La sanidad pública bajo el capitalismo mata

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anorexia

 

De la misma manera que es un mito hablar de Estado de “bienestar” en los países capitalistas, es una fantasía creer que bajo ese régimen existen una sanidad y educación “públicas”. Lo cual es uno de los mantras que inyecta la pata izquierda del régimen, la socialdemocracia, hoy formada por PSOE-IU-PCE-Podemos, con el objetivo de hacer creer que los trabajadores vamos a disfrutar de unas mínimas garantías de salud, educación y otros “servicios públicos” en el marco de la explotación del hombre por el hombre.

Para empezar, capitalismo viene de capital. Lo cual significa que es un régimen a imagen y semejanza del Capital. Es decir, de su interés. Por tanto, la institución principal que necesita el Capital para imponer su poder y sus intereses es el Estado, junto al resto de administraciones “públicas” desde lo local a lo estatal.

Así que el sistema sanitario bajo control de todas esas instituciones servirá al interés del Capital. Una cosa es que sean los trabajadores los que lo mantienen y financian con su trabajo, y otra cosa es que les pertenezca, como las fábricas. Eso es lo que significa “público” bajo la economía de mercado o capitalismo.

El sistema sanitario “público” cumplía hasta ahora la función de mantener en pie a base de pastillas a los trabajadores que enferman, no para curarlos, sino para que se ausenten lo menos posible de la producción. Por otro lado, el atiborrarnos de drogas y pastillas es un gran negocio para la industria farmacéutica, uno de los negocios más lucrativos a nivel mundial.

Ahora ni siquiera eso, porque al dejar de subvencionarse muchos fármacos, a los trabajadores no les queda otra que ir al tajo enfermos, porque no pueden permitirse el coste de algunos de ellos. Como ejemplo, un jarabe para la tos que ronda los 10 euros.

No está contenta todavía la industria farmacéutica (capitalista) con su negocio. Está provocando el desabastecimiento de 508 medicamentos porque según los mercaderes de la salud ya no les reportan suficientes beneficios. Entre estos medicamentos se encuentran la aspirina infantil, almax, urbason, betadine o dolagial. Según reconoce el presidente del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla, la “principal causa de que los fármacos no lleguen” es “los bajos precios de los medicamentos en España”. El representante de los pequeños empresarios farmacéuticos se pone del lado de la industria farmacéutica, que busca un mercado “más atractivo” desde el punto de vista de los beneficios empresariales. El mercado manda.

Pero la salud no sólo son medicamentos, sino especialmente una atención y cuidados especializados, sobre todo un diagnóstico a tiempo y acertado. Y para ello hace falta tener el personal sanitario suficiente y en todas las disciplinas, incluso para tratar aquellas enfermedades “raras”, cuyos pacientes están dejados de la mano y tienen que recurrir a la caridad, a los sorteos, o a recoger tapones de botellas de plástico. Tal es la “modernidad” del régimen capitalista.

Además, hay cientos de casos de muertes provocadas por un diagnóstico equivocado. Un caso especialmente espeluznante y que muestra cómo son tratados las clases populares por el sistema “público” de salud, es el de Andreas, que murió de meningitis mientras estuvo atada 75 horas a una cama al serle diagnosticada una enfermedad mental. Si a Andreas le hubieran hecho un TAC a tiempo, hoy estaría viva.

Una patología que no se trata como debe por el sistema sanitario y que es provocada además por la economía de mercado con su culto a la apariencia, donde también es mercancía la imagen de las mujeres, y que sume en un infierno a miles de ellas, es la anorexia. Como cuenta Patricia Cervera, madre de una chica con 21 años que sufre anorexia desde los 13, la falta de unidades especializadas para los Trastornos de la Conducta Alimentaria, puede conducir a la muerte a su hija y de muchas chicas que sufren dicha patología, muy relacionada con la sociedad en la que vivimos. Su hija “nunca ha tenido la menstruación, no ha podido terminar sus estudios, sus huesos son los de una persona anciana, apenas tiene masa muscular, su estómago ya no acepta ni el agua, sus piernas apenas la pueden sostener, su cabecita cuelga hacia un lado, y su risa dejó de sonar para siempre…”. A su hija, como suele ser habitual en la sanidad “pública”, sólo la han ingresado cuando estaba a punto de morir.

Un sistema sanitario que cubriera todas las necesidades en relación a la salud, que curase de verdad, que tratara todos los problemas de manera integral, es incompatible con una economía de mercado. Para empezar porque dejaría de ser un gran negocio. Todo aquello que no se garantiza se convierte en negocio. Y sobre todo porque es absurdo querer curar muchas de las enfermedades que tienen su raíz en el régimen de esclavitud asalariada en el que vivimos, que destroza la salud física y mental de los trabajadores y sus familias.

Sólo cambiando de arriba a abajo la sociedad, desde la base económica, podrá el pueblo trabajador disfrutar de buena salud, tanto en la prevención como en su tratamiento. Porque con una economía bajo el control de la clase obrera, que impondrá condiciones de trabajo dignas, higiénicas y seguras, habrá menos causas por las que enfermar o lamentar accidentes. Y porque, en caso de accidente o enfermedad, habrá más recursos y personal (los que decidamos en base a la planificación colectiva de los recursos y la fuerza de trabajo) para curar esa enfermedad.

Por tanto, como la cuestión de la salud, como de la educación y todo lo demás, va ligada a la cuestión económica, la solución pasa por la socialización de los medios de producción. Y para ello, que no vendrá desde el parlamento burgués lleno de charlatanes títeres del mercado, habrá que organizar al pueblo trabajador en un Frente Único del Pueblo con el objetivo de unir todas las luchas en una sola con el objetivo de tomar el control de los medios fundamentales de producción.

 

Porque en el capitalismo curar no es negocio

En el Socialismo no hay mercado, no hay negocio

Sólo bajo el Socialismo tendrán cura los males de la clase obrera

 

Por la Revolución Socialista

 

Comité Regional del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Andalucía

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