Fascistas y oportunistas celebran la constitución
Este 6 de diciembre tanto fascistas como oportunistas conmemoran el 40 aniversario de la Constitución Española de 1978, que no es más que la Reforma de la Ley Orgánica del Estado (LOE) de 1966 que articulaba el estado franquista sobre los siete principios fundamentales del Movimiento Franquista.
Así, pues, lo que celebran los fascistas y los oportunistas no es otra cosa que el acuerdo que cerraron para sostener al fascismo, y su Estado, una vez fenecido el criminal tirano. Lo que celebran fascistas y oportunistas es el resultado de su traición al pueblo español, a la clase obrera y las clases populares, conmemorando el consenso entre los herederos de Franco y los oportunistas de la época – donde el PCE tuvo un papel tan activo como indecente – que sirvió para salvaguardar el Estado franquista estableciendo un marco normativo por el que la burguesía aseguró plenamente sus objetivos – consagrar explícitamente el capitalismo en su artículo 38, integrarse en los organismos y mecanismos imperialistas (OTAN, UE), mantenimiento de la simbología fascista (bandera, Corona y Unidad de España), conservar intacta la maquinaria del poder del estado franquista ya sea en el Ejército, en la Judicatura, etcétera -, mas. por el contrario, dicha Constitución significó un auténtico fraude para la solución de los problemas que afectan al Pueblo de tal modo que la banca privada continuó siendo el núcleo fundamental del poder económico junto con las sociedades industriales que conforman las oligarquías; no solventándose la cuestión nacional, negándoseles a los pueblos el derecho a la autodeterminación; negándose las posibles vías de participación directa de los ciudadanos en las instituciones; perpetuando la desigualdad territorial y tampoco se resolvió la cuestión de la tierra, no poniéndose en práctica la Reforma Agraria que reclama las necesidades democráticas del campo, etcétera.
La Constitución, así como la Transición, sigue siendo alabada y sacrosanta hoy por los fascistas y los oportunistas, y es que ese periodo sirvió para otorgar todo a las oligarquías, a los franquistas que de la noche a la mañana se tornaron “demócratas” mientras se le negó absolutamente todo al Pueblo. Todo ello en un momento histórico donde la correlación de fuerzas eran favorables para un proceso de ruptura democrática y de avance del proletariado y los pueblos que componen el estado español, a pesar de que esta realidad sea negada por los oportunistas de hoy, herederos del Carrillismo traidor, como es el caso de Garzón.
Hace un par de años, la prensa burguesa española descubría una entrevista de hace 21 años donde el franquista Adolfo Suárez le reconocía a Victoria Prego que tras la muerte del asesino Franco “blindó la monarquía”, que obviamente los traidores oportunistas tragaron, porque si en dicho período se hubiera hecho en España un referéndum entre monarquía o república, la república se hubiera impuesto.
Para comprobar que la Transición y su resultado fue una absoluta traición a las clases laboriosas del estado español basta leer a destacados fascistas como Martín Villa, responsable de las “Fuerzas del Orden” en los asesinatos de Vitoria en 1976 y protegido por la Justicia Española por ese crimen, señalaba en 1985 en su obra “Al servicio del Estado” que “la Transición fue obra, sobre todo, de reformistas del franquismo, quiénes disfrutaron de un amplio margen de maniobra para ejecutar el proyecto de reforma política del Rey”; por no hablar de lo que señalaba el fascista Albert Rivera en el Parlamento el pasado 2 de marzo de 2016 donde loaba la traición del PCE de Carrillo en dicho momento histórico, en la Transición, de la siguiente manera “aquéllos hombres y mujeres trajeron libertad, igualdad, amnistía, autonomía y se dieron la mano bajo una misma bandera y una misma constitución y hubieron muchas renuncias de aquél Partido Comunista (PCE) pero demostraron tener sentido de Estado. Yo quiero hoy homenajear a aquéllos hombres y mujeres que independientemente de su ideología eran capaces de participar ¿Cuántos ministerios y secretarías de estado pedían desde el PCE? Ninguna, sólo pedían libertad”.
En los fastos, acompañan a la Corona puesta a dedo por el criminal Franco y salpicada de corrupción, dando su apoyo inquebrantable al sistema, fascistas y oportunistas de todo pelaje, estando entre los asistentes los súbditos Garzón e Iglesias.
El pasado día 4 de octubre, en un foro organizado por la Fundación Pablo VI, o lo que es lo mismo por la Iglesia, el iletrado fascista Pablo Casado señaló que “sin la Iglesia hubiera sido muy difícil que la Transición en España fuera tan pacífica y ejemplar”. Esa “ejemplaridad” de la que habla el actual presidente del partido más corrupto de Europa, el PP, es compartida por los “demócratas”, todos ellos defensores del Estado y enemigos jurados de la clase obrera.
La realidad de esa Transición pacífica y ejemplar, no fue otra que centenares de asesinatos de obreros, de comunistas, de sindicalistas, a manos de organizaciones fascistas, como por ejemplo Fuerza Nueva o, directamente, a manos del Estado en la Guerra Sucia, ya fuera a través de la Triple A, Batallón Vasco Español, Grupos Armados Españoles, Grupo Anticomunista Internacional, GAL, etcétera. La realidad de esa Transición fueron los hechos acontecidos el 3 de marzo del 76 en Vitoria, la matanza de los Abogados de Atocha, el asesinato de Santi Brouard, la policía dispersando manifestaciones empleando fuego real como aconteció en Rentería en mayo de 1977, torturas, y una larga lista de crímenes y agresiones contra el pueblo trabajador. Esa fue la Transición ejemplar y pacífica de Casado, que como fascista que es, no duda en falsear la historia.
El pacto de convivencia al que se refieren los “demócratas” defensores de la Constitución, todos ellos esbirros de los monopolios, se traduce en:
- la existencia de presos políticos comunistas, independentistas y sindicalistas;
- la ilegalización de partidos políticos revolucionarios e independentistas;
- terrorismo de estado abierto e impunidad absoluta ante la corrupción por parte de la burguesía;
- terrorismo patronal donde la agudización de la explotación ha hecho que en estos 40 años de media se haya producido en torno a un millón de accidentes laborales por año, arrojando la cifra infame de más de 1.000 obreros muertos en accidentes laborales por año. Sin ir más lejos, en los primeros nueve meses de este año se han producido 451.677 accidentes laborales donde han muerto 469 obreros y obreras;
- en España 10,2 millones de trabajadores tienen una renta por debajo del umbral de la pobreza, esto significa una tasa de pobreza del 22,3%;
- en España el 38,2% viven por debajo del umbral de la pobreza;
- dos millones y medio de niños y más de un millón de titulados universitarios, los hijos de la clase obrera, están en la pobreza;
- un sistema sindical corrompido hijo del modelo corporativo fascista, donde CCOO y UGT como sindicatos verticales del régimen se prestan a hacer candidaturas amarillas en las empresas, por no hablar de sectores como el comercio y las grandes superficies, donde directamente los grandes almacenes tienen sus propios sindicatos que actúan con absoluta impunidad;
- pensiones de jubilación miserables, donde más de tres millones de jubilados cobran pensiones por debajo del umbral de la pobreza, pensiones que se tornan cada día más bajas como consecuencia de la carestía de vida;
- negación de los derechos democráticos de las naciones, del derecho democrático a la autodeterminación;
- en el estado español se suicidan cada año unos 3.700 trabajadores, lo que equivale a más de 10 trabajadores que se quitan la vida cada día, uno cada 2,5 horas. A lo largo de estos 40 años de “convivencia ejemplar” casi medio millón de obreros se han quitado la vida;
- negación de la vida en los pueblos rurales, negación al pueblo trabajador de trabajar el campo y enriquecer los núcleos rurales, donde los terratenientes han ampliado sus extensiones de tierras gracias a la ruina de miles de campesinos, terratenientes parásitos que reciben dinero público por tener la tierra baldía;
Y podríamos añadir un largo etcétera. Eso sí, los empresarios multiplican sus beneficios, estando disparados los beneficios empresariales por encima del 200%, donde la banca es quien determina la economía del país, donde la Justicia está arrodillada a los bancos y las empresas y dirigida por los fascistas; donde los políticos de la burguesía no dudan en arremeter con virulencia extrema contra el pueblo trabajador; donde el ejército saca pronunciamientos favorables al asesino tirano Franco y castiga al militar que ose censurar a esa cúpula fascista. Demostrándose con extremada claridad que el Estado hoy es tan fascista como en 1975 antes de que muriera el tirano. Por ello los fascistas celebran el 6 de Diciembre, de la mano de sus súbditos lacayos oportunistas de IU-PCE-PODEMOS.
Se cumple con exactitud lo que Dimitrov planteó en el Komintern, en su VI Congreso, en lo concerniente a “la crisis del capitalismo y el fascismo”, “con objeto de adaptarse a las modificaciones de la coyuntura política, la burguesía utiliza alternativamente los métodos fascistas y los métodos de coalición con la socialdemocracia, dándose el caso de que, a menudo, esta última desempeña un papel altamente fascista. En el curso de los acontecimientos manifiesta tendencias fascistas, lo cual no le impide, en otras circunstancias políticas, agitarse contra el gobierno burgués en calidad de partido de oposición. El método fascista y el de coalición con la socialdemocracia son habituales para el capitalismo ‘normal’ y constituyen un signo de la crisis capitalista general, son utilizados por la burguesía para retrasar la marcha progresiva de la revolución”. Esto lo vemos nítidamente en España, donde en estos 40 últimos años se han repartido el gobierno 20 años el PSOE y otros 20 años los franquistas – ya sea mediante la UCD o el PP.
Estos cuarenta años de “democracia” han servido para que los monopolios sigan detentando el Poder, el capitalismo sea el sistema económico, el capitalismo monopolista de Estado español se haya integrado en las estructuras políticas y económicas imperialistas – CEE, UE -, así como en las militares – OTAN -, que el aparato del Estado siga estando en manos de los fascistas – Judicatura, Ejército, etcétera – y que los derechos políticos y democráticos de las naciones que componen el Estado, así como de la clase obrera, sean ferozmente reprimidos y negados. Tienen motivos los fascistas en estar contentos y en defender la Transición y el teatrillo democrático resultante, donde predomina la represión, la impunidad, la explotación y la corrupción.
Hoy 6 de diciembre celebran los enemigos del pueblo trabajador, los traidores que venden al pueblo a cambio de casoplones y demás prebendas, los que inoculan veneno ideológico burgués a los trabajadores al objeto de desviar a éstos del único camino que tienen para conquistar su emancipación: la lucha de clases y el fortalecimiento del partido revolucionario del proletariado, que lo arme con su ciencia marxista-leninista, el Partido Comunista Obrero Español.
El fascismo se instaló en el poder en España en 1939 y, desde entonces no se ha apeado del mismo. El fascismo es un fenómeno arraigado a la existencia de los monopolios, por lo tanto, solo se le puede vencer luchando contra el poder de la gran burguesía, contra el sistema capitalista y su Estado y esto no puede ser obra de los oportunistas que están llamando a salir en defensa del Estado, que es fascista, sino de la unidad en combate de los trabajadores de la ciudad y del campo, de los trabajadores manuales e intelectuales, de los estudiantes, pensionistas etc. alineados en el FRENTE ÚNICO DEL PUEBLO (FUP) apoyados en un programa de cambios económicos y políticos estructurales que permita derribar la matriz del fascismo: el poder económico del capitalismo monopolista de Estado.
¡El fascismo se combate! ¡Fortalece al partido!
¡Por el Frente Único del Pueblo!
¡Por la unidad de la lucha obrera contra la burguesía!
¡Socialismo o barbarie!
Madrid, 6 de diciembre de 2018.
Comité Ejecutivo del Partido Comunista Obrero Español (P.C.O.E.)