Los despidos de Alcoa o cómo beneficiarse de las desgracias ajenas

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Alcoa

Desde su existencia, la burguesía y la clase política que la defiende siempre han obrado buscando únicamente su beneficio y aumentar sus ganancias, importándole poco la vida de sus trabajadores. Recortan sueldos, jornadas, en medidas de seguridad, despiden trabajadores sobrecargando de trabajo a los que quedan… con tal de sacar más dinero. Y si todo esto falla y se encuentran en una situación de pérdidas o sus beneficios se reducen, simplemente cierran la empresa y dejan en la calle a todos los trabajadores, sin importarles que de la noche a la mañana estos obreros y sus familias se queden sin ningún medio para subsistir.

Este ha sido el caso de la empresa Alcoa, donde sus trabajadores llevan ya protestando desde hace 4 años ante las continuas amenazas de cierre que se venían produciendo desde que en 2014 la multinacional trató de cerrar dos de sus plantas en el Estado español, la de A Coruña y la de Avilés. Ante las presiones de los trabajadores y gracias a su lucha lograron evitar estos cierres y conservar sus trabajos, pero la empresa ha vuelto a la carga.

Alcoa ha anunciado hace unos días que cerrará las plantas de A Coruña y Avilés dejando tirados a prácticamente 900 trabajadores (369 trabajadores directos, más 200 indirectos en la planta coruñesa y 317 en la planta avilesa). El argumento del cierre es la subida de la factura de la luz, que estas plantas son poco competitivas y el coste que paga por emitir CO2, lo que según la empresa provocó que se triplicaran las pérdidas.

Lo que fallan los empresarios de Alcoa en decir es que la multinacional se benefició durante 10 años de más de 1000 millones con la factura eléctrica en forma de ayudas pagadas por todos los consumidores a través de la propia factura. Es más, esta empresa es una de las principales beneficiarias de las subastas de interrumpibilidad convocadas por la Red Eléctrica de España. En estas subastas Alcoa cobró 142 millones en 2014, 121 millones en 2015, 125 millones en 2016, 150 millones en 2017 y 92 millones en 2018.

Pero si la empresa ha recibido tantas ayudas, ¿A qué se debe este cierre repentino? A que, como hemos dicho al principio, a la burguesía sólo le importa obtener el máximo beneficio posible, y al encontrarse con que estas plantas no les daban tanto dinero como a ellos les gustaría, privatizaron estas ayudas y beneficios, quedándose ellos con todo el dinero, y socializaron las pérdidas, haciendo que los trabajadores acaben en la calle bajo el pretexto de que no se pueden asumir y sin ofrecer ninguna solución a los mismos.

Asistimos también a una sesión de teatro y de lágrimas de cocodrilo tanto de la derecha fascista del PP, del socialfascismo del PSOE y del oportunismo de IU, Podemos y su coalición En Marea. Sin olvidarnos, por supuesto, de los sindicatos amarillos UGT y CCOO.

Los dos primeros, partidos políticos que han sido pilar fundamental de la mal llamada Transición Española y de la continuación del Régimen fascista español, también son los principales responsables de la precariedad, inestabilidad y crisis del empleo y el Estado Español. Todas y cada una de las reformas laborales que han ocurrido en nuestro país han sido tramadas y pactadas por el Partido Popular, el Partido Socialista Obrero Español en consonancia con la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) y CCOO y UGT (de los que hablaremos más adelante). Ellos han sido quienes, hasta el día de hoy, han ido facilitando el despido, han reprimido al pueblo en sus manifestaciones, quienes respaldan las guerras imperialistas contra los trabajadores de otros países y quienes, a cada año que pasa, aumentan la precariedad y la temporalidad del empleo. Entonces, sin lugar a dudas, sus “reivindicaciones” no son más que puro teatro con el que intentan tomar el pelo a los trabajadores de Alcoa ante su dramática situación.

En el otro bando, tenemos a la socialdemocracia española de Izquierda Unida, Podemos y su coalición gallega En Marea. Los que hasta el día de hoy han defendido “el cambio” y “gobernar para la gente”, pero que en la práctica sólo han servido de muleta para el capitalismo en su etapa de podredumbre, con la creación de pisos de lujo por parte de Manuela Carmena en la ciudad de Madrid, la exposición y extorsión a los trabajadores del metro de Barcelona realizada por Ada Colau (recordemos, exponiendo datos personales y las nóminas de los mismos) o la persecución de manteros tanto en Madrid, Barcelona o A Coruña. ¿Qué proponen esta panda de impresentables? Proponen lo de siempre, lo propio de la socialdemocracia, lo que sabemos que lo único que hace es seguir beneficiando a los empresarios: la reforma. En ningún momento se atreven ni si quiera a plantear la expropiación por parte del Estado de la empresa, aun sabiendo que estarían respaldados por la Constitución Española, en concreto el artículo 128.1 (Toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cual fuere su titularidad está subordinada al interés general) y 128.2 (Se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general). ¿Por qué, entonces, no se acogen a esta posibilidad? Porque, por una parte, la Constitución sólo es un panfleto propagandístico del Estado y, por otra, como venimos denunciando durante décadas los comunistas, la socialdemocracia es la pata izquierda del capitalismo, proponen exactamente lo mismo, pero con una capa de maquillaje. Las reivindicaciones de esta gente se limitan a pedir que no se cierre la fábrica, que no hay motivos para hacerlo. Es decir, que a pesar del auténtico despilfarro público que se ha realizado para beneficiar a Alcoa, asumen una posición equidistante que no perjudique a los empresarios.

Por último, y no por ello menos importante, no podríamos olvidar en este desfile de vergüenza, manipuladores y vendeobreros a los sindicatos del régimen: Comisiones Obreras y Unión General de Trabajadores. Desde el PCOE no nos hemos cansado, ni nos cansaremos, de denunciar las políticas y artimañas antiobreras que estos dos sindicatos han practicado desde los centros de trabajo para engañar al trabajador y alejarlo tanto del sindicalismo como de la conciencia de clase. Nosotros no nos olvidamos de los Pactos de la Moncloa, de cómo evitan el derogar las continuas reformas laborales y, por mencionar un caso más reciente, de cómo han traicionado y vendido a los trabajadores del sector de las TIC, firmando un convenio que expone totalmente a la clase trabajadora para su despiece. No puede existir, de ninguna forma, sindicalismo de clase bajo el yugo de CCOO y UGT.

Por eso, desde el Partido Comunista Obrero Español tenemos claro cuál es el camino: la expropiación y socialización de todas las empresas que engrasan sus engranajes con la sangre del trabajador. No admitimos ni una reforma más del capitalismo, puesto que los intereses de los trabajadores son completamente antagónicos con los de la clase burguesa. Para conseguir todo esto, es necesario romper con todo oportunismo político presente en nuestras filas y organizarnos en un Frente Único del Pueblo que se dirija firme hacia el sistema gobernado por los trabajadores: el socialismo.

¡Camarada, engrosa las filas del PCOE!

¡Por el marxismo-leninismo!

¡Por el socialismo!

Os despidos de Alcoa ou como beneficiarse das desgracias alleas

Desde a súa existencia, a burguesía e a clase política que a defende sempre obraron buscando únicamente o seu beneficio e aumentar as súas ganancias, importándolle pouco a vida dos seus traballadores. Recortan soldos, xornadas, en medidas de seguridade, despiden traballadores sobrecargando de traballo aos que quedan… con tal de sacar máis diñeiro. E se todo isto falla e atópanse nunha situación de perdas ou simplemente os seus beneficios redúcense, simplemente pechan a empresa e deixan na rúa a tódolos traballadores, sen importarlles que da noite á mañá estes obreiros e as súas familias queden sen ningún medio para subsistir.

Este foi o caso da empresa Alcoa, onde os seus traballadores levan xa protestando desde hai 4 anos ante as continuas ameazas de peche que se viñan producindo desde que en 2014 a multinacional tratou de pechar dúas das súas plantas no Estado español, a de A Coruña e a de Avilés. Ante as presións dos traballadores e grazas a súa loita lograron evitar estes peches e conservar os seus traballos, pero a empresa volveu á carga.

Alcoa anunciou fai uns días que pechará as plantas de A Coruña e Avilés deixando tirados a prácticamente 900 traballadores (369 traballadores directos máis 200 indirectos na planta coruñesa e 317 na planta avilesa). O argumento do peche é a subida da factura da luz, que estas plantas son pouco competitivas e o custo que paga por emitir CO2, o que segundo a empresa provocou que se triplicasen as perdas.

O que fallan os empresarios de Alcoa en dicir é que a multinacional se beneficiou durante 10 anos de máis de 1000 millóns coa factura eléctrica en forma de axudas pagas por tódolos consumidores a través da propia factura. É máis, esta empresa é unha das principais beneficiarias das poxas de interrumpibilidade convocadas pola Rede Eléctrica de España. Nestas poxas Alcoa cobrou 142 millóns en 2014, 121 millóns en 2015, 125 millóns en 2016, 150 millóns en 2017 e 92 millóns en 2018.

Pero se a empresa recibiu tantas axudas, A que se debe este peche repentino? A que, como dixemos ao principio, á burguesía só lle importa obter o máximo beneficio posible, e ao atoparse con que estas plantas non lles daban tanto  diñeiro como a eles lles gustaría, privatizaron estas axudas e beneficios, quedándose eles con todo o diñeiro, e socializaron as perdas, facendo que os traballadores acaben na rúa baixo o pretexto de que non se poden asumir e sen ofrecer ningunha solución aos mesmos.

Asistimos tamén a unha sesión de teatro e de bágoas de crocodilo tanto da dereita fascista do PP, do socialfascismo do PSOE e do oportunismo de EU, Podemos e a súa coalición En Marea. Sen esquecernos, por suposto, dos sindicatos amarelos UGT e CCOO.

Os dous primeiros, partídos políticos que foron alicerce fundamental da mal chamada Transición Española e da continuación do Réxime fascista español, tamén son os principais responsables da precariedade, inestabilidade e crise do emprego e o Estado Español. Todas e cada unha das reformas laborais que ocorreron no noso país foron tramadas e pactadas polo Partido Popular, o Partido Socialista Obreiro Español en consonancia coa Confederación Española de Organizacións Empresariais ( CEOE) e CCOO e UXT (dos que falaremos más adiante). Eles foron quenes, ata o día de hoxe, foron facilitando o despido, reprimiron ao pobo nas súas manifestacións, quenes apoian as guerras imperialistas contra os traballadores doutros países e quen, a cada ano que pasa, aumentan a precaridade e a temporalidade do emprego. Entón, sen dúbida, as súas “reivindicacións” non son máis que puro teatro co que tentan tomar o pelo aos traballadores de Alcoa ante a súa dramática situación.

No outro bando, temos á socialdemocria española de Esquerda Unida, Podemos e a súa coalición galega En Marea. Os que ata o día de hoxe defenderon “o cambio” e “gobernar para a xente”, pero que na práctica só serviron de muleta para o capitalismo na súa etapa de podremia, coa creación de pisos de luxo por parte de Manuela Carmena na cidade de Madrid, a exposición e extorsión aos traballadores do metro de Barcelona realizada por Ada Colau (lembremos, expoñendo datos persoais e as nóminas dos mesmos) ou a persecución de manteiros tanto en Madrid, Barcelona ou A Coruña. Que propoñen esta cuadrilla de impresentables? Propoñen o de sempre, o propio da socialdemocracia, o que sabemos que o único que fai é seguir beneficiando aos empresarios: a reforma. En ningún momento se atreven nin se queira a plantexar a expropiación por parte do Estado da empresa, aínda sabendo que estarían apoiados pola Constitución Española, en concreto o artigo 128.1 (Toda a riqueza do país nas súas distintas formas e sexa cal for a súa titularidade está subordinada ao interese xeral) e 128.2 (Recoñécese a iniciativa pública na actividade económica. Mediante lei poderase reservar ao sector público recursos ou servizos esenciais, especialmente en caso de monopolio e así mesmo acordar a intervención de empresas cando así o esixise o interese xeral). Por que, entón, non se acollen a esta posibilidade? Porque, por unha parte, a Constitución só é un panfleto propagandístico do Estado e, por outra, como vimos denunciando durante décadas os comunistas, a socialdemocracia é a pata esquerda do capitalismo, propoñen exactamente o mesmo que a dereita, pero cunha capa de maquillaxe. As reivindicacións desta xente limítanse a pedir que non se peche a fábrica, que non hai motivos para facelo. É dicir, que a pesar do auténtico malgasto público que se realizou para beneficiar a Alcoa, asumen unha posición equidistante que non prexudique aos empresarios.

Por último, e non por iso menos importante, non poderiamos esquecer neste desfile de vergoña, manipuladores e vendeobreiros aos sindicatos do réxime: Comisións Obreras e Unión Xeral de Traballadores. Desde o PCOE non nos cansamos, nin nos cansaremos, de denunciar as políticas e artimañas antiobreiras que estes dous sindicatos practicaron desde os centros de traballo para enganar ao traballador e afastalo tanto do sindicalismo como da conciencia de clase. Nós non esquecemos dos Pactos da Moncloa, de como evitan o derrogar as continuas reformas laborais e, por mencionar un caso máis recente, de como traizoaron e venderon aos traballadores do sector das TIC asinando un convenio que expón totalmente á clase traballadora para o seu despezamento. Non pode existir, de ningún xeito, sindicalismo de clase baixo o xugo de CCOO e UGT.

Por iso, desde o Partido Comunista Obrero Español temos claro cal é o camiño: a expropiación e socialización de todas as empresas que engrasan as súas engrenaxes co sangue do traballador. Non admitimos nin unha reforma máis do capitalismo, posto que os intereses dos traballadores son completamente antagónicos cos da clase burguesa. Para conseguir todo isto, é necesario romper con todo oportunismo político presente na nosa filas e organizarnos nunha Fronte Única do Pobo que se dirixa firme cara ao sistema gobernado polos traballadores: o socialismo.

Camarada, engrosa as filas do PCOE!

Polo marxismo-leninismo!

Polo socialismo!

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