Acerca de la huelga de Johnson Controls Eurosit Abrera
Desde el pasado 15 de julio, los trabajadores de la factoría Johnson Controls de Abrera han decidido parar la actividad de la empresa, iniciando una digna lucha obrera frente a las salvajes imposiciones de la patronal, que implican despidos masivos y brutales rebajas salariales de entorno al 40%. Esta vez la oportuna excusa es la de poder optar al concurso abierto por SEAT para seguir fabricando los asientos en sus diferentes marcas y modelos. Cabe destacar que los trabajadores de Johnson producen en exclusiva para SEAT, suministrando los asientos de todas las líneas de producción de la fábrica de Martorell. Desde el 15 de julio, por tanto, la huelga iniciada por los compañeros de Johnson ha repercutido en la total paralización de la actividad productiva de la factoría del Grupo Volkswagen.
Este nuevo conflicto laboral vuelve a desnudar, con toda crudeza, la crisis general por la que atraviesa este sistema capitalista senil y agonizante, el callejón sin salida al que nos llevan unas y otras formaciones burguesas y pequeñoburguesas, donde la clase trabajadora y clases populares somos los invitados de piedra y al mismo tiempo, la diana constante de sus agresiones. De nuevo una patronal envalentonada –la de Johnson, pero también la de SEAT-, montada a lomos de su corrupto Estado burgués y de la infame reforma laboral firmada por sus diferentes Gobiernos –asumida con docilidad aberrante por las traidoras cúpulas sindicales de UGT-CCOO-, amenaza con el paro o la esclavitud a 400 trabajadores , cuyo grave delito ha sido dedicarse durante largos años a trabajar de forma profesional mientras enriquecían a los mismos explotadores y parásitos que hoy los chantajean a modo de vulgares hampones.
Pero no basta con detectar lo obvio, es preciso aportar soluciones reales a esta situación de derrota constante en nuestros centros de trabajo y barrios. Porque si algo resulta evidente, es que cuando un Comité de Empresa va a la vanguardia en defensa de los intereses obreros, cuando se toma conciencia del poder que se tiene, aún en el peor de los momentos, 400 trabajadores decididos y unidos pueden parar no sólo la producción de Johnson, sino la del conjunto de un grupo monopolista del calado de Volkswagen. Porque en este sistema criminal, todo –absolutamente todo- lo producimos nosotros. Y si un solo Comité puede llegar a poner contra la pared a una poderosa multinacional alemana que de repente se queda sin coches; ¿qué no se hubiera podido conseguir ya si el Comité de SEAT hubiera convocado una huelga solidaria? ¿Qué no se hubiera conseguido ya, si el conjunto de Comités de las fábricas y centros de trabajo de la comarca hubieran parado la actividad en los mismos días?
Al movimiento obrero y sindical, en plena ofensiva de la patronal, no le aqueja otro mal que la desunión y la desorganización consiguiente, auténticos generadores de un individualismo enajenante que sólo beneficia a los que viven a costa de nuestro sudor y sangre. Sólo en la unidad de acción, en la reconstrucción del sindicalismo de clase podremos no sólo frenar despidos y canalladas antiobreras legalizadas por este Estado al servicio completo de la patronal, sino llegar a tumbar esa misma maquinaria que riega nuestros barrios de explotación, miseria y muerte. Ya no queda tiempo para pactos ni reformas, sino para fundir nuestras luchas en un solo puño, para aglutinar a los diferentes Comités, Delegados y Trabajadores en un sólo frente obrero capaz de salir de los estrechos márgenes de las empresas y luchar por la transformación de esta realidad social insostenible. Un movimiento obrero fundido en una sola Asamblea de Comités, Delegados y Trabajadores (ACDT) y organizado en torno a un poderoso sindicato de clase resulta indispensable para detener nuestra sangría y pasar a la ofensiva. No podemos seguir dejando víctimas por el camino, nuestros padres y abuelos no lo hubieran permitido.
El tiempo de las lamentaciones y del mal menor ha llegado a su fin. Es hora de actuar, de organizarnos y de asumir a nuestro enemigo de clase con coraje y audacia. Nuestra única arma frente a los que lo tienen todo a su favor, es tan vieja como el propio capitalismo; la solidaridad y unidad obrera entorno a una organización combativa y de clase. Sin estos pilares maestros, estamos todos muertos.
¡Solidaridad obrera con los compañeros de Johnson Controls Abrera, vuestra lucha es nuestra lucha!
¡Por un movimiento obrero unido y organizado, construyamos ACDT!
¡Socialismo o barbarie!
COMITÉ PROVINCIAL BARCELONA PCOC