La mal llamada “formación integral y crítica” de la Universidad Complutense

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La Universidad Complutense de Madrid se sitúa en el cuarto puesto a nivel nacional según los estándares de calidad del famoso ranking ARWU, elaborado conforme a criterios de investigación e inserción laboral. Así mismo, la propia universidad entre sus ventajas se define como universidad pública de calidad que apuesta por una formación integral y crítica del más alto nivel”. Para sostener esta afirmación, es usual que apelen al dato vacío de los más de 70000 alumnos matriculados en su amplia oferta de formación o bien a los proyectos de investigación y prácticas de formación externa, que, en conjunto convierten a la UCM en un Campus de Excelencia Internacional.

Mientras de puertas hacia fuera la UCM dedica esfuerzo, fondos e incluso un espacio en su página web para mantener la imagen de prestigio –cada día más decrépito– que ostenta a nivel nacional e internacional, la experiencia de los propios estudiantes y trabajadores revela la otra cara de la moneda.

Los precios abusivos del crédito universitario (48,03€, 45,25€ y 40,02€ , según el grado de experimentalidad de los estudios), dejan fuera cada año a miles de estudiantes, como revela el descenso de los alumnos matriculados desde 2013.

  • Curso 2013-2014: 83.895 estudiantes.
  • Curso 2014-2015: 81.218 estudiantes.
  • Curso 2015-2016: 78.117 estudiantes.
  • Curso 2016-2017: 77.225 estudiantes.
  • Curso 2017-2018: 74.292 estudiantes.

Así, los 70.000 estudiantes matriculados que esgrimen orgullosamente para fortalecer su imagen, revelan las barreras de acceso a una educación superior a las que tiene que hacer frente los hijos/as de la clase obrera. Para intentar -falsamente- paliar el problema, en 2015 aparecieron en escena las Becas UCM, alternativas a las becas del Ministerio. Becas a todas luces insuficientes que, una vez más, demostraron la hipocresía y el lavado de cara de una universidad al servicio de la burguesía, la cual intenta “nadie quede excluido por razones económicas de la educación superior” mientras que paralelamente cede sus servicios e instalaciones a empresas privadas (Centro Universitario de Estudios Financieros).

[Sobre la educación pública, la educación concertada y la educación privada]

La privatización de la universidad se desarrolla por dos caminos complementarios. Por un lado, los servicios e instalaciones que ofrece la universidad son cedidos a empresa privadas que mantienen a sus trabajadores en condiciones laborables deleznables, sin injerencia del equipo universitario. A este respecto destacamos el caso del servicio de reprografía proporcionado en todas las facultades por la empresa privada Reproexpress, conocida en el ambiente universitario por sus continuos abusos contra los derechos laborales de sus trabajadores. Recientemente, la crisis sanitaria ha revelado la verdadera cara de Reproexpress que, a pesar de tener el umbral de ingresos asegurado por la Universidad, ha realizado un ERTE contra sus trabajadores. Por otro lado, el recorte en los fondos públicos destinados aumenta el deterioro de las ya de por sí antiguas y mal conservadas instalaciones, provocando situaciones de riesgo y mala calidad de las condiciones laborales y estudiantiles.  De esta forma, los estudios que requieren gran inversión de material por su grado de experimentación –son además las que tienen el precio más alto de crédito–, ven reducidas progresivamente sus posibilidades, provocando una educación deficiente.

El carácter elitista y endogámico de la universidad ha sido denunciado en muchas ocasiones por estudiantes, profesores y miembros del cuerpo administrativo y directivo. Los grandes escándalos relativos al plagio tanto en Trabajos de Fin de Grado (TFG) como en tesis doctorales son una constante derivando en fraudes en los sistemas de selección de profesorado. Pero, sin duda, el escándalo con el primer premio lo ostenta el caso “Cadáveres de la Complutense”, destapado en 2014. Más de 500 cadáveres se hacinaban en condiciones pésimas sin las correctas medidas de higiene, provocando enfermedades en los trabajadores. El jefe de Departamento de Anatomía II responsable, fue procesado por un posible delito con los trabajadores en 2019. Ante la gravedad de la situación, rectorado ocultó información clave para evitar que las consecuencias del hacinamiento indigno de cadáveres salpicaran a su antiguo prestigio. Prestigio mantenido a costa de ocultar procesos de selección fraudulentos, plagios, accidentes laborales y cursos de dudosa regularidad y moral, sin pestañear, porque en eso consiste su naturaleza que sirve al estado burgués.

Una universidad sostenida por un sistema caduco e insostenible, no proporcionará una educación ética, pública y universal porque atentaría contra su propia naturaleza. La afirmación “universidad pública de calidad que apuesta por una formación integral y crítica del más alto nivel” es una contradicción en sí misma que sólo puede resolverse a través de la superación del capitalismo y la construcción de un sistema socialista que ofrezca una educación verdaderamente universal y al servicio del pueblo trabajador.

 

¡Por una verdadera educación pública, universal y de calidad!

¡Estudiante, organízate en el PCOE!

¡Sin partido no hay revolución!

 

Célula del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en la Universidad Complutense de Madrid (UCM)

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