Sin el Socialismo es inviable el ejercicio del derecho a la Autodeterminación
Vivimos en la fase terminal del capitalismo, en su fase monopolista o imperialismo. Lenin enunció los cinco rasgos fundamentales que caracterizan al imperialismo, siendo los siguientes:
- la concentración de la producción y del capital llegado hasta un grado tan elevado de desarrollo, que ha creado los monopolios, los cuales desempeñan un papel decisivo en la vida económica;
- la fusión del capital bancario con el industrial y la creación, sobre la base de este “capital financiero”, de la oligarquía financiera;
- la exportación de capitales, a diferencia de la exportación de mercancías adquiere una importancia particularmente grande;
- la formación de asociaciones internacionales monopolistas de capitalistas, las cuales se reparten el mundo, y
- la terminación del reparto territorial del mundo entre las potencias capitalistas más importantes.
Como Lenin subraya, y el devenir histórico ha demostrado con creces, el mundo está repartido y dicho reparto del mundo se ha realizado entre, y por, las potencias imperialistas. Esto quiere decir que el mapa político del mundo, bajo el imperialismo, lo realizan las potencias imperialistas que actúan bajo los dictados de los monopolios.
En la última semana de noviembre, el Parlamento Europeo tumbó una enmienda presentada por la eurodiputada de ERC, Diana Riba, en la que “demandaba a las instituciones europeas y a los Estados miembros que fuera respetado y defendido el derecho universal a la autodeterminación de los pueblos (…) así como las ambiciones culturales, identitarias, lingüísticas y las ambiciones democráticas y pacíficas de los ciudadanos europeos”. El resultado de la votación de dicha enmienda fue de 487 votos en contra, 170 votos a favor – entre los que se encontraban los votos de Podemos, Bildu, PNV y los exiliados políticos Comín, Ponsatí y Carles Puigdemont – y 37 abstenciones.
Sin duda, esta votación es un auténtico bofetón hacia aquéllos oportunistas y burgueses que consideran que la democracia, en abstracto que es la manera que ellos tienen de señalar a la democracia burguesa, es el marco donde caben todos los asuntos y en el que se pueden resolver los diferentes problemas surgidos. El bofetón es mayor, si cabe, para los independentistas, fundamentalmente los catalanes, que a la par que traicionaban el mandato que el pueblo les otorgó el 1 de Octubre, e incluso en las elecciones autonómicas de diciembre de 2017, no dudaban en señalarle al pueblo catalán que al Estado español le pararían los pies desde Europa, contraponiendo la esencia franquista del Estado español con los aires de democracia de la Europa de los monopolios. La realidad es que la Europa de los monopolios, la Unión Europea es tan reaccionaria como el Estado español y ahí está el Parlamento Europeo votando en contra de un derecho democrático burgués como es el derecho a la autodeterminación de las naciones.
El mundo está repartido atendiendo a las fuerzas actuales de las diferentes potencias imperialistas. Las fronteras las dibujan las potencias imperialistas en base a los intereses económicos y políticos de sus monopolios.
Bajo el imperialismo el derecho a la autodeterminación de las naciones desaparece puesto que son los monopolios los que hacen y deshacen, los que determinan las fronteras, los que determinan si una nación se constituye en un Estado o, por el contrario, si permanece postergada independientemente de la determinación de sus ciudadanos. Son las potencias imperialistas las que determinan y no los ciudadanos de las naciones como lo acreditan las antiguas repúblicas soviéticas; hay que recordar que en la URSS se celebró en marzo de 1991 – 9 meses antes de la disolución – un referéndum por la integridad y la preservación de la URSS que el pueblo apoyó mayoritariamente, concretamente con un apoyo del 77,8% de la población. Hay que recordar que Alemania determinó la separación de Checoslovaquia, separación que no fue votada ni por el pueblo eslovaco ni el checo. Por no hablar de cómo Alemania y EEUU decidieron la ruptura de Yugoslavia al objeto de tener una salida al mediterráneo la primera – por ello Alemania reconoció la independencia de Eslovenia y Croacia (apoyando al fascista Tudjman) – y EEUU para controlar la zona balcánica. El mapa de Europa de hoy es fruto de la voluntad de las potencias imperialistas y no de la libre determinación de las naciones.
Cataluña es un ejemplo nítido de que el derecho a la autodeterminación bajo el capitalismo monopolista es una quimera. El 1 de Octubre de 2017 fue una jornada heroica del pueblo catalán defendiendo su derecho a elegir su destino como nación frente a la represión del fascista Estado español. Sin embargo, los dirigentes políticos independentistas, representantes de la burguesía catalana, demostraron ser los primeros en verificar que el derecho a la autodeterminación es hoy una entelequia pues, en lugar de defender lo expresado por los catalanes – que Cataluña deviniera en una república independiente – buscaba el reconocimiento exterior, acreditando que lo importante es lo segundo – el reconocimiento de potencias imperialistas exteriores – y no de la libre determinación de los ciudadanos de la nación. Los independentistas catalanes, aparte de no dar cumplimiento a la voluntad democrática expresada por los catalanes el 1 de Octubre, han demostrado un sometimiento enorme al imperialismo europeo donde ejerce de caudillo Alemania. La nación catalana no podrá ejercer su derecho a la autodeterminación si no rompe con el imperialismo, si no rompe con la Unión Europea, si no construye el socialismo. Por tanto, hoy Cataluña acredita que únicamente se pueden conquistar los derechos democráticos nacionales si previamente se conquista el socialismo. Y si se conquista el socialismo será la clase obrera la que imponga su forma de comunidad humana propia de la nueva etapa histórica, donde el reconocimiento nacional será una realidad pero este estará subordinado a un principio de clase más fuerte, el internacionalismo proletario, que será el verdadero principio cohesionador de los proletarios de las diferentes naciones. Quien señale que para conquistar el socialismo previamente es necesaria la autodeterminación o que sólo se puede construir el socialismo previamente conquistando la autodeterminación no sólo se está equivocando, sino que está engañando al proletariado. Es la conquista del socialismo la que dará carta de legalidad al pleno reconocimiento de los derechos de las naciones oprimidas.
La historia demuestra que el reparto internacional del mundo entre las potencias imperialistas se efectúa en base a la fuerza, y la fuerza en el curso del desarrollo económico varía engendrando una doble contradicción que erosiona a las potencias imperialistas en pugna, produciéndose, por un lado, disputas entre las que dominan el mundo y aquéllas que emergen y aspiran a arrebatar la hegemonía a las primeras y, por otro lado, hacen que los centros de gravedad de la producción varíen y, con ello también hacen que se desarrolle proletariado por todos los rincones del mundo, proletariado que se desarrolla en condiciones paupérrimas pero que acrecienta cuantitativamente a la clase y, consecuentemente, las fuerzas de los sepultureros del imperialismo y su tiranía.
El capitalismo está carcomido y caduco económicamente, es inviable y se sostiene por la violencia y la opresión exacerbada. En el momento histórico actual la lucha de la clase obrera, de los campesinos pobres y de las naciones oprimidas es la misma, la conquista revolucionaria del socialismo derrocando al capitalismo, rompiendo así el orden mundial imperialista y sus criminales agrupaciones. Sólo el socialismo puede emancipar a las naciones oprimidas y postergadas, sólo la emancipación de la clase obrera puede emancipar a las naciones oprimidas. A los obreros nos une nuestra condición de clase, el internacionalismo proletario, y no nuestra nacionalidad.
¡Viva el Internacionalismo Proletario!
¡Construye la Revolución Socialista, fortalece el Partido Comunista Obrero Español (PCOE)!
¡Socialismo o Barbarie!
Madrid, 8 de diciembre de 2020
COMITÉ EJECUTIVO DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)