAS CANARIAS




El capitalismo es la muerte para el trabajador y la DANA lo ha demostrado

Miles de trabajadores se vieron obligados a seguir trabajando durante la gota fría bajo amenaza de despido, lo que se ha cobrado cientos de vidas de la clase trabajadora. Han habido despidos de trabajadores que no pudieron llegar a su puesto de trabajo por las consecuencias de la catástrofe y muchos voluntarios tuvieron que abandonar las tareas de reconstrucción el domingo contra su voluntad porque no pudieron coger licencias en su trabajo para continuar en las zonas afectadas.

El capitalismo ha mostrado, esta vez de la forma más descarnada, su esencia criminal y antiobrera con lo sucedido por el paso de la DANA. Grandes empresas como Mercadona, Ikea, Glovo e Inditex obligaron a sus trabajadores a permanecer en sus puestos de trabajo a pesar de las lluvias torrenciales que desolaron Valencia y provocaron desapariciones en Albacete y Málaga.

Pero no solo en las grandes empresas se han producido crímenes contra la clase obrera, sino que también pequeñas y medianas empresas han obligado a mantenerse en el puesto de trabajo durante la tragedia. En el centro comercial de Bonaire y sus alrededores, zona comercial muy concurrida a las afueras de Valencia, y devastado por las inundaciones, los empresarios obligaron a los trabajadores de la restauración y de los pequeños negocios a mantenerse en el puesto de trabajo y tuvieron que quedarse allí durante toda la noche porque no les permitieron irse a casa cuando se avisó del peligro.

En el polígono de Riba-roja de Túria, a 20 kilómetros de la capital, se vivió una situación similar: las empresas Lassal, Mercadona, Glovo y Aquaservice son otras de las grandes firmas que no han tomado medidas ante los efectos de la DANA. Según palabras de su alcalde, Robert Raga. “Todavía estamos sacando trabajadores del área industrial. Estamos dándoles atención médica y psicológica a aquellos que lo necesitan”, insiste el regidor.

Las autoridades locales confirmaban el miércoles pasado que “cerca de 800 trabajadores” quedaron atrapados en los parques empresariales que están aguas arriba del Túria, “arrasados” por la DANA. En Catarroja, las lluvias torrenciales dejaron “encerrada” a una vecina en la tienda en la que trabaja. “Ella tuvo que hacer su horario, como si no fuera a pasar nada. De su marido, todavía no tenemos noticias”, denunciaba la sobrina de ambos.

La catástrofe pilló en la carretera a cientos de trabajadores que volvían a casa o regresaban con sus camiones de reparto a las naves, demasiado tarde por culpa de los empresarios que jugaron con sus vidas para seguir robándoles la plusvalía. Algunos tuvieron que subirse al techo de los vehículos para no quedar sumergidos bajo el agua; otros siguen en paradero desconocido.

También estas empresas obligaron a acudir al puesto a sus trabajadores a pesar del riesgo que supone circular hoy por las vías afectadas o, incluso, siendo imposible por haber perdido el coche en la catástrofe. Bien conocido por todos es el caso de Fabián, electricista de Paiporta que fue despedido de su puesto de trabajo por no poder llegar a tiempo al mismo al haber perdido el coche por las lluvias. ¿Cuántos trabajadores que no han salido en televisión han sufrido las mismas consecuencias?

El lamentable papel de los sindicatos vendidos al capital, CCOO y UGT, y de la Ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha sido deleznable y asqueroso a partes iguales. La Ministra pedía “responsabilidad a los empresarios para que nadie trabaje corriendo riesgos” obviando que la lucha de clases y la acumulación de capital rigen el mundo capitalista, donde lamentablemente hoy vivimos. No son otra cosa más que las declaraciones propias de una babosa lacaya de la burguesía.

CCOO y UGT, por su parte, lejos de denunciar los atropellos criminales producidos contra la clase obrera retratados arriba, lo que han hecho es  pedir la aplicación de ERTES por fuerza mayor, cargando así a la clase trabajadora con las consecuencias de la catástrofe. Una prueba más de la indecencia y lo vendidos al capital que están estos sindicatos corruptos.

Los voluntarios, trabajadores de todas partes del estado, han sido realmente los únicos que han ayudado a la limpieza y reconstrucción de las zonas afectadas. Pero una vez más el capitalismo trata de romper la solidaridad obrera con su lógica criminal, ya que buena parte de los voluntarios no han podido ausentarse de sus puestos de trabajo más allá de los días festivos, viéndose obligados contra su voluntad a dejar de ayudar en las zonas afectadas.

Esta radiografía de la situación deja bien a las claras que el capitalismo es un sistema criminal que ahoga a la clase trabajadora hasta su muerte para conseguir los beneficios esperados para la burguesía. El Estado, en toda su organización, se ha comportado como si nada pasara, lo que es un fiel reflejo del pensamiento de quien domina este estado. Porque los capitalistas no reparan en la vida de los obreros ni en sus miserias, sino únicamente en los beneficios logrados.

Los obreros deben emanciparse de una buena vez como clase. Deben mandar al capitalismo, su estado criminal y sus lacayos al basurero de la historia. Deben tomar las riendas de su destino y construir el socialismo, ya que es la única manera de lograr la vida digna que merecen, lejos de la miseria y la muerte a la que les somete el capitalismo, como ha quedado patente en Valencia.

 

¡Socialismo o barbarie!

Comisión de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del PCOE