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Por una política hecha por y para los trabajadores

El 100% de los partidos políticos presentes en el parlamento español (así como la mayoría de partidos políticos del mundo capitalista) apuestan por un modelo político basado en la representatividad, un sistema de gobierno en el que un pequeño grupo de personas toman las decisiones por el resto porque, supuestamente, los representan. Esa mayoría de partidos abogan por ese modelo y potencian esa idea, que es en esencia contraria al concepto de democracia en su más amplio significado, en el de ‘gobierno del pueblo’, porque no es el pueblo quien gobierna ni el que tiene el poder. En este sistema de gobierno representativo que domina la mayor parte del mundo, las decisiones las toma un pequeño grupo de personas, pero ni siquiera el poder reside en esas personas, puesto que el poder económico, en manos de otro pequeño grupo de personas que jamás fueron votados, es el que controla el resto de poderes (político, legislativo, judicial…).

El hecho de que el pueblo vote a uno u otro partido, tampoco significa que este los represente, puesto que el sistema capitalista tiene todos los mecanismos para que los intereses del poder económico prevalezcan sobre los del pueblo trabajador. De esta forma, las agendas políticas de los partidos parlamentarios están llenas de asuntos que conciernen a intereses ajenos a los trabajadores, y las grandes empresas presentan informes que acaban convirtiéndose el leyes en manos de unos representantes que están totalmente alejados del pueblo. Este hecho puede verse claramente en algunas declaraciones de partidos supuestamente representantes del pueblo llano (“los de abajo” como algunos dicen ahora), como cuando Podemos elogia a la familia Botín por su contribución “al bienestar social”. También los sindicatos del régimen (CCOO, UGT, USO…), supuestos defensores de los derechos de los trabajadores, muestran cual es la verdadera esencia de este sistema, como cuando UGT apela a la “cordura empresarial” para que los precios dejen de subir más que las rentas del trabajo, lo cual evidencia quienes tienen el verdadero poder y hasta donde están dispuestas a llegar estas organizaciones en su lucha por revertir la situación que vivimos, en este caso a “apelar a la cordura empresarial”, que es como decir que los empresarios que explotan a trabajadores para enriquecerse no están cuerdos, no saben lo que hacen.

Mientras tanto, la acumulación de más riqueza cada vez en menos manos sigue creciendo, con la mitad de la riqueza del mundo en manos del 1% de la población, los dueños de la gran banca 28.000 millones de euros más ricos que hace un año y las empresas del IBEX con unos beneficios que aumentaron un 18,4% (32.000 millones) entre enero y septiembre de 2017. Mientras los trabajadores somos cada vez más pobres, los altos directivos del Ibex 35 cobran 207 veces el sueldo mínimo de sus empresas, sin embargo todavía hay quien pretende negar la existencia de la lucha de clases e incluso de las propias clases sociales, con mensajes sobre transversalidad que recuerdan a discursos de Primo de Rivera. Tampoco la corrupción es la culpable de este empobrecimiento de los trabajadores, como intentan vender los partidos de la oposición parlamentaria, sino que es una consecuencia más de este sistema en el que unos pocos tienen tanta riqueza que se pueden permitir comprar a los representantes políticos para hacerse así aún más ricos.

Solo el pueblo trabajador participando de primera mano en la política puede defender sus intereses, solo los trabajadores implicados pueden luchar por una sociedad más justa para ellos. Mientras permanezcamos ajenos a la política y a la toma de decisiones, lo que se promueve desde todos los medios posibles, otros tomarán las decisiones por nosotros y serán sus intereses los que se vean fortalecidos. Pretender hacer creer a la clase trabajadora que votando a uno u otro partido se solucionarán sus problemas, que el morado es mejor que el naranja, o que la nueva política es mejor que la vieja solo porque es nueva (aunque sea básicamente lo mismo), es engañar, crear frustración, desmotivar y desmovilizar a los trabajadores, que es en esencia lo que se persigue.

Desde el Partido Comunista Obrero Español hacemos un llamamiento a todos los trabajadores a despertar del letargo político en el que las élites nos han mantenido tanto tiempo, a movilizarse y participar de primera mano para que nuestros intereses sean defendidos de verdad, a hacer política por y para los trabajadores. Unamos todos las movilizaciones, todas las luchas en una sola contra el sistema, construyendo un Frente Único del Pueblo.

Por la unión de las luchas en una sola contra el Capitalismo

Por el Frente Único del Pueblo

Por la construcción del Socialismo

Secretaría de Agitación y Propaganda del Comité Provincial de Sevilla del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)