La CEOE vierte su veneno en Canarias
El presidente de la CEOE en Tenerife ha hablado de “erradicar el absentismo laboral sin control”, puesto que, según dice, si un trabajador “puede dejar de ir a trabajar porque quiere” afectará a la productividad. Ha hecho esta declaración refiriéndose a la propuesta del Ministerio de Sanidad, en la que se puede autojustificar la baja por enfermedad leve los tres primeros días para “no saturar la Atención Primaria”. En el mismo sentido, asegura que el absentismo, en general, es un problema sobre el que hay que trabajar, pues (siempre dentro de su relato) la carga recae sobre el empresario.
En primer lugar, lo que se debería arreglar es el hecho de que la mayoría de la población vive para producir para una minoría, en detrimento de su propio bienestar, pero centrándonos en los delirios de la CEOE, Canarias tiene una de las tasas más bajas de absentismo laboral, siendo solo un 6% la pérdida de las horas pactadas que no explican la situación económica de las islas (ni sería la explicación aunque fuese más alta), como quieren hacer creer. Además, un estudio de la Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo en 2015 reveló que el 41% de los trabajadores, en algún momento, realizó su labor estando enfermos, y según un estudio realizado en 2018, lo hicieron tres de cada cuatro trabajadores en España durante el año. Es más, un informe reciente revela que el 60% de los empleados con problemas de salud mental sigue yendo al trabajo. Por tanto, no es muy coherente hablar del supuesto problema que ha “alarmado” a la CEOE, perfectamente consciente de que miente y cuyo objetivo es demonizar a quienes sufran las dolencias inherentes al capitalismo. La realidad es que la mayoría va a su puesto de trabajo en condiciones lamentables, y en muchas ocasiones se acude cuando no se debería por miedo a las consecuencias, lo cual es otra muestra de la libertad de la que goza el capitalista por ser propietario, mientras que los que conforman el motor de toda empresa y de la sociedad no se atreven ni a un justificado descanso.
Con este discurso de los empresarios, ya antiguo, solo se intenta proyectar una imagen en la que ellos son quienes levantan el país y los trabajadores tienden a ser unos vividores que, en cuanto se descuida el patrón, se aprovechan e intentan cobrar su salario haciendo lo menos posible. Nada más lejos de la realidad, pues el empresario no tiene ninguna función ni hay necesidad de su existencia; es más, su existencia es nociva, ya que es la clase social cuyo único interés es obtener el mayor beneficio individual a costa de la explotación humana, apartando a la clase obrera del producto de su propio trabajo. Es decir, el empresario compra su derecho a apropiarse indebidamente del fruto del trabajo ajeno; he aquí su rol.
El parásito que encabeza la CEOE en Tenerife no señalará que, entre enero de 2022 y julio de 2023, se tramitaron en Canarias 55.951 bajas laborales por salud mental. Este hecho está íntimamente relacionado con los niveles de pobreza; cada vez más trabajadores tienen problemas para cubrir sus necesidades y deben soportar, además, la deshumanización en el trabajo. Concretamente, un 36% de la población en el archipiélago está en riesgo de pobreza y exclusión social, según el último informe de AROPE, y según un informe de Idealo, el 53% de las familias en dicha comunidad autónoma no llega a fin de mes. En cuanto a la salud mental, la última encuesta de salud elaborada por el Instituto Canario de Estadística (Istac), refleja que un tercio de la población canaria presenta problemas relacionados con la ansiedad y la depresión. Además, es la tercera comunidad autónoma con más suicidios. También es pertinente indicar que en Canarias han seguido subiendo el precio de la vivienda y de los alquileres, lo cual aumenta todavía más las dificultades para los trabajadores.
Por si fuera poco, Canarias es la segunda comunidad donde se registran los salarios más bajos. Su economía se centra sobre todo en el sector servicios, la mayor parte centrada en el turismo, y de acuerdo con los datos del INE en la hostelería es donde peor se paga al trabajador. De todas maneras, a nivel nacional los datos no son nada alentadores, ya que se utiliza la engañosa media para indicar los salarios, pero lo que realmente cuenta es el modal: en España el salario modal (es decir, el más frecuente) es de 18.502 euros brutos al año, y el segundo es de 16.587.
Siguiendo con las ponzoñosas declaraciones, hasta tal punto llega la desvergüenza del presidente de CEOE Tenerife, que afirma que el servicio sanitario público “cuenta con el mayor presupuesto y los mayores recursos humanos de la historia”. Pues bien, según los últimos datos de Sanidad en Canarias hay 144.676 personas en lista de espera para tener cita con un especialista (se ha incrementado un 27% respecto a 2022); la media es de 4 meses de espera. Respecto a la lista de espera quirúrgica, hay 36.395 personas (un incremento del 10,5%) que esperan de media 5 meses. Para prueba diagnóstica hay 23.044 pacientes en lista de espera. Por otro lado, según datos de la Asociación para la Defensa de la Salud Pública (ADSPC), solo el 10,8% de los pacientes consigue cita en atención primaria en 24 horas; la espera suele ser de 7 a 14 días. Además, los sanitarios destacan el colapso de las urgencias por falta de personal, espacio y material; no es algo puntual, sino estructural.
Miles de sanitarios de la plantilla del Servicio Canario de Salud tienen contratos eventuales, a lo que se ha respondido ofertando plazas para que pasen a interinos, por tanto seguirán sin ser plazas fijas. Mientras tanto, el gobierno actual, que es el enésimo administrador del capital, ha destinado 64 millones a la sanidad privada con el discurso de la “colaboración público-privada” que, en realidad, significa que se facilita al sector privado parasitar al servicio público, en aras de debilitar éste último y seguir convirtiendo la salud en un negocio, y a la vez facilitando acabar con el excedente humano que no podrá pagar para que le vea un médico.
La CEOE Tenerife también hace una deleznable advertencia en relación al absentismo laboral: si la carga recae “sobre el empresario”, se buscarán soluciones que resulten en menor contratación y mayor eficiencia.
La verdad es que esa última declaración puede referirse a dos cosas que ocurren desde siempre: o aumentar los abusos y la explotación a los asalariados, o la automatización. Sustituir a trabajadores por máquinas y lanzarlos al paro, o al trabajo eventual, deriva en dos cosas: disminuye la plusvalía que puede robar el empresario, puesto que el valor del que se apropia solo puede provenir del trabajo humano (capital variable), y por otro lado, se consumirán menos mercancías, lo que conlleva pérdidas por sobreproducción y, por tanto, crisis cada vez peores que harán repetir el proceso para reducir costes. La automatización lleva al capitalismo a cavar su propia tumba.
También ha entrado en escena CCOO, sindicato enemigo de la clase obrera, y señala en un informe (como respuesta a la CEOE Tenerife) que, como “solución”, es importante el acuerdo entre empresarios y sindicatos, lo que traducido a nuestro lenguaje es que se conceda la petición menos costosa para el explotador, a la vez que los traidores obtienen recompensa por la puñalada a los trabajadores, a los que intentarán convencer diciendo que es lo mejor que se puede conseguir. Por otro lado, señalan que la meta es lograr mejores horarios y mejores salarios, para la conciliación laboral y afrontar la carestía de vida, permitiendo una vida “digna” que mejore su rendimiento en las empresas (es decir, que el empresario salga beneficiado). Pero hay que aclarar que un salario jamás será digno, puesto que significa que el burgués ha comprado la fuerza de trabajo, por tanto el asalariado no recibe según lo que produce (se lo queda el burgués), sino un mínimo por su capacidad de trabajar un número de horas diarias. CCOO siempre sugiere pequeñas reformas cosméticas dentro de los márgenes capitalistas, pero nunca querrá abolir dicho sistema.
También cabe destacar que el sindicato de la patronal habla de productividad y salario como una receta para solucionar problemas, pero en sus propios informes sobre la situación de Madrid, que es la comunidad más rica y con los salarios más altos registrados, según datos del INE, vemos que el 20,3% de la población está en riesgo de pobreza o exclusión social y que dos de cada cinco hogares tienen serios problemas para llegar a fin de mes. En este caso, CCOO dice que la solución es “ayudar” a los madrileños empobrecidos con transporte público gratis, comedores escolares, una ley de vivienda para “reducir” los elevados costes, etc. Es decir, el “remedio” para los trabajadores en Canarias es aumentar los salarios y, con ello, “mejorar” la calidad de vida y la productividad que hará crecer la economía; en Madrid, que parece seguir esa receta, se arregla con caridad. Y para sorpresa de nadie, el capital niega las ayudas a sus víctimas. Comprobamos que nuestro trabajo genera la riqueza y, por mayor que ésta sea, se nos va negando cada vez más el acceso a ella.
La realidad que observamos es que el capitalismo, por definición, es y siempre ha sido robar la vida a la clase obrera. No importa qué y cuánto produzcan los trabajadores porque el fruto no les pertenece a ellos, sino al dueño de la empresa, y su mejor o peor “suerte” depende de las condiciones de vida que les hayan permitido seguir tal o cual camino, y acabar en un trabajo u otro (ni los estudios superiores garantizan nada), así como de que el burgués considere que sigue siendo rentable; en mayor o menor grado, nadie está a salvo. Nuestra existencia está encadenada a los movimientos del mercado, y para obtener algo de lo que nosotros mismos producimos dependemos de que compren nuestra fuerza de trabajo, mientras competimos con otros que también lo necesitan; todo ello influye en los salarios.
No podemos seguir a la zaga de los acontecimientos, sintiéndonos divididos, solos e impotentes ante los problemas que derivan de un sistema criminal. No debemos seguir aguantando que nos vendan parches. Por ejemplo, ¿cuál es el “remedio” para la sanidad pública en Canarias? Al parecer, ideas como “un gran pacto” (¿entre los especuladores?), “frenar” los conciertos de crecimiento galopante con la privada (nada de prohibir la privada), “fomentar” (entre trabajadores cada vez más agotados y estresados) el deporte, invertir en educación nutricional (cada vez menos pueden permitirse una alimentación adecuada), infraestructuras deportivas públicas con precios bajos o gratuidad para las rentas bajas (¿debe seguir existiendo la pobreza?) y un “compromiso colectivo” (que surja entre los oprimidos la famosa voluntad, por arte de magia) para abordar el problema causado por la burguesía, cuyo sistema nos oprime y desgasta nuestras vidas, por no hablar de que los trabajadores no tienen en sus manos el Estado ni deciden lo que se hace con la sanidad.
El único camino a seguir para acabar con la raíz de nuestros males pasa por la organización de nuestra clase; unir todas las luchas en un Frente Único del Pueblo comprendiendo que el origen de todas las dolencias de la sociedad es el capital, y comenzar a construir una democracia obrera que rompa con la dictadura que la burguesía ejerce sobre nosotros. El auténtico remedio es socializar los medios de producción. La clase dominante y su sistema quebrado agonizan y solo pueden ofrecer discursos vacíos a través de sus lacayos, mientras nos empobrecen, nos reprimen y nos llevan a la guerra. No debemos seguir permitiendo engaños, división, miseria y muerte. Es hora de mandar al capitalismo al estercolero de la historia. Es el momento de luchar por nuestro sistema: el socialismo.
Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en las Islas Canarias