El oportunismo ya prepara su nuevo engaño
La Ministra de Trabajo Yolanda Díaz encarna hoy en día la cara más visible del oportunismo de nuestro país. La política –del sistema– más valorada según las encuestas del CIS, gracias a la campaña de la burguesía para crear un nuevo mito de la izquierda, tal y como hicieran previamente con Julio Anguita o Pablo Iglesias entre otros, ya se prepara para asumir la responsabilidad de seguir engañando al pueblo, una labor indispensable para continuar con el sometimiento a sangre y fuego de la clase trabajadora por parte de la burguesía.
Díaz ha aprovechado los actos de conmemoración del centenario del PCE celebrados este fin de semana, actos en los que hemos podido ver la esencia reaccionaria del eurocomunismo, para empezar a desgranar su nuevo proyecto político que pretende ser la opción hegemónica “a la izquierda del PSOE”. Este mensaje lo lanzaba rodeada de una plétora de oportunistas vendeobreros, como los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, a quienes la Ministra ha lanzado un guiño al mencionar la “cultura” de la que proviene, el PCE y el “sindicalismo de clase”.
Los dos sindicatos más corruptos de Europa, responsables de firmar los despidos de millones de trabajadores en el Estado español –de cuyos costes se embolsan hasta un 10%-, cómplices de la desindustrialización, de la pérdida de derechos por parte de la clase trabajadora, lamebotas de la Patronal, firmantes de cuanto retroceso les pongan por delante, son los referentes del sindicalismo de clase para Yolanda Díaz. Esta carta de presentación ya debería ser suficiente para cualquier trabajador como para situar a la Ministra en el bando de quienes pretenden perpetuar nuestra explotación y miseria.
El discurso de Díaz estaba una vez más enfocado en la negación de la lucha de clases, con frases como, “son necesarias todas las manos y todas las mentes para cambiar la vida de la gente”, “vamos a construir un país mejor” o “es imprescindible salvar a la gente”, como si a la burguesía, que también es gente, no le fuera de maravilla en este sistema, como durante la pandemia en la que se han disparado sus fortunas. Un discurso vacío y lleno de obviedades que podrían pronunciar los reaccionarios Pablo Casado o Santiago Abascal sin despeinarse.
También ha aprovechado su discurso para prometer por enésima vez –y ya se perdió la cuenta hace tiempo– que van a derogar la reforma laboral, pero la realidad es que se preparan nuevas reformas laborales que van a ahondar más en la explotación de la clase trabajadora, como la propia Ministra reconoció al anunciar que se llevará a cabo una reforma de la ley de los husos horarios en el trabajo, de manera que se permita una mayor flexibilización, algo que la Patronal viene demandando desde hace tiempo y que supondrá dar más poder aún a los empresarios frente a los trabajadores.
Quiso también sacar pecho de su labor en el gobierno de coalición, indicando que “no vamos a salir de esta crisis bajando los salarios. Si no estuviéramos en el Gobierno, no se hubiera hecho”. Sin embargo, ‘gracias’ a su labor en el gobierno la clase trabajadora tiene cada día menos poder adquisitivo. Mientras que el salario medio de 2020 (26.934€) fue un 2,19% menor que en 2019 (27.537€), en ese mismo periodo hubo una subida del IPC del 1,5%, por tanto la clase trabajadora ha perdido de media un 3,69% de poder adquisitivo en ese corto periodo en el que Díaz ha formado parte del gobierno.
Sabedora de que este sistema es irreformable y que cualquier promesa de mejorar la vida de la clase trabajadora caerá en saco roto, como buena oportunista, Díaz se encargó también de recordar que ellos son el mal menor, azuzando el miedo a la ultraderecha, hablando de “arrinconar el odio”, algo que se ha convertido en la única baza real para retener a parte de su electorado, que a pesar del lógico desencanto con la ‘nueva política’, sigue manteniendo la esperanza en un ‘voto útil’ que en la práctica es sólo útil para la burguesía, que consigue de esta forma mantener su sistema de dominación, su dictadura sobre la clase trabajadora.
El oportunismo continúa así renovando sus caras y sus proyectos para seguir sosteniendo la criminal explotación capitalista, convirtiéndose de esta forma en una de las principales herramientas de la burguesía para mantener sometida a la clase trabajadora.
Es el momento de que la clase obrera asuma su papel revolucionario y tumbe este sistema criminal para construir el socialismo, organizado bajo los principios del marxismo-leninismo. Por ello los comunistas debemos dar también un paso adelante aunando todas las luchas de la clase trabajadora en una única lucha de clases contra el sistema capitalista y su Estado.
Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)