La criminal situación de los temporeros en España
La actual crisis del sistema capitalista apuntalada por la pandemia del COVID-19 vuelve a relucir en la situación laboral del campo, como ya denunciamos desde nuestros medios de expresión.
Lejos de mejorar esta cuestión bajo la administración de un gobierno supuestamente progresista, en las últimas semanas se suceden acontecimientos que confirman que todo sigue igual, en especial para los temporeros, gran parte de ellos trabajadores inmigrantes explotados por patrones sin escrúpulos que no dudan en abusar de su vulnerabilidad, creándose un contexto prácticamente de esclavitud en el campo.
Ya denunciamos la situación de las temporeras marroquíes de los campos de fresa de Huelva, que no sólo son explotadas laboralmente, sino que sufren acoso y agresiones sexuales por parte de sus patrones. Ante la actual pandemia permanecieron bloqueadas 7.100 temporeras marroquíes en España al cerrar las fronteras el criminal Reino de Marruecos (fiel aliado a la monarquía corrupta y fascista española), por lo que todo el dinero ahorrado por su trabajo (pensado para ayudar a sus familias en Marruecos) tuvo que invertirse en alimentos para sobrevivir, así como para pagar los gastos de luz y agua de las viviendas donde estaban hacinadas.
En unas declaraciones de una temporera marroquí de 46 años dijo, “vine aquí a recoger fresa, pero la temporada se ha terminado y ahora no puedo volver. Mi familia me necesita y el dinero que había ahorrado para ellos lo tengo que gastar en comida para vivir”.
Así mismo, existen mafias de tráfico de personas de Europa del Este (en especial Rumanía y Bulgaria), las cuales, estando al servicio de las diferentes patronales agrarias, captaban mediante engaños a personas vulnerables de estos países para explotarlos en las campañas de recolección de cítricos en las provincias de Castellón, Valencia y Lérida. En este último caso, a los inmigrantes temporeros se les culpabilizó de los rebrotes del COVID-19 en la provincia, sin explicar las condiciones sanitarias en las que se encontraban trabajando.
Ya un relator de la ONU, Philip Alston, denunció la situación de los temporeros en Andalucía Occidental:
“Los inmigrantes con los que hablé en Lepe y en las afueras de Huelva viven en chabolas y no tienen ni agua, ni electricidad, ni alcantarillado; viven en condiciones precarias, en las que en cualquier momento hay un incendio, se duchan al aire libre y algunos llevan más de cinco años allí, se deben mejorar esas condiciones. La industria de la fresa mueve más de 500 millones de euros y las grandes empresas deben preguntarse cómo esto sigue así y tomar medidas para mejorar esas condiciones.”
Sin haber cambiado las circunstancias desde que este comunicado del relator de la ONU se publicó en febrero de este año, el Ministerio de Defensa envió a un equipo de reconocimiento del Ejército a controlar la localidad de Lepe (Huelva) con la intencionalidad de controlar los asentamientos de los temporeros subsaharianos bajo el pretexto de controlar rebrotes del COVID-19, en los cuales ya se han sucedido dos incendios.
El caso más mediático en los últimos días es el de un jornalero nicaragüense de 42 años en Lorca (Murcia) que fue obligado a trabajar para su patrón en plena alerta naranja, lo que le causó la muerte. Además, su cuerpo desfallecido fue abandonado en un centro de salud por este mismo patrón. Al no estar regularizada su situación laboral, prefirió abandonarlo a su suerte sin dar la cara, sintiéndose impune ante tal fechoría.
Pese a tal drama humano, los fascistas de VOX, que no dejan de ser los representantes de los intereses de patronales agrarias como ASAJA, han utilizado este episodio para lanzar sus proclamas xenófobas. Mientras aluden demagógicamente a los “millones de españoles en paro” y critican de forma hipócrita la esclavitud de los inmigrantes en el campo (lo que no les impidió utilizar en la misma frase el término despectivo de “invasión migratoria”), condenan este episodio “olvidando” que uno de sus apoderados hizo lo mismo en Hinojares (Jaén), lo que demuestra, además, que esta acción no es un caso aislado, como se asegura en algunos medios de comunicación al servicio del status quo capitalista.
Así que tenemos por un lado a la extrema derecha, que lanza un discurso xenófobo para buscar el enfrentamiento entre la clase trabajadora nativa con la extranjera al mismo tiempo que se aprovechan de esta última para servir a los intereses de las patronales. ¿Qué hay de la izquierda al servicio del sistema capitalista? El gobierno de PSOE/Unidas Podemos, lejos de defender el bienestar de la clase trabajadora (ya sea nativa o extranjera) busca proteger los intereses de la patronal y bajo un demagógico discurso de flexibilizar la situación de la inmigración ilegal, sólo encontramos una forma más de beneficiar a los grandes propietarios y empresas que explotan a este sector tan vulnerable. Así mismo, en la “izquierda oportunista extraparlamentaria” como en el caso de organizaciones de carácter socialchovinista, se plantea bajo una falsa retórica leninista el control de la inmigración para “integrarlos en la producción”, en abstracto, lo que supone en la práctica una política fascista al nivel del Partido Popular o incluso Hogar Social Madrid.
Desde el Partido Comunista Obrero Español (PCOE), como internacionalistas, defendemos la unión de las luchas de los trabajadores de diferentes naciones, defendiendo la derogación de la Ley de Extranjería y llevar a cabo un amplio proceso de regularización de todos los trabajadores migrantes.
Así mismo, apoyamos una Reforma Agraria Antilatifundista y Antimonopolista para solucionar los problemas relacionados con el trabajo del campo y la integración de todas las luchas relacionadas con obreros, campesinos, estudiantes, pensionistas, etc; en el Frente Único del Pueblo (FUP).
¡Fortalece el Partido Comunista Obrero Español!
¡Trabajadores de todos los pueblos, uníos!
¡Por la Reforma Agraria Antilatifundista y Antimonopolista!
¡Por el Frente Único del Pueblo!
¡Socialismo o Barbarie!
Secretaría de Movimiento Obrero y de Masas del Comité Central del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)