El Estado lo apuesta todo a la reacción
El régimen del 78 sigue en su deriva esquizofrénica y criminal hacia un baño de sangre, tanto contra el pueblo catalán como contra la disidencia del resto del Estado. En estas últimas horas, vemos como suben de tono las palabras de políticos fascistas, delegados de gobierno, personalidades públicas, periodistas, cuerpos de represión, jueces, y todo el aparataje de este Estado pidiendo tanto la derogación de la Autonomía de Cataluña como la mano dura.
Vemos como sus mentes, carcomidas por el odio al diferente, el odio al disidente, se manejan ya en un escenario de acción armada contra el pueblo disidente. Vemos como el lenguaje cuartelero, las expresiones que asombrarían al mismísimo asesino Queipo de Llano se suceden con toda naturalidad, en nombre de una supuesta “legalidad”, de un supuesto “Estado de derecho”, tras lo cual lo único que se encuentra es el fascismo y la reacción más negra.
Mientras, azuzan a sectores cada vez más amplios de la población a descargar todas sus frustraciones por la vida que ofrece el capitalismo de paro, miseria, desahucios, proyectos vitales truncados, salarios tercermundistas, sanidad destrozada, etc., en la figura del catalán independentista. Cual judío de la República de Weimar, ahora el soberanista pasa a ser el enemigo público número uno para estos sectores, cada vez más violentos.
Mientras la base económica que sustenta al régimen, y de la que deriva toda esta superestructura ideológica que explica la situación actual de podredumbre moral y ética, se encuentra totalmente quebrada. El capitalismo español, totalmente subordinado al capital trasnacional, no tiene otra salida que lanzarse a la agresión criminal imperialista contra el pueblo catalán y, de paso, contra toda oposición interior. No solamente niegan el pan y la sal a los trabajadores españoles, sino que quieren que estos no reconozcan a los trabajadores catalanes como sus hermanos de clase, como sus iguales, presentándolos a través de sus medios de comunicación como la suma de todos los miedos.
Mientras, la izquierda del Régimen, que lleva 40 años legitimando a este tanto con nuevas como con viejas siglas y formaciones, se encuentra totalmente perdida en este nuevo contexto. Ellos, que vendieron al pueblo por unas poltronas, por un encaje en el Régimen, se encuentran con la disyuntiva de que, ante la deriva facciosa, peligran esas mismas poltronas. Sin embargo, su abjuración de la lucha ideológica, ha propiciado que muchas de sus bases sociales se adhieran ahora al neo-Movimiento Nacional en ciernes.
Así pues, como oposición real al Régimen del 78, al Estado fascista, nos encontramos únicamente con algunas organizaciones comunistas y con las izquierdas soberanistas. Negro panorama este, pero sin embargo, no todo está perdido. Aún estamos a tiempo de organizar y orientar a los sectores populares que se indignan ante este estado de las cosas, ante esta ofensiva fascista. No podemos dejar desamparada a la clase obrera, no podemos ceder la calle a los fascistas, no podemos mostrar el más mínimo miedo, quienes queremos ser vanguardia, y debemos cuadruplicar los esfuerzos y la lucha contra este Régimen y este Estado fascista, instalado ya en la dialéctica de los puños y las pistolas, como su padrino ideológico.
Por ello, el PCOE vuelve a reafirmarse en el compromiso por el socialismo, en el compromiso por la libre determinación de las naciones, incluyendo la independencia si el pueblo catalán así lo desea, nos reafirmamos en el antifascismo como instrumento de lucha contra el Régimen y llamamos a la clase obrera, sectores populares y a todas aquellas personas que se identifican con el antifascismo a romper con el Régimen, con el Estado fascista, con sus representantes políticos, mediáticos, policiales y judiciales y a luchar, más que nunca, en estos momentos en que está en juego la propia existencia de opiniones disidentes contra el Régimen, el cual apuesta todo a la reacción ante la bancarrota en la que se halla preludio de su final.
COMISIÓN DE AGITACIÓN Y PROPAGANDA DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (P.C.O.E.)