Macrogranja en El Robledo: El capitalismo tiende a destruir sus dos fuentes de riqueza: ¡La naturaleza y el ser humano!

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El capitalismo más salvaje, más de rapiña, amenaza a los trabajadores y a la Naturaleza. Una macrogranja se pretende instalar en El Robledo, con el consecuente impacto ambiental y en la población que supondrá. Los capitalistas, ansiosos de obtener la mayor riqueza conlleve lo que conlleve, pretende acabar sin miramientos con una zona de la provincia de Ciudad Real ya de por sí deprimida, que vive de la agricultura y la ganadería, imponiendo un modelo con el que los pequeños ganaderos no podrán competir, y esto llevará a la ruina a los trabajadores de esta zona deprimida, además del enorme daño que generan las explotaciones masivas en el medio ambiente con los vertidos a las aguas cercanas, en este caso al río Bullaque, pero es que también afectará al Parque Nacional de Cabañeros, un lugar reserva de especies en peligro de extinción como el lince ibérico o el águila imperial. El establecimiento se situaría a tan solo 600 metros de la Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).

La misma empresa que quiere instalar la macrogranja en El Robledo, ya está presente en otro pueblo de la provincia, Alhambra, muy cercana al Parque Natural de las Lagunas de Ruidera. Esta empresa, haciendo gala del cinismo que caracteriza a los explotadores capitalistas, ruines, míseros y avaros, afirma que dará trabajo a la zona. Dos puestos de trabajo en concreto, a cambio de 8.500 metros cúbicos de estiércol y casi 29 toneladas de nitrógeno al año. Todo esto, además de repercutir en la economía de los jornaleros y pequeños ganaderos de la zona, así como del impacto ambiental, perjudicará a la salud de los vecinos, con la evidente emisión de gases tóxicos de origen animal. Esta empresa pretende construir dos instalaciones con 1.990 cerdos cada una, esquivando así la normativa relacionada con la moratoria a la instalación de macrogranjas del gobierno de Castilla – La Mancha.

La solución a la especulación y al negocio capitalista pasa por una Reforma Agraria de corte antilatifundista, y debe ser así porque los terratenientes usan las grandes extensiones de tierra para obtener materias primas y dinero a costa de explotar a los jornaleros. Por tanto, se expropiarán los latifundios y se usarán las tierras para entregárselas a los jornaleros y pequeños campesinos para que las exploten de forma planificada, disminuyendo significativamente el desempleo. Los jornaleros trabajarán conjuntamente, hombro con hombro, en cooperativas cuyos productos pertenecerán a toda la sociedad, y no a una sola persona que haga negocio con ellos, como pretende, por ejemplo, esta macrogranja. Las máquinas, abonos, semillas, etc. serán entregados por el Estado, sin que los campesinos lo tengan que costear. El transporte y la comercialización de los productos ya no tendrán costes añadidos que graven la economía de los nuevos campesinos. Del mismo modo, la sociedad introducirá los avances científicos y tecnológicos aplicables al campo, con ingenieros, agrónomos, biólogos…

La Reforma Agraria será antimonopolista, pues todo lo que rodea al proceso de producción del campo está en poder del gran capital industrial y financiero: las máquinas, los productos químicos, el transporte, la comercialización y los préstamos a los pequeños campesinos están en manos de la banca, los monopolios y las multinacionales españoles y extranjeras que imponen sus precios y sus leyes.

Esta es la razón por la que los pequeños campesinos actuales se ven abocados a la ruina, sin poder afrontar los gastos que son superiores a los ingresos. En esta situación se verían los jornaleros si se llevaran a cabo las falsas reformas y políticas agrarias que defienden algunos partidos parlamentarios como Unidas Podemos, pues aunque se creara un banco público, esta relación entre monopolios y pequeños campesinos no variaría. Por ello, será también necesario socializar los monopolios, multinacionales y banca privada.

La Reforma Agraria ha de acompañarse de la socialización de los sectores estratégicos. Casi todos ellos eran empresas públicas que PSOE y PP han privatizado: REPSOL, ENDESA, TELEFÓNICA, CORREOS, etc. Se trata de devolver al pueblo lo que él mismo ha levantado con sus esfuerzos.

La Reforma Agraria solo es efectiva saliendo de la Unión Europea. Tal y como se ha demostrado durante la crisis del 2008 y del COVID-19, la Unión Europea (UE) es el órgano superior del continente que está por encima de los propios gobiernos estatales, concebido para administrar los intereses de los monopolios, las multinacionales y la banca de los países más poderosos de Europa: Francia y Alemania, excluyendo en este caso a Inglaterra tras su salida de la Unión.

La pertenencia a la UE supone el sometimiento total y absoluto a los intereses supremos del imperialismo europeo que controla, gestiona y dirige la política y la economía de los países socios, muchas veces subyugada a los intereses del gigante supremo: Estados Unidos (EEUU), como podemos ver con el TTIP, que somete a los pueblos europeos a los designios de la burguesía norteamericana. Hace unos años a la izquierda reformista (PODEMOS e IU-PCE) se le llenaba la boca criticando el TTIP, pero ahora sin embargo callan, siendo cómplices de lo que supone el TTIP para el pueblo trabajador. La UE impide la racionalización y la planificación democrática según los deseos y necesidades del pueblo trabajador. Será imposible dedicar las materias primas extraídas por los campesinos de España con órdenes de Bruselas.

La Reforma Agraria abarca el sector ganadero, que se ha visto limitado por la presión de la UE y por la política de precios de los monopolios y multinacionales. Aplicar la Reforma Agraria que corresponde en la actualidad exige que las riquezas de nuestros suelos pasen a manos del pueblo al igual que todas las factorías que intervienen en el proceso de producción. Basta ya de que las multinacionales se lleven nuestras riquezas a sus países convirtiéndonos en la región más pobre y con mayor número de parados de Europa.

Hasta hace poco se tenía la idea de que la Reforma Agraria es un problema de los pueblos agrarios. Por lo tanto correspondía sólo a los pequeños campesinos y a los braceros luchar por ella. La Reforma Agraria contemporánea exige la participación del conjunto de la sociedad, tanto en la ciudad como en los pueblos. Con la Reforma Agraria los campesinos extraerán de las tierras las materias primas que hoy son utilizadas para crear y fortalecer las industrias de diversos lugares. Como es lógico esa materia prima después de la implantación de la Reforma Agraria servirá para crear industrias en todo el Estado, para consolidar y extender las que existen y además parte de dicha materia prima será moneda de cambio en la adquisición de materiales que sirvan para el progreso social, que no lo podemos obtener con nuestros propios recursos pero que existen en otros lugares.

Todo un conglomerado de industrias de los sectores primarios, secundarios y terciarios brotará propiciado por la Reforma Agraria. Así pues, harán falta licenciados de todas las carreras. Surgirán demandas de todo tipo de oficios. Se pondrá en marcha un sistema de investigación para el desarrollo del campo y de la ciudad que exigirá nuevos profesionales.

La Reforma Agraria moderna es un sistema armónico y el más solidario que se puede dar en la sociedad actual. Por eso no puede convivir con la existencia de clases sociales y de una burguesía que sólo busca su beneficio y no le importa deteriorar el hábitat en el que vivimos, esquilmando bosques, produciendo bombas criminales, a la que tampoco le importa que niños, mujeres y hombres inocentes mueran con tal de llenar sus bolsillos. Una burguesía que disfruta con tener casas vacías mientras hay personas que duermen en las calles. Una burguesía que cimienta su existencia en la explotación irracional de nuestras riquezas.

La Reforma Agraria moderna es posible y es sobre todo la única salida real para la situación en que nos encontramos los trabajadores de todo el Estado, como también para dar solución a la pobreza y proporcionar un porvenir a la juventud desahuciada. Por todas estas razones, el PCOE hará lo posible por auspiciar entre los trabajadores la imperiosa necesidad de luchar por hacerla realidad, con el propósito de enjugar el paro y para hacer justicia a los sacrificios de las clases laboriosas de la ciudad y del campo, creadoras de las riquezas del país.

Desde el Comité Provincial del Partido Comunista Obrero Español (PCOE) en Ciudad Real, llamamos a todos los vecinos a unirnos en un Frente Único del Pueblo, que unifique todas las luchas del proletariado en una sola, y que lleve al pueblo a la conquista de los medios de producción y los ponga a su servicio.

 

¡Socialización de los medios de producción!

¡Socialismo o barbarie!

 

COMITÉ PROVINCIAL DE CIUDAD REAL DEL PARTIDO COMUNISTA OBRERO ESPAÑOL (PCOE)

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