Miseria en la educación Andaluza
Con el inicio del curso académico se vuelve a comprobar de qué lado está y a qué clase defiende a capa y espada este Gobierno, tanto el Autonómico como el Gobierno Central. Estamos viendo cómo las medidas adoptadas en los centros de estudio de Andalucía frente al COVID-19 son totalmente insuficientes, haciendo que vivamos una vuelta al cole sin prevención alguna. Los gobiernos han dejado en las manos de sus centros la -casi- total gestión de la pandemia con unos recursos tan limitados que no pueden satisfacer las necesidades mínimas del pueblo.
Así lo ha expresado el profesorado, denunciando la falta de competencias en aspectos como la prevención de riesgos laborales, la salud, además de la falta de recursos económicos. También se muestra en las dificultades para mantener la distancia de seguridad, las condiciones higiénicas exigidas o para llevar el control de los posibles casos de COVID-19, como denuncian los docentes andaluces.
Tal y como se señala en la anterior noticia, según una encuesta realizada por el CSIF “solo el 20,77% del profesorado ha podido realizar desdobles de grupos”, mostrando la falta tanto de profesores como de espacios en los centros educativos, siendo imposible mantener unos ratios de alumnos adecuados. Esto ha llevado al gobierno a adoptar una medida sanguinaria contra los profesores, que no es ni más ni menos que la supresión del Máster de Formación del Profesorado (MFP), antes necesario para ejercer la docencia. En vista de que falta profesorado para la situación que vivimos, el Estado ha decidido que no será necesario el MFP para ejercer la docencia, haciendo que las condiciones de los trabajadores sean aún más precarias, se desdoble la explotación y puedan echarlos de una patada cuando les plazca, pues dichos profesores solo podrán ejercer la docencia mientras dure la pandemia, es decir, podrán ejercer hasta que al Estado le plazca. Es tal la situación de falta de profesores que algunos colegios, como el colegio Clara Campoamor de Alhaurín de la Torre, en Málaga, piden que “Infantil no acuda a clase por falta de profesores”; o los alumnos del instituto Drago de Cádiz, los cuales demandan un descenso del ratio de alumnos.
La realidad es que existe una brecha digital, consecuencia del cada vez mayor empobrecimiento de la población, que quedó latente en la primera ola de COVID-19. Esto no puede pasar por alto teniendo en cuenta que 4 de cada 10 familias no puede llevar a cabo su enseñanza online, no puede pasar por alto teniendo en cuenta que un 10% del presupuesto (135.000.000 euros) recortado a las universidades andaluzas será destinado, en parte, a financiar la RTVA y a uno de sus mejores adalides, Bertín Osborne. Mientras que sectores como el de la educación o la sanidad pública se ven faltos de recursos económicos, los gobiernos dedican gran parte de los recursos económicos en salvar a los empresarios, como las ayudas que se ofrecen a los comercios de ocio nocturno e infantil para pagar los alquileres de los locales. Una vez más somos testigos directos de lo que representamos para los capitalistas, para el Estado y el sistema: mera mercancía totalmente reemplazable. Con todo esto comprobamos, una vez más, que el problema principal no es la gestión del capitalismo, pues aunque nos gobiernen los más progresistas de la historia seguimos estando en la misma -o mayor- situación de miseria, el problema es el capitalismo en sí, de donde radican todos los males de la sociedad.
Otro de los grandes males que sufre el estudiantado es concretamente el de la Formación Profesional (FP), ya que deben pasar un periodo de prácticas en una empresa del sector de la formación profesional que el alumno o alumna haya estudiado. Este periodo de prácticas, según el Gobierno Andaluz, tendrá una flexibilidad de horarios, aunque no hay más ciego que el que no quiere ver, pues el problema principal no son los horarios sino las prácticas como método de esclavitud asalariada más sanguinaria, donde los jóvenes sin experiencia laboral se someten a un trabajo que desarrollan gratuitamente, es decir, el 100% de la productividad del estudiante en prácticas se la llevará el capitalista. En cuanto cumpla el contrato en prácticas, en vez de renovar al joven en su formación laboral, se deshacen de él y meten en ese sumidero de explotación a nuevos jóvenes en prácticas. ¿De quién deben ser, si no de los trabajadores, las empresas que con sudor y lágrimas levantan? ¿A quién tiene que pertenecer, si no a los trabajadores, la producción que con esfuerzo y sufrimiento crean, mientras el capitalista se adueña de ella? La pregunta realmente es: ¿A quién tiene que pertenecer todo, si no a los trabajadores, si somos los trabajadores quienes todo lo creamos?
Como protesta a la situación que se está dando en la educación pública, varias organizaciones, principalmente Marea Verde, han llevado a cabo varias concentraciones y manifestaciones. Estas organizaciones se centran en exigir medidas para una vuelta segura y en pedir la unidad de los diferentes colectivos y sindicatos para defender la educación pública. Las críticas en las concentraciones de Andalucía se han centrado en el gobierno autonómico, estando ausentes las críticas al gobierno central, esto se debe a que detrás de Marea Verde están los oportunistas de Unidas Podemos y Anticapitalistas, quienes forman parte de la misma.
Aunque gracias a los medios de comunicación parezca que estas movilizaciones han tenido éxito, lo cierto es que solo una parte muy pequeña de la comunidad educativa las ha secundado, mostrando una vez más cómo los oportunistas no son capaces de llegar a los profesores ni a los padres y madres de la clase trabajadora, en este caso para defender la educación pública. Esto se debe a que en sus discursos en ningún momento dan una solución real para el pueblo trabajador, ya que se limitan a defender la educación pública, pasando por alto el principal culpable de la mala situación de ésta, que es el sistema capitalista. Provocando, finalmente, que la clase trabajadora se desmovilice, al no ver una solución a sus problemas.
Desde el PCOE hacemos un llamamiento a madres y padres, docentes de todos los niveles, estudiantes y al resto de las clases populares a unir nuestras fuerzas contra el enemigo común, ese mismo enemigo que divide a la clase trabajadora en mil y una luchas, que nos atomiza; ese mismo enemigo que nos exprime hasta las últimas de nuestras energías, ese mismo que nos explota diariamente y hace de nuestro trabajo su paraíso. Ante esta situación, no nos queda otra que organizar la fuerza que derrumbará este viejo mundo, putrefacto y moribundo, en el Frente Único del Pueblo para construir una nueva vida, un nuevo mundo donde la explotación del hombre por el hombre no tendrá cabida, un mundo donde seamos socialmente iguales, humanamente diferentes y totalmente libres.
Célula Iosif Stalin de Sevilla