Continúa el desfalco de dinero público del gobierno ‘progresista’
El pasado 18 de febrero conocíamos por los medios que el gobierno “más progresista de la historia” había aprobado un nuevo rescate para cuatro empresas por valor de 504,5 millones de euros, más dinero público que pasa a manos privadas en lo que es la tónica del capitalismo, bien esté el gobierno en manos de la derecha más reaccionaria, bien en manos de la socialdemocracia y el oportunismo.
Se trata de una ayuda conjunta repartida entre Técnicas Reunidas (340 millones de euros), Wamos (85), Global Exchange (45) y Ferroatlántica (34,5), empresas que cuando tienen beneficios reparten suculentos dividendos a sus accionistas, pero que cuando tienen pérdidas las pagamos los trabajadores, no sólo sufragando rescates con dinero público, sino con el coste de cientos de miles de puestos de trabajo perdidos gracias al gobierno y sus sindicatos amarillos CCOO y UGT que han puesto en bandeja todas las facilidades a las empresas para deshacerse de sus trabajadores.
Sin ir más lejos, Técnicas Reunidas tuvo en 2020 unas ventas de 3.521 millones de euros que le reportaron 13 millones de euros de beneficios. El grupo Wamos adquiría en 2019 las empresas Mapa Plus y Pegatur con una facturación conjunta de 100 millones de euros. Global Exchange presentaba en 2016 unos beneficios de 9,7 millones de euros y en 2017 aumentaba un 22% su compraventa de moneda hasta 1.024 millones de euros. Ferroglobe (fusión de Ferroatlántica y Globe) volvía a beneficios en 2021 al aumentar sus ventas un 67,4%.
Todas estas empresas que ahora son rescatadas con dinero público han engordado las cuentas bancarias de sus accionistas durante años, pero en cuanto han sufrido cualquier traspiés, el Estado, como “junta que administra los negocios comunes de toda la clase burguesa”, no ha dudado en usar dinero público recaudado en su mayoría de los impuestos a las rentas del trabajo para mantener a flote estos negocios levantados sobre las espaldas de sus trabajadores, demostrando la auténtica farsa que es el supuesto ‘libre mercado’ capitalista.
Estos rescates son sólo los más recientes de una serie de desfalcos de dinero público que este gobierno y gobiernos anteriores han cometido en nombre de la sacrosanta propiedad privada de los medios de producción.
El 3 de noviembre de 2020 el gobierno aprobaba el rescate de Air Europa por un montante de 475 millones de euros. El 14 de mayo de 2021 se anunciaba un rescate de 525 millones de euros para el “sector cultural”, que no es más que un intento de enmascarar que el rescate será para las empresas del sector cultural, no sus trabajadores. El 21 de diciembre de 2021 el gobierno aprobaba el rescate del grupo maderero Losán por un valor de 35 millones de euros. También en diciembre de 2021 se anunciaba el rescate de Grupo Universo Pachá, Cesgarden, Eating Group y Egile por un valor total de 54 millones de euros. El 30 de diciembre de 2021 los medios publicaban el cálculo que el gobierno hacía público sobre el rescate de las autopistas por un montante de 1.021 millones de euros. El 25 de enero de 2022 el Consejo de Ministros aprobaba el rescate del Grupo Abades con ayudas de 29,3 millones de euros. Todo esto ocurre después de que el gobierno anunciara que “descartaba” pedir los 62.754 millones del rescate a los bancos.
Ante semejante expolio de dinero público cabe preguntarse, ¿qué diferencia a un gobierno abiertamente reaccionario (como los anteriores del PP o un posible futuro gobierno PP-VOX) de un gobierno de coalición entre socialfascistas (PSOE) y oportunistas (PCE/IU-PODEMOS) más allá de medidas cosméticas de cara a la galería? ¿De qué nos está supuestamente salvando el gobierno actual si con esa excusa están aplicando a rajatabla las mismas medidas que ya aplicaron antes gobiernos del PP? La táctica del mal menor, la que apela a una alternativa peor si el gobierno está en manos de la ‘derecha’, cada día se desmonta más fácilmente al ser cada vez más indistinguible un gobierno abiertamente reaccionario del gobierno “más progresista de la historia”.
Todo esto no es casual ni coyuntural, sino el fruto lógico del avance del capitalismo en su fase imperialista, en la que los gobiernos van cediendo cada vez más poder a los monopolios que dictan las políticas de sus Estados títeres, independientemente del color de sus gobiernos, negando por completo la democracia.
Pretender pues reformar un Estado cuyo poder no se tiene no es más que funambulismo para entretener a las masas y desviar a la clase obrera de su misión histórica de derrumbar el capitalismo y construir el socialismo como fase primigenia del comunismo, única alternativa viable para garantizar un futuro digno para el pueblo trabajador. Por ello es necesario que toda la clase trabajadora, pensionistas, parados, mujeres trabajadoras, estudiantes de clase obrera, unan todas las luchas que actualmente se producen de manera aislada en una única lucha contra este sistema criminal y su Estado, organizando un contrapoder en un Frente Único del Pueblo que sea el germen de un Estado obrero.
¡Por el Frente Único del Pueblo!
¡Socialismo o barbarie!
Secretaría de Agitación y Propaganda del Partido Comunista Obrero Español (PCOE)