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Los restos del genocida Franco tendrán un nuevo lugar de culto: la Almudena

Franco

El gobierno del PSOE, dirigido por Pedro Sánchez y surgido tras la moción de censura, comunicó que una de sus primeras medidas sería iniciar los trámites legales para exhumar al dictador Franco del Valle de los Caídos, monumento de exaltación al franquismo por excelencia.

Esta medida solo es una estrategia de marketing que el PSOE ha utilizado para ganar votos. Sin embargo, el traslado del genocida Franco puede derivar en un problema mayor, ya que la familia del mismo ha expresado su deseo de enterrarlo en la catedral de la Almudena. Así, podríamos pasar a tener un lugar de peregrinaje para los fascistas en pleno centro de Madrid.

La Iglesia, como no podía ser de otro modo, ha jugado su papel histórico y se ha negado a impedir que se lleve a cabo semejante atropello para todos los antifascistas y represaliados que sufrieron la dictadura, de la que el actual régimen es heredero.

Hechos como este demuestran la línea continuista que se impuso en la mal llamada Transición española, proceso que los medios de comunicación de masas han elogiado incontables veces para sostener el sistema actual.

Sin embargo, pese a la reiterada manipulación de los medios de comunicación de masas, la realidad es distinta. Tras la muerte de Franco, hubo un pacto entre élites políticas y económicas para iniciar una serie de medidas cosméticas que darían apariencia de democracia al Estado español, ya que no podía permitirse que un país abiertamente fascista entrara en la OTAN. De ahí que, en este proceso, EE.UU. desempeñara una labor fundamental en el lavado de cara de la dictadura.

El resultado de todo ello lo encontramos en la realidad actual: no existe separación de poderes, por tanto, el poder judicial no es independiente y está politizado, como se vio en el juicio a los líderes del procés. El Ejército está plagado de altos mandos abiertamente fascistas, que hacen continuas loas al franquismo sin consecuencia ninguna y que defienden el golpe de Estado de 1936.

Del mismo modo, cargos políticos de la dictadura como Martín Villa o Utrera Molina siguen sin ser juzgados, a pesar de que existe una causa abierta contra ellos por delitos de lesa humanidad, y torturadores como Billy el Niño siguen libres y reciben una prestación por parte del Estado.

Mientras tanto, existen fundaciones fascistas como la Fundación Francisco Franco que no solo son legales, sino que también están subvencionadas por el Estado. Por otro lado, 120.000 asesinados por el franquismo durante la Guerra Civil siguen enterrados en cunetas. El Estado español es el segundo país con mayor número de desaparecidos de todo el planeta.

Todos estos elementos denotan la verdadera esencia de este Estado: un Estado fascista, heredero del franquismo, cuyo anterior jefe de Estado fue elegido por el mismo Franco, quien le hizo jurar los principios del Movimiento.

Así, durante la Transición española, hubo una pequeña reforma cosmética que mantuvo la estructura fascista del Estado, que sigue reprimiendo de forma brutal a todo aquel que cuestione el sistema imperante: artistas, twitteros, comunistas, sindicalistas o anarquistas son perseguidos de forma constante.

Nosotros, el pueblo trabajador debemos hacer frente al fascismo, que cada vez se oculta menos. Debemos formar un frente antifascista amplio que entierre definitivamente al fascismo y lo lleve al basurero de la historia. De lo contrario, la represión y la violencia contra nosotros irá en aumento en la medida en que la crisis que atraviesa el Estado español, que se encuentra sumido en enormes contradicciones, avance y cree más miseria.

¡Ante el fascismo unidad y lucha!

¡Madrid será la tumba del fascismo!

Comité Local del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Madrid