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Ante este panorama ¿qué espera la clase obrera?

Los medios de desinformación del sistema tienen la misión de transmitir lo que los poderes capitalistas quieren que nos llegue para poder manipularnos fácilmente. Así en el diario de Cádiz leemos el siguiente titular:

Como vemos se señala las desavenencias que existen entre las diferentes secciones sindicales en el comité de Airbus Puerto Real en cuanto al calendario de movilizaciones. Ahora bien, cuando leemos la noticia nos damos cuenta de que en lo fundamental que son las reivindicaciones están todos de acuerdo. La reivindicación clave para todos es la petición de carga de trabajo para esta factoría.

Es lamentable que la verdadera labor sindical se haya olvidado, ya que el sindicato entre otras y como labores muy importantes deberían ejercer como escuela de lucha de clases, mostrando la necesidad de emanciparnos como clase tomando el control de los medios de producción, señalándole a la clase obrera cuál es nuestro enemigo de clase, y el papel que juega a su servicio el Estado y el Congreso. Dándoles así la visión de clase que unificaría a todos los sectores de la clase obrera y los hermanaría con una meta colectiva y unitaria. Pero no es así, porque algunos sindicatos han decidido convertirse en meros gabinetes de abogados. Y es precisamente el centrar la lucha en las cuestiones económicas y concretas que afectan a cada trabajador en su centro de trabajo, sin hablarles de política y de lo que acontece al resto de clases populares, es como la clase obrera no adquiere conciencia de clase y no libra batalla de ningún tipo, no consiguiendo mejoras ni en un ámbito ni en otro. Esta dejación de funciones de algunos sindicatos deja a la clase obrera desarmada y desunida ante las agresiones de los opresores que ante tal situación de vulnerabilidad de nuestra clase, la patronal no duda en apretar cada vez más si cabe la bota con la que pisan nuestros cuellos. Es esta la razón por la que hoy, después de haber conseguido mediante la unificación y la lucha de nuestra clase hace un siglo la jornada de 8 horas, porque a los obreros se les hablaba de Socialismo y se tomaba como referente la revolución de octubre de 1917, hayamos perdido ese derecho y es posible hoy que haya centros de trabajo, incluso estatales como Navantia, donde se llegan a echar 12 horas mínimas al día 7 días a la semana, nos han quitado el descanso para el bocadillo y nos descuentan hasta las pausas para ir al baño, por no hablar de las vejaciones y humillaciones que llegan a soportarse en ámbitos como la hostelería o la limpieza.

Pero hoy en día, ya poco terreno cabe para ningún avance o progreso para la clase obrera bajo el capitalismo, pues éste está completamente quebrado, por no decir muerto. En la mayoría de los sectores productivos, después de la automatización de la producción, no le queda apenas tasa de ganancia al capital.

Lo paradójico, y ahí quizás reside la profunda traición y engaño de CCOO para con la clase obrera, es que aún figura en sus estatutos que Se orienta hacia la supresión de la sociedad capitalista y la construcción de una sociedad socialista democrática.”

Esos mismos sindicatos, que aun considerándose “reivindicativos y de clase”, entran en el juego chantajista de la patronal que utiliza sin miramientos la estabilidad de las familias obreras amenazándonos periódicamente con el cierre para conseguir más y más subvenciones.

Y salimos a la calle a exigir carga de trabajo para esta factoría o para aquella o para la otra, ¿pero a quién?

¿Qué podemos esperar los obreros de los sindicatos de Estado CCOO y UGT, vende obreros, cuando se llevan la contraria para simular desavenencias, si en el fondo lo que buscan con estos conflictos es desviar la atención del verdadero problema?

¿Qué espera la clase obrera de estos sindicatos que desde hace ya décadas se han convertido en los matones a sueldo de las empresas, sindicatos cuya misión es amedrentar a los trabajadores para proporcionar a sus dueños capitalistas los mayores beneficios, ya sea gestionando despidos masivos, firmas de convenios, eres, ertes y demás?

¿Qué espera la clase obrera de unos políticos que nos venden a los intereses imperialistas que desde los despachos deciden que se desmantele el tejido industrial, porque para industrias ya están los monopolios alemanes?

Que permiten que los campos se queden baldíos y que mientras los jornaleros apenas puedan malvivir, los grandes terratenientes reciban millones en subvenciones de la Unión Europea por ello.

Que permiten que la ganadería muera, porque para agricultura y ganadería ya están los monopolios franceses. Que nuestros recursos naturales, como es el caso de la pesca y la minería, los exploten empresas multinacionales a las que subvencionamos con millones, que terminamos pagando la clase obrera, que es la que arriesga sus vidas para sacar nuestras riquezas naturales y que los beneficios se los lleven cuatro capitalistas.

Los partidos parlamentarios lacayos del Capital llevan décadas regalando subvenciones de dinero público a multinacionales como Airbus, Renault, Coca Cola etc para que instalen aquí sus factorías y saquen sus beneficios a costa de nuestra explotación por la producción que diariamente llevamos sacando generación tras generación. Multinacionales que periódicamente nos amenazan con cierres y despidos masivos, demostrando que por muy bien que trabajemos, por mucho que produzcamos para ellos, los trabajadores no somos más que el medio indispensable para conseguir sus beneficios, no nos ven como personas, ni les importan que después de haber dejado allí nuestras vidas nuestras familias se queden en la miseria. Con eso juegan, con nuestras familias, con nuestras vidas, nos amedrentan, porque sabemos lo poco les importamos, de eso somos conscientes, y nuestro miedo nos hace caer en su trampa y hacerles el juego tanto a los capitalistas como a sus representantes políticos que mantienen este sistema, sistema criminal para el Obrero. Tanto miedo que al final terminamos pidiendo que vuelvan a subvencionar con dinero de todos, las empresas que pertenecen a cuatro para que esos cuatro sigan engordando sus cuentas, sigan explotándonos, conscientes de que en poco tiempo volverán a chantajearnos de nuevo con el pan de nuestras familias.

Nada, no podemos esperar nada de los títeres sindicales y políticos de la burguesía, solo traición tras traición, traición a trabajadores de la ciudad, del campo, las minas, del mar etc etc etc.

Desde los poderes económicos internacionales (UE, BCE, FMI, BM…) inyectan miles de millones de euros para salvar empresas y bancos, subvencionando créditos con dinero público que nos van a tener endeudados durante generaciones, pero no impidiendo los desmanes que la banca realiza cuando cobran intereses desmesurados por manejar nuestro dinero permitiendo que nos cobren ya hasta por informarnos de cuánto dinero tenemos, hasta 9€ por un extracto.

Y mientras el Estado Español paga los ERES y ERTES de empresas privadas con subvenciones de dinero público. Los dueños de estas empresas llevan décadas amasando inmensas fortunas a costa de explotar a los trabajadores y que muchas de ellas en este tiempo incluso han aumentado sus beneficios en tiempos de pandemia. Sin embargo piden ayuda porque no han aumentado los beneficios tanto como ellas hubiesen querido y por ello, bajo la jurisdicción capitalista, tienen derecho a jugar con las familias de sus trabajadores imponiendo ERES que pagamos entre todos, porque no han conseguido lo que pensaban conseguir.

A los trabajadores nos dicen que no nos olvidan, que no nos van a dejar atrás y nos ofrecen un ingreso mínimo vital, un ingreso que sirve en muchos casos para complementar los salarios admitiéndose así que, aunque se tenga un trabajo en este sistema no podemos vivir, por mucho que nos exploten, por muchas horas que echemos. Complementando para llegar a un salario mínimo interprofesional, que llevan a las familias obreras a la tesitura de que si pagan la casa no comen y si comen se quedan sin casa. Porque los desahucios con pandemia siguen existiendo. Ingreso mínimo vital, no obstante, en el que han invertido para todos los trabajadores españoles menos de lo que han invertido en armamento en este año y eso que no estamos en guerra.

Este sistema se basa en la explotación y el desprecio de la clase opresora capitalista por las vidas de todos los que formamos la clase obrera.

Por eso es hora de tomar las riendas de nuestro destino, y eso sólo lo podemos hacer tomando bajo nuestro control los medios de producción, las industrias, los campos, las minas, etc etc.

Desde las filas de la pata izquierda del régimen (PSOE-IU, PODEMOS, PCE, CCOO, UGT) que sirven para sostener este sistema dicen que esto es una utopía. Los COMUNISTAS decimos que la utopía es pensar que los capitalistas van a anteponer nuestra salud, la estabilidad de nuestras familias o nuestra propia existencia a sus intereses económicos. Esa es la verdadera utopía.

Desde el PCOE trabajamos día a día para unir y vertebrar a la clase obrera en el Frente Único del Pueblo y mandar al capitalismo al museo de la Historia, dirigiéndola a la única salida que es el SOCIALISMO.

 

¡¡SOCIALISMO O BARBARIE!!

Comité provincial del PCOE en Cádiz